Maria Elena

Han transcurrido más de cuatro años que me ocurrió lo que a continuación narrare…, pero lo recuerdo con mucho cariño y pasión.

Recibí mi titulo y trabajé en una empresa eléctrica, en ella me enamoré de una secretaria sin saber que ella era hija del jefe y a este no le gusto tenerme por yerno, me mando a trabajar a una de sus termoeléctricas por allá en la cordillera…

En esa avanzada Terminal de energía eléctrica solo se necesitaban un jefe Ingeniero, dos técnicos eléctricos para secundar al jefe y dos operarios, un programador informático y un cocinero para alimentarlos.

Por lo que se construyeron barracas de dormitorios de diez dormitorios y entre dos de estos dormitorios un baño para los dos dormitorios. Separaron los barrancones de los Técnicos de las barracas de los operarios, estas barracas cada dormitorio tenia su baño.

Para el jefe una casa de gran estructura de dos pisos y en el primero dos grandes dormitorios con un baño grande entre ellos, en el segundo piso tres dormitorios con un pequeño recibidor y dos baños comunes para ellos.

Esta casa estaba habitada por el programador ya que como no había jefe estaba vacío. Este era casado tenía una mujer joven para él ya que esta tenía cuando mucho treinta y cinco, él cerca de los cincuenta años y ella era mujer incitante y gustaba de vestir cortas polleras para la admiración de los obreros, le gustaba ser admirada por los hombres y algunos decían que en la ciudad donde vivían antes ella no era trigo limpio por eso se la trajo, tenía tres hijos uno de 10 años y otra de 7 años y el pequeño de 5 años. Su padre lo iba a dejar a la carretera donde un hermano los llevaba junto con sus hijos al colegio, la carretera estaba a unos 28 Km. Se demoraba entre cuarenta o cincuenta minutos en ir y volver.

Con mi llegada se altero todo era el Ingeniero jefe y la casa pasaba a pertenecerme, como llegue inesperadamente no tuvieron tiempo de arreglar nada.

Conversé con el informático y llegamos a un acuerdo, como yo era solo ocuparíamos los dos esa casa con el debido respeto del otro. Pero su señora me atendería en mis ropas limpiezas de la piezas y ornato en mis enseres, él acepta, le digo quien debe aceptar es tu mujer, ella es la que me va atender, la llama y esta con tal de no irse a las barracas acepta.

En el primer piso uno de los dormitorios sería mío, al igual que el baño y el recibidor sería mi oficina en casa, logrado el acuerdo la primera semana que era corta de tres días sin problema, el domingo escuché ruidos al amanecer y me asomé a ver que sucedía y los ruidos venían del dormitorio de estos personajes…, al acercarme me fijo que la puerta está un poco abierta y se aprecia hacia su interior. Que cuadro Maria Elena en cuatro patas a lo perrita recibía duras embestidas de parte de su hombre contra su trasero y en su entrepiernas se veía entrar y salir el miembro del macho en su vagina…, lo que la hacía quejarse y gemir de dolor y placer, ella en un momento mira a través de la luna del espejo de una cómoda hacia la puerta y me ve espiando mientras su hombre la posee…, gira su cabeza para verme, pero me salgo de su campo visual volviendo a mi pieza. Una vez calmados los presiones amorosas silencio… a la hora comienza un bullicio por que se están levantado los niños para ir con su padre a casa del hermano donde estos irán de paseo con sus primos. Apuremos dice el padre hay que estar a las 8:30 y hay una hora para la casa de mi hermano. Escucho su vehículo partir y salgo al baño, pero curioseo por el comedor, ahí esta Maria Elena apenas cubierta por una delgada tela de lino que al tras luz de la ventana dibuja su cuerpo en esa tela, lleva los utensilios del desayuno, ayudo digo y llevo las tazas, en la cocina ella me mira y dice ¿quieres desayunar?, la miro a los ojos diciéndole en doble sentido, me gustaría un delicioso desayuno como el que le diste a tu marido hace poco…, solo se too un café con pan ya que va a casa del hermano y vuelve como en dos horas…, no me refería a ese sino al que le diste temprano… se sonroja y dice si te vi copuchando, pero solo le daba a mi marido lo que a él le corresponde, si digo, pero no quedaste bien por que todavía se te ve excitada, y al pasar a mi lado la atrapo entre mis brazos… dice suéltame no eres mi marido y eso solo se lo doy a él…, digamos digo que soy tu segundo esposo y que también merezco ese tratamiento… me mira se sonríe, eso sería ponerle los cuernos… y yo que ganaría con eso… mucho digo… dámelo y veraz como llegan las ganancias.

No se opone cuando la arrastro a su cama…, en ella no tengo consideración con su cuerpo, la acomodo sobre la cama ubicándome sobre ella, beso sus senos, acaricio sus piernas y mis dedos encajan en su vagina, primero uno luego son tres, bajo hasta ella introduzco mi lengua y juego con su clítoris… déjame soy de otro hombre susurra, no me detengo entre sus piernas ella siente mi duro, tieso, extendido pene punzándola lo toma entre sus manos me lo acaricia diciéndome tendrás que tener cuidado al metérmelo es demasiado grande… gime cuando este agitado y desesperado pene quiere penetrarla abriéndole hasta casi partirla de su vagina, siente como este pene escarba cuando entra en la matriz, suspira angustiada con la penetración de este órgano. Ella percibe y asimila que en su vida habrá ahora dos machos poseedores de sus encantos, dos sementales descargándose en sus entrañas de sus fluidos carnales lujuriosos. Entre estos dos briosos machos la explotaran sexualmente y la confortaran deliciosamente de sus antojos maritales.

Ahora cuando mi pene comienza a ensanchar su vulva esta me apresa contra ella colmándose con mi miembro en su vagina moviéndose en un perfecto ocho sus caderas logrando acoplarse a mis movimientos por mas de media hora hasta que comienza a gritar entre suspiros me llega, seré tuya…., me llega y en un prolongado gruñido entrega sus viscosos líquidos al pene que la espolea en su matriz, abrazándome y recibiendo en su matriz chorros de mi espesa leche que la hace contraerse de satisfacción, encanto y ahogo sexual. Este macho además de ser jefe de mi marido, era un joven y poderoso amante, que me metía y sacaba su pene en medio de mis nalgas hasta hacerme sentir mujer, una gozadora mujer y sentía como mi cuerpo se entregaba a él con la llegada de mis orgasmos.

Desde hace mas de cuatro años que soy suya y he concebido un hijo en este tiempo y llevo en estos momento otro en mi vientre, producto de estas sabrosas entregas a mis machos, ¿cual de los dos machos me fecundo?, no se ni me importa son mis hijos.