Alfonso, mi marido sale primero de la conserjería, lo escucho despedirse de Ana, comprendo que es hora de retirarme igual, me visto y salgo sin prisa sin mirar a Lalo, Ana me sonríe cariñosamente, trato de responderle de la misma forma con una mueca en mis labios.
Todo es diferente, lo que antes eran risas y comentarios divertidos rumbo a casa, ahora se vuelven silencio, un silencio muy pesado, nadie quiere hablar, siento que una palabra mal dicha desencadenará una tormenta que ninguno quiere desatar, sábado y domingo pasan muy lenta y pesadamente, ahora somos un par de extraños que solo hablan lo necesario, nadie conocía esa parte perversa de ambos.
Trato de ordenar mis ideas y mas siendo Lunes, dirigiéndome ahora sola a la escuela, reconociendo lo que siempre me había negado a reconocer tras mi máscara de maestra intachable, las miradas de envidia y furia de las madres de familia y las miradas morbosas y lujuriosas de los padres que me quieren comer viva o mas bien dicho, ¡coger viva!.
Un sin fin de ideas atraviesan por mi mente, al fin logro controlarme, ingreso al plantel solo para enterarme que Ana y Austrebaldo ya no son los conserjes, cada que cambia la mesa directiva escolar hacen cambio de conserjes y en esta ocasión el cambio se había dado el fin de semana.
Las siguientes semanas más por curiosidad y morbo me dedico a buscar de alguna forma algún indicio de Ana y Lalo, todo había sido tan repentino que nunca imaginé que iba a suceder esto, ¡ni siquiera recuerdo sus apellidos! aprovecho cualquier momento de receso o reunión para ingresar a la dirección escolar a buscar algún dato, algún registro, alguna red social, ¡algo!... pero de alguna forma los registros desaparecieron.
_Hola Laurita... me dice el director, por desgracia amigo de mi esposo, un viejo canoso, flaco y feo a punto de jubilarse, quien me encuentra concentrada en sus registros escolares...
_ ¿en contraste lo que buscas?
_esteeee... veo mis horarios y mi planeación profe, le contesto, sonriendo, como siempre.
-Sabes Laurita….. he sido muy generoso contigo eh, tu esposo es mi amigo y pues….no he podido ser más bueno, dice fijando sus ojos en mis pechos, como hace siempre.
-si, lo sé, contesto
-Y tú no has hecho nada por mí, viéndome a los ojos
-Disculpe, es mejor que me vaya.
_ ¿buscas esto verdad? me dice deteniéndome del brazo y mostrándome en su celular el muro de Ana en Facebook.
No se que decirle, entre emoción y lo nuevo de la situación me bloqueo de nuevo.
¿Por qué te pones tan nerviosa? colocándose detrás de mi susurrándome al oído
-Tú ya sabes a lo que me refiero…. No soy tonto, ¿crees que no me había dado cuenta de lo que te traías con el Lalo? todas esas miradas ¿y lo que hicieron?...tu esposito me lo confesó…el pobre muy desconsolado, me dice poniendo sus manos en mis pechos apretándolos…. me pone de pie... Eres un cerdo, le digo…
_Que preciosa estas Laurita, eres una muñequita mientras besa y lame el contorno de mi cuello, abre mi blusa me besa por encima del brasier en el contorno de mis pechos , se sienta en su silla de director y hace que me siente en sus piernas de frente a el, su pene erecto rosa contra mi. me quita la blusa y el brasier, hace un gesto de emoción y de gusto por verlos así , las manosea a su gusto mientras su lujuriosa mirada y su erección van aumentando, hago que se levante y le bajo los pantalones y los calzoncillos, ante mí se alza su verga de tamaño normal, se la chupo un poco hasta que considero que está lo suficientemente lubricada, luego me quito la faldita que llevo y mi tanga y me pongo a cuatro patas contra la mesa de su despacho, me observa emocionado, quizá porque nunca pensó que tendría a alguien como yo a su merced.
_que esperas cerdo...le digo
Sus manos se apoderan de mis caderas y me penetra de un solo envión cogiéndome muy duro, sus embestidas son fuertes, el sonido de su piel sudorosa y mis caderas llenan la dirección.. pero aun así no sale palabra de mis labios, solo me concreto a sentirlo.
-¿Te encanta verdad perra?
-Eres una puta muy fácil ¿o no?
no contesto..
Eres mía, puta, perra, zorra, estúpida niña mimadaaaaahh. explota, pero no dentro de mi, eyacula en mi espalda bufando como semental satisfecho, su semen tibio se va enfriando mientras resbala por mi fina piel…
Hace que me vista así sin limpiarme mientras me envía la página de Ana a mi celular.
Salgo de la dirección, no sin antes hacerme un gran chupetón en el cuello, marcándome, con su humedad y aroma resbalando aun en mi espalda y la página de Ana en mi cel.....
Ambos iniciamos a besarnos con toda pasión, con aun más pasión que la primera vez, mientras nos besamos Armando comenzó a tocarme mi zona intima debajo la falda de mi vestido y como consecuencia a esto de inmediato me moje toda, ¡Quiero hacerte el amor! Me dijo suavemente al oído, -Lo sé y también quiero- le conteste.
Relato erótico enviado por putita golosa el 29 de August de 2010 a las 23:31:22 - Relato porno leído 515057 veces