Margarita conocio a su nueva amante una chica algo más joven que ella, pero que la amó como a nadie....
Relato
Margarita
Margarita repasaba mentalmente los últimos pasos de la coreografía que esa misma noche iba a bailar en el “Eros”, un antro oscuro y vetusto, cuyas viejas y deterioradas paredes estaban decoradas por fotografías y pinturas donde aparecían reproducidas escenas de sexo en todas sus variantes.
El “Eros” era considerado como un punto de encuentro de gente del espectáculo, quienes acudían en masa, cuando, esporádicamente, algún empresario del porno organizaba algún casting para algunos de sus nuevos proyectos. Los “aspirantes” acudían seducidos con la idea de formar parte del negocio del sexo como actores. Presentándose ilusionados a este tipo de convocatorias, pues para ellos era la oportunidad de convertirse en estrellas del porno.
Margarita presentaba un espíritu de quinceañera, el cual solía transmitir con su forma de vestir, al mismo tiempo, que su corte de pelo a lo “garçon” le hacía parecer una chica rebelde. Actualmente buscaba las caricias de alguna amante que le despertase su capacidad de seducción. Demostrando así que ésta aún permanecía latente. Intentando, a pesar de ser una mujer otoñal no hundirse en la dejadez. Y ante el temor de envejecer, se obsesionaba considerablemente con el culto al cuerpo. Por lo que se sometía a duras sesiones de entrenamiento en el gimnasio.
A raíz de un fracaso sentimental decidió refugiarse en sus libros, su trabajo y, cómo no, sus fantasías sexuales, las cuales la trasladaban a lugares donde el sexo se perdía en su imaginación y que acababa en un orgasmo recibido en soledad.
Pronto se convirtió en una mujer solitaria que intentaba huir de las grandes aglomeraciones de gente. Pero a diferencia de otras amigas no buscó el escape en las drogas, sino en la vida sana. Conservando un cuerpo escultural debido al excesivo esfuerzo físico. Por eso cada mañana al salir del baño le gustaba contemplarlo frente al espejo todavía mojado y suavemente perfumado por las sales.
Era el momento del día más esperado, un tiempo de calidad para ella y su cuerpo. Ya que se solía aislar del “mundanal ruido”. Libre de ensayos y de personas “non gratas”, se olvidaba de todo lo que ocurría fuera de su reducto de intimidad en esos momentos mediante el cierre hermético de puertas y ventanas. Evitando así cualquier tipo de comunicación con el exterior y asegurándose de que no entraría ningún ruido ni rayo de luz por débil que éstos fueran. Así su habitación era absorbida por una deseada oscuridad en ese momento tan significativo de lujuria, la cual se ponía en contacto con su intimidad y con la única compañía de su inseparable gata. Pues ambas se enajenaban sumergidas en un mundo de fantasías sexuales en el que el felino, un hermoso animal de cuidado pelo blanco, contribuía en la consecución del placer de su ama. Así Margarita aprovechaba el silencio de su soledad para entregarse al ritual íntimo y placentero de la masturbación en compañía de su inseparable mascota, A quien oprimía con fuerza contra su pecho desnudo en el momento más álgido de su éxtasis. Siendo la masturbación para Margarita una expresión de amor hacia ella misma, una forma sencilla de aprender cosas de su sexualidad. Víctima de frustradas relaciones, siempre con amantes femeninas, éstas no fueron nunca muy duraderas. Por lo que había optado, hasta el momento de conocer a Venus, por sumergirse en el fondo de sus propias caricias.
Aunque, salía del baño desnuda, le excitaba exhibirse frente al espejo vestida con prendas eróticas. Lubricándose los senos y el sexo con aceite. Gozaba pellizcando y frotándose suavemente los pezones causándole esta caricia una rica sensación de placer que hacía que se mojara toda.. Y así continuaba acariciando su piel por todas partes hasta llegar como ella decía a su “fruta prohibida”. Entonces se tumbaba en la cama junto al felino y utilizaba los dedos de la mano derecha en un movimiento circular sobre su clítoris. Frotando los muslos unos contra otro y centrándose en el orgasmo. En ese momento su respiración se volvía más agitada y abriendo la boca hacía frenéticos movimientos pélvicos...se ponía rígida y después se relajaba suavemente. Sintiéndose en ese momento libre y sin inhibiciones con respecto a su cuerpo y produciéndose un ansioso impulso de sus senos por ser tocados y un deseo enorme de besar…Insistía en retener al animal en esos momentos de gozo, pues la gata era para ella una fuente de excitación. El animal no mostraba la falta de entusiasmo al ser testigo del goce que experimentaba su ama, quién gozaba frotando sus pezones contra la boca y el suave pelo del animal. Es más, parece que también gozaba entre todos esos gemidos que se difundían en la semioscura e insonora habitación.
Todo sucedió una tarde en el gimnasio, como era habitual en ella, procuraba acudir a una hora donde el número de usuarios fuese menor. Sin embargo ese día observó como un grupo de musculosos jóvenes bromeaban alrededor de una chica. Lo primero que llamó la tención de nuestra amiga fue como a través de las estrechas mallas verdes de la chica unas nalgas perfectamente formadas quedaban separadas por el hilo de la tanga. En un principio no le dio mucha importancia hasta que los encuentros se fueron sucediendo con mayor regularidad. Así que la stripper procuraba, en la medida de lo posible, buscar la manera de coincidir con ella y buscar la forma de relacionarse. Paulatinamente se fueron conociendo, aunque una vez fuera del recinto deportivo acababan despidiéndose. Los deseos de estar con ella en la cama aumentaban cada vez más en Margarita, sin embargo un cierto temor la invadió pues la chica tenía 23 años y ella a sus 43 podía ser su madre. Así que en un principio hizo el imposible esfuerzo de considerarla como una amiga y pensar en ella cuando el placer la visitaba en su oscura habitación.
Venus, que así se llamaba su nueva amiga, pertenecía a otro mundo: al de aquellos que se refugiaban en el gueto de la disidencia de la vida, al de los que querían liberarse de los prejuicios en el sexo, al de los que querían seducir, gozar viendo como una persona llega al orgasmo con sus caricias,…. Amando sin ataduras y sin barreras.
Se había llevado casi toda su vida oculta entre bibliotecas y pasillos de universidad, pero necesitaba liberarse de sí misma, descubrir su propio yo y encauzar su propia vida. No quería saber nada de amantes perennes ni tenía distinción de sexos. Por eso su espíritu inquieto la inducia a mantener relaciones con hombres y mujeres. Incluso conoció a una pareja madura de la que guardaba un hermoso recuerdo. Pues, a veces le venía con cierta nostalgia a la memoria, como un día en su habitación comenzaron, sin inhibiciones y sin prisas, los tres a desvestirse en el corazón de una perfumada noche estival. Al mismo tiempo que la luz de la luna penetraba por la ventana reflejándose en los cuerpos desnudos de los tres amantes que yacían entregados al trueque de caricias, las cuales se centraban principalmente en la joven y neófita Venus. Quien en ese momento, y durante el tiempo que permaneció con ellos, era introducida en un mundo desconocido y que la emborracharía de placer, como era el del sexo en grupo. Produciéndose una mezcla de abrazos, besos, caricias, y gemidos…procedentes de el frescor de un cuerpo joven e inexperto, pero impaciente por conocer los secretos más profundo del sexo, y la experiencia de esa pareja cuyo espíritu otoñal se desvanecía para regresar a los albores de una nueva juventud.
No era rebelde, ni actuaba contra el sistema. Simplemente quería ejercer el derecho a ser libre respetando a los demás. Así era ella: sensible, bohemia, y sin pertenecer a nadie. No hizo falta que Margarita la sedujera, pues ya la joven se había fijado en ella. Sabía que indirectamente existía un sentimiento mutuo de atracción, de amarse con ternura y libertad...
El cuerpo de Venus era bello, de complexión atlética, cuyos senos estaban perfectamente desarrollados. Los cuales Incitaban a la contemplación y a saborearlos con deleite sintiendo ese sabor a mujer que les caracteriza y se aprecia a través de los sentidos. A menudo se le insinuaba en las duchas sin ningún pudor acercándose desnuda con cualquier escusa manifestando lo dura que había sido la clase de spinning, o lo necesitada que estaba de unas manos que se deslizaran por su cuerpo para darle placer. Comentarios que de alguna manera desconcertaban a Margarita, aunque no la asustaba, pues a su edad venía de vuelta de situaciones como éstas.
Aceptó, pues la invitación de pasar un fin de semana en la playa junto a Margarita. Entró en el juego de la Stripper, pues deseaba correrse con el cuerpo escultural de esa hermosa mujer madura. Ese día llegaron a la playa. Después de un largo viaje estaban acaloradas y en ambas de alguna u otra manera existía hambre de sexo.. .
– Éste es lugar, es chiquito pero habitable. Dijo Margarita, excusándose por lo austero del departamento..
– No importa - contestó Venus- es limpio, tiene baño, la cama es grande… qué más queremos.
– Bueno –afirmó Margarita – Sólo… hay una. Tendremos que compartirla.
–
– ¿y eso te incomoda Marga? Le contestó con un tono provocativo.
–
– Hacía años que nadie me llamaba así,. Me gusta, es como volver a mi infancia. Puedo llamarte Magi, si lo deseas.
–
– No, me dará complejo de sopa –y comenzaron a reírse-
– Hace calor, porqué no andamos desnudas, yo siempre ando así por mi casa. –propuso Margarita- Venga, no me digas que te da vergüenza, si nos vemos casi a diario así en el gimnasio. A demás somos mujeres ¿no?
– Okey,…Porqué no preparas unos refrescos mientras me doy una ducha….
–
– Vale busco el hielo y enseguida estoy contigo. Al cabo de cinco minutos–se escuchaba la voz de Marga- que llegaba desnuda con los refrescos.
– -Donde éstas Venus?
– Búscame y me encontrarás.
– Se quedó petrificada con los vasos en la mano al ver como la joven yacía desnuda sobre la cama.
– Hacía tiempo que esperaba este momento
– Yo también mi amor.
Las bocas de las dos mujeres se encontraron expresando todo el deseo y la pasión que hasta ese momento se había demorado. Margarita deslizaba su lengua por el cuello, agarrando con fuerza los pechos de Venus para llevarse a la boca los pezones. Los cuales mordía y daba profundas chupadas…
La lengua empezó a deslizarse hasta su sexo a través de besos suaves y tiernos encima del vello de Venus y entre sus mulos. Ruidosos, largos lametazos se deslizaban desde la vagina hasta el ano acompañándolo de una profunda penetración de la lengua momentos antes de que se corriera.
Ohm…! Mami, que delicia… por favor, que manera de correrme tan rica… -dijo plácidamente Venus- gracias mi amor, gracias nadie me había comido el coño ni el culo así…
Le encantaba ser “comida” por una lengua muy rápida, que lamiese y chupara su clítoris acompañada de ruidos de succión. Por eso Venus gritaba de placer con los expertos masajes de la stripper, Frotando su clítoris en su boca mientras lo succionaba y frotaba la lengua alrededor los cuales eran base de lamer o succionar… cada vez que la lengua de Marga tocaba el “coño” de su amor era una nueva y deliciosa sensación que la conducía al orgasmo.
- Espera Marga, que voy a por una cosa.
- - No cortes ahora cielo,- le protesto Margarita.
En breve llegó Venus con un pene unido a un arnés.
- -Quiero que me folles. Venga, amor.
Se lo colocó y empezó a penetrar a la joven. Se ubicó bocarriba y Venus encima de ella con el pene introducido. Sus senos colgaban de tal forma que Marga los pudiera chupar y morder. Mientras sus dedos exploraban el clítoris y una de sus manos le palmeaba las nalgas. Para la joven era un acto especialmente maravilloso. El contacto y la ternura en esos momentos la hacía sentir cálida, segura, íntima. Se sentía unida otra mujer, otro ser humano, otra persona formaba parte de ella. Estaba totalmente excitada cubriéndose su cuerpo de un cálido sudor. Empezó a gemir hasta tal punto de quedarse parada, mientras le decía a Marga que no se parara:
- No te pares, me corroo, me corroo…! Me vas a matar de puro gozo puta…
- Eso es lo que deseo…
El momento erótico sucedió cuando los pubis de ambas empezaron a frotarse entre sí con las piernas entrelazadas uniendo las caderas. Ocurrió de manera natural: las caderas se contoneaban, las pelvis se buscaban, los pechos se encontraban, las piernas se enlazaban…
-Corrámonos juntas, Oh… por favor, que ricura. Te quiero Venus Te quieeeroooo!
- Me Vengo, Marga ahhhh!....
Margarita se sentía libre y son inhibiciones y muy próxima a Venus, Conforme sentía el orgasmo necesitaba frotarse y hallarse lo más cerca posible de la joven,
Ambas quedaron desfallecidas tras los simultáneos orgasmos que tuvieron. Acabaron unidas abrazadas buscándose sus bocas para tener un contacto cálido con sus labios. A Venus le gustaba sentir todo su cuerpo estimulado por el de su amiga y ésta disfrutaba dándole placer
- Te quiero mi niña, -le dijo de forma enternecedora Marga
- amor- ¡ojalá esto durase siempre. Pero se que no será así.
- Cariño. Vive el presente, disfruta conmigo estos momentos., el mañana no existe. Mira lo positivo, me tienes aquí soy tuya en este instante, me tienes desnuda, me has gozado, te he gozado. Desde que te vi por primera vez quería follarte, abrazarte, beber tus jugos, saborearte amarte.
- Es cierto mi niña y la abrazó.
Ambas se quedaron dormidas extenuadas por la pesadez del largo viaje y y por las largas horas dedica das al mor. Sin embargo lo que más placer les causaba a ambas era la ausencia de prisas, la calma, la seguridad de no verse interrumpidas para hacer el amor…
Cuando ya regresaron decidieron encontrarse al día siguiente en el gimnasio, pero la sorpresa de Margarita fue que desde ese momento no volvió a ver más a Venus. Ella lo sabía, al fin y al cabo no era de nadie. Tan sólo conservaba de ella las huellas de los besos que dejó sobre su piel y un lazo, una cinta de seda rosa que dejó entre las páginas de un libro. Nuevamente Marga volvería a sus coreografías y a encontrarse con el orgasmo en compañía de su gata.
l.
encuentroeneltropico@hotmail.com
Ese viernes fue el mejor de todos, porque desde entonces nunca me separo de mi amiga Lorena Con la que mas de una vez, y desde entonces nos hemos enloquecido de placer juntas!!!!
Relato erótico enviado por Anonymous el 07 de February de 2009 a las 22:46:05 - Relato porno leído 304524 veces
Mi nombre es Antonia, pero mis amigas me llaman tan solo Ant, cuando llegué a casa de Valeria mi amiga, me encontraba llorosa, triste y bien deprimida ya que me novio, momentos antes, sin más ni más, me dijo que terminaba conmigo, y que no lo buscase más. No me dio razones, y simplemente se montó en su motora y se marchó. Dejándome toda confundida y sin saber qué hacer, fue que me di cuenta que me encontraba cerca de la casa de Valeria, y me llegué hasta su casa, buscando consuelo, pero al tocar la puerta, salió su madre la señora Estela, únicamente cubierta con una pequeña toalla de baño alrededor de su cuerpo, pero nada más al verme, sonriendo me dijo, que Valeria había salido con su padre y regresaba a la noche. Fue cuando sintiéndome más sola y abandonada, estallé en llanto, Estela al verme en esas condiciones, de inmediato me hizo entrar a su casa.
Relato erótico enviado por Narrador el 24 de October de 2009 a las 11:09:24 - Relato porno leído 127158 veces
Acariciándonos nuestras piernas hasta que ya estábamos lo suficiente calientes nos quitamos nuestros calzones y comenzamos a mamarnos nuestras vaginas y a besarnos.
Relato erótico enviado por Anonymous el 22 de July de 2009 a las 23:49:21 - Relato porno leído 110299 veces
NO SOY LESBIANA PERO TENGO UNA AMIGA HERMOSA QUE ME TENTO.
Relato erótico enviado por veronika72 el 12 de April de 2012 a las 00:00:04 - Relato porno leído 109371 veces
Si te ha gustado margarita vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.
Por eso dedica 30 segundos a valorar margarita.
te lo agradecerá.
Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 20:12) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF josepalmogavar2804
(15 de June de 2013 a las 13:45) dice:
Soberbio. Bien escrito, bien desarrollados los personajes, un excelente ejemplo de lo que debe ser un relato erótico. Enhorabuena.
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