Mi deliciosa profesora de piano

Hola amigos ya saben que todos mis relatos son 100% reales así que espero que les guste mi caliente aventura con mi maestra de piano con la que disfrute mucho gracias.

Bueno esto empezó cuando entre a tomar clases de piano en una escuela privada y me toco una profesora de música bastante bonita y joven, pues yo le cálculo que tiene como 22 años, su nombre es María, ella es algo bajita de estatura, delgada, bastante educada, goza de buenas piernas y culo y lo más importante que era virgen también hasta que yo la desflore.

En fin todo desde el comienzo resulto normal pues ella siempre iba vestida con pantalón y yo la verdad debo decir que eso no me excita, a mí me excitan las mujeres que usan falda o minifalda, en fin transcurrieron seis meses sin nada fuera de lo común y mis clases se ponían más buenas cada día, hasta que un día ella lego vestida con una minifalda azul muy corta y una medías sexys y con zapatillas. Lo cual izo que se viera bastante sexy y a mí me empezó a provocar pues podía verle sus piernas que no las podía aprecias por sus pantalones, incluso un día hice que me resbalé y le tente sus lindas piernas de un golpe, esto me seguía masturbando hasta que me citó una noche en la escuela pues pronto presentaría una obra musical y tenía que repasarme algunas cosas, esa noche de sábado solo los dos estábamos adentro pues los demás no tenían clases por el día que era.

Y para mi suerte llegó con su minifaldita azul, sus medias y sus zapatillas lo cual izo que en la clase en lugar de tomarle atención solo viera y viera sus piernas y mi mente se paseaba debajo de su minifalda hasta que no resistí y pasara lo que pasara me atreví a meterle mi mano en medio de sus piernas y para mi suerte le logre tentar su vagina y lo único que me detuvo fue su calzón, inmediatamente me dijo “Hay mi rey, que atrevimiento pero descuida que yo también te deseo regalarte mi virginidad hoy”, al escuchar que era ella virgen me llene de júbilo pues iba de nuevo a tener el privilegio de estrenarme a otra mujer. Lo cual inmediatamente se calentó y serró bien la escuela, cuando estábamos seguros de que nadie nos veía le alcé su minifalda bajándole su calzón y le empecé a mamar sus piernas hasta que llegue a su concha que estaba tan serrada e inmediatamente me explico que era virgen lo cual no me importó saque de inmediato mi miembro erecto y la penetre con cuidado por lo cual dio un grito y sangro, pero al fin le logre meter, una alegría me desbordaba pues de nuevo le había robado su virginidad a otra mujer que en realidad eso en mi pensar es lo más bonito del desvirgue, y desde ese día siempre nos acostamos.