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Mi esposa follada en el club

Relato enviado por : ravelli el 20/11/2011. Lecturas: 41213

etiquetas relato Mi esposa follada en el club   Primera vez .
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Resumen
Despues de 15 años de matrimonio convencí a mi esposa para acudir a un club de intercambio. Tenía ganas de verla gozar con otros hombres, probando sus vergas. Valió la pena por verla gozando emputecida y llena de semen.


Relato
Este es un relato real, sucedió una noche ahora hace cinco años. Yo le había planteado a mi mujer, Angie en este relato, acudir a un local liberal.
Angie una hermosa mujer madura, en los cuarenta, ancha de caderas y con unos buenos pechos aumentados con una operación de estética, era un poco reticente a estos temas de practicar sexo con desconocidos.

Madre de familia, su educación católica le hacía considerar el sexo como algo sucio, que había que realizar a escondidas de los demás, sin expresarlo libremente.

Yo no quería que nos pasara como a otras parejas que mantenían unas apariencias de quererse mucho y , por detrás, se ponían los cuernos el uno al otro, mi intención era hacerlo los dos juntos.

Estaba excitado con la idea de ver a mi esposa en brazos de otros hombres, en casa mientras manteníamos relaciones sexuales la hacía fantasear con que estaba follando con otro hombre, o si le gustaría estar chupando otra polla , sentir como la empapaba el semen calentito por sus tetas……
Con mi polla en la boca le introducía un consolador por su vagina simulando que estaba con dos hombres a la vez, me llamaba guarro, pero estaba excitada, empapada y se corría con más fuerza que nunca....

Así que un día nos fuimos a un local que conocí por Internet, con la promesa de que no pasaría nada que no quisiéramos los dos. Lencería sexi, un vestido negro, depilada completamente, se había preparada a conciencia.

Entramos, nos enseñaron el local, las taquillas, pista de baile oscura, jacuzzi, había parejas de diferentes edades, una luz tenue, música suave…estabamos algo nerviosos. Pedimos unas copas en la barra nos tranquilizamos y empezamos a movernos por el local, una sala con sofás y pelis porno nos llevó a la pista de baile oscura y la zona nudista.

Empezamos por la pista de baile, tras una cortina gruesa había música muy suave, apenas había luz, en el techo unos leds que simulaban estrellas oscilaban con el ritmo de la música dejándote ver tenuemente unas sombras, un par de parejas estaban bailando. Allí tu intimidad estaba asegurada, nadie podía reconocerte.

Parece que la cosa prometía, le besé el cuello mientras deslizaba mis manos por su cuerpo, su espalda, su culo….
Nos pusimos cerca de una de las parejas, casi pegados, mi mano se deslizaba bajo el vestido de mi esposa notando su humedad, ella se frotaba contra el bulto de mi pene , al momento noté otra mano al lado de la mía, bajo su vestido acariciando sus nalgas.
Las dos manos acariciaban, amasando ese culo, abriéndolo, apartando las bragas para entrar en su cuerpo cada uno separaba el culo por un lado abriendole el coño que hacía un ruido como de ventosa al separarse, produciendo unos pequeños espasmos en su cuerpo.
Mi esposa estaba entregada, se dejaba y abría suavemente las piernas facilitando nuestras caricias.

Su mano estaba acariciando la polla del hombre por encima del pantalón y su boca me besaba con fuerza. Me puse a acariciar a la chica de al lado, estabamos los cuatro abrazados bailando juntos, se agachó y sacó mi polla, que estaba durísima en ese momento y empezó a chuparla, labios gruesos y una boca cálida.
Con una mano acariciaba el coño de mi esposa, en un momento le sacó las bragas y mientras me pajeaba lamía y comía ese coño empapado y totalmente depilado.

Su pareja no perdía el tiempo, le había sacado las tetas y las chupaba con ganas, Angie se puso cachondísima, es capaz de correrse si le chupan bien los pezones, los tiene supersensibles, estaba meneándole la polla a un tio, abierta de piernas con una mujer comiéndole el coño mientras yo la besaba intentando no correrme todavía con el meneo que me estaba dando la otra chica.
La puse agachada y quedaron las caras de las dos mujeres con las dos pollas delante de ellas, nos chuparon con ganas, se turnaban, se cambiaban las pollas, a veces las dos chupaban la misma, besándose, jugando con sus lenguas.
Me encantó verla con esa polla en la boca, entrando y saliendo, chupándola con ganas, ya no podía más, me corrí a lo grande, en sus bocas y cara, llenándolas de leche, siguieron con la otra polla que follaba por turno sus bocas, un par de golpes en cada boca y cambiaba, terminó pajeándose encima de sus bocas abiertas repartiendo la leche entre las dos, por su cara y sus tetas, que morbazo.
La abracé, masajeando sus tetas llenas de semen, repartiéndoselo bien y le di un beso profundo, aún tenía leche en la boca.
Habíamos disfrutado muchísimo, y no llevamos más de una hora en el local.

Buscamos las bragas y salimos a beber algo y recomponernos. Las bragas las guardé en el bolsillo, ya no iba a necesitarlas.

Salimos de la pista de baile y pedimos unas bebidas en la barra, Angie sentada en un taburete, sin las bragas, con el culo directamente sobre la madera se sentó de espaldas a la barra, quería exhibirla, que la gente supiera que lo había conseguido. Estuve un poco delante de ella, con sus piernas abiertas con mi cuerpo en medio, me daba mucho morbo meter mi mano entre sus piernas, sentir su coñito depilado abierto y mojado, saber que había gente mirándola, me aparté a un lado y ella siguió con sus piernas abiertas, mirandome a la cara me dijo….
- Que guarro eres, estás disfrutando como nunca.
- Cuanto más puta eres más te quiero.

De ahí pasamos a una zona nudista, tenías que dejar la ropa en unas taquillas y solo con una toalla moverte por la zona.
Así que nos desnudamos, dejamos la ropa. Yo me puse la toalla por la cintura y Angie tapando sus tetas.
Allí había una cama gigante, con almohadones para orgías en la que solo había una pareja, solía llenarse más tarde. unos sillones, jacuzzi, y unas habitaciones más discretas. Una de ellas tenía la puerta entreabierta, nos habían dicho que si estaba así era como si te invitaran a pasar.
Nos sentamos frente a la puerta entreabierta, Angie estaba un poco tensa, le había pasado la calentura de antes y con la toalla no podía tapar bien todo su cuerpo. Al sentarse la toalla quedaba a la altura de su coño, dejándolo al aire, si lo tapaba un generoso escote terminaba bordeando sus pezones. Es una hembra potente, con unas tetas hermosas, apetecibles para cualquier hombre, gasta una talla 105 C de sujetador. Sus caderas anchas te anticipan una vagina amplia y jugosa en la que puedes meter la polla agusto, es una mujer con aguante que sabe como debe tratar a un hombre para sacarle todo su jugo.
Se oían gemidos salir de la habitación entreabierta, alguna mujer no podía con tanto placer como estaba recibiendo.

Decidimos asomarnos, dentro estaban dos parejas en una cama grande, dos chicas jóvenes, un hombre muy dotado al que una de las chicas se la chupaba mientras él masajeaba el pubis de la otra, de pie estaba el otro hombre, más maduro, nos miró… avanzó hacia nosotros….
Estaba desnudo, con buena complexión, que dejaba adivinar que hacia deporte y una polla que a pesar de no estar tiesa se veía de buen tamaño, (He de aclara que a mi esposa le gustan las pollas grandes).
Ella hizo por salir, pero yo me puse detrás, no pensaba dejar que se me escapara esa ocasión, Abracé a mi mujer por detrás, por encima de los pechos, la besé en el cuello mientras le susurraba al oído..

-Llegó el momento, vamos a cumplir nuestras fantasías.

Abrí su toalla dejando sus bonitas tetas al aire, y extendiéndola sobre la cama la tumbé sobre ella, desnuda. Su respiración era agitada, estaba excitada y nerviosa, así que sin más empece a prepararla lamiendole el coño. Lentamente, como a ella le gustaba, con mis labios tiraba de los pliegues de su vagina mientras usaba la lengua para jugar con su clitoris, que estaba erecto, como un pequeño pene. Sabía que si la calentaba lo suficiente ella era capaz de cualquier cosa. Mi intención era dejarla al borde del orgasmo, pero que no llegara a correrse.
Nos envolvía un olor excitante, mezcla de fluidos vaginales y semen.

Sus tetas brillantes, cómo si les hubiera puesto aceite, con las aureolas grandes y los pezones tiesos, fueron el primer objetivo del hombre más mayor que se percató inmediatamente de la situación, vio una pareja inexperta a la que podría hacer lo que quisiera, una hembra casera, ajena a esos ambientes a la que tratar como una autentica puta, que le iba a permitir hacerle de todo. Un marido que estaba ofreciendo a su esposa, para disfrutar viéndola en brazos de otro. Se sentó junto a nosotros, yo estaba en cuclillas, fuera de la cama comiendo el coño de Angie, que estaba tumbada con las piernas abiertas al borde de la cama.

Sus manos empezaron a acariciar las tetas con un suave masaje, sus labios atraparon el pezón masajeandolo con la lengua. Mi boca se llenó de líquidos vaginales, estaba chorreando, moviendo las caderas. Una mano sobre mi cabeza y la otra sobre la espalda de él.
Acarició sus piernas, su coño pasando la mano junto a mi boca por su pubis, sus labios, subió hasta sus pechos, en ese momento hizo una seña a su chica, ella me cogió del pene, y estiró de él para ponerme a su lado llevando mi cabeza entre sus piernas, delgadita, depilada, con piercing en el clitoris… me había quitado de en medio, ahora podría hacer lo que quisira con mi esposa y yo solo sería un espectador, cuando hundí la cabeza entre las piernas de su chica, exageradamente más joven que él, el hombre metió su lengua en el coño de mi esposa.
Ella estaba confusa y caliente, el sabía que en ese momento podía hacerle todo lo que quisiera, y vaya si se lo hizo.
Le morreó como una puta, con la lengua lamía sus labios, pasaba de los labios a las tetas y volvía a la boca, metiendo su lengua hasta la garganta.
Ella se comportaba de la única forma que sabe, entregándose como si fuera su novio, le abrazaba, me miraba para ver mi cara, sabía las ganas que tenía de verla follar con otro, le respondía en todo.
Tenía mucha habilidad en chupar el coño, lo habría completamente con las manos se metía el clitoris en la boca y lo chupaba como si estuviera mamando de una teta, le pasaba la polla por la cara.

Puso su cabeza al borde de la cama, él de pie, cuando le metió su polla por la boca ella me miró, ofreciéndome ese espectáculo. Aprisionó con fuerza el glande, le apretaba los huevos con la mano y con la otra se masturbaba, yo estaba como loco, no me lo podía creer, era como estar viendo una película porno.
La polla entraba y salía de su boca, bombeando cada vez más rápido, cuando parecía que iba a correrse apartó la polla, no quería que terminara todavía, aún quería hacerle muchas más cosas a esa perrita.

Yo lo veía todo en secuencias, cuándo podía levantar la cabeza le veía comiéndole el coño, la siguiente vez su culo moviéndose arriba y abajo, follandola.
La puso a cuatro patas y él de pie, se oían los huevos chocar contra su culo.
Angie empezó a gemir, cada vez más fuerte. Su cara había quedado cerca del otro chico, que aprovechó para sobarle las tetas, que se bamboleaban a cada embestida y le acercó su buena polla a la boca. Ella chupaba, gritaba, todo a la vez.
Yo disfrutando de un espéctaculo maravilloso, no me lo podía creer, ni en mis mejores sueños. Follada por dos hombres delante de mí, todo un lujo.
El más mayor empezó a jadear, no podía aguantar más, le dio un par de cachetazos fuertes en las nalgas y empezó a correrse en su vagina, el cabrón ni siquiera había usado preservativo, sacó la polla y el semen empezó a salirle del coño, espeso, quedaban chorritones colgando, me encantó ver ese chochito abierto, con contracciones, aún se abría y cerraba, chorreando semen.

El otro se colocó un preservativo y le metió un polvo de miedo, la hizo ponerse de lado, de espaldas, le acercó el glande a la vagina y estuvo frotandoselo por ese coño lubricado con la leche del anterior, mientras ella cotoneaba las caderas, cuando ella intentaba metérselo el se apartaba y le hacía desearlo más,
-Todavía no perrita…..deja que tu marido disfrute un poco más de sus cuernos.
Una y otra vez se la metía, Angie, gemía, se había corrido y estaba gritando como una perra en celo, le metí mi polla en la boca, la chica le besaba las tetas, el hombre la follaba, parecía que no se corría nunca.
Al fin se puso ha hacer unos gemidos y se corrió, estabamos todos sudados,
Cogió el preservativo lleno de leche y la dejó caer sobre los pezones de mi esposa, puso su polla encima y nos dijo lamer, me empujó la cabeza sobre las tetas su chica lamía pezones, leche y polla, todo junto y se mezcló con mi lengua, este es el premio de tu esposa dijo, mientras yo limpiaba toda esa leche el me meneaba la polla, me hizo una paja y me corrí mientras chupaba su leche.
Angie estaba exhausta, creo que se corrió un par de veces, sudada y mimosa, los demás la estaban mirando, había sido algo escandalosa…….

Fue inolvidable y marcó el comienzo de una nueva sexualidad en nuestro matrimonio.






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Comentarios enviados para este relato
katebrown (18 de October de 2022 a las 21:11) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


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