Mamá toda una puta que grita como loca

Como iniciaron estos juegos prohibidos entre mamá y yo la verdad no nos dimos cuenta pero lo que sí puedo asegurar es que todas las veces que nos entregamos lo disfrutamos infinitamente, tenido sexo es la mejor manera de demostrarnos nuestro amor de madre e hijo y sé que ella tanto como yo goza al máximo cuando siente mi verga hundirse en lo más profundo de sus agujeros de mujer.
Mi mamá María Inés la verdad puedo decir que no es muy atractiva pero si sabe bien como complacer y volver loco a un hombre. Ella casi anda en sus cincuenta años, es de 1.60 tez blanca, pelo largo negro y ojos negros penetrantes. La única desventaja de ella como mujer es que es algo llenita, posee caderas grandes, abdomen llenito y unas piernas bien gorditas pero bien cuidadas y deliciosamente sensuales. Pero a pesar de ser gordita ella sabe bien como despertar en los hombres los más obscuros deseos hacia ella, según ella misma me ha contado en su juventud tuvo muchas aventuras y ahora de madura aun conserva su instinto de puta aunque sea mi madre. Ahora tengo veinte años, desde que desperté sexualmente he sido muy caliente, ya he tenido la dicha de poseer sexualmente a varias chicas de mi edad, trabajo en un gimnasio por lo que me obliga a tener un cuerpo esculpido y la verdad sin alardear siento que tengo aguante sexual creo eso me ayuda a ser buscado por las chicas.
Pero sin duda Inés mi madre había siempre jugado un papel importante en mi vida sexual. Cuando era adolecente y aun no tenia sexo de verdad me gustaba pajearme con la ropa interior de mi madre, por las noches tomaba su sostén o sus bragas y me pajeaba excitándome con el olor natural de su vagina y sus flujos de mujer, a veces me venía en ellas y los volvía a poner en el cesto de ropa sucia, otras veces la veía bañarse desnuda, ver como se lavaba todo su cuerpo y sus partes intimas me calentaba mucho, desde esa edad ya le conocía a mi madre sus zonas intimas llenas de pelitos. Algunas otras veces cuando aún vivía con mi padre me gustaba espiarlos cuando hacían el amor, no podía verlos pero me encantaba escuchar los gritos de mi madre desde la puerta de la recamara. Puedo decir con mi madre pude saber lo que era una mujer y para que le servía a un hombre sin embargo tiempo después cuando al fin pude tener mis propios encuentros íntimos con chicas de mi escuela creo olvide a mi madre, también por esos tiempos mis padres se divorciaron y yo decidí quedarme a vivir con mamá.
No fue hasta hace pocos meses que mis viejos deseos volvieron a resurgir casi de la nada. Sabía que mamá estaba saliendo con un tipo que casi ya estaba convirtiéndose en mi padrastro, todos los fines de semana mamá se arreglaba bien bonita y la veía subirse al auto de ese señor, se tomaban toda la noche y a veces mi madre llegaba hasta cerca amanecer, muchas veces llegaba un tanto tomada y con olores raros en ella. Era obvio que iba a tener sexo con ese hombre pero para su edad la verdad me extrañaba que aun le gustaran las aventuras sucias pero así era.
Fue en esos días cuando resurgieron mis deseos, sin darme cuenta volví a tomar sus bragas para pejearme con ellas. Notaba olores más fuertes que antes, pero me gustaban, nuevamente la espiaba al bañarse pero de tanto y tanto ella se dio cuenta que la miraba escondido, pero no me llamo la atención, la verdad estaban empezando nuestros juegos que nos llevarían directo al incesto, cada noche notaba la morbosa mirada de mi madre hacia mí, también se había dado cuenta que tomaba sus calzones para masturbarme, creo el silencio le hizo daño.
-Hijo, he notado que me espías en el baño y veo cuando tomas mi ropa intima, puedo saber a qué juegas sabes que soy tu madre-
-Perdón mami es que me gusta…-
-¿Te gusta que?-
-Me gustan tus piernas mami y el olor de tu cosita de mujer en tus bragas- Le dije sin verla a los ojos y sin pensar las consecuencias.
Vi como en su mirada había cada vez más morbo y excitación. –Enserio te gusta como huelo mi amor pues puedes seguir tomando mis pantis, no voy a enojarme corazón-
-¿Puedes… Puedes darme tus calzones ahora mami?- Sus ojos se prendieron como antorchas, al momento vi como mi mamá se levanto la falda y lentamente deslizo sus bragas por sus piernas hasta quitárselos totalmente, aunque lo hizo cuidándose de que no pudiera verle su concha y me los dio. Sin pensar otra cosa me saque la verga y ahí frente a ella me masturbe frotando mi miembro en sus bragas, ella no me quitaba la vista, yo por la excitación no demoré y me vacié en sus bragas justo en la parte que toca con su entrada íntima. Ella los tomo y sin importarle eso se los volvió a poner, estaba vez si pude verle claramente su zona vaginal con su pequeña matita de pelos. Era increíble ni yo mismo podía creer lo puta que podía llegar a ser mi mamá.

Esa noche y cada día que pasaba deseaba meterle el chile cada vez más, no podía esperar ni un segundo más sin hacerla mía. La gran noche se suscito un par de semanas después, era sábado por la noche y volvería a salir con su amante, ella se puso muy sensual. Una blusa escotada negra, una falda morada bien corta que enseñaba sus ricas piernas gorditas y zapatillas altas. Se subió al auto de ese hombre y se fueron alrededor de las nueve de las noche, todas esas horas no estuve tranquilo pensando en todas las cosas sucias que estaría haciendo con su amante y no conmigo, me parecieron eternas las horas de espera pero ni me dormí por sólo esperar su regreso.
Ya casi daban las cuatro de la mañana casi me vencía el sueño cuando escuche el auto llegar, al momento me volví como loco, no podía esperar más para chingarmela yo mismo. Al momento en que entró a la casa, me lance a ella como lobo hambriento, pude percibir su aliento con mucho alcohol, la bese en la boca. Estaba totalmente exhausta, pero no me importo yo con toda locura levante su falda y baje sus bragas a sus rodillas. Introduje mi mano entre sus piernas tocándole directamente su vagina, ahí sentí como estaba escurriendo de esperma en su zona vaginal y también anal, venía bien mojada la muy puta y esto me excito como no se imaginan.
Sin esperar ni un segundo más me saque el chile y al instante se la clave en su vagina que por lo lubricada que estaba entro rápidamente, ella grito al sentirme dentro de ella, era increíble lo aguada que estaba. Mi pija entraba y salía con toda facilidad de su panocha que se exprimía del semen de su amante. Mamá gritaba como poseída a cada embestida que le daba, era tanto el placer de ambos que sin tardar más explote dentro de ella, mi semen se mesclo con el de su amante, se la saque escurriendo de esperma