Una Noche en la que algunos de mis compañeros y compañeras pretendían privarme de más diversión, así que cerré para seguir buscándola, sin esperar encontrar lo que me sorprendió ¿Bendito sea el Señor!
Fueron un total de cinco, aunque yo solo hable de cuatro, porque el primero fue muy rápido.
Relato
Después de estar unas cuantas horas de copas con mis colegas, decidieron retirarse unas horas pasada la media noche. Yo me iba a disgusto, tenía más ganas de fiesta; así fue que le dije al más guapo del grupo que cogiéramos un taxi para irnos a un local repleto de señoritas que nos deleitarían.
Al llegar nos dirigimos a la barra, pidiendo yo un whisky con cola y él una cerveza; a lo pronto se acercaron dos elegantes chicas de una edad no muy superior a los veinte años, con minifaldas que mostraban mi preferente debilidad, dejando caer mis manos en las nalgas de la que me parecía más atractiva, con un escote que hacía que sus pechos interfiriesen en mi mirada. Me miró con cara de pocos amigos, preguntándome si iba a hacer el amor con ella, a lo que obviamente no podía contenerme. Entonces cambió su cara, lanzando yo apasionadamente mis dedos hacia unos pezones de infarto. Subiendo las escaleras que nos conducían a su alcoba, no cesé el movimiento de intentar alcanzar sus amenazantes armas de sensualidad. Ya en el lugar donde explotaría la pasión, se deshizo de mi ropa apreciándose desafiada por el más grande de mis orgullos; mi lengua se posó en una de sus tetillas, poniéndose esta dura y rígida. Me cogió por el cuello hasta que mi rostro se estampó con la otra saliente punta, para seguir emprendiendo una vertiginosa carrera con la lengua hacia más abajo de su cintura. Se puso a cuatro patas para dejar que yo llegase hasta lo profundo de su interior; continuó sentándose encima de mis piernas brincando y exhibiendo un rostro como una fiera salvaje. Nos desplazamos a una mecedora que se hallaba dispuesta para la ocasión; sus caderas ascendían más colisionaban con mi piernas, al mismo tiempo que su cálida garganta despojaba entusiasmo, hasta que logró hacerme sulfatar su guarida. Me preguntó si estaba dispuesto a repetir la hazaña. Le pedí que se fumase un cigarrillo antes de recibir el voluminoso de los regocijos; ella mostrando una sonrisa de diablesa pícara me hizo escuchar que prefería que le metiera otra cosa en la boca, lo que gesticuló en mí una pequeña y silenciosa sonrisa que me forjó a desamparar el cigarro en el cenicero para iniciar una esplendorosa estampida hacia calinoso nido, cogiéndome ella la más poderosa de mis herramientas para profundizar en la embocadura que disparaba su encendida voz pidiéndome que apagase aquel calor. Por último nos dimos una cálida ducha que apunto estuvo de llevar nuevamente al penetrante espíritu a lo más alto mientras la enjabonaba.
Me vestí y bajé hasta donde mi compañero, pagué sus cervezas para invitarlo a otro local similar que estaba a quinientos metros, al que fuimos caminando. Ya en la barra pedí un whisky con hielo para mí mas una cerveza para él, cruzándose en mi vista una minifalda azul celeste que hospedaba un movimiento de caderas divino; la dulce colombiana se percató que me endulzaba los ojos, acercando su bella silueta, restregándola contra mí. Ella cenara una noche con un amigo mio y cliente suyo, los atendiera yo. Pronunciando mi nombre como solo ella sabía dijo:
-Alfonso, vamos a hacer el amor, que te lo voy a hacer bien rico…-
Me di la vuelta intentando no mostrarme muy interesado, para responderle:
-Espera cinco minutos a que me acabe la copa.-
Se quedó a mi lado, yo la acariciaba para ponerme a la altura del momento… con sus manos me masajeaba el orgullo haciéndome decirle a mi yo interior:
-¡Qué diablos! ¡Subamos a tu cuarto para acabar con esto de una vez por todas!- bebiéndome de un golpe lo que existía en el vaso, para subir las escaleras hasta el primer piso; abrió la puerta del que iba a ser nuestro nido de amor, desabrochó los botones de mi pantalón apareciéndose la amenazante espada que se desembuchó sin apenas ser ayudada; se quitó la faldita más el top, pidiéndome que fuese yo quien continuara despojándola de su vestimenta más íntima. Se tumbó en la cama diciéndome:
-Ven, que te la chupo.-
Se envenenó diabólicamente mi pensar sentándome al lado de su cabecita para aquella mujer se ganase el cielo… me sentía entregado a su ser dejando a la princesita que se ayudase de una mano mientras yo derretía mis dedos entre sus cabellos ondulados.
Al notar que los sabrosos instantes llegaban a su fin, se la saqué mostrando un riachuelo dorado fluyendo entre sus tetas, iluminándome ella con la mejor de sus sonrisas se limpió con unas toallitas. Me acosté encima de ella rodeando con mi lengua uno de sus pezones, hasta que la pequeña y amenazante cumbre se clavaba vertiginosamente en mi mirada. Sujetándome la cabeza más alzando mi rostro contemplé como palpitaba con la situación, propiciándome el arranque necesario para deslizarme hasta la lindante eminencia para menudeando lo anterior supe que era el momento de clavar mi cintura entre sus caderas abriéndose paso la estaca del placer, sintiendo el ardor que residía en sus venas, en su corazón…
Palpitaba pidiéndome más, música celestial sonando en medio de unos movimientos rítmicos acariciados por sonoros gimoteos que penetraban en mi fruición y, se acomodó de rodillas sobre el lecho dejando que sus brazos se apoyasen de sus manos, con sus asentaderas frontalmente situadas a mí, llegando a colisionarla en intensas estampidas; sintiendo tras una explosión de fervor como el calor se adueñaba de nuestro interior.
Finalmente acabamos acostados observando lo que nos separaba del cielo.
***Podeis ver fotografías en; http://www.desgarrandochochos.com/?account=tuttoamore&rev=yes
Hola soy Silvana, tengo 22 años y esta es una historia real.
Todo empezó el día en que mis padres decidieron hacer algunas reparaciones en la casa.
Para esto se contrató a un maestro albañil de unos 50 años y cuatro ayudantes, uno de ellos carpintero, hijo del maestro albañil, de 17 años.
Esto de los arreglos de la casa me ayudo pues mis padres decidieron irse de viaje con mi hermana y mi hermano por lo que yo aproveché para decirles que me quedaría en Buenos Aires por razones de estudio, y así los mantendría al tanto de los trabajos en casa.
Relato erótico enviado por thevintage el 14 de February de 2011 a las 22:49:24 - Relato porno leído 90771 veces
A continuación aprovechando la admisión de estas historias en esta web, yo les relatare este caliente relato, la cual trata de una aventura con un profesor de mi hijo. ¡Espero les guste!
Relato erótico enviado por putita golosa el 16 de March de 2011 a las 00:31:26 - Relato porno leído 55498 veces
Una noche del verano pasado mi hermana de 15 hermosos años trajo a dormir a dos amigas suyas , Julia y Sandra ambas tambien de 15 años yo las conocia del colegio pero nunca pense que estuvieran tan buenas y fueran tan guarras
Relato erótico enviado por Anonymous el 21 de August de 2006 a las 17:36:42 - Relato porno leído 37692 veces
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Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 20:20) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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