Mi ex suegra me la comió.

Tengo 28 años, Sonia 25. Llevábamos tres años de relación y todo parecía ir bien, hasta que un día ella me dijo que le había surgido un gran trabajo en Alemania y que su futuro iba a estar allí. Yo me quedé helado, pero sabía que no tenía sentido discutir, ella estaba segura de que debía dejarlo todo atrás así que nos despedimos entre lágrimas, la verdad era una gran chica y me atraía un montón así que me quedé bastante jodido, aunque pronto iba a cambiar el panorama.

Pasaron dos semanas y yo no podía dejar de pensar en ella, en lo buena que estaba, en sí se estaría tirando a alguien... en un montón de cosas. Pensé en ir a verla a Alemania, pero ni siquiera tenía su dirección así que decidí ir a ver a su madre. Estaba divorciada, creo que pronto iba a cumplir los 50, pero tenía un tipazo.Yo no tenía mucha relación con ella, pero cuando la veía siempre pensaba que tenía suerte porque si la madre de Sonia se mantenía así seguro que su hija lo haría también.

Llamé al timbre y le dije que si podía subir, ella accedió un poco extrañada. El caso es que cuando la ví me sorprendió lo arreglada que estaba, con una falda negra por encima de la rodilla y una blusa blanca. Me dijo que iba a salir pero que podíamos tomar un café antes. Estuvimos hablando un rato, yo le dije que echaba de menos a Sonia y que lo estaba pasando muy mal, luego la conversación dió un brusco giro cuando me preguntó -¿qué tal el sexo con mi hija?

dudé un poco pero le dije que su hija era una diosa en la cama. En ese momento ella me abrazó contra su pecho y yo empecé a darme cuenta de que se me estaba poniendo dura. Para mi sorpresa mi ex suegra comenzó a bajar la mano hasta colocarla sobre mi polla, pensé que lo había hecho sin querer, pero enseguida me di cuenta de que me la estaba acariciando con toda la intención del mundo y en un visto y no visto me desabrochó el pantalón y me la sacó.Mientras me acariciaba me dijo -Si te gusta como la come mi hija también te gustará como te la voy a comer yo- Yo le dije que estaba deseando comprobarlo. -¿Sonia se lo traga? preguntó -no, siempre me dice que le avise- Pues a mí no me hace falta que me avises- Se nota que esta mujer se había comido muchas pollas , me besaba el capullo, se metía los huevos en la boca y me la lamía de arriba a abajo sin dejar de mirarme. Yo le hice caso y no le avisé cuando me iba a correr, aunque ella ya sabía perfectamente cuando lo iba a hacer. Parecía que no iba a parar de correrme nunca, y mi ex suegra no dejó de darme lametazos hasta que me dejó la polla reluciente. Yo no podía creerme lo que acababa de pasar. En ese momento ella se levantó, me dio un beso en la frente y me dijo: voy a cambiarme la blusa que me ha caído un poco de tu corrida y y nos vamos ya eh? que mis amigas me estarán esperando.