Un fin de semana, que nuestros padres no se encontraban en casa, se me ocurrió entrar al cuarto de mi hermano para pedirle un favor, pero al abrir la puerta me llevé tremenda sorpresa…
Relato
Luis mi hermano mayor, y yo apenas nos llevamos, más o menos unos nueve meses de diferencia, ya que él nació a principios de enero, y yo a finales de septiembre, del mismo año. Por lo que durante tres meses, prácticamente tenemos la misma edad. Debido a eso, quería pedirle que me prestase un video algo fuerte, que él había bajado.
Pero al entrar a su cuarto, me llevé la sorpresa de encontrarlo en su cama, teniendo sexo con su novia de turno. Yo la verdad fue que me quedé tremendamente impresionada, Luis estaba acostado boca arriba, y Ángela su novia en esos momentos, se encontraba prácticamente sentada sobre él, ambos se encontraban completamente desnudos, por lo que pude ver sin mucho esfuerzo, como el tremendo miembro de Luis penetraba, y salía, una y otra vez, del depilado coño de Ángela, quien parecía estar gozando tremendamente, mientras que mi hermano la sujetaba por sus caderas.
Yo me quedé extasiada observándolos a los dos, mientras que Ángela con sus ojos cerrados, parecía cabalgar sobre la verga de mi hermano. Yo de manera discreta, salí de la habitación, pero dejé la puerta entreabierta, mientras que desde el pasillo de nuestra casa, los seguí observando con cierta envidia. De manera casi inconsciente, me llevé los dedos hasta mis pantis, medio me las bajé, y sin dejar de ver como el miembro de mi hermano, salía y entraba dentro del coño de Ángela, al mismo tiempo comencé a darme sabrosamente, dedo en mi clítoris, hasta que disfruté de un lindo orgasmo. De todo lo que más me llamó la atención fue el miembro de Luis. Por su tamaño, y gran grosor, como continuamente entraba y salía del coño de aquella tipa.
Cuando Luis, y Ángela terminaron, yo discretamente regresé a mi cuarto, procurando no hacer ruido, para que no se dieran cuenta de mi presencia, y de que los estuve observando durante un buen rato. Desde ese instante no dejé de pensar, en lo mucho que mi hermano se había desarrollado. Lo cierto es que desde ese día, como ya les dije no dejaba de pensar en él. Durante unos días, había momentos en que estando a solas me imaginaba, siendo penetrada por él. Pero al mismo tiempo me decía, a mi misma que eso no podía ser, que sería cometer insecto.
Pero a medida que fueron pasando más días, comencé a soñar que Luis y yo, teníamos sexo frente a nuestros propios padres, familiares, y amistades. Los que en lugar de sorprenderse, nos felicitaban a los dos. Claro que solo era un sueño, y entendí que eran mis mismos deseos reprimidos que se manifestaban así. Por otra parte, conociendo a mis viejos, se que si se llegasen a enterar de algo como eso, a los dos por lo menos, les daría un fulminante ataque al corazón.
Al llegar el siguiente fin de semana, nuestros padres, volvieron a salir de viaje, y nuevamente me quedé sola en casa con Luis. La cosa es que al levantarme, en lugar de ponerme como de costumbre mi bata, salí de mi habitación únicamente usando unas pequeñas, ajustadas, y semitransparente pantis rosita, acompañada de una pequeña toalla que coloqué sobre mi cuello, y apenas me tapaba mis senos. Así como me encontraba, me puse a preparar el desayuno, y apenas lo tuve listo, me dirigí a la habitación de mi hermano para decirle que podía levantase a desayunar. Cuando abrí la puerta, algo sorprendida entendí porque en ocasiones había escuchado a mi mamá decirle a mi viejo, que ella lo había visto con la tienda de campaña armada. Yo la verdad hasta que no vi, como el erecto miembro de mi hermano bajo la sabana daba la impresión de ser una tienda de campaña, no había comprendido lo que mi mamá le decía en ocasiones a mi papá. Así que sentándome tal cual yo estaba a un lado de la cama de mi hermano, lo comencé a llamar.
Luis se medio despertó, y me dijo que lo dejase seguir durmiendo, fue cuando sin advertírselo, le arranque la cobija con la que estaba cubierto, por lo que él se quedó completamente desnudo ante mis ojos, ya que desde chico, a Luis le encanta dormir así, y esa fue una de las razones por las que nuestros padres, al cumplir los doce, o trece años nos pusieron en cuarto separados. Luis al quedar completamente desnudo ante mí, yo pensé que trataría de ocultar su completa desnudes, pero no que va, el muy sin vergüencita, se quedó de lo más tranquilo, con su erecto miembro apuntando al techo de su habitación, mientras que yo me quedé completamente boquiabierta, sin poder dejar de observarlo.
Fue cuando lo escuché decirme, a ver Lucy, ¿te atreverías a agarrarlo? Yo les confieso que estaba como hipnotizada viendo su miembro, cuando me dijo. Vamos que se ve que estás que te mueres por agarrarlo, atreverte. Yo que aun permanecía sentada en su cama, lentamente fui estirando mi mano derecha, hasta que con cierto miedo se lo agarré, sintiéndolo entre mis dedos que estaba bien caliente, y duro. Luis me sonrió de manera picara, y continuó diciéndome, si quieres jálalo todo para abajo para que veas como es.
Yo siguiendo sus palabras, apretando ligeramente más mi mano sobre su pene, comencé a jalarlo hacía abajo, y terminó de emerger su colorado glande. Luego me volvió a decir, me gustaría que me comenzaras hacer una paja, a lo que yo respondí de inmediato subiendo mi mano a todo lo largo de su miembro, y apenas llegó al tope, la volví a bajar, y así estuve un rato lentamente moviendo mi mano sobre su verga, mientras que Luis a medida que yo lo continuaba pajeando, él me fue observando, en cierto momento me quitó la pequeña toalla con la que apenas tenía cubiertos mis senos. Y al tenerlos al aire, mientras yo seguía masturbándolo, él comenzó no tan solo acariciar mis senos, sino que de momento colocó su boca sobre mis pezones, y me los comenzó a chupar divinamente.
Yo me encontraba extasiada, sintiendo la boca de mi hermano sobre las aureolas de mis tetas, como con su lengua, jugaba con mis parados pezones, o me los mordisqueaba divinamente con sus dientes. Provocando que se me escapase, uno que otro gemido de placer. Yo seguí lentamente, subiendo y bajando mi mano a lo largo del todo el tallo de mi hermano, cuando comencé a sentir que una de sus manos, de manera calmada, comenzó a quitarme las pequeñas pantis color rosita, que yo cargaba puestas, Por lo que con mi mano izquierda, yo misma terminé de quitármela, quedando tan desnuda como se encontraba él.
Por lo que cuando sentí como sus dedos comenzaron a explorar mi vulva, de inmediato fui separando mis piernas, dejando que su mano entrase en contacto más fácilmente con todo mi coño. Por otro buen rato, mientras yo le continuaba masturbando lentamente, Luis me mordisqueaba y mamaba mis tetas, al tiempo que divinamente sentía sus dedos hurgando dentro de mi coño. Pero llegó un momento en que no pude aguantar más, y casi le pedí a gritos, que me lo metiera.
Luis se sonrió de manera sádica, y como tomándose su tiempo dejó de chupar mis tetas, retiró su mano de mi caliente coño, hizo que me recostase en su cama, y tras separar ligeramente mis piernas, comencé a sentir como con su sabroso miembro, comenzó a penetrarme. Yo estaba tan y tan excitada, caliente y deseosa de eso, que apenas Luis finalmente me enterró toda su verga dentro de mi vulva, disfruté de un increíble orgasmo.
Ya desde ese momento en adelante, lo que continué sintiendo fue el gran placer de tener sexo con mi propio hermano. Mi novio y yo en ocasiones hemos tenido nuestros encuentros, y por lo general por aquello de no salir preñada dejo que me dé por el culo, pero con mi hermano poco me importó eso, es más hasta decidí ese día comenzar a tomar las anti conceptivas, para no privarme del placer de sentir la gruesa y larga verga de mi hermano dentro de mi coño.
Ese día mi hermano, luego de que se vino dentro de mí, y me hizo disfrutar de no sé cuantos órganos, después de que nos bañamos juntos, me llevó nuevamente a su cama, y en ella, tiernamente se dedicó a mamar sabrosamente todo mi coño, arrancándome una y mil veces, innumerables gemidos, y gritos de placer. Yo estaba que lo único que se me ocurrió hacer para gratificarlo, fue ponerme a mamar su rica, y sabrosa verga, hasta que sentí como toda mi garganta y boca se llenaron nuevamente de su semen, el que sin complejo alguno me tragué gustosamente.
Hoy por hoy, mi hermano y yo seguimos cada vez que podemos, teniendo relaciones. Hace como un mes salí con mi novio, y me medio emborraché, y le dije que me sentía muy mal, por lo que a él solo se le ocurrió llamar a Luis para que me fuera a buscar. Lo cierto es que todo fue un teatro mío, y en el camino a casa, dejé gustosamente que dentro de su auto, Luis me diera por mi apretado culito…
Relato erótico enviado por Anonymous el 14 de December de 2007 a las 13:35:08 - Relato porno leído 786351 veces
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Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 20:05) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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