Me dirigía a visitar a mi madre, cuando de momento al entrar a una curva, mi auto sencillamente se apagó.
Relato
Yo estaba súper molesta, tanto conmigo misma, por ser tan distraída, como con mi esposo que por una parte, antes de que yo saliera de la casa, estuvo casi toda la mañana preguntándome si le había puesto gasolina a mi auto. Y por otra parte, porque la agarró con la ropa que me había puesto, diciéndome también a cada rato, que prácticamente andaba desnuda, y todo porque estaba usando un corto y apretado pantaloncito, que me encanta como me queda, acompañándolo con una fresca blusa semitransparente.
Yo tomé un atajo que conozco, pero cuando iba por esa retirada y solitaria carretera, como ya les dije mi auto se apagó. Como no sé nada de mecánica, ni me tomé la molestia, de echarle un vistazo al motor. Para colmo de males, tampoco tenía señal de teléfono. Por lo que cuando comenzó anochecer, me encerré en mi auto, rogándole a Dios que apareciera la patrulla de carretera. Pero eso no sucedió, en su lugar ya cerca de las 10:00 de la noche.
Justo cuando me estaba quedando dormida, alguien tocó a la ventana de mi auto, se trataba de un viejito, que apenas pude y abrí la ventana, me preguntó que si necesitaba ayuda, fue cuando me di cuenta de que el marcador de gasolina de mi auto indicaba que estaba vacío. Cuando le dije que el auto estaba sin gasolina, me dijo. Mire como no es muy seguro que se quede aquí, yo mejor le empujo el auto, hasta mi casa que se encuentra al salir de esta curva. Usted solo tiene que seguir el camino que está a la derecha. Pero antes de que yo fuera a decir algo, él me dijo, no se preocupe que la carretera va en bajada, y cuando vea la casa frena. Así que ponga el auto en neutro. Cosa que yo obedeciéndolo hice de inmediato.
En efecto no sé cómo pero el viejito, se colocó de tras de mi auto y comenzó a empujarlo, y apenas se comenzó a mover, casi de inmediato pude ver el desvió a la derecha, lo tomé y cuando vi un viejo caserón, me detuve en frente. Al poco rato, aquel viejo llegó corriendo a mi lado. Fue cuando me dijo, que justo ya hacía un año, en ese mismo lugar habían asaltado, y violado a una pareja de novios. Yo algo asustada por lo que me había dicho de inmediato me bajé de mi auto, y él al verme se quedó como pasmado. Rápidamente se quitó la chaqueta que tenía puesta, y entregándomela, me preguntó algo asustado ¿ya le robaron antes de que yo llegara? Yo la verdad es que no entendí su pregunta, pero cuando vio mi cara de sorpresa, me dijo. Usted perdone niña, ¿pero no le han robado la falda o los pantalones? Yo sonriendo le respondí que no, que esos eran mis pantaloncitos cortos. El algo avergonzado, me invitó a entrar en su casa, preguntándome si tenía hambre, y diciéndome de inmediato que la estación de gasolina quedaba bien cerca, pero que abría a las 7 de la mañana.
Por lo visto el viejito estaba impresionado, al ver mis piernas, ya que mientras me estuvo sirviendo la cena, no apartaba sus ojos de mis muslos. Realmente la cena fue bien sencilla, pan, jamón, y queso, acompañado de café con leche. Pero para mí en esos momentos me pareció un festín con el hambre que yo tenía. Luego me dijo que si deseaba descansar, o hasta darme un baño, podía quedarme en alguna de las habitaciones de su casa. Yo gustosamente acepté, y pensé antes de irme a descansar, hablar un rato con el viejito. Yo la verdad estaba tan agradecida por el trato que me había dado, que pensé que no podía hacer menos por él.
Pero a medida que comenzamos a charlar, antes de darme una buena ducha, él me fue mostrando todo aquel caserón. Pero aunque en todo momento se comportó de manera muy decente, si me di cuenta que sus ojos no se apartaba de mi culo, de mis muslos, o de mis tetas. Fue cuando me dijo que era viudo, y que su mujer había fallecido, hacía unos pocos meses. Pero cuando le pregunté si no tenía alguna amiguita que lo visitase, algo avergonzado me dijo que no, ya que me confesó que por el largo tiempo que estuvo casado, jamás necesito de ese tipo de amiguitas, ya que su mujer y él prácticamente lo hacían a diario.
Pero su insistente manera de mirarme, me dio a entender, que el condenado viejo, seguramente desearía acostarse conmigo. Bueno yo le di las gracias, y me fui a dar un baño, pero a medida que el agua corría por todo mi cuerpo, me puse a pensar como sería hacerlo con ese viejo. Y me podrán creer que me dio tanta y tanta curiosidad que, apenas terminé de secarme, me envolví en la toalla que me había dejado prestada, y de manera resuelta, me dirigí a su dormitorio, donde lo encontré acostado en su cama.
No es que yo sea puta, o lo que llaman una mujer fácil, pero algo que tengo es que cuando quiero darme un gusto me lo doy. Así que apenas llegué a su cama, le di un beso, y lo demás seguramente no se pueden imaginar lo que me sucedió. La cara de sorpresa que puso Ismael, que es como se llama el viejito, fue tremenda. Pero una vez que se dio cuenta de lo que yo buscaba no perdió tiempo en hacer preguntas, sino que de inmediato, continuamos besándonos, como si ya en otras muchas ocasiones lo hubiéramos hecho. Sus manos algo temblorosas, comenzaron a recorrer todo mi desnudo cuerpo, al mismo tiempo que con su boca comenzó a explorar el resto de mi cuerpo.
A los pocos segundos de estar ya en su cama, Ismael, dirigió su rostro a mi coño. Y sabrosamente como todo un gran maestro se dedicó a lamer, besar, chupar, y mordisquear todo mi coño, y en especial mi clítoris. Arrancándome profundos y largos gemidos de placer, como nunca antes otro hombre, me lo hubiera hecho. Yo sin mucho esfuerzo, disfruté del primero de varios orgasmos que Ismael con su lengua me provocó.
Yo llegué a pensar que ya al viejito, su miembro ya no se le paraba, pero de momento, lo sentí como en todo su esplendor me penetró, ricamente. Así fue que a medida que manteníamos una excitante relación, Ismael, prácticamente hizo conmigo lo que le dio la gana. Por mi mente nunca pasó que aquel pequeño, viejo tuviera tanto aguante, y que de manera corrida me hiciera disfrutar de múltiples orgasmos. Ya fuera con su verga o con su boca.
En mi vida había disfrutado tanto de un hombre, como con él. Yo en cierto momento, y por aquello de agradecerle el sin numero de mamadas de coño que me dio esa noche, también me puse a mamar ya su mustia verga, la que como por arte de magia se volvió a despertar como si fuera la de un chico de 18. Y nuevamente me la volvió a enterrar hasta por mi culo. Esa noche, fue la noche más larga y placentera que jamás en mi vida haya tenido, por lo menos en lo que se refiere a sexo. Yo no dejaba de mover mis caderas, como una loca, grité y hasta lloré pero de placer en infinidad de ocasiones, mientras que Ismael continuaba clavándome sabrosamente toda su verga una y otra vez.
En la mañana cuando me desperté, me llevé la agradable sorpresa, de que mi viejo amante, mantenía su rostro sobre mi coño, y nuevamente me hizo disfrutar de otro sin número de orgasmos. Luego de una buena ducha, Ismael preparó el desayuno, y luego en su viejo auto fuimos buscar la gasolina para el mío. Bueno no les diré que me la paso metida en la casa de Ismael, pero eso si cada vez que puedo ir a visitar a mi mamá, siempre agarró por el mismo atajo.
Relato erótico enviado por Anonymous el 14 de December de 2007 a las 13:35:08 - Relato porno leído 783539 veces
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Comentarios enviados para este relato
dicarlo17
(24 de December de 2014 a las 08:15) dice:
Súper la aventurita con el viejito que bueno que continuaras con mas de este relato y las folladas con Ismael, la imagen recreo muy bien el relato. 10 dicarlo17
(24 de December de 2014 a las 08:13) dice:
Súper la aventurita con el viejito que bueno que continuaras con mas de este relato y las folladas con Ismael, la imagen recreo muy bien el relato. 10 katebrown
(18 de October de 2022 a las 20:00) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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