Ambos estábamos tan y tan concentrados en el otro, que cuando nos pareció ver nuestra madre nos estaba observando, parada en la puerta de nuestra habitación. Ni caso le hicimos, pero al ambos terminar, y fijarnos en la puerta no había nadie, por lo que yo pensé que quizás como estaba tan excitado en ese instante, me imaginé ver a nuestra madre observándonos.
Relato
Cap. II
Después de esa noche, no había momento en que mi hermana gemela y yo no estuviéramos teniendo sexo juntos. Claro que nos cuidábamos de que nuestra madre no se diera cuenta de eso. Pero en una de esas tantas veces, Rita tenía la regla, y aunque cuando eso sucedía, por lo general nos conformábamos con que ella me masturbase o me mamase la verga, o en el peor de los casos, no hacíamos nada en lo absoluto. Por los fuertes dolores de vientre que a Rita le dan durante esos días.
Como Rita tiene un horario diferente al mío en la universidad, yo me quedé metido en la cama, aprovechando para dormir un poco más. Cuando estando en lo más profundo de mi sueño, soñaba que mi hermana gemela me estaba haciendo una deliciosa paja. Pero que de momento me despierto, y me llevó la sorpresa de mi vida. Si me estaban haciendo la paja, pero definitivamente no se trataba de Rita. Era mi propia madre, que sentada al borde de mi cama, únicamente cubierta por una pequeña y transparente bata de dormir, con cara de loca, al tiempo que se relamía los labios, no apartaba sus ojos de mi verga la cual manipulaba sabrosamente con su mano derecha. Mientras que su mano izquierda la mantenía enterrada dentro de su coño.
Yo como ya les dije me sorprendí. Pero me quedé callado en silencio disfrutando lo que mi madre me estaba haciendo. Pero fue tanta mi calentura y excitación al ver y sentir como mi madre me masturbaba, que quizás sin detenerme a pensar en las consecuencias, coloqué una de mis manos sobre la mano que ella mantenía metida en su coño. Sus ojos se clavaron en los mío, y sin decirnos ni una sola palabra, nos abrazamos, al mismo tiempo que comenzamos a besarnos intensamente. A los pocos segundos aquellas ideas de que no debía estar haciendo eso con mi propia madre, desaparecieron de mi cabeza.
Por lo que con más intensidad yo seguí besando e introduciendo mi lengua dentro de su boca, al mismo tiempo que acariciaba todo su cuerpo. En cosa de segundos, mi madre se quitó su pequeña bata transparente. Y se metió en mi cama. Así que entre besos, abrazos, y caricias. De momento que me di cuenta de que ya le estaba enterrando mi parada verga, por su caliente coño.
A medida que más se lo empujaba, mi madre gemía de placer intensamente, y a viva voz me pedía que le diera más y más duro. En muchas ocasiones había visto desnuda a mi madre, y para serles franco, en más de unas cuantas hasta soñé despierto con ser su amante, pero como dicen del dicho al hecho hay un buen trecho. Si las relaciones que yo mantenía con Rita eran algo tremendo, el estar enterrando toda mi verga dentro del coño de mi madre, era algo increíble, quizás por lo morbosa de la situación, pero nada más de pensar en ello me excitaba muchísimo más. Al grado que cuando le propuse que me diera el culo, ella gustosamente me dijo que sí.
Sus gritos de placer al igual que sus profundos gemidos, que daba mi madre, mientras yo le enterraba gustosamente toda mi verga, se debían escuchar por toda la casa y cuidado si fuera de la casa también. Al buen rato de estar clavándome a mi mamá, finalmente tanto ella como yo disfrutamos el un tremendo éxtasis. Tras el cual ella se levantó de la cama como si nada hubiera sucedido, me dio la espalda y mostrándome su hermoso culo se dirigió a su baño. Al yo levantarme, asearme y vestirme para ir a la Universidad, la vi de lo más tranquila arreglándose en su cuarto para ir a trabajar. Me vio con una sonrisa de complicidad y luego me dijo, que nos veríamos a la noche. Como si nada hubiera pasado entre nosotros.
Yo en parte me quedé preocupado, no sabía cómo decirle a Rita que nuestra madre y yo, habíamos tenido relaciones temprano en mi propia cama. Al regresar a casa, las dos actuaban como si nada extraordinario hubiera sucedido. Por lo que decidí quedarme callado, ya a la hora de acostarnos, apenas me quité la ropa, Rita me saltó encima, y comenzó a besuquearme por todos lados, agarrando mi verga y dedicándose a mamármela de inmediato, y cuando ella ya completamente desnuda se acariciaba su propio coño, y continuaba mama que mama mi verga.
Apareció en la puerta de nuestra habitación nuestra madre, completamente desnuda, sin decir una sola palabra se deslizó sobre el piso de nuestra habitación, y de manera suave retiró la mano de Rita de su propio coño, y de inmediato se dedicó a pasar su lengua por sobre el depilado coño de mi hermana, que al ver lo que nuestra madre le estaba haciendo, continuó mamando mi verga. Esa noche entre los tres mantuvimos una tremenda orgía familiar, cuando no era que yo le daba por el coño a una de las dos, entre ellas se besaban, acariciaban, y mutuamente se mamaban el coño la una a la otra, mientras que yo le daba por el culo indistintamente a mi madre o a mi hermana.
Hoy por hoy, tanto mi madre, como mi hermana gemela, al igual que yo tenemos nuestras respectivas parejas, pero eso no quita que ocasionalmente nos reunamos los tres, para en completo secreto disfrutar de ese especial amor familiar que nos tenemos.
Relato erótico enviado por Anonymous el 14 de December de 2007 a las 13:35:08 - Relato porno leído 783538 veces
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Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 20:47) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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