Marcos me dió a probar la carne cruda por el chimuelo

Hola soy Orlando aquí relato esto que fue real y qué me hizo gozar mucho. Marcos era en ese momento un juvenil chico, sabroso lindo y atento, muy buen jugador. Ese día yo fui a trabajar a la casa de su madre, donde hacíamos los trabajos manuales para una pequeña empresa.
Su madre no estaba, yo pregunté por ella al ver la puerta de la enorme casa abierta ¿ Marcos y tú mamá ? ¿ Hoy no vámos a trabajar ? entonces respondió, - Mi mamá no esta, se fue con mi tía a su casa, pero pasale para que juguemos un ratito ...

Lo ví peloteando en ese enorme patio, con las piernotas que tenía , un short blanco, era de ls muy pocas veces que me hablaba, ya qué en ese entonces era mal visto una como jotita, nunca había estado a solas con él, los hombres me daban miedo, aún siendo uno de ellos, quizá porque enfretaba muchas burlas de ellos, ya que siempre he sido muy torcida y mi vida ha estado plagada de humillaciones, sobre todo de ellos, pero pues ni modo de ponerme a pelear con todos, nunca acabaría. Entonces entré y comencé a jugar baloncesto con él, cosa que aprovechaba para qué yo siempre tuviera el balón en mis manos y poderme cachondear desde atrás, así pasaron unos minutos, y como a los diez, pude sentir como me punteaba ya la verga en mi culito, me sentía feliz, ya que Marcos era un muchacho muy guapo, y él nunca me decía cosas feas.

Entonces me fui dejando llevar por la ola del placer que sentía, hasta que me puse colorada, pues casi me culeaba en el patio con ropa, entonces su calentura pudo más y me dijo ¿ te dejas coger allá en la cocina ? realmente lo pensé un poco, y me estuvo convenciendo, ( yo me hacía la digna ) ..como si fuera mujer y él se comenzó a poner serio, dicíendome que ya se había cogido a dos de sus primos, y yo solo me reía, poco después si acepté, caminamos juntos, hasta la cocina situada en la parte de mero atrás, pero desde allá había una ventana que daba a la puerta principal y ahi veríamos si alguien venía.

Recuerdo que se bajó el short y se sentó en una silla aún con el calzón blanco puesto, y me dijo siéntate en mi pito, yo me restregaba en esa cosa dura, y le decía a manera de burla ¨ahi ni siento nada ¨entonces me dijo : ¨Empináte ahí en la mesa ¨ así lo hice y él me bajo los calzones, sentía el corazón latirme muy fuerte, nunca pensé así que me fueran a coger tan fácil y un muchacho muy guapo además, en ese momento le ví la vergota que tenía, a sus diez y siete años, grande y gruesa muy rica, no se la mame, ( porqué todo era nuevo para mi, no sabía que se sentía muy rico mamar el pito ) sólo me empiné como me dijo, para ese momento yo aún ni tenía pelitos en mi elotito, entonces me fue entrando la enorme verga en mi hoyito y sentía que me partía toda la cola.

Realmente a mi no me dolió la penetracción, creo que por lo caliente que estaba, ya que recuerdo que hasta tenía las mejillas coloradas, me estuvo metiendo y sacando la verga como veinte minutos y sentía mi culo completamente abierto y esa cosota entrar y salir enloquecida de mi hoyito, luego como que sentía ganas de cagar, pero sólo fueron un par de pedotes que me sacó, arremetió con más fuerza y Marcos, me llenó mi culito de lechita, yo no sabía para ese momento lo que eran los mecos, y solo sentía como me resbalaban por las piernas chorros de leche tibia.

Luego de eso, nos acomodamos la ropa y me dijo: ¨ ya vete para tu casa ¨ y no te dejes coger con nadie más, porqué de aquí en adelante me vas a dar el culito, cada vez que yo quiera, para eso eres jotito y te gusta la de hacer niños, mientras me tocaba la mejilla y me daba una nalgada en la cola. Mientras yo me retiraba de ahi, sintiendo aún el pulsar de mi anito, recién estrenado por enorme macana lechera. Entré a la tienda y me compré un gansito con los catorce pesos que me dió por dejarme meter la macana.