note a una mujer necesitada por el boludo de marido que tenía, y no dude en atenderla pese a mi edad
Relato
La nuera de un amigo, venia a menudo, a nuestra casa, de visitas, se había hecho amiga de mi hija, Mariella eran muy confidente entre ellas,
Compartíamos, las dos familias, encuentros, reuniones, y todo tipo de evento dado que había afinidad, de años.
El hijo de mi amigo un poco boludon, hasta el padre se lo decía, andaba pelotudeando, con la caza, de pajaritos, dejaba todo, por eso, y la mujer, en su casa, en charlas, con mi amigo, me decía el pelotudo de Carlos, se la pasa con su pasión por los pájaros, y no atiende a Martina, buena piba, atenta, pero se nota que esta desesperada por que la coja, nunca vi un pajero, tan real, los comentarios, eran cada vez mas, yo separado, con ganas de atenderla, pero por la realidad que nos rodeaba en amistad, me contenía.
La cosa llego al sumun y a romperme la cabeza, cuando en casa Martina, narraba a mi hija, sin que notaran que las escuchaba, que en la primera que pudiera, lo dejaba, porque apenas la cojía, y cuando lo hacía como un conejo, acababa, rápido se daba vuelta y se dormía, el único tema de el eran los pájaros, que la tenia podrida, mi hija le decía que lo aguantara que Carlos era bueno, las cosas de mujeres.
A mi me rondaba que la tenía que surtir que era un bocadito desesperado que no podía dejar de satisfacer.
Martina, era una mujer, de 1,70 de altura, cara sensual, ojos negros, pelo negro hasta el hombro, senos, descollantes, y un culo, digno, de ver, un coctel, perfecto para un tipo como yo, habido de necesidad de ponerla, experto, en satisfacer alma en pena, como esta niña, estos actos, fueron la causa que me llevo a separarme cuando, mi ex; me encontró cogiendo, a una amiga de ella.
Yo entre a acercarme mas a Martina, sin levantar sospechas, ni ella desconfiaba en mis turbias intenciones de llenarla de placer, solo pensar en eso, hacía que mi pene,. Hirviera.
Como no se daba una oportunidad, la provoque yo, arme un asado, en mi casa quinta, para pasar el día, el pelotudo, se vino con las tramperitas, con los pájaros, ideal para el donde la tengo la quinta es campo, sin muchas casas, yo concentrado en su mujer, el asado, le agregue unas damajuanas de vino tipo casero, que emborracho a todos, menos a mi, cuando quedamos solos, con la escusa de que me ayudara, a buscar unas cosas , le pedí que me acompañara al galpón, se notaba bastante mareada, pero me acompaño, cuando traspaso, el mismo, cerré el portón, me abalancé, a manosear sus senos, no hubo resistencia, la apoye contra mi verga, y mis manos, le fregaron todo, solo se escuchaba, los sollozos de placer, baje su bombacha, y apoyándola, en un banco, me arrodille, abrí sus piernas, y su depilada vagina, quedo a mi merced, le chupe de forma que creo por su borrachera, se vino rápido, exhalaba placer se retorcía, me apretaba la cabeza, para sentirme mas profundo, la hice poner en cuatro, hincada, con sus manos apoyadas en sus piernas, pase atrás, saque mi verga, dura excitada, la penetre vestida, todo muy rápido, pero muy placentero, para ella y para mi, se iniciaba, la primera de las cogidas, con Martina, mis bombeadas, a ella, la hicieron gritar “ay si, que rico, por favor seguí, dame no pares, volvió a venirse”, al ratito, explote agarre fuerte sus caderas, y todo mi semen, lleno su vagina, se quedo, así como reflexionando, hasta que mis caricias, y besos la hicieron volver en si, del trance momentáneo, giro, me beso, me dijo abusa de mi cuando quieras, estaba tan desesperada, que por favor, repitamos fue hermoso, si para mi también, no vemos mañana, a la hora que Mariella, trabaja, estoy solo en casa busca la excusa, yo te estaré esperando, si, si, no faltare,
Al otro día estaba tan ansioso no llegaba mas la hora, y al sonar la puerta, corrí para abrir, allí estaba, riendo, no hizo mas que entrar, no comenzamos a besar, como dos adolescentes, era un volcán dormido en estado de erupción, nos dirigimos a mi cama, desnudarnos, nos llevo, unos segundos, nos revolcábamos, de un lado al otro de la cama, mientras recorríamos, con nuestras bocas, nuestros cuerpo, sus senos, lamí, chupe, y sobre, sus vagina, con mis dedos, arietes, en su clítoris, ya húmeda, la puse , en posición de 69 nos deleitamos, sus jugos bajaron en mi garganta, y mi pene, fue mamad, bestialmente, , que se interrumpió un instante, cuando, ella se vino, se contorneo, contra mi cara, repetidamente, soltó unos quejidos, de placer, tan sensibles que me incitaron a penetrarla, de forma, impetuosa, y vehemente, fue tan loco aquello, su gritos, y aullidos, de goce , me motivaron pese a mi edad, a darle y darle, hasta dejarla, casi tendida, mientras salio mi leche, estrepitosamente, relajados ya fumando, me dijo, no se porque pero me siento como hacía, tiempo no sentía, por favor no dejes de mimarme, me hace mucha falta.
Seguimos así mientras el boludo caza pajaritos
Ambos iniciamos a besarnos con toda pasión, con aun más pasión que la primera vez, mientras nos besamos Armando comenzó a tocarme mi zona intima debajo la falda de mi vestido y como consecuencia a esto de inmediato me moje toda, ¡Quiero hacerte el amor! Me dijo suavemente al oído, -Lo sé y también quiero- le conteste.
Relato erótico enviado por putita golosa el 29 de August de 2010 a las 23:31:22 - Relato porno leído 513554 veces