Mi antigua compañera de la escuela

Hola a tod@s!
Este es mi primer relato, espero que les guste. Es consecuencia de una fantasía sexual que tuve ayer por la noche, pero que fue tan real que no se me va de la cabeza.

La historia empieza por un hecho real. Estaba apuntado a una página de contactos, de la que hace tiempo que no entro porque tengo novia y me he vuelto más formal. Aun con todo, me llegó un aviso de que un antiguo lío me había visitado y entré por curiosidad, a ver si me había dejado algo escrito.
El programa en cuestión, tiene una opción por la cual te deja mensajes de que alguien quiere conocerte. Para saber quién es, te muestra fotos de otras personas, y tú puedes indicar si quieres conocerla o no. Como si dices que no, no te enteras de quién quiere conocerte, pues siempre le das al sí. Al cabo de varios intentos, acabas dando con la persona que te buscaba y el programa te lo indica.
Sin embargo, esta no es la cuestión. La cuestión es que, buscando la persona que me había buscado, contesté que quería conocer a una antigua compañera de la escuela. Hasta ahí todo normal, si no fuera porque en el programa de contactos uso un pseudónimo para preservar mi intimidad.
Uff, pensé, estoy jodido si le da por decir quién soy en la red. Pero no pasó nada.
Sin embargo, a los pocos días, esta chica se puso en contacto conmigo. Me pidió quedar, alegando que hacía un montón que no nos veíamos. Total, no sé cómo fue, que acabé quedando con ella. Me invitó a su casa, con la excusa de quedar para entregarme unos apuntes viejos y allá que me fui.
Estuvimos charlando toda la tarde, recordando viejos tiempo y, finalmente, fuimos a su cuarto, donde tenía los apuntes.
Los extendió en la cama y nos pusimos a mirarlos leyendo viejas cosas de la época de la escuela, tumbados en la cama. Estábamos muy cerca, y quieras que no, empecé a alterarme un poco. Pensé, estás con novia, no hagas locuras, tu tiempo pasó y ahora tienes que ser fiel.
Parecía que me había leído el pensamiento, porque al momento me dijo, ¿tienes novia, verdad?
-Sí, ¿por?
Ella, con cara decepcionada, contestó.
- Empezaba a suponerlo, por tus gestos, por tu distanciamiento.- Bajó el rostro. La chica es un angelito, es muy pequeñita, tiene unas tetas casi inexistentes, pero un culo muy apetitoso. En su día, ese culo era una pasada, redondo y prieto, ahora se había esponjado un poco con los años. Pero seguía teniendo esa carita de ángel que a uno le hacía sentir que perdería los papeles si se lo proponía, y así fue.
- Me temo que siempre fue así.- continuó.- Tú me gustabas un montón en la escuela, pero nunca te diste cuenta
Me dejó a cuadros. Ni me había dado cuenta. Si me hubiese dado cuenta....
- Lo siento, no lo sabía. Mira que si lo llego a saber...
-¿ Te gustaba?, en serio- la cara pareció animársele- ¿De verdad te gustaba?, Noo, me estás tomando el pelo.
- No, de verdad, estabas muy buena..., bueno, sigues de muy buen ver, quiero decir...
-Yaa, no me lo creo.A tí seguro que te gustaba María la del grupo C, como a todos.-mé miró de refilón y añadió- Seguro que te hiciste un montón de pajas pensando en ella...
- Bueno...
- Ya, no lo confieses si no quieres, pero sé que es verdad- Callé, y el que calla otorga, claro.Se quedó en silencio.
-¿ Y te hiciste alguna paja pensando en mí?- preguntó de repente, un tanto vacilante.
- Claro. - Contesté yo demasiado franco. La chica se sorprendió, aunque en el fondo, parecía halagada.
- Ah, ¿sí?, mmmh, ya, pero como con todas, ¿no?, seguro que te masturbabas como un mandril, como hacen todos, ¿no?
- Mmmh, tampoco. Pues claro que me hacía un montón de pajas, como todos los tíos a esa edad, pero no pensaba en todas las de la escuela. ¡Habían muchas chicas que no me resultaban atractivas!
La conversación estaba tomando un tono que se me escapaba de las manos, pero ahí estaba. Ella se quedó un momento dubitativa.
-¿Te hiciste muchas pajas pensando en mí?
Sopesé lentamente, la pregunta. La respuesta real era, ¡un montón!, pensando en ese culito y esa carita tan linda, pero claro, ahora estaba con novia y quería ser fiel...
-Un montón.- Solté de repente. Parece que mi cerebro se quedó pensando pero no dio la orden de callarse.
La chica se puso colorada. - Lo siento- acerté a decir,- no quería molestarte-
-No sii, no me has molestado... al revés, me has excitado.
Me quedé de piedra. Ahí si que no pensaba haber llegado jamás. No sabía qué decir. Pero al parecer, ella ya se había puesto más caliente que yo con el tema de las pajas, porque su mano fue a pararse directamente a mi paquete, que reaccionó casi de inmediato de forma involuntaria.
Sin mediar palabra, empezó a desabotonar mi pantalón botón por botón y se acomodó para bajarme el pantalón hasta los pies, luego subió y metió la mano dentro de mi calzón para empezar a menar una verga que estaba cada vez más dura.
- ¿Y qué pensabas cuando te masturbabas pensando en mi?- me dijo, mirándome con su irresistible cara de angelito. No había perdido un ápice de su encanto.
- Pues...no sé, hace tiempo de eso, la verdad, pero supongo que en poder jugar con tus tetitas...
-¿y...?
- bueno, me imaginaba que te montabas encima mío y me cabalgabas...- Todo esto le decía, mientras ella ya estaba masturbándome, moviendo su pequeña mano arriba y abajo dentro del calzón. Estaba ya super húmedo de aquello.
-¿y no te gustaría poder hacer realidad aquello?- me dijo mirándome con su carita de ángel. Era un ángel pero con una mirada pícara, con un morbo tremendo, que no me pude resistir.
- En mis pajas no podía resistirme a los deseos de aquella niñita que me miraba con ojos tímidos.
- Pues ahora tampoco te resistirás.
Dicho lo cual, se incorporó y terminó por bajarme el calzón y dejar mi miembro erecto al aire.
- ¡Me gusta! Es mejor todavía de lo que yo había soñado.
-ah,¿sí? Así que tú también soñaste conmigo,¿eh?
- Sí. Y ahora lo voy a hacer realidad. Y se metió de una la polla en su diminuta boca. Yo no lo podía creer, me estaba comiendo la polla mi compañera de la escuela, una de tantas por las que me había hecho un montón de pajas en la adolescencia. Era como un sueño cumplido. No pude más que reclinarme en su cama y disfrutar de la mamada con los ojos cerrados. Al parecer, el sueño era mejor todavía, porque con sus 27 años, la chica parecía ser ya una experta. Consiguió arrancarme verdaderas oleadas de placer mientras recorría mi palo con su lengua, chupaba con fruición, y con sus manos sobaba mis huevos y me masturbaba con un ritmo increíble.
Yo estaba en la gloria, subiendo poco a poco esa magnífica sensación que acaba en un fuerte orgasmo seguido de una brutal corrida, cuando se paró y me dijo.
- En mis sueños, tú me pegabas una follada sensacional. No querrás cumplir tu fantasía sin cumplir la mía,¿ verdad?
- Pues claro que no, mujer. Eso también entraba en mis sueños. Eso, y más cosas.
Entonces me incorporé, y la cogí a ella levantándola en el aire, y la deposité con cuidado en la cama. Incluso para mí, que no soy muy alto, aquella chica era liviana,puesto que era muy pequeñita. La besé con intensidad, y ella me devolvió el beso. Entonces, mi lengua y mi boca empezaron a desplazarse, primero a sus orejas, luego a su cuello, para ir bajando poco a poco. Le desvestí de una, dejando ver sus pechos casi planos, con unos pezones pequeños, y una cintura estrecha con una pelvis limpiamente depilada. me deleité en sus pequeños pechos. No se podían coger apenas, tan solo intuir, pero sus pezones eran deliciosos y se quedaron bien duros ante el tacto de mi lengua. Al jugar con sus pezones, ella se puso a gemir y mesó mis cabellos. Empezaba a disfrutar, aunque aquello solo era el principio.
Fui descendiendo por su abdomen, bastante liso, y siguiendo un suave y rubio bello desde el ombligo fui descendiendo hacia su monte de venus rasurado. Allí encontré, para sorpresa mía, un abultado clítoris.
Examiné por un par de segundos el terreno, como general avezado ya en varias guerras, y me preparé para el arduo combate. Primer objetivo: aquel apetitoso clítoris, recibió los primeros embates de mi lengua, en ataques directos y en círculos. Ella empezó a gemir y retorcerse. Mis manos no dejaban de tocarle mientras tanto, de agarrarle aquel culo que, con la edad, se había puesto todavía más apetitoso.
Acabé metiéndole hasta tres dedos,de lo perra que se puso, y se corrió con unos espasmos espectaculares. Al parecer, la chica estaba calentísima.
Sin sacarle los dedos, paré unos instantes para dejarle descansar un poco.
- Cabrón, qué orgasmo tan fuerte que he tenido.- me dijo entre jadeos, tenía la respiración entrecortada.- Pero ahora, termina de hacer mi sueño realidad y fóllame bien fuerte. Quiero tu tranca dentro de mí ya!.
- Está bien.- le contesté como si la cosa no fuese conmigo.- Así que dispuse mi verga bien dura delante de ella y... ¡sorpresa!. Sin darme tiempo a reaccionar, se la metió como si nada. Cuando me quise dar cuenta, la tenía empalada hasta el fondo. Al parecer, la muy perra tenía mucha calentura todavía.
-Ah, así, así la quería ya hace rato. Qué buena la tienes, y ahora dame caña. Haz mis sueños realidad.
Tanto era así, que estuve metiéndosela bien duro durante al menos un cuarto de hora, rato en el que tuvo un orgasmo tremendo y finalmente, acabó con su tercer orgasmo en una corrida increible que bañó toda mi polla cuan larga era.
-Aaah, ¡traidor!, ¡no te corriste conmigo!- me dijo entre jadeos, todavía temblorosa, y con mi polla dentro.
- Pues claro que no. Mi sueño no acababa así.
-Ah, ¿no? ¿ y cómo demonios acababa?
- Pues, follando tu precioso culo y corriéndome en tu cara- le espeté tranquilamente, como si fuese lo más normal. Se quedó totalmente sorprendida. Al parecer, sus planes no eran tan lascivos como los míos.
-Pero...¡ yo no lo he hecho nunca por detrás!
Se me abrieron los ojos desmesuradamente. No podía creerlo. Además de cumplir el sueño de cualquier adolescente, como es follarse a una chica de la escuela por la que se había hecho un montón de pajas, encima esa noche podía tener la exclusiva de estrenar el culito virgen de aquella diosa en miniatura. No podía creer en mi suerte.
- Bueno... ¿no querías que cumplieramos mútuamente nuestros sueños?.-Me quedé mirándola, con la polla todavía ensartándola. La chica se quedó pensativa.Ya tenía una parte del trabajo hecho.
- ¿Me dolerá mucho?- Sí, pensé para mis adentros. ¡Ya ha caído en mis redes!
- Al principio un poco, pero ya lo haré yo con cuidado. Luego, será todo placer.
- No sé.
-Pruébalo, y si no te gusta, pues nada, no seguimos. Pero me tienes que dejar al menos un ratito para que te acostumbres y luego ya verás.
- No sé- Volvió a repetir.
- Tú déjame a mí.-Acto seguido, le saqué mi verga, que se había puesto super dura ante lo que se le venía encima, y me puse a lamer su orificio, en estos momentos, un minúsculo puntito negro.
Tras varios minutos de lameteo, ella se empezó a poner caliente, porque le gustaba. Entonces, me lamí un dedo y lo inserté con cuidado en su ano, y empecé a moverlo para que se acostumbrara a su presencia en su interior. Mientras, le iba dando también su medicina por la parte delantera. Pronto, empezó a gemir y a emitir pequeños grititos de placer, a ronronear y a retorcerse con el placer intenso que le estaba proporcionando por delante, y el placer creciente que le proporcionaba mi dedo por detrás.
Entonces, vino el segundo dedo. Y, finalmente, me atreví a meterle un tercero, para asegurarme de que estaría bien receptiva. No quería hacerle daño y que se me echara atrás. Al cabo de unos minutos, y cuando parecía que aquel sabroso culo se había acostumbrado a mis dedos, me giré sobre mi mismo para ponerle sobre su cara mi polla, que estaba tremendamente dura y ansiosa por entrar.
- Me la tienes que dejar bien mojadita, ¿eh?-
Ella empezó a chupármela tan bien como al inicio,al parecer era una mamadora consumada. Cuando ya la tenía bien babeada y húmeda, se la saqué de la boca, para su tristeza,le puse a cuatro patas en la cama y me preparé para embestirla.
Mi glande hinchado por la excitación pugnó por entrar, hasta que al final lo consiguió, levantando un pequeño grito de dolor. Con el dolor, había apretado el esfínter anal y tenía mi pobre capullo aprisionado brutalmente. Pero poco a poco fue acostumbrándose a mi polla tiesa en su culo, y noté cómo iba cediendo y acostumbrándose.
Poco a poco, fui empujando y metiendo centímetro a centímetro toda mi masa dentro de ella. Cada avance era un pequeño dolor que ella aceptaba gustosamente. Cuando ya la tuve toda dentro, esperé un minuto a que se acostumbrara bien. Entonces me agaché sobre ella y le susurré al oído.
- La peor parte ya está. Ahora viene cuando vas a disfrutar de verdad.-
Eso la debió poner muy excitada, porque fue ella misma, sin decirle nada, la que empezó a moverse, moviendose sobre mi verga bien tiesa adentro y afuera. Yo la dejé hacer, porque parecía manejar su cuerpo a la perfección, y se movía muy ricamente.
Estuvimos así como cosa de diez minutos hasta que le vnio un tremendo orgasmo que la dejó temblando de tal modo que tuve que sujetarla para que no se desplomase en la cama. por suerte era pequeña y manejable. Ahí la tenía, totalmente empalada, y cogida por la cintura y el pecho para que no se me dejara caer muerta en la cama. Pero se repuso y empecé a darle de nuevo. Esta vez, era yo el que llevaba el ritmo, pues ya tenía ganas de correrme.
Empecé a darle muy duro, y muy rápido. Aquel culito estaba delicioso, como toda su dueña, y lo apretadito que estaba y lo dura que tenía mi tranca de la excitación que me provocaba follarme su culito virgen, me tenía a explotar.
A punto de tener su quinto orgasmo me dijo, entre jadeos, que quería cumplir mis fantasías y que tenía que correrme en su boca.
Yo encantado, embestí varias veces más hasta notar que me iba a correr de un momento a otro. Entonces, la desensarté de golpe, la giré en la cama, y me subí sobre ella hasta dejarle la polla enfrente de su cara. Le dejé que me meneara la polla hasta que finalmente, me corrí echando una cantidad de leche como no recordaba en mi vida. La pobre chica no se esperaba aquel manantial, pero aguantó estoicamente todos mis lefazos, que le dejaron la cara blanca por completo. Cuando terminé con mis impulsos, se quedó un momento quieta, para a continuación empezar a lamer y tragar toda la corrida que había depositado en su cara. No dejó ni gota. Acto seguido, cogió mi miembro, todavía semierecto, y lo limpió diestramente. Sabía perfectamente lo que hacía.
¡Jolín con mi amiga de la escuela!.

Aquello no se volvió a repetir, por desgracia para mí, o para ella, según se mire. Ahora, cuando mi novia se ausenta, me pajeo pensando que otros sueños de la escuela como ese puedan hacerse también realidad.

Espero que les haya gustado mi relato. Si es así, vótenme o háganmelo saber, porque intentaré escribir otras fantasías para ustedes. También se aceptan proposiciones para preparar relatos.