De no ser porque mi hermano, agarró tremenda borrachera. Seguramente entre Andrea su esposa, o sea mi cuñada, y yo. No hubiera sucedido nada…
Relato
Cuando falleció nuestra única tía abuela que nos quedaba viva, sucedió lo que seguramente sucede en muchas familias, que durante el velorio, y posterior funeral, uno ve a parientes y familiares, que por X razón uno ha dejado de verlos.
Justo eso sucedió con mi hermano y yo, o mejor dicho con mí hermano Raúl, mí cuñada Andrea, y yo desde luego. Ya yo llevaba como unos cinco años fuera del pueblo, cuando falleció nuestra tía abuela. Para colmo mis padres se encontraban viajando para Tierra Santa, en una excursión que preparó el cura de su Iglesia. Por lo que cuando se vinieron a enterar, del fallecimiento de la tía, no se a quien se le ocurrió la grandiosa idea de que me llamasen, para pedirme que me encargase de todo. Como si yo fuera el único pariente de la vieja. Luego me enteré que ella y mi hermano no se llevaban bien.
Así que viaje al pueblo, y me hice cargo de los arreglaos funerarios. Mi hermano Raúl, me recibió en su gran casa, y yo no podía dejar de admirar a mi cuñada, Andrea por su parte se deshizo en atenciones a mi persona. Todo corrió sobre ruedas, y al finalizar el entierro, lo que me sorprendió fue que mi hermano, y mi cuñada. Ofreciera una tremenda comilona en su casa a todos los parientes. Con la excusa de que como hacía tanto tiempo que no nos veíamos, aprovechásemos la ocasión para compartir un rato, antes de que todos regresáramos a nuestras respectivas casas.
Ya después de las diez de la noche, la comilona se convirtió para algunos, y en particular para mi hermano, en una excusa para beber. Ya a las doce de la noche, todos los parientes, y familiares se habían marchado, nada más quedábamos mi hermano Raúl, con tremenda borrachera, mi cuñada, que me dio la impresión de que estaba medio picada, y yo, que también tenía una que otro trago encima. Pero que por otra parte no podía sacarme de la cabeza, la loca idea de acostarme con mi cuñada.
Yo estaba ayudando a recoger un poco a mi cuñada Andrea, cuando a mi hermano, mientras seguía bebiendo, le dio por decir que su mujer era la más hermosa, la más buena hembra, ideas que yo también compartía. Pero no conforme con eso, Mi hermano en medio de su gran borrachera, le pidió de manera descarada que me mostrase sus hermosas nalgas. Para mí, eso tan solo confirmaba que Raúl se encontraba bien borracho, ya que bueno y sano, es tremendamente celoso, y estoy seguro que ni en juego le pediría eso a su mujer.
Por lo que ni atención le puse, al principio a sus palabras, pero de momento me di cuenta de que Andrea, al parecer no le importaba mucho, y de manera digamos que natural, levantándose su falda, me mostró sus bien formadas nalgas, mientras que yo me quedé con la boca abierta. Yo pensé que Raúl con eso se calmaría, pero fue todo lo contrario, dándose un gran trago a pico de botella, le pidió a su mujer que se quitase la ropa, para que yo viera, lo buena hembra que ella era.
Si me quedé con la boca abierta cuando Andrea siguiendo las órdenes de mí hermano, me mostró sus lindas y bien formadas nalgas. Cuando vi que ella sin vergüenza alguna se despojó de toda su ropa. No lo podía creer, además mi hermano no exageraba en nada la belleza del cuerpo de su mujer. Fue cuando ella, únicamente usando sus pantis y sostén me pidió que la ayudase a llevar a mi hermano hasta el dormitorio de ellos dos. Ya en esos momentos Raúl se había quedado completamente dormido, o inconsciente. Entre ella y yo lo cargamos, y lo tiramos en su cama. Yo regresé a la sala, y para mi mayor sorpresa, Andrea venía tras de mí.
Pensé esta ahora agarra su ropa y se retira a la habitación. Pero no sucedió así, Andrea tomó asiento frente a mí tal y como se encontraba, sin la menor gota de vergüenza. De inmediato ella me buscó conversación, preguntándome que opinaba de la borrachera de mi hermano. Para luego decirme entre cortas risas, lo bueno es que mañana, no se acordará de nada en lo absoluto. Y al tiempo que Andrea decía eso, se despojó tanto de su sostén, como de la pequeña panti que usaba. Para de inmediato ponerse de pie, y caminando seductoramente frente a mí, y preguntarme qué opinaba sobre su cuerpo.
Yo la verdad es que no tuve la necesidad de mentirle, le dije que todo en ella era perfecto, y así continué alagándola, hasta pasándome, sus brazos alrededor de mi cuello, y de inmediato plantándome un tremendo beso en la boca. Que me quitó la respiración.
En ese instante me olvidé que ella era la mujer de mi hermano mayor, y de inmediato continué besando, y acariciando su desnudo cuerpo. Mientras que ella buscaba sacar de mi pantalón mi parada verga. Lo primero que ella hizo al echarle la mano a mi verga, fue que se la llevó a la boca, para de inmediato ponerse a mamar.
Para mí era como el estar en un sueño, por una parte Andrea completamente desnuda mamando mi verga, mientras que yo de lo más vestido, sentado en ese sofá gustosamente dejé que por un buen rato ella me siguiera chupando mi verga, divinamente. Hasta que decidí que prefería clavársela en su llamativo coño, antes de que me llegase a venir.
Por lo que sin demora, extraje mi verga de su boca, y terminando de bajarme los pantalones hasta las rodillas, casi de inmediato comencé a penetrarla. Andrea se mueve como ninguna otra hembra, sus caderas parecen que lo van hacer a uno estallar en cualquier momento de felicidad y placer. Además su manera de gemir y eróticamente quejarse, hace que uno se excite mucho más todavía. De momento pensé en mi hermano, pero al ver el rostro de mi cuñada, con sus ojos entrecerrados, disfrutando al máximo de lo que los dos estábamos haciendo, hizo que de inmediato me olvidase de Raúl. Así estuvimos gran parte del resto de la noche, como de la madrugada.
Aunque no acostumbro a eyacular dentro, en ese momento con Andrea, si o hice, y de qué forma. Cuando ambos nos levantamos del sofá, ella me volvió a besar, y casi de inmediato se dirigió a su habitación y la de mi hermano.
Yo la verdad es que me quedé pensando en Andrea, aun después de regresar a casa, pero al mes recibí una llamada de mi hermano mayor, para darme la estupenda noticia de que su mujer al fin, tras unos cinco años de casados, había quedado preñada, hacía más o menos un mes. Al principio no le di cabeza a eso, pero luego llamé a mi cuñada, y no hizo falta que le preguntase nada, ya que sus primeras palabras al saludarme, fueron. Felicidades vas a ser papá. Desde luego que mi hermano ignora que su hija es realmente mía…
Relato erótico enviado por Anonymous el 14 de December de 2007 a las 13:35:08 - Relato porno leído 783538 veces
Si te ha gustado Mi cuñada, y yo aprovechamos que mi hermano se emborrachó…. vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.
Por eso dedica 30 segundos a valorar Mi cuñada, y yo aprovechamos que mi hermano se emborrachó…..
narrador
te lo agradecerá.
Comentarios enviados para este relato
laponee
(8 de July de 2014 a las 19:42) dice:
Que bueno che katebrown
(18 de October de 2022 a las 20:55) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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