Me follaron en el fútbol

Esto que voy a contar me pasó ayer mismo. Fui al campo de fútbol con mi padre para ver el último partido de la Liga. Aunque a mí no me gusta mucho, me entretengo viendo a los jugadores lo guapos y buenos que están algunos (el árbitro ayer también estaba cañón). Cuando estaba la primera parte me entraron ganas de mear, así que fui al servicio. Como es natural, en ese momento todo el mundo estaba en las gradas, así que no había nadie. Entré en uno de los vates, me bajé los pantalones y las braguitas y me puse a orinar. Ni siquiera se me ocurrió echar el pestillo. Eso me costó caro, dos chicos me habían visto entrar y abrieron la puerta. Yo les grité:
- ¡Eh, que está ocupado, y este es el servicio de chicas!.
- Ya lo sabemos, putita, pero tú ahora nos vas a enseñar tu coñito si no quieres que te hagamos daño.
Yo me asusté un poco, así que les obedecí para que no me hiciesen nada. Me levanté del vate para que me viesen el chochito. Los chicos se acercaron a mí, cerraron la puerta y mientras uno me acariciaba por delante, el otro lo hacía por detrás.
- Ni se te ocurra gritar o te haremos daño, golfilla, y ahora te vas a quitar la camiseta y nos vas a enseñar lo que tienes debajo.
Como hacía calor y quería ir cómoda no me había puesto sujetador, así que al quitarme la camiseta pudieron contemplar mis tetas. Enseguida se pusieron a manoseármelas y a darme pellizquitos en los pezones, sin dejar de toquetearme el chochito y el culo.
- Ahora, niña, nos vas a chupar la polla a los dos a la vez.
Se bajaron los pantalones y los calzoncillos dejando a la vista dos vergas grandes y completamente tiesas.
- ¡Mira lo que has hecho, putilla, por tu culpa tenemos las pollas hinchadas, jajaja! -se reían los muy cabrones.
Me pusieron en cuclillas delante de sus rabos y me los metieron en la boca. Alternativamente se la chupaba a uno y masturbaba al otro. Lo hacía con ímpetu para intentar que se corriesen y evitar que me violaran, pero ellos querían metérmela.
- Lo haces muy bien, perra, pero ahora te vas a poner en posición, que queremos follarte un poco.
Yo intenté amedrentarlos:
- Mi padre es policía y estará a punto de venir a buscarme. Él sabe que he venido a mear y estará extrañado de que tarde tanto.
- Pues entonces démonos prisa antes de que aparezca el madero. ¡Te vamos a penetrar los dos a la vez, así tardamos menos, jajaja!
La verdad es que yo estaba excitada, me gustan mucho las vergas y las de aquellos chicos eran bien hermosas. Así que recibí sus pollas dentro de mis agujeros con gusto y placer. Uno me la enchufó por la vagina y el otro por el ano. Entraron fácilmente (bueno, el culo me lo desgarraron un poquito, pero no me importó). Me estaba gustando aquello y estaba a punto de tener un orgasmo viendo cómo me estaban cabalgando dos tíos a la vez. Pero justo en ese momento se escuchó la voz de mi padre que estaba buscándome:
- ¡Sheila, ¿estás aquí? Hija, ¿te ha pasado algo?
Ya que me habían forzado y estaba siendo violada, quería acabar corriéndome como una puta, así que no hizo falta que uno de los chicos me dijese al oído:
- No hables ni te muevas o te hacemos daño a ti y a tu padre...
Como no escuchó nada, mi padre acabó por marcharse.
- ¡Buena chica, ahora vamos a acabar la faena, cerda!
Siguieron con los coitos (vaginal y anal) hasta que se corrieron dentro de mí. Al sentir sus vergas explosionar y llenarme de leche, yo también me corrí como una putona verbenera. Ellos sacaron sus estacas tiesas y me obligaron a que se las limpiara con mi lengua, cosa que hice con agrado puesto que estaba muy rico el semen. Lo que no me esperaba era el colofón:
- Ahora abre bien tu boca, puerca, que tenemos ganas de mear.
Orinaron en mi boca, y parte me la tragaba y otra parte me chorreaba hacia mi cuerpo desnudo. A continuación los chicos se fueron de allí corriendo mientras me decían:
-¡Gracias, puta. Te has portado muy bien!
Yo entonces me limpié el coño y el culo con papel y me sequé la orina que tenía por la cara, el pecho y el vientre. Me acerqué al lavabo y me lavé con agua. Me sequé con más papel y me vestí. Volví a mi sitio en las gradas. Mi padre también había regresado.
- Sheila, ¿dónde te has metido? Te he estado buscando.
- Es que he ido a otro servicio más lejos. Los de ahí fuera estaban un poco sucios.
- La gente, que es muy guarra, hija, menos mal que tú eres muy limpia
Entonces ví a los dos chicos que estaban a pocos metros de mi asiento. Ellos también me vieron y se asustaron pensando que los iba a delatar, pero les enseñé mi lengua lascivamente mientras me tocaba una de mis tetas. Creo que voy a sacarme el abono para la próxima temporada. Me está gustando ir al fútbol...