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MAITE

dulces.placeres Relato enviado por : dulces.placeres el 01/08/2016. Lecturas: 4642

etiquetas relato MAITE   porno .
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Resumen
Una de ellas vino a nuestra mesa a tomar el pedido, como buen macho la fotografié en mi mente, era bastante baja, de cabellos oscuros con un mechón teñido de rojo, un pircing atravesaba su nariz y resaltaban unos atrevidos ojos celestes, vestida toda de negro con un delantal verde, se notaba una petisa potente, de grandes pechos y una cola por demás de ostentosa, diría esas petisas que son puro culo.

Tenía cara de niña, le hubiera dado quince años, pero por la forma de manejarse y su brazo derecho tatuado por completo le hubiera dado más de veinte, ella causaba cierta ambigüedad en mi forma de verla.



Relato
MAITE


Siempre fui el vivo del grupo, el que tomaba a las mujeres como objetos sexuales, el que nunca se casaría, ni siquiera tendría novia, porque las mujeres estaban solo para cogerlas, pero en realidad terminé siendo un pobre tonto enamorado, como dice el dicho, fui por lana y salí trasquilado…

Estaba llegando a mis treinta años con mi fama de ganador y mujeriego intachable, hasta que de casualidad la conocería a ella, a la putita que cambiaría mi vida.
Como de costumbre habíamos salido con los muchachos de la barra a romper la noche y antes de ir a bailar pasamos por un pub a tomar unas cervezas, elegimos un lugar un tanto apartado en el que caímos por casualidad, ideal para trampas, un tanto oscuro y de densa atmósfera.
Nos sentamos a un costado, donde corría una brisa refrescante, rápidamente divisamos que eran señoritas quienes atendían las mesas y fue en ese momento que comenzó la historia.
Una de ellas vino a nuestra mesa a tomar el pedido, como buen macho la fotografié en mi mente, era bastante baja, de cabellos oscuros con un mechón teñido de rojo, un pircing atravesaba su nariz y resaltaban unos atrevidos ojos celestes, vestida toda de negro con un delantal verde, se notaba una petisa potente, de grandes pechos y una cola por demás de ostentosa, diría esas petisas que son puro culo.

Tenía cara de niña, le hubiera dado quince años, pero por la forma de manejarse y su brazo derecho tatuado por completo le hubiera dado más de veinte, ella causaba cierta ambigüedad en mi forma de verla.
Como solíamos hacer, la jauría de machos y en patota, éramos muy piolas para con la joven, hablando en doble sentido ó tirando indirectas todo el tiempo, para nosotros era muy gracioso y reíamos a más no poder, sin importarnos en la incómoda posición que ella estaría.
Así le robamos su nombre, Maite, y luego su edad, le faltaban unos días para cumplir los diecinueve, hasta que decidimos seguir camino, junté el dinero para abonar y entre las risas de mis compañeros le dejé con el mismo una tarjeta de presentación de mi trabajo de las que siempre llevo encima, con mi número de celular.

Tan pronto salimos del pub me olvidé de ella, solo buscaba divertirme un rato, de hecho cuando me llamó a la semana siguiente no recordaba quien era y realmente fue una sorpresa para mí que lo hiciera, lo de la tarjeta era un truco que nunca me había funcionado, pero siempre hay una primera vez, hablamos bastante y quedamos en encontrarnos en algún momento.
Fui a mi computadora, la busqué en facebook donde la encontraría en fotos bastantes sensuales, explotando sus atributos, también encontraría sus amigas, tan perras como ella, pronto descubriría que Maite era una putita cualquiera, una barata regalada. Seguí buscando, en algunas páginas más sucias, para encontrarla entonces en un sitio de chicas amateurs, para mayores de edad, esas en que las mujeres gustan exhibirse con poca ó nada de ropa, había un par de post suyos, recuerdo el que más me impactó…

Las fotos se sucedían una tras otra, empezaban con un plano corto de su rostro, lamiendo un chupetín en forma sugestiva, para luego mostrarse de cuerpo entero con un súper ajustado vestido negro, bien corto, dejando ver sus poderosas piernas enfundadas en medias de red, altísimos tacos y poses por demás de sugerentes imposibles de describir, resaltando su trasero y sus pechos, continuaba con sus tetas al descubierto y el vestido subido a la cintura, con sus anchas nalgas casi desnudas, solo cubiertas por una tanga hilo dental y portaligas sosteniendo a sus medias. Todo terminaba en un desnudo completo, donde resaltaba su rabo bien depilado y su esfínter notoriamente dilatado, demasiado para tan poca edad.
Recuerdo que esas fotos me calentaron demasiado, tanto que tuve que masturbarme para aplacar mi calentura ante semejante mujer.
Días después concretaría un encuentro con ella, de regreso a su domicilio pasaríamos por un descampado, donde la cogería por primera vez, contra la pared, hasta se la di por el culo…

Empezamos a salir con frecuencia, siempre terminábamos revolcándonos, fui conociendo su mundo, ella el mío, como suele suceder platicamos acerca de nuestros padres, familiares y amistades, defectos y virtudes de cada uno, cosas que todo el mundo hace.
Solo había pasado un mes desde nuestro primer encuentro, cuando le propuse hacer una nueva producción fotográfica, donde yo la retrataría para subirlas a la red, ella dobló la apuesta, me pidió que convenciera a Rogelio de participar en la misma.
Rogelio era uno de los tantos amigos sobre los que le había platicado, y ella era tan puta que sabía porque lo quería justamente a él, él era de esos que siempre hay en un grupo, él que tiene una verga fuera de lo común y ella estaba dispuesta a todo
Hablé con mi amigo, no tenía nada que perder, solo su enorme verga sería fotografiada, y de paso le haría de todo a esta putita…

Lo hicimos en mi casa, Maite estaba terriblemente hermosa, una petisa explosiva, de grandes caderas y voluptuosos pechos, con unas castigadoras turquesas, medias de nylon del mismo color bien sujetas a sus muslos, botas blancas arriba de la rodilla, de finos tacos y una tolera de red por la que resaltaban sus pezones.
Acá no había amor, solo había locura, a decir verdad la joven fue la que llevó todo adelante, sabía muy bien qué hacer, como hacerlo y cuando hacerlo.
Empecé fotografiándola con un gran consolador al cual lo lamió, lo abrazó entre sus tetas y lo introdujo en su enorme concha, no sabía cómo diablos se metía los casi treinta centímetros en su interior, lo cierto es que lo hacía desaparecer ante mis ojos, dándome tiempo para retratarla en varios planos y posiciones.
Como me calentaba esa chiquilla! Pero aun faltaba la mejor parte…

Al entrar Rogelio en escena la maldita enloquecería, ella daba las órdenes de que había que hacer, empezó a lamerla buscando ser lo más sugerente posible, con su boca bien abierta comiendo su glande, acariciándola con ambas manos, pasando la punta de su lengua desde un extremo al otro. Recuerdo cuando solo la dejó reposar sobre su rostro, las bolas de mi amigo estaban en su pera y la serpiente descansaba paralela a su nariz, pasando por su frente, terminando más allá de su cabellera.

A todo esto Maite se iba desnudando lentamente, cambiando de posiciones, por ejemplo en cuatro patas, asegurándose que su culo parado y su chupada de verga cupieran en el mismo cuadro, ó sentada con sus piernas abiertas, su concha desnuda, la punta de la pija en la boca y una sonrisa provocativa y seductora.
Rogelio a todo esto obedecía al pié de la letra, lo mismo que hacía yo, el buscaba mantenerse concentrado para que su verga estuviera tiesa en todo momento, cosa que parecía fácil, pero no lo era.
Para mí era como ser el director de una película porno, había hecho locuras en mi vida pero nunca había presenciado a dos personas teniendo sexo.

Llegó el momento de la penetración, ella lo hizo recostar para ponerse frente a la cámara, parada sobre los finos tacos de sus botas, con una pierna a cada lado se fue agachando en cuclillas, mando el miembro con su mano derecha para introducirlo lentamente en u argolla.
Creo que fue el único momento en que Maite pareció olvidarse del trabajo que estábamos haciendo, porque cerró sus ojos y empezó a subir y bajar con violencia, una y otra vez, gemía apretando sus pezones, yo disparaba ráfagas de fotos donde podía verse en detalle como los más de veinte centímetros de carne dura de mi amigo iban desapareciendo poco a poco hasta ser devorados por completo.
El cuadro era imponente, me preguntaba cómo no le dolía lo profundo de la concha con tanta carne, pero la joven era un tren fuera de control arrastrando todo a su paso, yo estaba con la pija dura bajo mis ropas, y me enloquecía por entrar en acción…

Ella fue cambiando posiciones, siempre asegurando de mantener la privacidad de mi amigo fui tomando todos los planos posibles, aquellos largos donde se veía penetrada y su cara de placer y aquellos cortos, esos primeros planos donde solo se veía una verga enorme penetrando su tremenda concha, tomando sus pechos, su culo, tratando de reflejar lo mejor de esa terrible hembra.
Con las piernas hacia arriba, de costado, en cuatro patas, ella montada, probó la verga de Rogelio en cuanta posición se le ocurrió, gritaba, gemía, saltaba, maldecía, lloraba, no puedo expresar con palabras lo que se vivía entre esas paredes.

Mi sorpresa fue cuando ella le pidió que se la metiera por el culo, no creí que se animara a tanto….
La carita que ponía! me daba pena…
Pero me sorprendería nuevamente, Rogelio le enterró su gruesa vara de carne, las lágrimas caían de los ojos de Maite, pero fue cuestión de segundos hasta que esfínter se acomodó a tremenda pija.
Volvieron los cambios de posiciones, de un lado a otro, ella cabalgando, ella con sus piernas abiertas, ella en cuatro patas, ella, solo ella.
Maite parecía disfrutar con que yo le sacara fotos de su culo todo abierto, se hacía penetrar y luego me hacía disparar a su cráter, incluso metía sus dedos para abrirse más todavía.
Hacía que el metiera apenas su cabeza, para dar la crudeza de los más de veinte centímetros de carne dura y gruesa que se comía, el plano era impactante…
Así pasaron los minutos, luego alternó entre sus agujeros, dejando un lleno y el otro abierto, de concha a culo, de culo a concha, una y otra vez.

Al final ella se acomodó abriendo su boca, cuidando el plano, le pidió a mi amigo que se masturbara cerca, para llegar cuanto antes. Mientras Maite miraba fijamente a la cámara con su boca abierta y su lengua afuera, y yo la ametrallaba con disparos, la verga de Rogelio comenzó a llenarla de leche, disparo tras disparo le dio todo su néctar, las fauces de la doncella se fueron llenando con líquido blanco y pegajoso, su lengua se fue colmando para luego dejarlo caer por su cuerpo, en especial sobre sus pechos.
Las últimas tomas fueros de ella misma acariciando sus tetas llenas de semen, incluso estirándolas para lamer sus pezones, ante una sonrisa cómplice, como dando el trabajo por terminado.

Al día siguiente seleccionaríamos las mejores fotos y armaríamos nuestro primer post juntos, por cierto obtendría respuestas más que halagadoras, no había macho que no le escribiera para cogérsela…
Nuestra relación siguió adelante, en los siguientes seis meses calculo que se la cogieron más de cincuenta tipos, sin contar los que yo no me enteré, hicimos todas las locuras imaginables, no me quedó amigo que no le rompiera el culo y le hiciera lo que quisiera, estaba tan agrandada por todos lados que daba pena.
Y qué pasó? Pasó que el piola, el vivo del grupo se terminó enamorando de esa putita, me di cuenta que no podía dejarla ir, que era lo que estaba buscando y no me importó lo perra que fuera ni las pijas que había probado…

Tiempo después la llevé al altar, toda vestida de blanco, como una virgen, Rogelio fue el padrino de la boda y mi pobre madre lloraba de emoción por ‘la hermosa novia que tenía’, decía ‘que era una buena chica y se notaba lo pura que era’…
Hoy soy un tipo feliz, se que Maite se sigue revolcando por ahí a mis espaldas, pero no me importa, fui por lana y salí trasquilado…


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Comentarios enviados para este relato
katebrown (18 de October de 2022 a las 21:34) dice: SEX? GOODGIRLS.CF

sementalx (17 de July de 2017 a las 23:46) dice: a esas hembras uno se las cacha no se enamora


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