Cuando de repente lo metí todo de un golpe, ella totalmente entregada era un grito de dolor al sentir ese fenómeno de pene hasta el fondo de su dilatado útero, ¡Espera!... ¡duele!, grito.
Relato
A los ocho meses de embarazo mi madrina adquiere cordura y comienza a evitar los encuentros amorosos con mi persona por temor a enamorarse y abandonar a su marido de quien ella esta enamorada, según dice.
Al nacer la beba voy de visita y la suegra de mi madrina me acorrala en la cocina y me aclara varios puntos, sabe de nuestros encuentros, sabe que el embarazo de su nuera es producto de nuestra relación, pero ella necesita nietos y esta nieta ella la acepta es su nieta y punto…, pero me dice, ella está con perturbaciones post parto déjala ya volverá a ser ella y ahí conversan, ahora quiero que tú me ayudes… mis dos hijos sufren al igual que su padre eyaculación precoz y vaciamiento prematuro dejando a sus parejas en crisis de apareamiento caliente y sin saciar sus instintos y hormonas alteradas, eso me sucedió a mí e igual le esta sucediendo a mis nueras, te confesaré que pase por ese trauma y también me descargué con varios amantes, bien al echo tengo mi nuera esposa de mi hijo menor Katia, una maravillosa mujer, pero con trauma por no poder saciarse en los coitos quedar ardiente y trastornada con sus hormonas traicionándola y calentándose por una buena copula. Tengo miedo que caiga en dañinas manos por su estado amoroso insatisfecho y aquí entras tú… me ayudaras a calmar a esta hembra acostándote repetidas veces con ella y no me importa si la preñas… esto está conversado con ella, tú eres de mi confianza, ya te he estudiado y aprobaste…., ahora ¿Qué contestas?... ¡ah! Si te preocupa la reacción de ella es de total consentimiento y aceptación a esta acción.
La miraba incrédulo, había escuchado sus palabras, pero no las asimilaba, hasta que finalmente respondí… si tú así lo deseas, dalo por hecho. Me abrazo feliz diciéndome mañana nos encontramos en la plazuelita a las 9 horas de la mañana, recuerda temprano, no te preocupes me levanto a las 6,00 horas todos los días.
Al día siguiente paso antes de las nueve por la plaza y allí estaba, la subí a la camioneta y le dije ahora que… vamos por esa calle y me guió hasta una casa. Tenía llave y entramos… llegamos hasta un dormitorio donde estaba ella su nuera media dormida, la suegra retira las sabanas bruscamente
Me recreé con su cuerpo, solo cubierto por un corto pantaloncito y una corta blusa de tul.
Mira sorprendida y no alcanza a reaccionar cuando mi fría lengua entra calentándose en su boca. Y no respondió, la besé, mordí sus labios, mis brazos rodearon su cuerpo y la acaricié, disfrutando del tacto de esa piel erizada por las caricias y ese cuerpo duro y bien definido.
Una de mis manos comenzó a reptar desde su muslo en sentido ascendente hasta atrapar un pecho que amasé sin contemplaciones. Mira a su suegra y me atrapa recostándome en su cama
Me abrazaba con piernas y brazos. Estaba deseosa de pertenecer a un macho.
Le besaba el cuello mientras le acariciaba fuertemente su espalda hasta llegar a sus preciosas nalgas, a las mismas que estrujé y la apreté hacia mí, para que sintiera más mi pene completamente erecto.
La suegra delicadamente se retira del dormitorio.
Ella levantaba su cadera tratando de que introducirse mi pene y cuando finalmente metí mi pene en su rendija, Katia se puso a temblar y me agarró de mis cabellos para cruzarme entre sus piernas y cruzando las piernas en mi espalda. Yo estaba disfrutando de sus jugos y aroma. Katia movía su cadera de arriba hacia abajo fuertemente y con vigor. Emitía gemidos fuertes, cuando de un momento a otro aceleró sus movimientos y me apretó fuertemente con sus piernas, mientras me halaba de los cabellos emitiendo gemido roncos casi gritando, me sacudía con su caderas como queriéndome introducirme por su vulva. Yo estaba que me iba. Que deliciosa vulva, toda mojada y deliciosa. Presioné el clítoris con mi pene, y eso hizo que ella se estremeciera más aún. Me lo chupaba fuerte, mientras ella seguía gimiendo, sus caderas parecían dotadas de vida propia y casi literalmente me estaban comiendo. Yo combinaba mis movimientos, ella se estremecía y agitaba cada vez más y más, los movimientos se volvieron más rítmicos, más rápidos, más intensos. Comenzamos a penetrarnos acompasando mis embestidas con los movimientos de sus caderas que buscaban un contacto profundo. Me miraba a los ojos, jadeando, sonriendo y lamiendo mis labios cada vez que se acercaba. Ella me arañaba la espalda, buscaba morderle la boca, quería más de élla. Sudorosos, nuestros cuerpos, acoplados a la perfección, marcando la entrega en este delicioso apareamiento finalmente se tensó y se llenó de convulsiones, estaba teniendo un orgasmo, pero en esta ocasión eran varios al mismo tiempo, uno tras otro. Finalmente se quedó casi inerte sobre la cama, jadeando profundamente y con una respiración fuerte. Mientras me acariciaba la cabeza. Nunca había sentido esto tan delicioso que me has hecho sentí, me dice.
Finalmente ella me volteó y me puso boca arriba, para luego prenderse de mi pene el cual agarró y se lo llevó directamente a la entrado de su cueva y sentarse bruscamente emitiendo un fuerte gemido lleno de placer. Comenzó a galopearme, era una verdadera jineta montada en un potro salvaje. La cama rugía y parecía que se iba a descomponer. Nos movíamos como unos locos, como unos desesperados llenos del más grande placer y deleite jamás experimentado. Nos hacíamos promesas de no dejarnos nunca, de no apartarnos jamás. Me hizo prometer que sería suyo para siempre y ella también me hizo la misma promesa.
Relajados dormitamos unos diez a quince minutos y luego vamos buscando a Nene la suegra, esta está en la cocina preparando bocadillos, al vernos feliz se dirige a Katia su nuera de 28 años, diciéndole cumplí ahora tu cumple lo tuyo y seremos todos felices… sorprendido pregunto que me perdí y Katia me dice prometí ser fiel a mi esposo, su hijo y cumpliré, claro que tu eres parte del acuerdo y no me puedes abandonar, ¿eh?.
A fines de semana y visito por la mañana temprano a Katia al llegar va saliendo el vehículo de su esposo y Katia va a cerrar el portón al aproximarme ella me ve y deja que ingrese la camioneta al garaje cerrando su puerta rápidamente y luego el portón, así nadie te ve bajar del vehículo me dice abrazándome con sus brazos en el cuello y con sus piernas me cruza por detrás de mi trasero y me dice llévame así hasta la cama que mi marido te la ha dejado calentita y me uso goteándome mi vagina cuando deseo los chorros de tu potente pene, este si que me inundan mi matriz…
Me miraba con lujuria, me estimulo, me provoco una excitación incontrolada esa mirada, lo mire con su dorso desnudo, sus músculos a la vista revelándose y expresándose igual que eran poderosos tanto cargar con sacos su camioneta, poderosos y amorosos, ven tócalos son tuyos, parecían decirme. No se lo que hice, pero me encontré en sus brazos besándolo y tocándole sus musculoso cuerpo, acariciándolo, Leo me tomo por mi cintura abrazándome en seguida cargó mi cuerpo cruzando sus brazos por debajo de mi culo tomándome en con sus poderosos brazos y me trasladó al cuarto que era mi dormitorio con la cama aun caliente donde habíamos cohabitado mi esposo y yo. Sin bajarme de una fuerte patada abrió la puerta, dejándome caer en la cama al tiempo que sus manos curioseaban debajo de mi camiseta pellizcándome mis pezones, su cabeza se incrustaba en mi entrepiernas acariciando por un extremo de mi calzoncitos mi vulva enmarañada de vello donde no la había mantenido libidinosa por no tener macho, macho que la saciara ya que mi marido la había solo entibiado, la cual ahora era acariciada por una lengua lasciva invadiendo mi entrada sexual, era áspera, pero realizando los movimientos le habían transmitido, estaba en mi máxima felicidad, complaciente a lo que mi macho quisiera, entregada totalmente a un amante, mucho mas joven que yo eso si, gemía entre sus brazos abriéndome de piernas no impedí cuando me saco mis pantaloncitos y me rompe de dos tirones mi camiseta, me tenia desnuda a su mirada, me miraba con esos ojos golosos, Dios era esa mirada que conocía en este chico.
Me tenía en la cama desnuda mirándome acariciándome halagándome, me comía con la vista, coquetamente le sonreí desbastada, estimulada, deseando ser su mujer sentirme atravesada por este mini macho, cuando se saco sus pantalones apareció un gran, en verdad un tremendo, triunfante, desafiante y enorme miembro para su edad, su tamaño era mas para un hombre que para un chico de su edad, aparte de ser grueso llamaba la atención esa deforme cabeza exagerada. Esta era mayor de temerle con una cabezota deforme surcada de venas que semejaba una nuez, pero grande tan grande que de solo mirarla mi vagina se contraía adolorida.
Solo de pensar que me empotrarían en mi agraciada matriz, trastornaba mi pensamiento, sabía que ese juvenil amante me haría sufrir al perforarme con ese horrendo órgano semental a mi pobre vagina, me penetraría hasta el fondo de mi matriz. No escucharía mis gritos ni ruego solo me empotraría.
Leyó mis pensamientos apoyó su glande a la altura de mi vagina. Di un respingo cuando sentí su tacto. Pensé que no me cabría, era duro y cálido, me asombré de que poco a fuera engulléndolo... no fue fácil, todavía no estaba suficientemente lubricada para la tarea, pero poco a poco me encontré completamente, llena... me sentía totalmente estimulada. Comenzó a moverse. En esa posición apenas apoyada en un extremo de la cama era una mera asistente, pero disfrutaba de su ritmo arrítmico, a veces deprisa, a veces despacio, a veces ligero, a veces profundo... Yo contemplaba preocupada donde nuestros cuerpos se fusionaban... sentía mi vulva abierta a extremos inimaginable, recuerdo que me llamaba la atención la manera en que mis labios vaginales acompañaban cada salida del miembro, estiradas al máximo por su grosor, como si me abultasen y acompañado de un sonido casi ridículo, de ventosa, de chapoteo.... he tenido cierta cantidad de amantes y nunca había experimentado este hecho, supongo que se debería a la postura y sobre todo al tamaño del pene (recuerdo perfectamente que era como un vaso de combinado). Leo continuaba con sus embestidas y se sujetaba de mis caderas para tomar mas impulso. Mis piernas colgaban sobre los laterales de su cuerpo. De vez en cuando me las elevaba, de esa manera la penetración era profundísima y los abdominales me mataban. No habrían transcurrido 5 minutos de sexo salvaje, cuando, de repente lo metió todo de un golpe, yo totalmente entregada era un grito de dolor al sentir ese fenómeno de pene hasta el fondo de mi dilatado útero, ha sido la situación más embarazosa de mi vida. - ¡Espera! ¡PARA! Le decía. No contesto, siguió con el vaivén sin compasión, claramente jadeante Leo conteniendo un gemido por el esfuerzo, aumentando la potencia de la penetración e intentando ponerme en un aprieto mordiendo el pezón salvajemente. Era un monstruo, me daba las embestidas mas salvajes, espérame le solicité, hasta ahora había trabajado solo, comencé a bajarle el ritmo, me penetraba despacio y a la vez con una mano me acariciaba el clítoris... eran interminables segundos de penetración hacia mi profundidad e interminables hacía el exterior... lo notaba en todo su ser...gozaba penetrándome... era capaz de delinearlo en mi vagina.... era un artista, sabía sacarse todo el partido a ese prodigio de la naturaleza y a ese ritmo me empujaba poco a poco al abismo del placer me corro dijo de repente, era la primera vez que veía su cara descomponerse, perder la compostura …, córrete dentro de mi, me salió del alma y el hablar así me puso a cien, que puta eres, te voy a dejar bien sembrada, hazlo, córrete en mi... claro que lo voy a hacer, no lo dudes me dice Leo y se tensó como una vara, estirando el cuello y gruñendo como un animal…, dámelo ya, pero no pares ahora o te mato dije mientras me desbocaba empezando a gemir y gritar con sus últimos vaivenes... ahora era yo la que empujaba la cadera como una energúmena intentado engullir más allá su pene y apretaba mis piernas contra el para sentirlo más a dentro..... Comencé a estremecerme, de manera terrible, espectacular, mientras notaba su espeso líquido rebosándome, regándome toda, mojándome como nadie jamás lo había hecho....en mi matriz, me había apareado con el amante que me trajo mi suegra y se había prodigado en este coito que lo recordaría, realizaba las cópulas divina y para llegar a un apareamiento majestuoso era cosa de entregarse a este chiquillo. Como gocé, como lo disfrute, ahora comprendí que Leo no volvería me esperaban muchas sesiones de lujuria y amorosas entregas carnales a este dueño y señor de mi cuerpo. Esa semana le exigí venir a diario y cada día era mejor satisfecha por este semental me trastornaba en la cama y yo me entregaba locamente a sus lujurias y anhelos. Me comportaba con este mini macho como una puta y le exigía placeres tras placeres, mi suegra Nene había sabido escoger bien.