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Me cogí a Silvia y cumplí un sueño... ( CON fotos)

Gus20XXX Relato enviado por : Gus20XXX el 08/03/2015. Lecturas: 13439

etiquetas relato Me cogí a Silvia y cumplí un sueño... ( CON fotos)   relato .
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Resumen
.... estaba su mamá secándose el cuerpo desnudo pues había tomado una ducha momentos antes. No había reparado que yo había llegado. Podía ver como se echaba una crema sobre el cuerpo, sobre esas enormes tetas que terminaban en unos pezones perfectos, bien paraditos....


Relato
Aquel día me encontraba yendo al gimnasio a unas cuadras de mi casa, hacía un calor terrible y solo quedaba llegar y empezar mi rutina acostumbrada. De pronto escucho: ¿Gustavo? al girar veo en un auto a mi gran amigo de la infancia, Richard, al cual no veía de años. Por casualidades de la vida se encontraba haciendo unas gestiones por ahí y el destino quiso que podamos encontrarnos. Conversamos algo y me dijo para vernos en 1 hora, así, mientras yo hacía mi rutina en el gimnasio, él terminaba sus asuntos. Así fue que al salir del gym, me recoge y me dice que vivía a unas 10 cuadras de ahí, que a su vieja le dará gusto verme.
Debo agregar que su mamá era mi amor platónico de adolescente Era una mujer hermosa y despampanante, separada del papá de mi amigo. Nunca olvidaré aquella vez, cuando tenía unos 13 años, fui a casa de mi amigo a buscarlo para jugar fulbito y mientras esperaba que se cambie de ropa me quedé en su sala viendo TV. Grande fue mi sorpresa al ver que en uno de los cuartos, que estaba con la puerta entreabierta y al cual solo se veía desde mi posición, estaba su mamá secándose el cuerpo desnudo pues había tomado una ducha momentos antes. No había reparado que yo había llegado. Podía ver como se echaba una crema sobre el cuerpo, sobre esas enormes tetas que terminaban en unos pezones perfectos, bien paraditos. Se secó la parte de arriba y luego subió una pierna a la cama y empezó a secarse la pierna, dejando al descubierto la concha y el culo más deliciosos del mundo. Si pudiera acercarme un poco a su descripción diría que empezaba con una cintura angosta y conforme bajaban mis ojos se iba ensanchando por unas caderas contorneadas. Su concha era peluda pero se notaba que se había depilado un poco. Su enorme culo tenía los "cachetes" súper carnosos y redondos, y un ojete que solo pude verlo un instante cuando se agachó a recoger el peine que se le cayó. Era una delicia. Nunca había sentido algo así en mi vida, e inmediatamente quedé erecto a más no poder. Es en ese momento que vino mi amigo y tuve que fingir dolor de estómago para que no notara mis "síntomas".
Pues bien, retomando mi reencuentro con mi amigo, mientras me dirigía a su casa iba pensando: ¿Como estará Doña Silvia? Al fin llegamos y la volví a ver. Estaba hermosa, radiante, apetitosa. A pesar de sus 43 años parecía que el tiempo lo único que había hecho era exacerbar más sus encantos pues sus tetas era más prominentes y ni hablar de su culo. Me abrazó con gran cariño y pude darme cuenta que se fijó mucho en mi físico. Ya no era aquel adolescente delgadito que solo inspiraba ternura. Mis 30 años, los 2 años en el gimnasio y mi 1.90 m. me hacían todo un hombre para ella y sin duda no escapé a sus miradas. Me di cuenta que soterradamente me observaba el culo, los brazos y como no: la pinga. Aun así, tenía que disimular. Solo en un par de minutos, en los que Richard fue al baño pude matarla con la mirada, y darle un par de piropos: Parece que no pasaron los años, la veo mejor que antes. Y ella también: He quedado gratamente sorprendida, no pensé que te pondrías así de guapo Gustavito. Para mi mala suerte Richard regresó y tuve que hacerme el loco. Eso sí, ya se la tenía jurada. Tenía que hacerla mía tarde o temprano. Me despedí al rato y quedé con mi amigo en regresar el fin de semana. Al momento de despedirme de ella, y aprovechando un descuido de Richard la abracé poniendo una mano en la parte superior de su culo, justo donde acaba esa línea mágica que divide sus nalgas. Sentí su estremecimiento pero no dijo nada, solo me miró fijamente, con ojos de fiera en celo. Era la prueba que necesitaba, tarde o temprano debía hacerla mía.
Llegó el día domingo acudí a casa de Richard, no sin antes comprar un par de botellas de vino. Al llegar a una esquina a 2 cuadras de su casa sonó mi teléfono y era Richard. Me contó que tuvo que ir de urgencia al trabajo a dejar unos papeles pero que haría lo posible por regresar lo más rápido a su casa. Que por favor lo espere, que ahí estaba su mamá. No te preocupes le dije, e inmediatamente empecé a maquinar lo que se iba venir después. Toqué el timbre al llegar y me recibió ella con ropa de gimnasio pues se ejercitaba bastante. Una vez más (y para cerciorarme) la abracé y le rocé el culo y pasó lo mismo que el otro día. Entramos y encontré que en el patio estaba prendida la "caminadora", esa máquina donde se corre para calentamiento. Me dijo que ya que yo era un experto en gimnasio podía darle algún consejo pues quería endurecer un poco los muslos. Sin duda que era su idea pues esos muslos y ese culo eran de campeonato. Me acerqué y mientras ella trotaba le iba contando algunos secretos. hablaba pero mis ojos estaban clavados en ese culo de diosa que se movía al compás de cada trote. De pronto paró la maquina y mientras descansaba me dijo ¿puedo?, y me agarró los brazos. Se relamía admirando su firmeza. Que fuerza debes tener, me dijo. De pronto, no sé que me sucedió, lo cierto es que le dije: si gustas te cargo para que veas lo fuerte que estoy. Ella me dijo: ¿crees que puedas conmigo?, peso mucho. Ya verás, le contesté y la levanté agarrando sus piernas y haciendo llegar su concha a la altura de mi boca, luego empecé a bajarla lentamente y noté que me miraba fijamente a los ojos, con los labios entreabiertos. Me agarró con una mano el cabello y con la otra la cara, el pecho, los brazos y me besó apasionadamente. En ese momento la besé desenfrenadamente, metiendo mi lengua a su boca, su cuello y agarrando con mis manotas ese exquisito culo, mientras ella me besaba como si el mundo fuera a acabar. Al mismo tiempo, iba agarrándome con desesperación la pinga, que duró poco guarecida por mi ropa pues la muy puta la sacó del pantalón y lo primero que exclamó fue: que pinga te manejas papi, y empezó a chuparla, lamiéndome los huevos y la cabecita como todo una profesional, poniéndome más cachondo aún. Inmediatamente la llevé trepada en mí hasta la mesa de la cocina. De un jalón le quité la licra y el calzón. Solo tenía puesta las zapatillas y un top cubriendo sus tetas. La coloqué de espaldas y empecé a besarle la espalda, desde el cuello hasta la raya del culo, ella no paraba de contornearse. Estábamos cerca a su refrigerador. Lo abrí y saqué un sobre de mayonesa que encontré. Lo derramé todo en su culo y empecé a meterle lengua a ese ojete maravilloso, bajaba a su vulva peluda, enorme, mojada por sus fluidos y mi lengua. Ella gemía de placer y por ratos me decía: así mi amor, así. Haz conmigo lo que quieras. Estuve así por unos 5 minutos, ya era hora de ensartarla. Puse un banco al costado de la mesa, la coloqué ahí de rodillas y le metí de un solo golpe mis 20 cm de pura carne a esa concha mojada. Luego empecé a penetrarla con un ritmo endiablado durante unos 10 minutos donde no paraba de gemir. Al sentir yo que podía venirme se la saqué (a pesar de sus súplicas que no lo haga) y nuevamente empecé chuparle la concha y el culo. Esta vez me concentré en su ojete y le metí la lengua, la nariz y creo que hasta mis ojos. De nuevo hice que me la chupara y una vez más la coloqué en posición de perrito. Ella sabía lo que venía y me dijo: despacito bebé porque hace años que no lo hago por ahí. Efectivamente mientras le lamía el ano me di cuenta que estaba un poco cerrado y por ello le escupí en el culo y le fui metiendo 1 dedo y luego 2, de manera que me aseguré que esté bien lubricada. Con cuidado la penetré por el culo. Era un sueño hecho realidad. Me dijo: papi me duele. Pero no le hice caso y seguí metiendo un poco más. Ya no solo gimió sino que dio un grito de dolor. Quise sacársela pero me dijo: no mi amor poco a poco dame pero no me la saques. Y así lo hice por unos minutos, tardó en acostumbrarse a mi enorme pinga hasta que
sentí que resbalaba más fácil y eso me animó a metérsela toda. Aproveché mientras la culeaba para sacarle las tetas del top y tocarle con los dedos esos pezones que estaban casi tan duros como mi pinga. Ella no podía más y se vino dando unos enormes gemidos de placer. Como yo aún no había terminado aproveché para que me diera una mamada y al cabo de unos minutos me vine en su boca. No dejó nadita de semen la muy zorra. Luego fuimos llevando nuestras ropas hasta el garaje pues eso solo había sido el primer round. Empezamos nuevamente a besarnos y yo la subí al capot del carro y empecé a lamerle la concha. Estaba en eso mientras me ponía erecto nuevamente cuando de pronto sonó mi celular. No quise contestar y continué mi faena. Esta vez pusimos una manta en el suelo y nos tiramos ahí. Ella se puso encima de mí de cuclillas y empezó a sentarse con fuerza. Estábamos en lo mejor y vuelve a sonar el celular. No le hice caso y al instante suena el de ella. Seguro es Richard, me dijo. Se levantó y fue a hasta la cocina, porque ahí lo había dejado. Al rato regresa corriendo y me dice que Richard estaba por llegar. Solo a unas cuadras. Antes de que se vaya a cambiar la acerqué hacia mí por el culo y le di un beso con lengua mientras metía mi mano a su concha y su ojete, y le dije: este culo, estas tetas y esta concha son míos y volveré para rompértelo de nuevo. Me dijo: cuando tú quieras mi amor, soy tu mujer ahora y me haces lo que te dé la gana. Nos fuimos entonces a cambiar. Ella al baño y yo ahí mismo, luego me senté en la sala a esperar a mi amigo. Éste llegó al minuto y me dijo que lo disculpe por la demora. Si supieras que tu vieja está que se soba el culo ahora, pensé, y me rí por dentro. Vio los vinos que traje y me dijo: hermano me siento avergonzado por haberte hecho esperar, y más aún porque orita tengo nuevamente que salir a la chamba. Encima te afanaste trayendo esos vinos. Esta gente de mierda que no hizo bien los balances y estamos viendo que no cuadran las cifras. Tengo que volver al trabajo. Mira, si gustas me esperas mientras vas conversando con mi mamá, si estás con prisa ni hablar. En ese momento salió ella, con un vestido hasta la rodilla y lo saludó. Le contó él que se tenía que ir y ella le dijo: anda nomás hijo que acá yo lo atiendo a Gustavito y le preparo algo rico para que te espere. La muy puta sabía que el ingrediente principal de eso que iba a preparar era su coño y su ojete. Sonó el celular de Richard y casi al instante éste se despidió diciendo que ya se iba. Fue a su cuarto y sacó unos papeles y nuevamente nos dijo: ya regreso, y se fue.
Una vez mas estaba solo con Silvia. Pero lo que acontece de aquí en adelante será parte de una nueva historia. Hasta pronto….



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Comentarios enviados para este relato
cogetron (9 de March de 2015 a las 16:18) dice: Buen relato, suerte la tuya, ojala y no tardes mucho en poner la continuacion.

katebrown (18 de October de 2022 a las 22:06) dice: SEX? GOODGIRLS.CF

katebrown (18 de October de 2022 a las 19:41) dice: SEX? GOODGIRLS.CF

gatofeo (10 de March de 2015 a las 21:26) dice: que suerte la tuya amigo y esta hermoso ese culo que cualquiera quisiera mamarselo y taladrarla espero lo que sigue


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