Me vengué de su desprecio violándola frente al que se iba a entregar…

Mi nombre es Roger; en este relato quiero contar cómo fue que perdí la cabeza por una mujer al punto de enloquecer y abusar de ella.
Vivíamos en un pueblo del oriente de mi país, ahí se desarrolla muy temprano y las chicas ya aparentan ser mujeres cuando recién están dejando de ser niñas.
Yo quedé huérfano a los 10 años por un accidente donde murieron mis padres y mi hermana mayor; desde ahí me crió mi abuelita que murió unos pocos años después.
Yo. Como ya estaba en la edad “del burro”, empecé a tener curiosidad por lo sexual. Me fascinaba ver cómo de a poco mis compañeras de curso, empezaban a mostrar rasgos de mujeres.
En mi curso había una niña linda, Jessica, me encantaba; pero no mostraba interés por mí. Me conformaba con fantasear con ella.
Pronto le crecieron senos y se la veía más linda; yo estaba loco por esa niña.
Un día me le acerqué y le dije:
-“Jessica, me gustas, eres muy bonita”.
-“Pobre tonto, ¿crees que te voy a agradecer o que te voy a decir que también eres lindo?”.-Me dijo.
-“No, sólo quería que sepas que….”
-“No seas iluso, ¿quieres?, búscate alguien como tú, fea y sin clase”.
Me partió el corazón y me resignaba a llorar. Desde ahí se dedicó a humillarme cada vez que podía, al punto de pedirme plata “prestada” que obviamente nunca me devolvía.
En el pueblo tenía un solo amigo bueno; Julio, quien decía haber conocido a mi padre y que le debía mucho. Era un tipo muy serio con un físico tremendo. Trabajaba de mecánico y a veces cortando madera. Le conté de Jessica y me dijo que no la buscara más; pero cuando le dije cómo me humillaba, me dijo que cuando quisiera me ayudaría a vengarme.
En una fiesta del colegio, me enteré que Jessica se había arreglado con un tipo que no me caía para nada, era de otro colegio y un año mayor a nosotros; fue horrible para mí, me dio mucha rabia. En fin, no podía ocultar mis celos cuando la veía besándose con él, o tomados de la mano.
Una noche que salí con unos amigos, llegó un compañero con el siguiente rumor:
-“Oigan, dice que Diego se va comer a Jessica”.
-“Puta, no mames”.-Dijo otro.
-“Enserio, lo comentó el tipo diciendo que ella ya le había aceptado”.
-“Mierda, ese gil la va romper. Está linda pero, cuando terminen yo postularé a ser el siguiente”.-Se expresó un tercero, sin sospechar que yo me moría por dentro.
-“¡Son unos cojudos!”.-Me levanté gritándoles, y me fui.
Empecé a correr para que no me alcancen, mientras mis ojos se llenaban de lágrimas.
“Qué hijo de p…. se va tirar a mi Jessica. Cómo odio mi suerte”.-Dije indignado.
No se por qué, pero en ese momento me dirigí a la casa de Jessica. Quería verla.
Cuando llegué justo estaba la motocicleta del famoso Diego en la puerta de su casa. Yo me escondí a espiar; sabía que a esa hora estarían sus papás y era imposible que ahí adentro lo hagan.
De pronto abrieron la puerta y salieron los dos; ella estaba divina, con el cabello bien arreglado, una blusita negra alucinante que le resaltaban sus senos parados y un jean blanco apreto que le resaltaban sus piernas y su lindo culito.
El tipo la subió a la moto y se fueron. Dentro de mí me ardía el pensar a dónde se dirigían.
Me levanté y me puse a caminar de nuevo con lágrimas en los ojos y maldiciendo mi suerte.
De repente se me vino una idea; ese era el momento de ir donde Julio y pedirle su ayuda.
Me fui corriendo resignado a evitar mi tragedia, tenía la idea en la cabeza de que una vez que los interrumpa, iba a decirle a Jessica que el muy bruto de su chico había hecho público que la iba a poseer.
Llegué donde Julio, le comenté lo que pasaba y me dijo.
-“Estas cosas sólo se arreglan a la mala chelito”.-Abrió un cajón y sacó dos pistolas.
Yo me asusté un poco.
-“No temas, no están cargadas. Pero escucha lo que vamos a hacer….”.
Ahí Julio me enseñó una historia alucinante para meterles miedo.
Una vez que salimos en su moto, nos fuimos al centro y disimuladamente pregunté sobre ellos, nadie los había visto; recorrimos los hostales y hoteles en busca de la moto del infeliz ese, pero nada; tampoco en las discotecas ni boliches.
De pronto y sin querer, un amigo nos hace parar:
-“Oí, se me perdió mi libro de biología; mi madre me va matar. ¿No lo has visto?”.
-“Para nada hermano, nos tenemos que ir”.-Le dije.
-“Pucha que anda apurado medio mundo, Diego pasó a toda con su corteja hacia allá, ni me vieron”.
No le dije nada más, porque ya había comprendido que si se habían dirigido a las afueras del pueblo, sería porque pensaban hacerlo en algún lugar vacío donde no haya casas.
Nos fuimos rápido; pero decidí decirle a Julio ir despacito por si nos oían.
No veíamos nada, en cualquier lugar de esos terrenos baldíos podía estar perdiendo la virginidad mi amada Jessica.
Cuando ya me disponía regresarme con Julio resignado.; al hacer un giro brillo el stop de la moto del tipo ese a una buena distancia.
De inmediato le dije que apague la luz y despacio apagó el motor también y empezamos a caminar.
Dejamos la moto en un lugar seguro y nos dirigimos a pie hasta donde había visto brillar el stop.
De a poco me acerqué y escuché voces:
-“Te digo que una moto alumbró”.- Decía Jessica.
-“Mi amor, debió ser alguien que estaba yendo hacia allá, recuerda que es un camino”.-Le contestó el tal Diego.
-“Yo vi como que giraba hacia aquí”.-Replicó ella.
-“Tranquila, si hubiera venido, ya hubiera pasado por aquí”.
Yo me acerqué más y con la poca luz de la luna, ocultándome en los matorrales vi que habían tendido una sábana a la hierba, Jessica estaba sin blusa, con el sostén desabrochado, sus senos a medio salir y el imbécil sin camisa.
Me quedé paralizado. Julio se puso un poco más atrás de mí. De pronto se empezaron a besar; pucha qué escena más desgarradora para mí; pero el mismo tiempo excitante.
El tipo le quitó del todo el sostén a Jessica y le agarraba los senos, ella le permitía. De pronto el tipo dejó de besarla y se los empezó a chupar. Ahí escuché gemir a Jessica, ¡diablos!, qué envidia y rabia; no sabía si intervenir. Se me ocurría gritar amenazando con contar a sus padres; ahí empuñé la pistola que llevaba y era cuestión de salir y apuntarles.
Hasta eso, el imbécil, metió su mano al pantalón de Jessica y se notaba que ya le había tocado la concha, ella gemía más fuerte y no reaccionó cuando se lo empezó a bajar de una con el calzón.
Sí, mi Jessica estaba desnuda frente a él y el hijo de p…. se bajó el pantalón y se notó su miembro erecto.
Se acomodó entre sus piernas.
-“Despacio por favor mi amor, sabes que soy niña aún”.-Le dijo Jessica.
-“No te preocupes muñeca, lo haré despacio hasta que te guste”.
Julio, me dijo:
“Ahora es cuando, si no te la rompe y no se podrá hacer nada”.
Cuando vi que el hijo de p… ponía su glande en la entrada virginal de Jessica, salté con la pistola:
-“¡Deténganse carajo!”. Y los apunté.
La reacción de Diego fue asustarse mucho y Jessica quería cubrirse la desnudez.
-“¿Marcelo?, ¡qué te pasa! ¡Qué crees que estás haciendo!”.-Dijo ella muy asustada.
-“Ey brother, ¿qué tienes?. Déjame hacer el amor con mi chica. Cuidado con el arma”.-Dijo Diego.
En eso se aparece Julio con su arma:
-“No estás en condiciones de dar órdenes carita linda”
-“¿Qué quieren? Si has venido a evitar que lo haga con Jessica; está bien. Ahora mismo nos vamos”.-Dijo el bruto ese.
Se trató de levantar y le dije:
-“¡No te muevas malnacido que te juro que te mando a la mier… de un tiro! Y de todos modos lo haré si intenta gritar alguno de ustedes.
Julio agarró su revolver:
-“No te tapes, deja que mi amigo te vea desnuda”.-Le dijo a Jessica que se había envuelto con la sábana.
-“¡No entiendes!. Que te destapes carajo.”. Julio enloqueció y le puso el arma en el ojo a Diego. Jessica se asustó e inmediatamente se descubrió.
Esta vez y más de cerca pude contemplar su linda figura. Realmente ya era una mujer cuyo cuerpo le pedía sentir un hombre.
-“Oigan, ya basta. Marcelo, yo te conozco, eres un chico bueno. No entiendo cómo me haces esto”.- Me dijo Jessica empezando a llorar.
-“Mira niñita. Marcelo es un chico muy bueno, por eso te limpiaste el culo con sus sentimientos y preferiste a este pelotudo que se mete con cuanta mujer se le presenta. Enserio, ¿pensabas que eras su primera mujer como él tu primer hombre? Yo se su trayectoria de este malnacido”.- Le dijo Julio con rabia.
-“Miente mi amor, yo no he tenido otra antes de ti”.-Dijo en tono sínico el tal Diego.
-“Te creo mi amor, estos son unos imbéciles que creen que voy a dudar de ti”.-Le respondió ella.
Yo, que ya estaba sintiéndome mal por el amor de mi vida, me dio furia al oír eso y creo que se apoderó de mí una fuerza maligna.
-“Hijo de puta, como de todas formas esta mujer está cegada por ti; yo evitaré que seas el primero en penetrar su honra”.-Le dije.
-“Marcelo, ¿qué piensas hacerme?”.-Dijo ella asustada.
-“Lo siento mi amor, por lo menos así pensarás en mí siempre”.-Le contesté con una lágrima rodando mi mejilla.
-“No por favor, noooooo”.-Gritó ella.
Me dio rabia de nuevo, porque pensar que estaba apunto de hacerse desvirgar hace minutos nada más con ese malparido y a mí me tenía repulsión. Le dije a Julio:
-“Amigo, si ese cabrón se mueve, lo mandas a la mierda de un tiro. Y si esta perra se resiste, igual le mandas un balazo”.
-“Con mucho gusto amigo”.-Respondió Julio.
-“No, no por favor. Marcelo no lo hagas, si dices quererla, no lo hagas”.-Dijo el tipo ese.
Jessica lloraba.
-“Maldita, más te vale condescenderme y fingir que lo disfrutas, porque te juro que yo mismo le vuelo las bolas de un balazo al hijo de puta este”.-Le dije a Jessica amenazante y poseído por una fuerza maligna.
Ella apartó sus manos del cuerpo con las que se tapaba parcialmente los senos; ahí me le fui encima. En esos momentos puse mi mente en blanco, sólo quise pensar en que estábamos los dos solos y ella se me entregaba por amor.
Empecé a agarrarle las tetas, luego las metí en mi boca una a una, le acaricié el sapo; Le comencé a besar todo el cuerpo. Cuando llegué a su vagina, la noté algo húmeda, de seguro por la excitación que le puso el malnacido ese; comencé a tocarle a buscar su clítoris a lamérselo, mmmmm, que rico olían sus fluidos. De pronto noté que Jessica en todo su pánico, empezaba a disfrutarlo.
Seguí lamiéndole y agarrándole las tetas, cuando sentí que mi verga estaba a estallar.
Me paré y me la saqué:
-“Maldita, ahora me la chupas o te juro que lo del tiro se hará realidad en ese imbécil”.
-“Pero no sé hacerlo, nunca lo he hecho”.-Respondió asustada.
-“Tú abre la boca”.-Le dije y se la metí.
-“¡Vamos chúpala maldita!. Como se la ibas a chupar a ese hijo de puta!”.-Le gritaba.
Ella como podía me la metía y sacaba de su boca. Me lastimaba un poco con los dientes.
-“Ya basta”.-Le dije.
La hice acostar y me le fui en medio de las piernas.
-“Mírame mientras te hago mujer. Ahora nunca más me olvidarás maldita. Yo te amaba y me despreciaste”.-Le dije y sin querer volví a lagrimear.
En eso se la empecé a hundir poco a poco.
Ella dio un grito que le tapé con la boca.
-“¡Míranos bastardo, ya rompí a tu perra mira como me la tiro!”.-Le grité al tal Diego que sólo atinaba a llorar por el arma que le apuntaba.
Empecé a bombear con fuerza a Jessica, que se quejaba de dolor; poco a poco aceleré más y más hasta que no escatimé en eyacular todo mi semen en su recién desvirgada vagina.
-“Mierda, ¡que rico carajo!”.- Grité.
Me quedé un instante más con el pene dentro de la vagina de Jessica hasta que se bajó la erección, recién lo retiré y vi toda la sangre que le había sacado con la faena.
Jessica sólo lloraba.
-“Muy bien desgraciados. Se que me pueden ir a denunciar ahorita mismo. Pero deben saber algunas cosas de mi amigo Julio primero. Él es un ex presidiario que ha matado a varios; pues no fue a la cárcel por ello, de ser así no saldría nunca, ¿no les parece?. Julio conoce de “pe a pa” a sus familias y seres queridos. Si mi adorada Jessica, se va ahorita a la policía con mi leche dentro de ella y me denuncia con las pruebas pertinentes; obviamente me voy preso, pero prontito Julio se encargará con su arma de alguien que no tiene nada que ver con esto; como tu linda hermanita Diego o tu hermanito lindo Jessiquita. En fin… Ustedes dirán los hacemos guardar a los dos. Mmmm, buena idea diría cualquiera, pero pasa que Julio no está solo; tiene conexiones en todo lado y pues desde la cárcel puede hacer que se encarguen de perpetrar lo que no pudo en persona.
Por lo que les pido que olviden lo pasado y sigan con su vida normal. Pero eso sí, no quiero volver a verlos juntos, porque enserio que los mando al infierno. Jessica nunca me amará, me odiará el resto de sus días deseando que me muera; así que solamente le puedo imponer la condición de ya no verse con este malnacido”.- Les dije mientras me arreglaba la ropa.
-“Ya oyeron. Y algo más, yo soy un tipo que me gusta la carne fresca. No piensen mal, yo no me tiraría a la mujer que ama mi amigo. Pero cómo me hubiera encantado romperle el culo a este tipito. Desde ya te digo, que si no obedeces, puedo estar cambiando de opinión”.-Amenazó Julio.
-“Hasta pronto Jessica, amor de mi vida; fue un placer hacerte mujer. Adios imbécil”.-Me despedí.

Charly_bo, accedió a escribir mi relato porque muchos hombres como yo, se vuelven locos por algún amor imposible, y aunque esté penado por las leyes y las creencias religiosas; muchas veces se comete este tipo de locuras. Muchos piensan que no hay castigo para que pague mi crimen. Pero créanme, sentí muuuuuuuuuuuy rico cuando desvirgaba a la mujer que me rechazó muchas veces con desprecio y aunque no lo crean un día me perdonó y llegué a hacerle el amor por propia voluntad, a diferencia de la violación con la que la estrené. Mi amigo Julio trabaja en su taller honradamente, pero se vuelve el criminal más terrible cuando se trata de defender a sus amigos, tal vez se le va la mano, pero es mi amigo.