Como me enamore del macho que me hizo sentir mujer.
Relato
Me enamoré
Me presento. Me gusta que me llamen Nerea ya que es un nombre que siempre me ha gustado y me parece bastante dulce. Soy una ``nena´´ crossdresser. Para quien no lo entienda decirle que soy un chico al que le gusta vestirse de nena en la intimidad de su casa, no salgo vestida no estoy hormonada. Cuando estoy vestida de chico soy un chico más del montón.
Estoy casada y tengo unas niñas preciosas con mi mujer, tengo una cuñada que vive con nosotros en casa junto con su novio, tengo trabajo y una vida ``normal´´ pero cuando estoy a solas en casa me gusta vestirme y sentirme nena. Esta afición la tengo desde muy niña y siempre que me visto de nena me encanta pasearme de un lado a otro de casa disfrutando del roce de la ropa femenina pero una vez que me quito esa ropa soy uno más.
La historia que os voy a contar es totalmente real salvo que cambiare algunas cosas para no comprometer mi intimidad.
Desde hacía mucho tiempo cuando estaba a solas en casa y tenía tiempo para vestirme le daba vueltas a la cabeza lo que sería poder estar con un hombre, que me viese alguien más que yo misma en el espejo pero solo se quedaba en eso, en un calentón de ideas e imaginaciones. Luego cogía cualquier cosita para poder metérmela en mi ``chochito´´ y disfrutar de una penetración. Decir que tengo un culito tragón y disfruto muchísimo metiéndome cosas en él. El caso es que siempre se quedaba en eso, calentón y luego masturbación hasta bajarme el calentón.
Luego decidí meterme en un chat de gays, lesbianas y transexuales para ver lo que se hablaba por ahí y decidí conocer gente en el chat, en principio lo hacía solo para charlar un poco y ver lo que se movía por el chat, pronto me aficione a entrar y escribir en él. Y decidí dar un paso más, me decidí a ofrecer que me viesen por skype y así poder ver las reacciones de los chicos con los que interactuaba. Me encantaba lo que me decían algunos, otros simplemente no decían nada solo movían sus manos masturbándose y cuando se corrían adiós. Eso empezó a calentarme y a frustrarme ya que no conocía a nadie que me durase en el tiempo. Como mucho hablábamos tres cuatro veces y desaparecían.
Hasta que un día en el chat me entro un chico el cual desde un principio le dije lo que era y como era mi situación familiar, por el tema de ser discretos. Y desde el primer momento me entendió, comprendía perfectamente que era yo y como era, ya que dejamos las cosas claras desde el principio, no quería perder el tiempo como siempre en gente que no me aportaba nada. Él también me conto su situación, casado y con un hijo, así que discreción máxima por parte de los dos.
Enseguida conectamos y me gustaba lo que me decía, es muy caballeroso y muy romántico a la hora de escribir y hablar con una. Pero yo seguía con la creencia que no duraría mucho tiempo ya que me había acostumbrado a que solo me querían para masturbarse a través del skype y luego desaparecían de los chats. Pero me equivoque para mi fortuna.
Estuvimos escribiéndonos durante muchos días hasta que volví a tener mis días libres y a quedarme sola en casa. Entonces decidí dar otro pasito más, le dije si quería verme vestida a través de la webcam a lo que él contesto que si pero que no quería que fuese un compromiso para mí, eso hizo que me decidiese a mostrarme por la cam.
Corrí a la habitación de mi cuñada (ya que es la que tiene la ropa más sexy y que me queda muy ajustadita) abrí su armario y empecé desesperadamente a buscar ropa para ponerme, por supuesto empecé con un tanga de hilo que es lo que le gusta a MI MACHO (así lo llamare de ahora en adelante), acomode mi pequeño pene hacia atrás metiendo mis testículos en su cavidad y así que no se notase su presencia y subí bien el tanga. Ufff que sensación ajustarme el tanga con esa suave tela. Luego saque una serie de vestidos cortos y otros largos, los puse bien colocados encima de una silla para que no se arrugasen y empecé a vestirme, una vez vestida recordé que no estaba depilada y no quería que viese eses pelos en mis piernas así que fui de nuevo al armario y de uno de los cajones saque una pantimedia negra que me puse lo más rápido posible ya que no quería que mi macho se aburriese esperando. Luego rebusque en su zapatero hasta que encontré las sandalias de tacón y plataforma que tanto me gustaba verle a mi cuñada puesta. Una vez puesta sobre los tacones acomode toda mi ropa y me dirigí al ordenador para encender la cam.
La baje ya que no quería que se me viese la cara, quería que disfrutase de mi cuerpo y en cuanto apareció la imagen lo primero que me dijo es que tenía un cuerpo precioso, y empezó alagarme con piropos y yo a calentarme cada vez más, me cambie varias veces de vestidos para él y a modelar por la habitación. Nos pasamos una mañana viéndonos y charlando y ahí lo dejamos para otro día.
Así estuvimos durante más de un año, escribiéndonos cada vez que podíamos, mandándonos fotos, viéndonos por skype. Las conversaciones cada vez eran más íntimas no solo en lo sexual sino en lo personal. Me hacía sentir muy segura y eso daba pie a que le contase muchas cosas y el igual a mí. Me sentía en una nube, me sentía toda una nena hablando con un pretendiente.
Pasaban los meses hasta que un día le propuse la posibilidad de vernos a lo que el por supuesto dijo que si, que llevaba mucho tiempo queriendo verme en persona. El problema que teníamos era cuadrar que el pudiese y yo también ya que no vivimos cerca sino en dos ciudades lejanas y teníamos que hacer por vernos a medio camino. Después de muchos intentos de poder vernos al final logramos quedar en la cafetería de una gasolinera.
La mañana en la que quedamos la teníamos libre tanto el como yo, en cuanto se fueron ellas de casa me levante rápida para acicalarme bien ya que quería ir limpia ya que aunque sabía que no ocurriría nada quien sabe lo que podría pasar. Por debajo de la ropa de chico me puse un tanga que le encantaba a el de las fotos que le había mandado y salí disparada en el coche nerviosísima ya que conocería a mi macho por fin y lo podría tocar aunque fuese la mano jejejjejej.
Cuando llegue al sitio acordado allí lo vi, apoyado en su coche esperándome en el aparcamiento, era tal cual se veía en las fotos, un hombre muuuuy interesante, me encanto ya a primera vista, yo aparque también en el parquing pero un poco más lejos de él, se montó de nuevo en su coche y lo aparco al lado del mío, mi corazón saltaba de mi pecho, estaba nerviosísima, no sabía que decirle, vergonzosa estaba. Nos bajamos de los coches y me dirigí a él con la mirada en el suelo.
- Hola guapa, ¿Qué tal estas?
Sus palabras sonaron como cañonazos en mi oídos, me decía guapa, guapa en medio de la calle, mire a los lados a ver si alguien lo escuchara, estábamos lejos de cualquier persona y eso me alivio un poco.
- Hola, bien.
No dije nada más, me quede sin palabras, no sabía que decir.
- Veo que estas nerviosa, tranquila preciosa, es normal, ¿te apetece tomar un café?
- Sí. Dije sin pensármelo mucho ya que quería sentarme porque mis piernas temblaban como juncos movidos por el viento.
Nos encaminamos al interior de la cafetería y nos sentamos. Me quede en silencio mirando a la mesa, nerviosa, sin saber que decir, él lo noto y con disimulo agarro mi mano y me la apretó suavemente a lo que yo correspondí mirándole a los ojos. Que ojos más bonitos.
- Estate tranquilo.
Volvía a hablarme en masculino.
- Somos dos amigos que estamos hablando en una cafetería solamente, no pasa nada.
Sus palabras me tranquilizaban, y eso hizo que me soltase un poco y empezó a hablarme de cosas vanales como intentando distraerme, y valla si lo consiguió. Entonces empezamos hablar como si nos conociésemos desde hacía mucho tiempo y que ya hacía que no nos veíamos.
Después de dos cafés y una hora de charlar nos dimos cuenta que nos teníamos que ir ya que nuestras cuartadas tenían que cumplirse, así que salimos los dos de la cafetería y nos dirigimos a los coches, pero antes de que entrase al suyo le dije que se montase en el mío que aun teníamos un poco más de tiempo y podíamos seguir hablando, esta vez sin que nadie nos escuchase.
Nos montamos en el coche y volví a ponerme nerviosa, fije mi vista en el volante del coche y no era capaz de mirarlo, nunca me imaginé que me pondría tan nerviosa al lado de un hombre, estaba excitadísima pero estábamos en el parquing de la gasolinera. De repente sentí de nuevo su mano sobre la mía. Cálida suave, yo estaba helada, no corría la sangre por mis venas.
- Tranquila que no va a pasar nada que no queramos los dos. Veo que estas nerviosa y eso hace saltar mi vena paternal de protector. Puedes estar tranquila y segura.
- Lo estoy pero es que nunca estuve con un hombre y no sé cómo hacer, que decir….
- No hace falta que hagas nada ni digas nada, solo quiero que te relajes y te pongas más tranquila que parece que te va a salir el corazón por la boca, jajajjajjaja- se echó a reír, me resulto muy amable y eso me volvió a relajar.
Volví a tranquilizarme y poso su mano en mi muslo ejerciendo suaves apretones y yo quise corresponderle apoyando mi fría mano en su muslo. Me sentía más tranquila y estaba excitadísima, muuuuy excitada, sentía mi tanga mojada, mi tanga, no me acordaba que la llevaba puesta, automáticamente le dije que tenía que enseñarle algo. Me incline un poco a un lado y le di la espalda para luego bajar ligeramente el pantalón, lo justo para que viese el tanga y como empezaba a desaparecer entre mis nalgas.
- Guau, lo has hecho, te has puesto el tanga para nuestra cita tal y como te lo pedí.
- Si, jejjejejje, como ves cumplo lo que mi macho me pide, quiero que sepas que estoy dispuesta a todo con tal de satisfacerte.
Entonces mientras estaba así me deslizo su mano dentro de mi pantalón, rozando mi tanga y nalgas.
- Mmmmmmmm gracias- le dije- es lo que necesitaba, que me tocases suavemente las nalgas.
- Lo deseaba nena, créeme que lo deseaba, y al ver ese tanga no me pude resistir mas. Te queda de maravilla.
Después de un rato tocándome el culo me dejo y me volví a girar para ponerme mirándolo de nuevo. Quería tirarme encima de su pantalón, sacarle la polla y chupársela hasta sentir su leche en mi boca, pero justo cuando me estaba acercando despacio hacia el sentí un ruido fuera del coche y me asuste. Me volví a sentar bien en mi asiento y el noto que me había pasado.
- Tranquila, no hay prisa, tenemos más tiempo para conocernos mejor, ahora que ya nos conocemos en persona será más fácil las próximas veces que nos veamos.
Luego empezamos a acordar el próximo encuentro, esta vez quería que viniese a mi casa, así me podría vestir para él. La semana siguiente tendría mis días libres y él también podría acercarse a mi casa. Salió del coche despidiéndose con un apretón de manos y nos despedimos hasta el próximo día.
Arranque el coche y cogí carretera a mi casa. Estaba como en una nube, flotaba, mi imaginación volaba, de repente me llego un mensaje al móvil, era el, si, era el de nuevo, diciéndome que le había parecido una nena fantástica y que seguro que en la intimidad sería una autentica fiera. En cuanto pude parar el coche le conteste el mensaje diciéndole también que me perdonase, que estaba muy nerviosa pero que se lo pagaría en cuando estuviésemos de nuevo a solas. También le conté las ganas que tenia de chupársela en el coche y que me estaba arrepintiendo de no haberlo hecho, pero él me respondió que no me preocupase que lo noto pero que me comprendía ya que no estábamos en un lugar tranquilo.
Durante el resto de esa semana no dejaba de fantasear como seria nuestro encuentro, que sería lo que me iba a poner, que le haría, que me haría. Nos escribíamos a través del skype varias veces al día y nuestras conversaciones siempre acababan calentísimas por las dos partes, lo deseaba.
Dos días antes de nuestro encuentro decidí ir a comprar una sorpresa para él. Pero no sabía lo que ni donde, así que me dirijo a un centro comercial chino que tengo cerca de casa y a ver lo que me encontraba. Me pasee por la zona donde había pelucas y cogi una morena con el corte al estilo pulp ficción. Luego me dirigí a la zona de lencería, no sabía que comprarme. Después de varias vueltas me fui a donde estaban los corsés, me puse a buscar una talla para mi cuerpo hasta que la encontré. Un precioso corpiño de cremallera delantera y cintas detrás, muy sensual, seguro que le gustaría vérmelo. ( o eso esperaba que hiciese )
Esa misma tarde decidí depilarme todo el cuerpo ya que para mi desgracia tengo mucho pelo en mi cuerpo. Me pase más de una hora rasurándome en la ducha hasta comprobar que solo me quedaba un pequeño triangulito sobre mi pequeño pene, entonces lo empuje hacia atrás y apreté mis piernas para que no saliese. Parecía el pubis de una chica normal. Y estaba suave totalmente.
Yadira y yo que me llamo Luis, llevamos varios años de casados, pero no nos consideramos una pareja común y corriente, ya que desde que éramos novios nos dimos cuenta que tanto ella como yo somos personas de mente abierta, ella no se considera dueña de mi cuerpo, ni yo tampoco me considero dueño del suyo, por lo que si nos place en algún momento llegar a tener relaciones con otra persona, las disfrutamos abiertamente, sin que por ello el amor que nos sentimos mutuamente se vea lesionado o disminuido. En ocasiones tanto ella como yo también le damos rienda suelta a nuestras fantasías, con la completa colaboración tanto mía como de parte de ella.
Relato erótico enviado por narrador el 13 de March de 2011 a las 21:45:11 - Relato porno leído 120888 veces