De juegos inocentes pasamos a deliciosas aventuras.
Relato
ME GUSTA ENSEÑAR Y COMPARTIR LO QUE TIENE MI MUJER. Quiero confesarle al mundo mi debilidad por algunas morbosidades sexuales, entre ellas el ver como follan a mi mujer y exhibirme con ella en discotecas, cuando vamos de compras hacerla que se ponga vestidos pegados al cuerpo y sin ropa interior y cuando estamos en algún bar estar tocándole su concha (vagina) y que me vean como la manoseo para que alguien atrevido se nos acerque y la compartamos el resto de la noche. Mi querida esposa a pesar de los años que tiene (44), es una mujer bien conservada, de piel morena, 1.62 CMS. de estatura, piernas bien contorneadas, pechos no grandes tampoco pequeños (bien para mi gusto), buenas nalgas y una hermosa y gran panocha. Su nombre es Sonia. Mi nombre es Rodrigo. Déjenme decirles que mi esposa cuando esta libre de alcohol es una persona recatada, seria y hasta algo cohibida, pero cuando se toma conmigo más de dos cremas de whisky, comienza a liberarse; es así como comencé a jugar con mi mente para ir despertando en ella algunas inquietudes y formas de practicar sexo. Comenzamos con un día en que ya teníamos más de 4 copas en el organismo y en la soledad de la noche en nuestra casa con los niños dormidos, la animé a que me hiciera un streep tease y con cierto recato comenzó a contorsionarse y poco a poco quitarse la ropa que llevaba puesta, me puso a mil cuando se hizo de lado el bikini que llevaba puesto y me puso la chocha cerca de la cara, a lo cual le respondí pasando mi lengua por esa rica chocha, estuvo un rato restregándome la cara con toda su rica vulva y al rato se retiro un par de centímetros para quitarse el bikini y comenzar a meterse uno, dos y hasta tres dedos en la vagina y a acariciarse el clítoris. Cuando ya no me aguante, la llevé contra la pared del patio (que da a la calle y tiene una pequeña ventana al aire libre) y se agarró de los barrotes de la ventana y la cogí como loco, apretándole las nalgas y hasta le metí un dedo en el culo y ella empezó a bramar de gozo y me decía que le diera más y que era mi putita y que no le importaba que la gente que pasaba por la casa oyera sus suspiros, claro creo que nadie nos vio porque eran como las 3 de la mañana. Después de esa experiencia, ya me aventaba más y en la actualidad cada vez que salimos a tomar cerveza o licor (generalmente lo hacemos todos los fines de semana) la hago que en el carro se quite el bikini y el sostén en el camino de regreso a casa y que se recueste en el asiento, entonces aprovecho y le voy jugando las tetas y la chocha y hasta le meto los dedos. De esa situación me fascina verle la cara a algunas personas que se le salen los ojos cuando en un alto por semáforo en rojo, nos detenemos y yo aprovecho hasta para pasarle la lengua por la chocha; en algunas ocasiones, hemos estado a la par de un autobús y la gente se queda extasiada de ver la escena. Como les mencioné al principio de este relato, también me fascina ir a una discoteca y cuando ya estamos pasados de copas, hago que mi esposa se vaya al baño de damas para que cuando regresa a la mesa, ya venga preparada para dar nuestro show; se sienta de tal manera que las personas que están al frente de nosotros disfrutan viendo o tratando de ver y adivinar si mi Sonia esta en pelotas o si lleva panty y más se entusiasman cuando yo comienzo descaradamente a meterle mano. Hace un par de meses y a raíz de irle yo platicando a mi esposa sobre los relatos que he leído en las cuales hay intercambio de parejas o simplemente un trío, un día de tantos nos fuimos a un bar que frecuentamos y como siempre se nos pegó otro cliente del bar, el cual era joven (unos 38 años), alto, blanco y de aspecto muy varonil, el cual se nos acerco argumentando que nos felicitaba de ver a una pareja algo madura departiendo felizmente en un ambiente sino juvenil, si bastante bohemio y que era raro ver en ese lugar este tipo de parejas, lo cual era cierto ya que hace tiempo nosotros habíamos observado lo mismo. A los pocos minutos de la conversación y como parte de la cortesía, invitamos a Carlos (así se llamaba nuestro nuevo amigo) a que nos acompañara en la barra, lo cual hizo sentándose a un lado de Sonia, quien esa noche llevaba una blusa con un buen escote que dejaba entrever a medias sus senos y una falda negra súper corta, bien ajustada al cuerpo y que por la altura de las sillas se le subía bastante dejando entrever la punta de su hilo dental por la parte de su vulva, lo cual a ella no le preocupaba por la luz tenue que rodeaba el ambiente. Carlos era una persona fluida de plática y Sonia y yo comenzamos a sentirnos bien con él y a contarnos algunos chistes que eran de doble sentido. Ya entrados en calor con los tragos, yo sentí que mis hormonas se me subieron y entre plática y plática le sobaba las piernas a mi esposa y a propósito le subía cada vez más la falda a manera que Carlos se percatara de la situación; no sé si mi esposa también estaba siendo impactada por la personalidad de Carlos que ella de vez en cuando le ponía su mano en la pierna a Carlos y la dejaba descansar un rato. En un momento en que Carlos se retiro para ir al baño, yo le susurre al oído a Sonia que si le parecía la forma de ser y el físico de Carlos y ella muy animada me respondió que si y que estaba súper guapísimo. En ese momento me animé y le dije que se soltara más con él, que quería ver hasta donde llegaba Carlos con ella. Al oír mis palabras Sonia me respondió y me dijo estaba bien pero que no fuera a hacerle ninguna escena de celos si veía que Carlos se sobrepasaba, ya que déjenme decirles que con los amigos que tenemos o que ella tiene soy súper celoso (contradictorio, no?). Al llegar nuevamente Carlos a la barra, seguimos en amena charla y yo más atrevido no solo pasaba la mano por las piernas a mi esposa sino que comencé a sobarle la chocha y dejar mi mano puesta en esa hermosa y gran vulva. Ella para provocar a Carlos, cruzó una de sus piernas contra la pierna de él, Carlos se me quedó mirando y yo pasé una de mis manos sobre la otra pierna de ella. Inmediatamente Carlos poso una de sus manos en la otra pierna y comenzó a acariciarla, hasta que en un momento nuestras manos se entrecruzaron, se la tome y se la dirigí hacia la vulva de Sonia, la cual ya estaba húmeda. Carlos ya más animado nos dijo que si queríamos ir a su apartamento, que él vivía solo y que sería un gusto que le aceptáramos la invitación. Yo le pregunté a Sonia que si se animaba y muy sonriente me dijo que si y que me atuviera a las consecuencias. El apartamento de Carlos, era acogedor, pequeño pero bien distribuido y totalmente alfombrado. Nos sentamos en la sala e inmediatamente Carlos puso una botella de whisky para que nos sirviéramos, yo le pedí a Carlos que me prestara el baño, argumentado que me sentía algo indispuesto del estómago y que disculpara si me tardaba en salir. Cuando cerré el baño, tuve la precaución de dejarlo sin llave para que no se sintiera cuando abriera la puerta. Al minuto de estar dentro del baño, silenciosamente abrí la puerta y como supuse, Carlos ya estaba acariciando a Sonia y ella tenia una de sus manos metida por debajo del pantalón acariciando la verga de Carlos y el pasaba sus manos por las tetas de mi esposa y bajaba una de ellas hasta la chocha, esa visión me excitó y más cuando mi esposa desabrochó el pantalón de su amante y sacó la verga que estaba en toda su plenitud y tenía un largo de unos 14 centímetros y unos 5 de grueso y ella comenzó a meterse ese garrote en la boca y a pasar su lengua de arriba abajo. Al ver esa situación sentí envidia y deseos de ayudarle a mi mujer a degustar ese manjar que estaba disfrutando ella solita, Carlos se paro y agarró la cabeza de Sonia para querer meterle la verga hasta el fondo de su boca. Yo en mi soledad, comencé a acariciar mi verga, estaba tan excitado que al rato ya estaba disfrutando y cuando Carlos ya tenía en posición de cuatro patas a mi esposa, abrí de golpe la puerta del baño y el sobresaltado me dijo que le disculpara. Lo que yo le contesté, no dejo de sorprenderle, ya que le dije que hiciera con mi esposa lo que quisiera pero que me dejara participar y ayudarle en la tarea. Carlos se relajó y se quitó los pantalones y yo ayude a mi esposa a quitarse la faldita que llevaba y el hilo dental, la senté sobre la pija de Carlos y ella comenzó a decir y casi gritar: "que rico", "quiero más", "dame tu verga mi amor" (refiriendose a mí); yo saqué mi verga, me quedé desnudo y le llevé mi verga a su boca. Cuando ella ya estaba bien excitada y queriendo derramarse, yo la dejé y me puse detrás de ella para pasar mi lengua por su culo, eso la puso frenética y como la verga de Carlos estaba cerca de mi lengua, aproveche para saborear los jugos que deslizaban por esa inmensa pija y logre sacarle un gemido de placer a quien se perfilaba como nuestro amante (mío y de mi mujer), yo ya estaba loco y no me importaba que mi mujer me dijera algo, pasando mi lengua por el culo de mi mujer y metiéndola entre la verga de Carlos y la vagina de mi querida esposa. Al rato yo me quedé al márgen de la acción y mi esposa cabalgaba sobre la pija de su amante, de pronto oí unos gemidos, casi convertidos en grito, presagio de la gran corrida que Sonia estaba experimentando. Les dije a ambos que nos fuéramos para la cama, ya que Carlos no había terminado y que no lo iba a dejar así de caliente. Le dije a Carlos que quería hacerle el sándwich a mi esposa y que él se pusiera debajo, Sonia se le encaramó y dejo su hermoso culo a mi disposición, con el mismo semen de su recién corrida, lubrique su culo y ahí estábamos los tres convertidos en una sola masa humana. Mi esposa terminó por segunda, tercera y hasta cuarta vez, con lo cual terminó exhausta y de repente se quedo dormida, parte por efecto del mismo alcohol y parte por las corridas sensacionales que había experimentado. La vestí y entre semi despierta y dormida, la subí al carro y nos fuimos a la casa. Al día siguiente, despertamos como si nada hubiese pasado y en señal de amor, tuvimos sexo para sellar nuestro amor. Este fue el comienzo de otras aventuras en las que con mi esposa hemos disfrutado el compartir a hombres que se nos ponen en el camino y que hacen con los dos lo que quieran.
yo le metia la verga en el culo una otra ves mientras ella le mamaba la verga ami compadre como una puta desesperada por momentos ella dejaba de mamarle la verga ami compadre por que el ya estaba a punto de venirse para luego mamarle el queso humedo y rojo de mi esposa
Relato erótico enviado por Anonymous el 24 de February de 2010 a las 00:07:43 - Relato porno leído 144249 veces
despues de tantas indirectas e insistencias mi mujer me complace y se despacha con tremenda verga..
Relato erótico enviado por takamuraxxx el 30 de July de 2011 a las 00:00:09 - Relato porno leído 122681 veces
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FERNEY ACOSTA
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Comentarios enviados para este relato
camadedu
(9 de August de 2012 a las 05:56) dice:
buenoooo,la actitud bi de el me sorprendio,pero sobre gustos no hay nada escrito,felicitacionessssss guadserio
(6 de June de 2011 a las 18:03) dice:
te perdiste al final no k no habia acabado, per fue bueno el relato katebrown
(18 de October de 2022 a las 19:44) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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