Bueno realmente eso era lo que yo pensaba, después que algunas de mis compañeras, y compañeros de trabajo me advirtieron, que no aceptase a quedarme trabajando horas extras.
Relato
Lo cierto es que cuando mi jefe, de manera muy cordial me pidió que me quedase para trabajar unas cuantas horas extras, yo la verdad es que de inmediato se lo agradecí, y acepté. Luego fue que mis compañeros de trabajo me advirtieron, que esa era una treta del dueño de la compañía, para aprovecharse de las nuevas empleadas.
Así que yo me encontraba entre la espada y la pared, sabiendo ya lo que me podía esperar, aunque por otro lado, pensé que también podía tratarse de habladurías de mis compañeras y compañeros de trabajo. Para divertirse a costillas mías. Por lo que no les dije, que ya había aceptado, la jugosa oferta que Don Marcial me había hecho.
Como de costumbre salí a mi hora, me dirigí a mi casa, y cuando estuve segura de que ya no había más gente cerca de la oficina, regresé. Yo comencé de inmediato a trabajar, organicé ficheros, preparé los archivos, y hasta realicé un par de llamadas.
Hasta que de la oficina de Don Marcial, escuché su gruesa voz llamándome. No bien entré, sentado en su gran butaca me dijo. Rosalín, se o diré una sola vez. Por lo que yo de inmediato me preparé para tomar nota. El muy desgraciado se me quedó viendo, y riéndose me dijo. Rosalin, no hace falta que apunte, ya que lo que yo quiero simplemente, es meterle mi verga por su coño.
Yo no lo podía creer, lo que Don Marcial me terminaba de decir. Yo estaba que me moría de la vergüenza, y lo peor de todo era, que me lo habían advertido. Don Marcial se me acercó, me ordenó que me parase, y colocándose tras de mi comenzó agárrame, y acariciar todo mi cuerpo.
Yo estaba tan asustada, que en cierto momento me arrodillé para pedirle que se detuviera, pero como que fue peor el remedio que la enfermedad, ya que con más fuerzas, continuó abrazándome y buscando mi boca para besarme, al tiempo que sin detenerse, fue quitándome la ropa, sin que yo pudiera hacer nada para evitarlo.
Una vez que ya me había despojado de mi falda, de mi blusa, y de hasta mi sostén, se dedicó a lamer y chupar los pezones de mis tetas, mientras que yo trataba inútilmente de resistirme.
Así continuó, y fue bajando su rostro hasta mi vulva, la que como un loco desesperado comenzó a laner. Sentí su calida lengua pasándola sobre mi clítoris, una y otra vez, al punto que a pesar de estar haciéndolo en contra de mi voluntad, yo comencé a sentir placer, cada vez que me hacía eso. Ya que todo mi cuerpo temblaba, al sentir su lengua, acariciando y lamiedo todo mi coño.
Don Marcial continuó, lamiendo y chupando, todo mi coño, los labios de mi vagina, así como mi ya sensible clítoris, hasta el punto en que yo gimiendo de placer, dejé de resistirme. Y mientras él mamaba mi coño, yo ovía mis caderas, y le pedía que no se detuviera, hasta que de repente, y sin que yo lo pudiera controlar, disfruté de un salvaje orgasmo. Por lo que cuando me agarró por mi cabello, y llevando mi rostro hasta su verga, me puso a mamar, yo no pude negarme.
No tengo la menor idea, de por cuanto tiempo estuve mamado la verga de mi jefe, lo que si se es que con sus manos agarrando mi cabello, y mi cabeza. De momento se detuvo, diciéndome. Preparaté que ahora vas a saber lo que es bueno. Don Marcial, me colocó sobre la mesa de su escritorio, y sin más ni más, fui sintiendo como me fue penetrando. Ya en esos momentos, lo único que yo hacía además de gemir, y disfrutar como su caliente verga, entraba y salía de mi coño. Fue ponerme a mover mis caderas, como hacía tiempo que no lo hacía.
Restregaba mi cuerpo contra el de él, y sintiendo como era penetrada una y otra vez, por mi jefe. Continuamos como disfrutando mutuamente, y justo en el mismo instante en que Don Marcial comezó a venirse dentro de mi, se abrió la puerta de par en par, era su mujer, acompañada de un fotógrafo, y pienso que un abogado.
Pienso que no se cansaron de tomarnos fotos, Cuando mi jefe terminó de venirse, con mucha calma, se acomodo el pantalón y dirigiéndose al trio les dijo. Esta bien me han atrapado, te firmaré el divorcio, pero la parte económica, después la arreglamos.
Yo estaba que me moría de la vergüenza, y no fue hasta que el trio se retiro, que Don Marcial me dijo. Bueno Rosalin, hacía tiempo que no disfrutaba de un polvo tan sabroso como el que tú me has proporcionado. Bueno después de su divorcio, como al mes nos casamos. Se preguntaran como se enteró su mujer, sencillo yo misma la llamé.
El Sr. Araneda es un importante empresario, 50 años, casado, adinerado y muy califa.
Kendra tiene 19 años y es su primer día de prostituta en un lujoso club.
¿Qué pasará cuando Kendra encuentre que su primer cliente es este exigente hombre? El cual sin duda buscará la manera de tenerla de esclava solo para él.
Relato erótico enviado por casadocaliente7 el 25 de July de 2014 a las 00:01:11 - Relato porno leído 360845 veces
Hola, soy Yuli, tengo 26 años, viuda con un hijo de 8 años. Mido 1.68 y peso 60 kgs. Tengo un trasero excelente y firme, piernas torneadas,
reconozco que tengo un busto pequeño pero también muy firme…..
Relato erótico enviado por Anonymous el 07 de February de 2009 a las 23:16:12 - Relato porno leído 61835 veces
mi jefe me hizo agacharme y me tomo de las caderas y me penetro....
Relato erótico enviado por Anonymous el 14 de March de 2007 a las 00:18:52 - Relato porno leído 41894 veces
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Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 20:04) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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