Buenas tengan todos ustedes.
Entregando a mi esposa
A continuación les relatare lo que paso en una noche de calentura después de haber planeado mi compadre y yo, satisfacer a mi mujer.
Ella es una mujer de estatura media, con un cuerpazo, y cara preciosa, tiene de busto 96, de cadera 60 y unas piernas que enloquecen.
Todo empezó cuando mi compadre venia a nuestra casa, el siempre quería que mi esposa tomara con nosotros para poder hablar de temas calientes.
Al principio, me sentía raro, pensando que mi esposa iba a pensar que todo aquello estaba planeado, pero conforme fueron pasando los encuentros, me di cuenta de que ella se ponía muy contenta y le gustaba seguirnos la plática.
Mi compadre y yo estábamos de acuerdo en que queríamos hacer un trió con mi esposa, cosa que a mí me volvió loco.
Un día, estando a punto de llegar mi compadre, cosa que era habitual todos los viernes, le dije a mi esposa que si quería estar con nosotros un rato, ella me dijo que si íbamos a estar de calientes como siempre y nada mas estar planeando como cogérnosla, que por favor no la tomáramos en cuenta, que ella no estaba loca como nosotros, que si nos había aguantado, era porque me quería y no sabía cómo decirnos lo que pensaba.
Pero la realidad era otra, pues cada vez que venía el compadre y tomábamos con mi esposa , ella siempre acababa muy caliente, siempre se hacia la enojada, y esperaba a que se fuera mi compadre para pedirme que le hiciera el amor como loco.
Empezamos a idear un plan para que mi esposa cumpliera, pues cuando quería, nos calentaba a los dos, y después se hacia la enojada. Pero esto tenía que acabar, los dos estábamos de acuerdo en que ella tendría que ser nuestra, por las buenas o por las malas, ya era demasiado lo que a los dos nos calentaba a propósito y luego se echaba para atrás.
Decidimos que yo la engañaría para salir a un hotel, donde ella, como le gustaba, sería una puta.
Ella no sabía que todo estaba planeado para que nos la cogiéramos como le gusta, siempre me pide que le de sus buenas nalgadas, y que la obligue a hacer mil cosas, bueno, este sería el día en que tanto ella como nosotros, haríamos lo que queríamos.
Deje un recado en la cama donde decía que encontraría una caja en el cuarto de junto y que la abriera.
En la caja había una ropa sexy, de esas que usan las modelos de Play Boy, también había una hoja con mas instrucciones, decía que se pusiera la ropa y que buscara otra caja en la cocina, donde encontraría lo que tenía que hacer.
En la otra caja, las instrucciones eran que fuera al motel que estaba a pocas cuadras de la casa y que dijera en la recepción, que la habían pedido del cuarto # 17.
A continuación, tenía que entrar al cuarto con un maletín que le sería entregado por la recepcionista del hotel. En el cual había varios juguetes sexuales, incluyendo esposas y consoladores.
Ella siguió al pie de la letra las indicaciones que le daban, estaba que reventaba, al igual que mi compadre y yo, que estábamos dentro del cuarto esperando que entrara y se pusiera el antifaz que le había indicado el chofer del taxi que la llevo, estando este de acuerdo.
Lo que yo quería era que en ese momento le brincáramos, la amarráramos y le hiciéramos lo que desde hace mucho le queríamos hacer, El Sexo Violento, como dice ella.
Después de haber entrado en el cuarto, lo primero que vio fue a mí, ordenándole que se pusiera el antifaz, el cual no se había puesto, después de que el chofer del taxi, se lo ordeno.
Ella me pregunto que si iba a ser castigada por no haber cumplido, y yo le dije que si, y que además de ser castigada, iba a ser premiada, pues una de sus fantasías sexuales, estaba a punto de cumplirse.
Le ordene en ese momento que se pusiera el antifaz y que se quitara el abrigo, para verla con el traje de puta que se había puesto.
Ella es una perfecta mamadora, por lo que le dije que se hincara, mientras le colocaba las esposas en sus manos, poniéndolas en su espalda, después le ordene que abriera la boca para recibir aquello que ella tanto deseaba, y que además, porque traía puesto el antifaz, no tenía idea de quien sería el que le daría ni su premió ni su castigo..
En ese momento, mi compadre vio su oportunidad y se le acerco con la reata bien parada y se la puso en los labios, ella al sentirla, se acerco mas para comenzársela a mamar, en ese momento mi compadre me volteo a ver, como diciendo, tenias razón, que buena es para mamarla, pero ahora como la vamos a castigar.
La única manera de castigarla, que se me ocurría en ese momento, era que le diéramos por el culo, pues aunque se lo eh pedido mil veces, nunca me lo ha querido dar, entonces decidí, que mientras mi esposa se la mamaba a mi compadre, yo me la cogería por el culo, y sin pedírselo.
Gracias a que en la maleta de cosas, traía un lubricante, lo saque y le puse, ella, como que se dio cuenta de cual sería su castigo, pero no dijo nada, solo se agacho un poco mas y entonces fue cuando yo la penetre por ese culito tan hermoso que tanto había deseado.
Le hicimos de todo esa noche, nos cambiamos de pose, la hicimos como quisimos, y fue lo máximo.
Esto lo planeamos por mucho tiempo, hasta que por fin se nos hizo realidad.
En mi próxima historia, les pondré fotos de mi esposa, que por cierto, aunque no me lo crean, sus medidas son casi 90-60-90, un poco mas de pecho y de cadera, pero buenísima.
...Hermanito, ya no sigas. No sabes lo que haces”.-Me decía llorando Astrid.
Yo, cegado me dije a mí mismo que si ya había llegado hasta ahí, no podía irme sin meterle el polvo...
Relato erótico enviado por charly_bo el 11 de June de 2012 a las 00:00:02 - Relato porno leído 247323 veces
Si te ha gustado Mi espos y Mi compadre vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.
Por eso dedica 30 segundos a valorar Mi espos y Mi compadre.
superiguana
te lo agradecerá.
Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 20:25) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
Registrate
y se el primero en realizar un comentario sobre el relato Mi espos y Mi compadre.
Vota el relato el relato "Mi espos y Mi compadre" o agrégalo a tus favoritos