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Lucía y el papá de mi amigo (primera parte) ( CON fotos)

Gus20XXX Relato enviado por : Gus20XXX el 25/03/2015. Lecturas: 9959

etiquetas relato Lucía y el papá de mi amigo (primera parte) ( CON fotos)   Infidelidades .
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Resumen
Una historia increíble que me contó mi primo sobre su mujer y un vecino bastante mayor. Las cosas que pueden suceder en ocasiones escapan a la razón y no se hubiera sabido nada si no se le hubiera ocurrido registrar las cosas con cámaras escondidas.

Don Tito, el vecino, iba a demostrarle que en ocasiones la edad no cuenta., haciendo que su querida Lucía pierda la cabeza totalmente por él. Una historia de lujuria y pasión desbordadas...



Relato
Esta historia que te contaré, me dijo mi primo, sucedió en la época en que realicé un viaje de trabajo a Bolivia. Estuve casi 3 meses en distintos lugares del altiplano y Lucía no pudo acompañarme por estar finalizando unos proyectos en la revista en que trabaja. Cuando se acercó el día de mi viaje estaba preocupado y con la idea fija de que mi mujer aprovecharía la oportunidad para ponerme los cuernos pues sería su venganza al enterarse que me cogí a su prima cuando ella se fue de viaje al norte. Se supone que me perdonó esa vez, pero ya sabes: una mujer nunca olvida. Lo peor es que es adicta al sexo y tenía la certeza que mucho tiempo no aguantaría sin cogerse a alguien. Empieza así esta historia:

El día anterior a mi viaje, no podía conciliar el sueño, pensando en ese tema. Definitivamente Lucía tenía todas las razones del mundo para vengarse y lo peor es que seguro me mentiría y pondría una carita de ángel cuando volviera de mi viaje. No se me ocurrió mejor idea entonces que montar un juego de microcámaras por toda la casa, con el fin de saber a detalle lo que pasaría en mi ausencia. Un amigo que era experto en esos temas me explicó cómo se realizaba el montaje e instalación y me sugirió las mejores marcas y otros detalles.

Al día siguiente salí del trabajo más temprano porque le pedí permiso a mi jefe pues era cumpleaños de mi mamá. Al menos fue lo que le dije. Llegué a la casa y estuve un par de horas dedicado a colocar las cámaras en zonas estratégicas y camuflarlas lo mejor posible. Finalmente, salí a dar una vuelta y cuando regresé la encontré ya en casa. Le dije que el trabajo estuvo muy fuerte pero que ni eso iba a impedir que esa noche tengamos una buena "despedida".
Y así fue en parte pues si bien hicimos el amor, la note algo tensa y desconcentrada, con poca iniciativa. Prácticamente yo solito me despachaba, le abría las piernas o la volteaba. Luego de que lo hicimos me dijo que le dolía un poco la cabeza, se dio vuelta y sin más se durmió. Me quedé con las ganas de cogérmela de nuevo pero entendí que no sería buena idea.

A la mañana siguiente me despidió en el aeropuerto y en un par de horas llegué a mi destino. Decidí no seguir pensando en qué estaría haciendo mi mujer y empecé mis actividades cotidianas en la empresa. Solo de noche la llamaba para saber si todo estaba bien. Para mi suerte le caí bien a una hembrita del trabajo y empezamos a salir y al poco tiempo a coger. Aunque es un poco gordita y bajita, tenía un culazo enorme y todos en el trabajo se la querían coger pero yo tuve el golpe de suerte. Rosario, así se llama. Me di unos buenos polvos con ella pero sabía que sería pasajero porque en verdad yo amo a mi mujer. En las noches llamaba a Lucía que, aparentemente, se quedaba en casa, un poco aburrida según me decía, y yo la consolaba diciéndole que ya pronto estaríamos juntos. Y la pendeja ésta me contestaba con aflicción diciéndome que me extrañaba, que se sentía muy sola.

El tiempo como siempre ocurre, es veloz. Acabó mi estancia en nuestro vecino país y era hora de regresar. El último día me despedí de Rosario, por supuesto, con una buena cogida y llegué a Lima por la mañana. Lucía no pudo ir a recogerme porque era temprano y estaba en el trabajo, así que tomé un taxi y llegué alrededor de las 10 a casa. Me di un baño reparador y sin pérdida de tiempo fui a ver qué habían registrado las cámaras que dejé. El primer día no hubo nada fuera de lo común. Mi mujer llegó a su hora, se quitó la ropa y dio su baño acostumbrado. Sin embargo el hecho de verla así, en video, era más que excitante. Verla desnuda desde distintos ángulos era un placer y una estimulación para mi verga. Luego del baño, se puso un polo y se quedó viendo tele, cenó, en fin, nada extraordinario. El día siguiente algo similar, solo que llegó más tarde a casa, y el que sigue incluso llegó más temprano y se dio el gusto de prepararse unas ricas empanadas, que sé que le encantan. Todo iba bien hasta ahí. De alguna manera me reproché el haber pensado mal de ella, viendo ahora que todo había estado tranquilo y los malos pensamientos solo estaban en mi imaginación. El siguiente día incluso invitó a una amiga, supongo que del trabajo pues usaba ropa formal. Lo único digno de recordar de ese día es verle el culo a la amiga cuando entró al baño. De ahí todo tranquilo.

Pero, si todo estaba bien hasta ahí, los días siguientes se convirtieron en mi peor pesadilla.

Al quinto día, al llegar del trabajo, entró a darse su baño acostumbrado solo que esta vez al terminar le dio por rasurarse la concha y quedar totalmente "peladita". Luego se aplicó unas cremas en el cuerpo. En sus tetas, piernas y nalgas, básicamente. Se perfumó el cuello, las tetas y un chorrito más en su pubis. Luego se puso un vestido tan corto que incluso desde arriba se le veía todo el culo, y un brassier transparente que yo mismo le regalé. Sabía yo que algo iba a pasar y no me equivoqué. A la media hora sonó el timbre y fue a abrir la puerta. Me tranquilicé de no ver a ningún extraño, era más bien mi vecino Don Tito. Un señor que vivía a 2 casas de la mía, que hace 1 año quedó viudo y cuyo hijo, Julián, era un buen amigo mío. El tío debe tener más o menos sus 65 años pero aún se le nota fuerte, porque de joven fue militar y entrenó mucho su físico.
Pensé que le iba a pedir un encargo o algo así pero me sorprendí de ver que ella lo hizo pasar con total confianza. No solo eso, el viejo entró de frente hasta el fondo de la casa.

El tío es "mil oficios", pensé, quizás tenga que ver con alguna reparación o algo así. Sin embargo, pude notar desde un comienzo, cuando el viejo entró a la casa, que mientras la seguía a la cocina no quitaba la vista de su culo. Claro que en parte lo entendí. Cualquiera lo habría hecho pues mi mujer está buenísima. Además ella misma se expuso al ponerse ese vestido tan corto que prácticamente mostraba las nalgas. Por un momento, desde la cámara de la cocina pude verla a ella pero no a él, cosa que me pareció extraña. Sin embargo en otra toma pude ver su exacta posición. Ella estaba al medio de la cocina y él en la misma puerta que viene desde el comedor. Estuvieron conversando sobre cosas intrascendentes como el calor que hacía, o cosas de la TV. De pronto Lucía le dijo: Don Tito, me ayuda por favor? quiero sacar una cajita con galletitas que está arriba del estante.

Hasta ese momento lo único que estaba claro era que el viejo, como todo hombre en su situación, se comía con los ojos a mi mujer, pero nada me haría indicar lo que vendría después.

Pues bien, el viejo le respondió: Pero que falta de confianza mamacita, claro que te voy a ayudar, párate acá, le dijo señalándole una silla, que yo la sostengo. Se lo dijo de una manera "pendejona" bastante evidente pero igual Lucía solo sonrió y se subió en ella para buscar las malditas galletas. Como el estante de la cocina es bastante alto, le costaba trabajo llegar hasta arriba y tenía que empinarse ligeramente. Más aún, demoraba una eternidad en encontrarlas ya que había un montón de cajas y bolsas en la parte superior del estante. Mientras tanto, el viejo se agachaba descaradamente y le miraba el culo con una desfachatez que a mí me costaba entender cómo a ella ni le preocupaba que el viejo esté debajo. Y él, que más quería. Tenía su culo en primer plano e incluso inclinaba la cabeza para ver si también podía "ganarse" con su concha. Yo no podía entender como ella estaba de lo más tranquila. Al cabo de un rato supe cual era la razón.

Finalmente ella encontró la bendita caja pero al bajar fingió trastabillar (me di cuenta pues fue bastante evidente que se dejó caer) y el viejo reaccionó de inmediato y la sostuvo en el aire. No sé si fue suerte o qué pero justo la agarro de la cintura y con la otra mano del culo. Ella bajo un pie de la silla y al quedar frente a frente se miraron unos segundos sin decirse nada. De pronto ella pegó sus labios a los de él y empezó a besarlo con sutileza al comienzo sin que él le corresponda. Luego éste poco a poco fue cediendo al impulso hasta que también la besó incrementando segundo a segundo una desbocada pasión.

No lo podía creer. Mi mujer y el papá de mi amigo se estaban besando y lo hacía en mi propia casa!!!

El viejo ni corto ni perezoso metió toda su lengua en su boca y empezó a besarla con locura y desenfreno. Sacaba su lengua solo para metérsela en las orejas y lamerle el cuello, mientras ella era presa de un fuego que crecía exponencialmente en su interior. Luego de excitarla al límite, le levantó la falda y le sobó el culo como le dio la gana. Sus manos recorrían su espalda hasta llegar a su enorme trasero, apretando con furia sus nalgas y finalizando el recorrido arrimando a un lado su tanga y sobando en círculos su, hasta ese momento, apretado ojete. Luego la levantó del piso e hizo que se paré en la silla nuevamente. Le sacó la tanga y se quedó un rato contemplando su gran culo y sobre todo su afeitada vulva. ¡Estás peladita mamacita!, ¡Que rico!, le dijo. Y nuevamente empezó a besarle esta vez las tetas. Se las chupó con tal fuerza que ella tuvo que jalarlo del cabello hacia atrás porque parecía que se las iba a arrancar. Luego se agachó un poco, le levantó una pierna y la puso en uno de sus hombros. Cogió impulso y de golpe la puso sentada en sus hombros frente a él. La pegó a la pared y empezó a lamerle la concha con total frenesí. Ella casi de inmediato se mojó todita y el viejo tenía toda la barbilla llena de sus fluidos, lo que no impedía que siguiera lamiendo como si de néctar se tratara. Lo hacía despacio y aceleraba cuando ella se estremecía y apretaba las piernas. Definitivamente era un capo dando sexo oral porque ella fácilmente se corrió en unos minutos, en medio de enormes gemidos.

Pasado esto, la bajó al suelo y se desabrochó la correa y quitó el pantalón. Ella casi por instinto se arrodilló en el suelo frente a él esperando con ansias se quite el calzoncillo. Por un momento tuve la esperanza que al tratarse de un viejo tenga la verga caída, arrugada o por lo menos pequeña y con un aspecto deprimente. Nada más lejos de la realidad. Don Tito podía ser viejo pero tenía 25 cm de carne entre las piernas, y más erecta que la de un joven de 20. Además, el muy bastardo también se había afeitado las bolas y la verga totalmente, lo que hacía que tuviera una apariencia aún mas grande.

Al verle la verga, Lucía quedo perpleja y de puros nervios sonrió sin decir nada. Luego de unos instantes le dijo: Me lleve el diablo Don Tito, que pichulón se maneja usted. Y empezó a acariciarla con cierto temor. Se quedaba viéndola y otra vez sonreía con un gesto de incredulidad ante lo que veía. Don Tito no esperó más y le dijo: Ya está lista para ti. Anda, dale un besito. Ella obedeció y luego de darle besos tiernos desde la punta hasta los huevos, empezó a chupársela, pero lo hizo como si estuviera lamiendo un empalagoso caramelo. Le besaba la "cabecita" y pasaba la lengua alrededor de su verga, mientras al mismo tiempo lo miraba directamente a los ojos y se relamía. Luego se la metía de a pocos en la boca, con movimientos zigzagueantes y lo volvía a mirar coquetamente. Al rato se la puso en medio de las tetas y empezó a masturbarlo con ellas. El maldito viejo estoy seguro que nunca había gozado así, pues estaba en un éxtasis total y, entre muecas de dolor, le decía: ¡Así mamita, chúpatelo todo!... ¡es tuya!... ¡cómo te gusta mi verga ¿no?, ¡Vas a ver lo que te espera!

Luego de unos minutos, en los que Lucía le sacó lustre a ese falo, el viejo se levantó y se sentó en una silla. Ella se acomodó de espaldas a él y quiso sentarse en su verga. Mientras se acomodaba, el viejo quiso metérsela de golpe pero tuvo dificultades porque era bastante estrecha así tuvo que penetrarla poco a poco. Primero le metió la "cabeza" de su pene con mucho esfuerzo pues era muy ancha. Ella no aguantó la primera embestida y tuvo que sacársela inmediatamente porque pegó un tremendo grito de dolor. Lo intentó nuevamente y fue cediendo poco a poco hasta que finalmente le entró todito mientras ella chillaba de dolor pero aguantaba estoicamente. Luego de unos tensos minutos que incluso le costaron algunas lágrimas, el viejo maldito sacó su verga de la adolorida concha de mi mujer y nuevamente le metió la cabeza de su pene. La sacaba y metía como si de un juego se tratara hasta que, sin que ella lo esperase, la apretó con los brazos, jalándola hacia él. Los 25 cm le entraron por completo. La pobre dio un interminable: OOOOOHHHHHH!!! pareciendo que le faltaba el aire o se iba a desmayar. El viejo entonces empezó penetrarla y penetrarla cada vez más rápido, logrando que ella en pocos minutos se corra por completo. Quedó unos segundos tendida sobre él recuperando el aliento. Al parecer a él le cansaba esa posición o en todo caso no podía penetrarla como quería. Entonces levantó el culo de la silla (aún con ella encima), dio un paso hacia adelante y esta vez apoyó su espalda donde antes se había sentado. Ahora el culo de Lucía estaba con todo su peso sobre la verga del viejo. Era justo lo que él pretendía pues se dio un festín penetrándola desde abajo a toda potencia y acelerando el ritmo con una velocidad que a mí me dejaba como un aprendiz. Ella no paraba de gemir. Nunca la vi con tal muestra de dolor y deseo al mismo tiempo. Tenía los ojos cerrados y entreabiertos por momentos, y hasta diría que también los puso blancos. Como es de suponer la hizo tener otro brutal orgasmo, al mismo tiempo que el muy maldito tenía el suyo, eyaculando dentro de ella.

Pasados unos segundos él se levantó de su posición sin sacársela aún y se sentó en la silla con ella encima, totalmente derretida y bañada en sudor, y él, con la verga liquidada de emanar todo el semen acumulado. Se quedaron así conectados un buen rato, mientras él la abrazaba por detrás cubriendo con sus manos sus golosas tetas y ella con los ojos cerrados y el aliento perdido le decía con cierta agonía: Quisiera quedarme así para siempre…

Luego de unos minutos, al fin ella se levantó con cuidado y quiso pararse pero el muy zorro la atrajo hacia él jalándola de la cadera y la sentó en sus piernas mientras le decía: No sabes el hambre que te tuve desde que te vi. Ella riéndose le preguntó: ¿Así? ¿Cómo fue eso?. Y él le dijo: ¿Recuerdas la vez que fuiste al cumpleaños de mi hijo Julián? Estabas en el cuarto de mi hija Paolita. Creo que se te habían manchado el vestido o algo así. Fui llevando las cajas con regalos a la bodega que tenemos en el altillo. Jamás se me ocurrió que al voltear te iba ver en el cuarto de mi hija sin vestido, usando sólo un calzoncito rojo con bobos que hasta ahora lo recuerdo. Me agaché para poder verte… !Qué linda estabas!

Ella se sonrojó, lo abrazó del cuello con coquetería y le dijo: Claro que me acuerdo. Tu nieto me había derramado jugo en mi vestido y Laura me dijo que podía prestarme uno de ella y que me cambie en su cuarto. Quién podía imaginar que me estarías viendo, pervertido (y sonreía). Ahora que recuerdo bien, ni siquiera usaba brassier porque el modelo de mi vestido hacía que se note y por eso no me puse ese día.

Claro que no, exclamó el viejo riendo. Justo por eso pude ganarme con tus tetas y sobre todo con este culo (le dijo mientras le manoseaba las nalgas). Aunque… esa vez tenías la concha bien peluda… pero igual de sabrosa. Luego de que ambos se reían de lo que decían, él volteó y le preguntó: ¿Y qué te atrajo de mí?

Ella le dijo: Pues no sé, es que se te ve tan macho, tan varonil. Tampoco es que te vi y me enamoré, en realidad fue insospechado lo que sentí aquella vez pero desde que te conocí me decía a mi misma: qué guapo habrá sido de joven, que fuerte se le ve. No fue hasta una ocasión, que fui a comprar unas cosas a la tienda de la esquina y te vi subido en una escalera pintando la fachada de tu casa. Hacía un calor terrible y justo cuando pasé te sacaste la camisa y te la pasaste por el cuerpo. Esa vez me quedé observándote y tú ni cuenta te dabas. Por un instante recorrí tu cuerpo con la mirada y me fijé en tus fuertes brazos, en tu porte, y cuando llegué a tu ingle imaginé que tenías una buena verga. Aunque no pensé que la tuvieras así de grandota (y le acariciaba el pene dulcemente). Nuevamente se besaron apasionadamente mientras ella con las manos le acariciaba el poco cabello que tenía y le decía: Me encantas mi amor.

Él sonrió y le dijo: Así que lo tenías planeado ¿no?, y empezó a hacerle cosquillas en la barriga, alrededor del ombligo, provocándole unas carcajadas. Luego siguió con más cosquillas en sus axilas, en su cintura y finalmente cuando ella giró, le dio un tremendo palmazo en la nalga derecha. Ella se levantó y fue corriendo al dormitorio y él la siguió de inmediato. Cuando la alcanzó quiso ella poner resistencia con los brazos pero la fuerza del viejo era mayor y la doblegó sin gran esfuerzo. Luego le levantó los brazos y la empujó hacia la pared. Empezó a besarle el cuello y luego los senos. El muy perro le apretaba las tetas como si quisiera ordeñarla. Luego ella mismo se giró contra la pared y él, ni corto ni perezoso, le dio una tremenda lamida. Desde el cuello iba bajando su lengua bípeda hasta que finalmente se enterró en su culo. ¡Como se lo abría para lamérselo el desgraciado!

Luego, cuando estuvo totalmente empapada se la metió en la concha y empezó la feroz penetración desde atrás. Lo hacía con tal violencia que incluso por momentos mi mujer despegaba los pies del suelo y el viejo se empinaba. Pasaron unos 10 minutos y esta vez fueron hacia la cama, donde ella se arrodilló, puso una almohada debajo de su pecho y levantó las nalgas esperando recibir completa la verga del viejo. Éste nuevamente le dio una furibunda e incesante cogida, solo que en cierto momento, pretendió metérsela por el culo. Al no estar lubricada mi mujer dio un grito terrible y quedo postrada de costado. Su dolor era terrible y al viejo no le quedó otra que consolar su llanto incontenible.

No era que Lucía sea virgen por el culo. El problema era que el puto viejo tenía la "cabeza" del doble de ancho que la mía. Y metérsela de golpe había sido inaguantable para su pobre ojete. Se acercó entonces el viejo y se excusó con ella, mientras seguía acariciando sus nalgas, sus senos.

Creí que eso había sido todo pero Lucía no se iba a dar por vencida. Pasado su dolor le dijo entre sollozos. Dame otra vez mi amor pero poquito a poquito ¿sí?. Por favor dame.

Era para no creerlo. La puta de mi mujer le rogaba al viejo que le rompa el culo.

El viejo entonces le lamió el ojete y se lo llenó de baba. Escupió un par de veces y poco a poco empezó su trabajo de rellenarle el culo a mi mujer. Ella se aferraba a las sábanas y hacía muecas de dolor, lloraba, reía, se quejaba y por ratos el viejo paraba pero volvía a los segundos a penetrarla desde distintas posiciones dándole cada cierto tiempo terribles nalgadas, hasta que luego de unos minutos, tuvo toda su verga metida en su culo. No sé cuánto tiempo estuvo taladrando a mi mujer, pero imagino que casi llegó a su estómago. Al fin, cansado se tiró encima de ella y luego se tumbó de costado haciendo una "cuchara" perfecta. Desde esa posición empezó a penetrarla nuevamente por la concha y por el culo alternadamente, jugando con su clítoris y sus tetas hasta que al cabo de varios minutos se vinieron al mismo tiempo en medio de enormes gemidos.

En ocasiones las personas creemos estar proclives a grandes sufrimientos con este tipo de situaciones, pero nos damos con las sorpresa que pueden producirse satisfacciones inesperadas. Y eso fue lo que me ocurrió con mi mujer. La había visto gozar como nunca la pude hacer yo. Había sido testigo de cómo el viejo le llenó la concha y el culo a mi mujer pero lejos de enfadarme produjo en mí un increíble regocijo.

Esta es solo la primera parte de esta historia, que en los días posteriores iba a ponerse aún más interesante….



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Comentarios enviados para este relato
katebrown (18 de October de 2022 a las 21:58) dice: SEX? GOODGIRLS.CF

katebrown (18 de October de 2022 a las 19:34) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


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