Me enamoré de mi amigo....

. Aunque me costó reconocerlo, ya que había cambiado bastante. Estaba mucho más alto, y corpulento, su cabello lo llevaba extra corto, y lucía un enorme, y frondoso bigote negro. Él a diferencia mía, que me fui a estudiar a la universidad, se quedó en el pueblo administrando los negocios de su familia. Esteban se bajó de su vehículo, y tras saludarnos con un fuerte abrazo, me invitó al ventiunico bar del pueblo, que de paso es de su propiedad. Así que desde que entramos, comenzamos a beber cerveza, y a recordar los viejos tiempos. Ya era bastante tarde, cuando por el calor que hacía, mi amigo me propuso que fuéramos a pasear hasta una poza donde acostumbrábamos bañarnos, pero antes de salir agarró un par de botellas de ron, las que nos llevamos, y nos fuimos tomando a pico de botella, mientras que Esteban me iba contando de lo bien que le iba en los negocios, a medida que nos dirigíamos a la poza. No bien habíamos llegado, cuando Esteban, tras bajarse de su vehículo, quejándose del calor que hacía, se quitó toda su ropa, y tal como se encontraba se tiró al agua. No sé qué me sucedió, pero la admiración que sentía por mi amigo, por sus triunfos, y su manera de ser, así como por su desarrollado cuerpo, como que al verlo totalmente desnudo, aumentó de manera desmedida. Yo permanecí de pie, en la orilla de la poza, tratando de no demostrarle mis sentimientos hacía él. Cuando Esteban después de darse un buen trago, me invitó a que me metiese al agua, diciéndome. Vamos Ignacio, quítate la ropa y vente al agua, que está rica. Además por aquí, y a estas horas no pasa nadie. Yo la verdad que el escuchar su voz diciéndome esas palabras, para mi fueron como una orden, que debía cumplir. Así que comencé a desvestirme, procurando no llamar su atención, dándole la espalda, incluso al momento de meterme al agua, ya que por la misma excitación que sentía, al estar tan cerca de Esteban, completamente desnudo, tuve una erección, que en realidad me avergonzaba. Aunque Esteban no creo que se haya dado cuenta de ello, pero ya al estar yo dentro del agua, fue desapareciendo en su totalidad. Así que seguimos hablando de nuestros amigos, hasta que yo le pregunté por el gordo Rolando, el hijo de la farmacéutica. Sonriéndose maliciosamente, me dijo. Así la gorda, bueno ya no es gorda, y la última vez que la vi estaba muy bien, me enteré que tiene un marido que la mantiene. Yo me quedé algo confundido, y Esteban sin dejar de reírse, me continuó diciendo. Por la cara que pones, cualquiera diría que no sabías que Rolando era gay. Lo que en efecto era verdad, Esteban continuó contándome de manera desvergonzada, que en esa misma poza, en infinidad de ocasiones le había dado por el culo a Rolando, y hasta lo había puesto a mamar. Yo no lo podía creer, y mientras me daba otro trago de ron, le pregunté por pura curiosidad como habían comenzado. Y de inmediato Esteban me dijo que dejara la botella en la orilla, y apenas lo hice, Esteban me saltó encima, aplicándome una llave de lucha libre, inmovilizando mis brazos, mientras que se encontraba tras de mi. De inmediato sentí su duro miembro pegando contra mis nalgas. Pero casi de inmediato me soltó, pidiéndome disculpas diciendo. Perdona, pero nada más quería demostrarte, como fue que había comenzado con Rolando. Lo invité a luchar, como tú, y yo lo hacíamos cuando éramos niños. Pero él a diferencia tuya, nunca me ofreció resistencia alguna, es más ya como a la segunda o tercera vez, lo que hizo fue comenzar a mover sus nalgas, y te puedes imaginar el resto. Ya en ese momento, quizás por lo mucho que había bebido, que lo que se me ocurrió fue, saltar sobre mi amigo, tratando de aplicar la misma llave que él me había aplicado. Pero creo que más tiempo demoré yo en tratar de someterlo, que él en zafarse, y fácilmente volver a someterme, volviéndose a colocar tras de mí, pegando su cuerpo al mío, de tal manera que su miembro volvió a quedar pegado a mis nalgas. Pero soltándome de inmediato. Fue cuando a mí se me ocurrió decirle, está bien que sean tres de cuatro. Y no bien terminé de decir eso, que Esteban me volvió a someter con suma facilidad, solo que en esa ocasión apenas sentí su miembro pegado a mis nalgas, yo comencé a mover mis caderas, supuestamente con la intención de zafarme. Solo que al mismo tiempo separé mis piernas, y sentí su caliente, y dura verga bajo el agua que comenzaba a chocar, de manera repetida contra mi esfínter. En esos momentos Esteban me apretó con sus fuertes brazos por la cintura, y casi de inmediato sentí como ante la presión de la cabeza de su verga, mi esfínter se abrió dolorosamente. Yo me quedé como paralizado, a medida que él continuó empujándome todo aquel pedazo de carne, por entre mis nalgas, hasta que nuestros cuerpos cayendo sobre la orilla de la poza se unieron. Esteban continuó empujando, y sacando toda su dura verga de mi culo. En mi vida ni tan siquiera había llegado a pensar en que otro hombre, y menos mi mejor amigo de la infancia me llegase a penetrar. Pero en esos momentos, a pesar del fuerte dolor que llegue a sentir, comencé a mover mis nalgas, a medida que le pedía a Esteban que me diera más, y más duro. Cosa que él no dejaba de seguir haciendo, al tiempo que fui sintiendo como sabrosamente me mordía la nuca. Yo seguí chillando, y gimiendo de placer, mientras que mi amigo me penetraba una, y otra vez incesantemente. Yo me encontraba tan excitado, que el solo roce de mi miembro sobre la arena de la poza, hizo que me viniera en un dos por tres, mientras que Esteban estuvo por un buen y largo rato dándome salvajemente por el culo, hasta que apretándome contra su cuerpo, se vino dentro de mí. Al poco rato él retiró su verga de entre mis nalgas, recostándose a mi lado, por lo que me quedé tirado sobre la orilla con mis piernas, y nalgas bien abiertas. Y a pesar de lo mucho que había bebido, le dije a Esteban que seguramente lo que le iba a decir, no le gustase. Pero era la primera vez en mi vida, que alguien me daba por el culo. Y si había dejado que eso sucediera, era por lo mucho que lo amaba. Yo pensé que, después de lo que le dije, Esteban seguramente no iba a querer volver a verme. Pero me equivoqué, ya que me tomó nuevamente entre sus brazos, y me ha plantado un enorme beso. Por lo que un poco más tarde, lo único que se me ocurrió en agradecimiento fue el ponerme a mamar su verga, hasta que lo hice que se viniera dentro de mi boca. Durante el resto de las vacaciones que pasé en el pueblo, casi a diario Esteban pasaba a buscarme. Es más ya antes de que yo regresara, me presentó a su futura esposa, claro que sin decirle, que él me daba por el culo. Al regresar a la universidad, al ver a mi novia lo primero que me dijo fue que durante las vacaciones había conocido a un chico, con el que se había acostado. Por lo que ella decidió terminar conmigo, para irse a vivir con él. Cosa que yo celebré intensamente, con un chico que conocí esa misma noche, que me da duro por el culo....