Esta historia que les relato, es algo que sucedió hace algun tiempo, pero que recién ahora me animo a contar, hasta hoy vivía guardando para mi lo que hice, pero el remordimiento me quemaba, asi que aqui esta para ustedes mi gran secreto.
Relato
Esta historia que les relato, es algo que sucedió hace algun tiempo, pero que recién ahora me animo a contar, hasta hoy vivía guardando lo que hice pero siempre con deseos de descargar un poco el peso de mi remordimiento contándole a alguien lo que ustedes sabran de mi, puesto que fueron estos sucesos un punto de inflexión en mi vida, que cambiaron todo en mi, que marcaron mi vida hasta hoy.
Mi esposo cuando teníamos relaciones me empezaba a hablar siempre del mismo tema, me decía que yo era una mujer muy caliente, que era toda una perrita callejera, que yo era una hembra muy hermosa, capaz de darle sumo placer a cualquier hombre, a quien sea, me decía que tengo una rajita y una boca súper calientes, capaces de enloquecer a cualquiera, que mi cuerpo de puta estaba hecho todo para dar y recibir placer sexual, entonces me describia mis tetas y culo, mis muslos, me decia que cuando yo estaba excitada perdía el control y solo quería verga, fuera de quien fuera, asi que mientras tenía su verga bien adentro en mi rajita el me excitaba hablándome de estas cosas, de manera que solo escucharlo me provocaba varios orgasmos seguidos. Cada vez mi esposo me hablaba mas y mas de que eso era lo que mas le gustaba de mi, verme gimiendo desnuda disfrutar de otras vergas tanto como de la suya en las escasas aventuras sexuales que habíamos tenido, así estuvimos un tiempo, yo sin querer hablar del tema y mi esposo recordándomelo siempre mientras me culeaba, sabiendo que esa situación me excitaba mucho.
En una ocasión me llamo desde la oficina y me invito a ir de paseo en la noche, yo pense que me iria a exhibir desnuda en el carro o algo asi y le dije que bueno, pero cual seria mi sorpresa cundo vi que me fue a buscar en un taxi, una vez dentro del taxi comenzo a besarme y acariciarme, saco mis dos blancas e inmensas tetas para mamarmelas y abriendose el pantalón se saco la verga totalmenmte tiesa, tomo mi mano y la puso alrededor de ella, yo automaticamente comencé a masturbarlo, vi que el taxista no se perdia ningun detalle por el espejo, yo estaba muy excitada por que el taxista me miraba las tetas y veía como mi esposo me las mamaba mientras yo lo pajeaba, sin recato el taxista me miraba a los ojos directo por el espejo y yo caliente como estaba le sostenia la mirada excitada por el morbo, pero me daba algo de pena.
Mi esposo seguía como si nada, me saco la tanguita y levantándome por las nalgas me sento sobre el metiendome la verga de un golpe, esto me puso loquita, yo miraba el espejo buscando los ojos avidos del taxista mirandonos, ya al borde y entrando en el juego, mimosa le decía a mi esposo que el taxista se iba a molestar, entonces me dijo que lo había contratado por varias horas y que el sabía lo que iba a pasar en su taxi y continuó culeandome, luego le pidió al taxista que nos llevase a un motel, entramos al motel y le dijo al taxista que se quedara en el garaje, entramos rapido al cuarto y tras desnudarnos continuamos culeando, la experiencia de haber sido cogida en el taxi a la vista del taxista me tenia loca de excitación, pero yo quería ir mas alla.
En un momento en que le chupaba la verga, mi marido me pregunto que si me gustaría que mientras yo le mamaba a el la verga, el taxista me culeara, yo estaba esperando ansiosa esta pregunta porque sabia que el no desaprovecharia la oportunidad de verme cogida por otro hombre, esto me tenia tan caliente que ni bien termino de formular la pregunta le dije que si; el salio, volvió y se sentó en la cama, dirigió otra vez mi cabeza al encuentro con su verga y yo sabiendo lo que venia empecé a chupársela como loca, entonces sentí las rudas manos del taxista en mi cuerpo, no dije nada solo me relaje, el tipo empezó a meterme un dedo lo que me catapulto en mi deseo de ser cogida por los dos.
Yo solo gemia pidiendo verga y al poco rato sentí la del taxista entrando en mi rajita, se sentia de un tamaño bastante grande, pero yo estaba tan mojada, que esa enorme verga se abrió camino fácilmente dentro de mi vagina hasta mi utero haciéndome gemir de dolor y placer, me la metía con fuerza, a cada empujada yo sentía un placer increíble, sin decir nada me la metía y sacaba con mas y mas fuerza, llevándome al orgasmo repetidas veces hasta que inundando mi utero de leche espesa y caliente termino proporcionandome un intenso orgasmo final. El taxista se quedo un rato dentro de mi hasta que la verga se le puso blanda y sacándomela se retiro a su taxi, estuvimos solos mi esposo y yo un poco mas en el cuarto del motel, luego volvimos a donde el había dejado el auto, al llegar a casa terminamos de tirar, tiramos con pasión inolvidable por la enorme excitación que ambos habíamos experimentado.
Esta nueva experiencia despertó en mí sentimientos y deseos que nunca hubiese creído poder llegar a sentir, me asustaba recordar de lo que ahora era capaz de hacer por sentir placer y alcanzar mi satisfacción sexual, le comente mis temores a mi esposo y el me dijo que la vida era corta y que en pocos años ya no podríamos disfrutar de nuestra sexualidad por lo que había que disfrutar del sexo mientras se pueda.
Ocurrió que unos pocos días después viajamos a una ciudad lejana, nuevamente por razones del negocio de mi marido, mi esposo se fue unos días antes, por lo que cuando llegue al aeropuerto esa noche, el me estaba esperando, subimos al taxi y en el camino al hotel empezó a besarme y a tocar mis senos, yo le dije que el taxista nos estaba mirando por el retrovisor, entonces me dijo que era una persona a la que no le importaba lo que pasase en su taxi porque ya el le había advertido sobre lo que pasaría en su asiento trasero, además me dijo que el sabia que a mi me gustaba que me vieran culear y que me culearan bien los taxistas y los camareros. Yo inicialmente me resistía, pero sus besos y caricias pudieron mas y me empecé a excitar, otra vez el morbo de ver que el taxista me miraba por el espejo retrovisor hacía que me sientiera demasiado caliente, es que desde la anterior experiencia el saberme observada mientras culeo despierta en mi sentimientos y emociones que no conocía.
De pronto mi esposo desabrocho rapido mi blusa dejando mis dos enormes tetas a la vista del taxista, de seguido saco su verga y dirigió mi cabeza a su encuentro, empecé a chupársela, si hay algo que me encanta es chupar la verga de mi esposo, ya no me importo que nos viera el taxista, me dedique a gozar de la verga de mi esposo, la cual cada caricia de mi boca y lengua se ponía mas y mas dura, así llegamos al hotel, entramos por el garaje, yo subí directo a la habitación y me desnude, estaba realmente caliente por el viaje del aeropuerto al hotel y tambien me excite aún mas por la situación de haber hecho todo eso en presencia del taxista.
Mi esposo subió al instante, se desnudo, se sentó al borde de la cama e hizo que me colocara frente a el, bajo mi cabeza al encuentro de su verga, yo a cuatro patas frente a el continué con lo que había empezado en el taxi, estaba disfrutando chupando la verga de mi marido, pero entonces sentí unas manos en mis nalgas que estaban totalmente expuestas hacia la puerta, solté la verga de mi esposo y quise voltearme, pero mi esposo me agarro la cabeza y me dijo que era el taxista y que solo llegaríamos hasta donde yo quisiera y que si yo no quería continuar pues el taxista se iba en ese instante, la verdad es que estaba tan excitada por lo que paso en el taxi, que en el fondo de mi mente sabia bien que esto era algo que yo deseaba y esperaba desde que estábamos en el taxi.
Asi que no dije nada, simplemente baje mi cabeza nuevamente y continué chupándole la verga a mi esposo, entonces suavemente el excitado taxista empezó a manosearme, al entrar estaba ya desnudo porque cuando se apoyo sobre mi trasero sentí piel con piel su verga bien dura y caliente en mis tibias nalgas, pasaba sus manos por mis senos, las fue bajando lentamente hasta que llegaron a mi vagina, me empezó a acariciar el clítoris, su caricia me llenaba de placer, luego reemplazo sus dedos por su lengua, me pasaba la lengua por mi conchita una y otra vez yo me derretía de placer y lujuria.
Ya esto me estaba enloqueciendo, asi que entonces separe mas mis muslos, el aprovecho eso y metió su cabeza entre mis piernas y empezó a meterme su lengua en mi conchita, yo quería gritar que alguno de ellos me la metiera de una vez, porque ya no aguantaba mas la excitación, entonces como adivinando el taxista se coloco detrás mío y empezó a metérmela lento, era una verga muy grande, bien dura y gruesa, bastante mas grande que la de mi marido, esa penetración lenta me produjo un orgasmo al sentirme tan ensanchada, el al metérmela toda me llego mas alla de la cérvix lo cual me dolio pero placenteramente, el se quedo un rato asi mientras yo contrayendo mis musculos vaginales le ordeñaba la verga, el comenzó entonces a culearme, era tan rico tener una verga tan grande entrando y saliendo de mi rajita, ademas su ritmo era diferente, el me la clavaba con mucha fuerza como queriendo hacerme gemir, y eso fue lo que consiguió por el delicioso dolor que me causaba.
El chuparle la verga a mi esposo y sentirme cogida por aquella verga tan grande y gruesa me tenía en las nubes, ademas de que, cuando el me la sacaba me dejaba la verga casi afuera y luego me la metía otra vez completa bien duro, mi excitación y deseo, mi lujuria eran tan fuertes que necesitaba tenerla entera adentro, por lo que yo misma me empujaba hacia atrás para clavarme toda su verga, luego el aumento el ritmo del bombeo, me la metía y sacaba con mucha fuerza dándome un placer increíble, orgasmo tras orgasmo este hombre sabia bien como enloquecerme de gusto con su verga, hasta que termino y me la saco dejandome muy vacia, me echo la leche en las nalgas y la espalda lo que me agrado mucho y me produjo un ultimo orgasmo.
En cuanto el se me separó mi esposo me hizo echar de espaldas, abrio mis piernas y me metio la verga, el sabe cuanto me gusta que me culee asi, pero aquella vez no fue suficiente para mi, la culeada del taxista me había despertado el apetito sexual, no es que quería serle infiel a mi marido pero yo queria seguir disfrutando mucho mas de aquella enorme y gruesa verga que tenia el taxista, asi que se lo murmure ruborizada a mi esposo al oido y este sonriendo asintio, asi que por primera vez esa tarde, un extraño se quedo con nosotros, estuvimos los tres culeando el resto del dia y casi toda la noche, hasta bien entrada la madrugada, entre los dos me hicieron de todo y yo estuve alucinando de placer todo el tiempo.
Hasta aquí les he contado lo que mi esposo sabe de esta situación, pero ahora paso a relatarles lo que necesito compartir con uds. y que el hasta hoy desconoce, yo lo culpo a el por haber despertado en mi la fiera sexual en que me he convertido, pero al mismo tiempo le agradezco el haber visto en mi lo que realmente soy, una mujer hipersexuada y sin prejuicios, por habermo iniciado en esta vida de placer aunque me siento culpable por lo que ahora van a conocer de mi que el, como les dije, desconoce.
En la mañana mi esposo salió temprano, tenía unos asuntos de trabajo y me dijo que volvería a media tarde, yo después de la noche que tuvimos estaba algo cansada por lo que me quede en cama viendo television, estaba por volver a dormirme cuando sonó el teléfono, era mi esposo para decirme que regresaría mas tarde de lo que pensaba asi que porque no salía e iba a conocer la ciudad y a almorzar en algún restaurant típico, así que después de dormir un rato mas me desperté y tome una placentera ducha tibia durante la cual me masturbe recordando los eventos del dia anterior, luego me vesti y solicite un taxi.
El taxi llego casi de inmediato, yo subí y sin ponerle mucha atención le pedí al taxista que por favor fueramos a pasear por la ciudad porque quería conocer lo mas posible y que luego me dejara en algún restaurant que el me recomendara, iba de lo mas tranquila en el viaje de paseo cuando empecé a notar que el taxista por el espejo miraba con cierto descaro mis piernas y escote, yo llevaba un vestido sencillo con un par de botones abiertos adelante arriba y abajo, la apertura de los botones estaba dejando a su vista parte de mis muslos y tetas, sin decir nada acomodé mi ropa, entonces el me pregunto que como estaba mi marido, yo le conteste sin pensar que mi esposo había salido a una empresa cercana en el campo y que estaría de vuelta por la tarde, le pregunte que como sabía de mi marido, a lo que me respondió que la parada de su radio taxi era en el apart-hotel donde nos alojábamos, muy cortésmente me dijo que todos en la línea me admiraban por lo hermosa que era, lo cual me halago y me causo un cosquilleo en mis pezones y rajita.
“Coño, estas perdida de puta pensé, basta un piropo para que te calientes”, me sonreí y mire mas detenidamente al taxista, era un tipo ya mayor pero todavía muy bien parecido, creo que debía tener unos cincuenta y ocho o sesenta años, era bastante educado, me era bastante familiar su rostro cuando cai en cuenta que era el taxista de la noche anterior, con razón me había preguntado por mi esposo, aquello me puso nerviosa pero muy excitada al recordar todo lo que habíamos hecho el, mi esposo y yo; rápidamente pensé que hacer, una cosa era tener relaciones con otro hombre estando mi marido presente y otra muy distinta hacerlo sin el, eso seria infidelidad simple y pura, pero ya mi rajita estaba comenzando a empaparse y a enviarme señales de lujuria, mientras el continuaba conversándome sin que yo le oyera mucho ya que trataba de decidir que hacer, para ganar tiempo le dije que había olvidado mis documentos personales en el hotel y que necesitaba regresar a buscarlos, el asintió y comenzamos a regresar al hotel.
Yo me debatía entre los sentimientos de lealtad a mi esposo y el creciente deseo de sentir la enorme verga del taxista machacándome la rajita y causándome orgasmos en serie, como había ocurrido la noche anterior, llegamos al hotel sin haber yo tomado una decisión, al entrar al garaje del apartamento el me pidió que por favor le diera un vaso de agua porque estaba haciendo bastante calor, entre y le servi el vaso de agua y le dije que subiría al cuarto a buscar mis documentos y el dinero para pagarle, el asintiendo lo tomo como una invitación a subir y a repetir la culeada de la noche anterior.
Sin mirar atrás subí al dormitorio sintiendo que el me seguia, cuando me acerque al velador y abrí el cajón para simular sacar los documentos y el dinero sentí las manos del taxista en mis enormes senos reteniéndome con fuerza impidiéndome retroceder o girar y antes de que dijera nada el bajo una mano hasta mi trasero y me dijo:
- Mamita ayer todo el dia he disfrutado de tu rajita y tu cuerpo como nunca, eres la mujer mas rica que me he culeado.
La situación rápidamente se estaba definiendo hacia aceptar su insinuación, el taxista con su atrevimiento me estaba haciendo perder el control de las cosas ya que recordaba el supremo placer que este hombre me había dado, pero mi esposo no estaba y yo no quería serle infiel, por un reflejo de la poca pudorosa resistencia que me quedaba le dije que lo que paso la noche anterior no iba a volver a suceder y menos sin mi esposo presente, que yo estaba bebida, que me soltase y que se marchara, o que llamaría a la recepción o la seguridad del hotel.
Entonces el me dijo que no había problema que estaba dispuesto hasta a ir a la cárcel por mi, que el estaría preso pero que no se iba del hotel sin culearme de nuevo, el oir esto aunque no cedi me halago mucho, el taxista me llevo contra la pared, era mucho mas fuerte que yo, con fuerza pero sin lastimarme me tenia prendida con su cuerpo contra la pared, pero ademas sus palabras y el recuerdo de su enorme verga haciéndome llegar tantas veces a la gloria sexual la tarde, noche y madrugada anterior me estaban tenían encendida nuevamente haciéndole perder la pelea a mi fidelidad.
Empezó a tocarme por encima del vestido, me decía al oido que era una ricura, que si dejaba que me metiera solo un poquito de su verga se iría, yo riéndome por dentro pero con mi cara seria pensaba, “como que un poquito?, la quiero toda!”, el empezó a recordarme todo lo de la noche anterior, desde que me recogió en el taxi con mi esposo, entonces se saco la inmensa verga que ya la tenia bien dura y empezó a pasarla por mi trasero por sobre el vestido, yo le decía ahora con voz cada vez mas débil y menos convincente, que yo si quería culear otra vez con el pero que ese dia no, que le avisaría a mi esposo y lo haríamos otro dia, intentaba apartarlo, pero era imposible, su cuerpo pegado al mío me tenía inmóvil contra la pared, yo le decía que no, que por favor no continúase, pero cada vez lo deseaba mas y me gustaba mas lo que me hacia.
Yo le decía que no, pero mi ardiente cuerpo empezó a reaccionar al contacto de sus manos y al sentir su verga sobre mi trasero, sentí como por su propia cuenta mi vagina se iba mojando y mis nalgas se abrian y cerraban como queriendo atrapar la verga que las amenazaba, asi la excitación por la situación iba aumentando, mi cabeza decia no, pero mi cuerpo y rajita decían lo contrario y el sabiendo o sintiendo que ya me tenia, me dijo que me relajara y que disfrutara como la noche anterior, yo le dije nuevamente en un susurro que claro que si quería culear con el pero que sin mi esposo no, que eso seria traición a mi esposo, el me susurro que yo sabia lo mucho que iba a disfrutar y que si mi esposo no se enteraba pues no pasaría nada, mientras me trataba de convencer el muy bandido me acariciaba los muslos y la rajita poniéndome cada vez mas caliente.
Sin darme tregua y sabiéndome ya suya, el taxista llevo sus manos a mi conchita, yo instintivamente separe mis piernas, el al ver la receptividad tomo mayor confianza, al tocar mi conchita y comprobar que a esa altura ya estaba empapada, empezó a desabrochar mi vestido con una mano mientras con la otra no paraba de masajear mi clítoris ya duro, yo tan solo le repetia débilmente que me soltara y que si realmente quería repetir lo de la noche anterior yo también lo quería, pero que lo haríamos con mi esposo que solos no, que por favor me soltara y se fuese, el me dijo que podríamos repetirlo esa noche con mi esposo también, pero que quería culearme en ese mismo instante y que el sabia que yo estaba muy caliente y que mi raja estaba pidiendo a gritos su verga.
Metió un dedo profundamente en mi conchita, esto me hizo dar un respingo de placer y soltar un gemido, la humedad le permitio saber que ya estaba a su merced, el estaba decidido y mi excitación me delataba, empezó a controlar la situación, asi que termino de desabotonar mi vestido y este cayo, luego desabrocho mi sostén y liberó mis enormes tetas que brincaron felices, me hizo girar frente a el, intento besarme, pero lo esquive, el no se preocupo por eso me tomo la cara con sus manos y me beso, sin poder resistirme y entregándome a el le abri mi boca y deje que su lengua acariciara la mia.
Entonces mi excitación se disparo con ese beso y bajando mi mano le agarre la gruesa verga, el me empujo suavemente y yo sin soltársela me deje acostar en la cama, el me quito la tanguita dejándome asi totalmente desnuda y lista para el, por lo que el seria el primer hombre después de mi esposo en culearme a solas, seria por tanto esta mi primera infidelidad, estaba cruzando un punto de no retorno en mi vida sexual pero yo solo quería calmar aquella sed de placer que me tenia al borde del adulterio, el sin saber de mi dilema, dirigió su cabeza a mi rajita y empezó a chuparme mi conchita, mientras le acariciaba el cabello pensaba en mi marido como alguien lejano que no lograba enfocar en mi mente aunque quería pensar en el como para pedirle perdon. Por ultima vez quise evitar lo inevitable,
- Papi ya dejame ir por favor, esto esta muy rico pero no quiero pegarle cachos a mi esposo mi amor, si quiero culear contigo pero que sea con el presente, anda dejame ir, si?, por favor,
El me contesto,
- Mami como crees que después de verte asi desnuda y de tenerte entre mis brazos, puedo dejarte ir sin culearte?, ningún hombre podría hacerlo, eres la mejor hembra que haya visto desnuda.
Eso me excito aún mas, luego empezó a besar y lamer con delicadeza todo mi cuerpo, mientras lo hacía se desnudo, esta vez mire bien su verga, era muy gorda y de gran tamaño, estaba dura como una roca, intento meterme su verga en la boca, pero le dije que no, entonces nuevamente empezó a chupar mi conchita, debo reconocer que lo hacia increíblemente bien, tuve mi primer orgasmo y empecé a gemir, escucharme gemir de placer incentivó aun mas al taxista y empezó a meterme un dedo en la rajita mientras me la chupaba, el jugaba con mi conchita, metía un dedo, luego lo sacaba, para después volver a metérmelo, me masturbaba fuerte y me chupaba el clítoris, esto me enloquecía.
El luego se levantó y me puso la verga en la cara, esta vez yo solita abri la boca y el me la deslizo adentro haciéndome sentirme como una perfecta puta, se la mame un largo rato y estaba rica pero yo no queria que acabara en mi boca sino en mi utero, queria que me culeara bien culeada y asi se lo dije, el entonces decidio meterme su verga, le dije que fuera cuidadoso que su verga era bastante grande, abrió bien mis piernas y las acomodo bien sobre sus anchos hombros, colocó la cabeza de su verga en la entrada de mi vagina y muy lentamente empezó a metermela con delicadeza, era rico sentirla abriéndome toda mientras me penetraba hasta el fondo, cuando estaba ya la mitad dentro de mi vaginita paro un instante y yo tuve un orgasmo corto pero muy potente, luego me clavo el resto de un solo golpe, lo que me hizo dar un gemido de dolor y excitación.
El taxista me estaba dando una culeada que realmente me estaba enloqueciendo de placer, ya no pude aguantar y empecé a gemir y menearme de gusto, me importaba muy poco el que le estaba siendo infiel a mi esposo, el taxista me la metía y sacaba varias veces y luego se detenía, obligándome a mover mi cuerpo al encuentro de su verga, nuevamente me la metía y sacaba con un ritmo increíble que cada vez encendía mas y mas mis deseos mientras me besaba de lengua con el, luego se detuvo y me dijo que si me gustaba, yo le decía que si, entonces me dijo que como era una puta le pidiera que me metiera la verga, yo se lo pedía gimiendo.
– Papi meteme toda la verga, cogeme bien cogida que hoy soy tu perrita mi amor, le decía, por favor metemela toda entera otra vez que soy tu putica!, el sonreía y aumentaba el ritmo de sus embestidas,
Mientras me metía su verga dirigió su boca a mis senos y los empezó a chupar, eso aumentó mi placer, era la primera vez que yo me estaba entregando a solas a un desconocido y lo estaba gozando al maximo, además era un hombre mayor, creo que todo esto hacía que mi excitación fuera mas y mas fuerte, el se detuvo y me hizo poner de cuatro, entonces intento metérmela por el culito pero me dio miedo su tamaño y no lo deje, entonces dirigió nuevamente su verga a mi conchita y me la metió con fuerza yo boqueaba por aire sintiéndola desde atrás mas gruesa que antes y que me partia, así estuvimos largo rato culeando, mi excitación crecía y crecía, yo quería mas y mas, mi excitación aumentaba en cada clavada de su verga, tuve muchos mini orgasmos y sentía que me aproximaba a un final como nunca, pero justo en ese momento el taxista se vino, termino, saco su verga, yo llorando le dije:
- Nooo, seguí por favor, seguí, metemela otra vez papi que esta rico, continua, no pares,
Yo aún estaba sumamente excitada, como me decía mi esposo estaba super caliente, a pesar de los orgasmos previos yo aún no había terminado como quería, quizas era por el gran morbo de ser infiel por primera vez, el taxista me miro y me dijo que era una verdadera perra caliente y me pregunto si quería mas, le dije que si, que me la metiera de nuevo, el intento, pero su verga ya había perdido su rigidez, al mirar su gorda verga ya caída comprendí que el ya no podría en ese instante, el quiso remediarme y llevo su mano a mi conchita y empezó a masajear mi clítoris con la intención de hacerme terminar masturbándome.
Pero esto solo aumentaba mi excitación, le dije entonces nuevamente que me metiera su verga, cambio su mano por su boca y paso a chupar mi conchita, yo loquita le pedí nuevamente que me metiera su verga, entonces me dijo que podía llamar a su compadre, otro taxista de ahí de la parada del hotel, que ese si me daría verga hasta cansarme, pese a mi excitación le dije que no, que no era necesario, que además como le iba a decir a otro hombre que viniera si mi marido no estaba, que una cosa era serle infiel con el a quien el conocia y otra serlo con un desconocido.
El entonces me dijo que su compadre sabía que yo ya había culeado con el y que yo era una calentona a la que le gusta la verga y que estaría muy feliz de culearme, que también sabia lo que había pasado la noche anterior después del aeropuerto, pero que el compadre dudaba de el asi que esta sería la ocasión perfecta para demostrarle que era cierto y que ademas su compadre si era el hombre para mi, porque tenia un aguante de leyenda y una verga mas grande que la de el y seguro que estaría dispuesto a todo.
Yo le dije nuevamente que no, pero aquellas ultimas palabras me tentaron y hacian dudar, el taxista se me acerco, metió su cabeza entre mis piernas y empezó nuevamente a chupar mi conchita y a acariciar mi clítoris, lo que nuevamente encendió en mi una excitación incontrolable empecé a gemir, yo ya no me conocía, la excitación estaba tomando el control en mi, no me importaba ya nada solo quería saciar mi lujuria, mi necesidad de alcanzar mi orgasmo, le pedí nuevamente que me metiera su verga, el taxista volvió a insistir en llamar a su compadre mientras me masturbaba y le dije que no reuniendo lo que me quedaba de control, entonces sin dejar de masajear mi conchita, lo que me mantenía excitada y al borde de la locura, llamo al celular de su compadre, le explico la situación, colgó y me dijo que estaría alli en menos de un minuto puesto que estaba en la parada del hotel.
Yo le dije que no lo dejaria entrar, entonces el taxista me dijo que sería un pecado quedarme así y bajo su cabeza para chupar mi conchita, esto me hizo gemir de placer, su boca en mi rajita ahora me estaba enloqueciendo, dejándome a merced del deseo de ser satisfecha sexualmente y lista para el otro taxista, en eso tocaron a la puerta, a mi me entro cierto temor, en verdad no quería hacerlo sin mi esposo presente, ya con una vez era suficiente,
Le dije al taxista que no, que no quería hacerlo con otro hombre, que solo con el lo haria otra vez, me dijo que lo despediría, sabia que me mentia pero aun asi le dije que lo despidiera y volviera, pero luego subieron los dos, su compadre era un tipo aun mayor de unos sesenta y cinco años, solo que era mas alto, mas fuerte y también mas gordo, aunque de facciones toscamente hermosas.
Yo no lo sabia en ese momento, pero estaba viendo por primera vez al hombre que me cambiaria la existencia por completo, el hombre que se convertiría en el gran amor de mi vida, me levante así desnuda, quise llegar al baño para encerrarme, pero el taxista sin decir nada me tomo de la cintura y me echo sobre la cama, sabiendo como provocar mi excitación se echo sobre mi y abriéndome los muslos empezó a chuparme la conchita mientras con sus dedos me masturbaba, nuevamente el deseo tomo cuenta de mi débil voluntad, el compadre del taxista solo observaba y dijo con voz grave:
- Coño de verdad compadre que esta va a ser la mejor hembra que nos culeemos en la vida, coño que buena esta, esta puta es un hembron y que caliente es!, bien vale los 50 dolares que me esta cobrando!,
Ahí estaba yo desnuda y echada sobre la cama, con un hombre mamandome la rajita y otro observándome y diciendo que había pagado por culearme y lo peor era que al oirlo mi rajita se volvio una sopa!, mi fantasia mas secreta hecha realidad!, me habian vendido como una puta!, yo siempre había fantaseado en como se sentiria ser un verdadera puta pues ahora lo sabia y asi seria para siempre, una puta que amaba serlo, el primer taxista dejo de chupar mi conchita y dejándome toda excitada se levantó y para mi terror, solo me dijo antes de cerrar la puerta,
- Mi compadree se llama Rafael y estoy seguro que te hara gozar mucho putica mia, yo tengo que atender un compromiso, nos vemos después,
En ese momento no sabia el ni yo que mas nunca seria su mujer, asi que se fue dejándome totalmente desnuda, excitada y sola con aquel completo extraño, el compadre del taxista sin decir nada se abrió la camisa y bajándose el pantalón dejo salir su verga que estaba totalmente dura, vi de reojo que era anormalmente enorme, mucho mas grande que la del compadre suyo, era mas grande que cualquier verga anterior que me hubieran metido, nunca había visto una verga de ese tamaño, solo verla me seco la garganta del deseo y el miedo, la lujuria se apodero de mi.
Yo, sabiendo que estaba sola con el y nada podía hacer ni deseaba hacer para no culear con el, con incredulo temor se la agarre para sentirla pulsar, aquella verga era un caliente poste de carne gruesisimo y larguísimo!, ni podia abarcarla de lo gruesa que es, me dio mucho miedo, recuerdo que al agarrarla y verla bien en todo su tamaño pense “no me va a entrar y me va a rajar toda”, pero me sentia ardiendo solo de verla y tocarla, queria saber como se sentiria aquella verga descomunal entrando en mi rajita.
Ya le iba a decir que me lo hiciera en la silla para mayor comodidad, pero el se subió encima de la cama, era rudo, porque sin mas separo mis muslos y cuando colocó su tiesa verga en la entrada de mi conchita la gigantesca cabezota roja me abrio el hoyito al maximo posible, casi que me raja ahí mismo, di un alarido de dolor, el solo se quedo asi un rato para que me acostumbrara, lo que le agradeci mentalmente, luego empezó a metérmela muy lentamente lo cual también le agradeci mentalmente, pero aun asi yo llore y nuevamente grite de dolor y susurrando le implore
- Para, para, métemela muy despacio que me estas rajando papi, me duele demasiado, para por favor y espera un poco porque tu verga es demasiado grande para mi, no me va a entrar asi, me vas a partir toda.
El me contesto sonriendo,
- Asi me dicen todas la primera vez pero después no quieren que se la saque, pero mejor que te duela ahora y que tu raja se acomode de una vez,
Y sin mas miramientos termino de meterme toda la estaca de dura y caliente carne haciéndome perder el conocimiento por unos instantes del intenso dolor no solo por el tamaño si no por lo dura que es su verga, al recuperarme ya el estaba culeandome a un ritmo animal por lo duro y rapido, como un perro o algo asi, parecía desesperado por culearme y yo poco a poco iba entrando en su modo de hacermelo, este otro taxista como les digo, tiene una gigantesca verga, aun hoy me parece muy grande para mi, es como tres veces la de mi esposo, yo adolorida le decía que por favor parara un poco porque me lastimaba, pero ya a el no le importaba nada, solo apoyo su pesado cuerpo contra el mío y asi me inmovilizo, intento besarme, pero yo no lo dejé, su reacción fue decirme que ya lo besaria y empezo a culearme otra vez con mas fuerza, mi rajita me dolía, yo le pedía que me la metiera mas despacio, pero el continuaba igual, sus embestidas eran salvajes, pero mientras me cojia me acariciaba toda con igual desenfreno, me besaba las tetas, me mordía suavemente los pezones y me los halaba con los dientes, me acariciaba las nalgas, me estaba adorando el cuerpo con sus dedos y boca y eso me gustaba muchisimo.
Luego de unos minutos de intenso dolor, mi rajita se acostumbró a su enormidad y a su ritmo entonces empecé a gozar de aquella cogida, el hombre era un bruto, me metía la descomunal verga con gran desesperación, me la clavaba con violencia hasta lo mas profundo de mi utero, me dolia mucho pero me enloquecía de placer, era diferente tener adentro una verga de aquellas dimensiones, de lo gruesa me tenia dilatada al maximo, y de largo me entraba facil hasta el fondo del utero abriendomelo como nunca, era muy salvaje pero era la mas excitante culeada que me habian echado en toda mi vida Rafael me tenia sexualmente loca como nunca antes ningún otro hombre, incluyendo mi esposo y el taxista anterior, aunque como saben ya yo había tenido muchas vergas de gran tamaño pero ninguna me preparo para algo como aquella.
Tuve un primer orgasmo tan intenso y tan hermoso, que me hizo gritar estremecida y temblorosa de dolor, placer y gozo, entonces Rafael, mi nuevo macho y amo, disminuyo el ritmo de sus embestidas y me decía que después de esa culeada yo nunca lo iba a olvidar y lo iba a necesitar para siempre, luego me miro directo a los ojos sin dejar de mover su verga en mi rajita y me dijo que a partir de ese día yo siempre iba a desear su verga, que eso les pasaba a todas sus mujeres, sus penetraciones ahora eran mas lentas pero igual de profundas y con un intervalo de estar hasta el fondo de mis entrañas mas prolongado tambien, esta situación me hizo tener una cadena de orgasmos muy violentos ya que esta forma de culearme y hablarme era algo nuevo y humillante para mi y a la vez era algo muy placentero, yo era una temblorosa masa de sensualidad al rojo vivo que solo existia para satisfacer una y otra vez mi inagotable apetito sexual.
La lujuria y el morbo me sacudian y debo reconocer que tuve un orgasmo tras otro, era tal el cumulo de placer y la excitación, que me sentía la rajita enfebrecida y desbordada por mi propia humedad y desesperadamente ahora era yo quien afanosa buscaba su boca y su lengua para besarlo, empecé a pedirle ya sin control que no parara de culearme jamas, que siguiera que yo ya era suya por siempre, que no me sacara aquella increíble verga nunca, que ya nada me podría hacer tan feliz como su verga, el continúo con el mismo cadencioso ritmo como dije por horas, me puso en todas las posiciones posibles e imaginables, ademas, el disfrutaba muchisimo de mi cuerpo desnudo pues mientras me cojia, me acariciaba y besaba, me lamia, y me chupaba, desde las enormes tetas y los pezones, hasta los muslos, los pies, el torso, las nalgas, los brazos y piernas, todo, todo mi cuerpo recibio sus caricias sensuales, este hombre me volvio completamente loca y adicta a el.
Increíblemente Rafael no acababa, era en verdad sexualmente incansable, asi estuvimos, conmigo eroticamente enervada y entregada a el totalmente y el disfrutándome como dije sexual y fisicamente por horas, hasta que tras no se cuantos orgasmos mios mas, los dos terminamos juntos, inundandome el utero y la vagina con tanta presion de su abundante, ardiente y espeso semen, que este se me salia por los lados de la verga a pesar de lo muy apretada que me quedaba su colosal estaca entre los labios vaginales.
Tras quedarse acostado un largo rato sobre mi con su deliciosa verga bien adentro de mi vagina para dejar que todo su semen saliera y su verga se pusiera fláccida mientras con su lengua enloquecía mi boca, Rafael se levanto sacandomela y dejandome un gran vacio, tanto que en ese mismo instante desee que me la metiera otra vez y comenzara a culearme de nuevo, no se habia ido y yo ya lo extrañaba mucho, el me beso profundamente y mirandome a los ojos me dijo que para el había sido una culeada muy hermosa, que yo era una hembra como nunca antes se cogio y que el estaba listo para cuando yo quisiera otra, yo me derretí por dentro al oirlo, mientras se vestía lo miraba y sentí que estaba totalmente enamorada de este desconocido, colocó junto a la lampara una tarjeta de su linea de taxi con su número de celular y me dijo que no lo llamase porque el volveria para mas sexo conmigo, pero que si lo necesitaba ahí lo encontraria, mire la tarjeta, su nombre es Rafael Quiroga Eperñe.
Yo me quede echada, desnuda y con todo el cuerpo y mi conchita adoloridos, pero mas que totalmente satisfecha y feliz como nunca antes jamas lo habia estado, pero mientras la excitación pasaba, empecé a pensar en lo que había sucedido, me sentí mal por haberle jugado cuernos a mi esposo, pero no podía negarme a mi misma que lo había disfrutado y que me seria muy difícil borrar aquel hombre y su verga de mi memoria sexual. Apenas lo conocía y ya estaba enamorada sexualmente de Rafael, lo deseaba ya con todo mi corazon y mi rajita palpitaba por el y su verga, muchos hombres me habían dado mucho placer sexual, pero nadie me habia hecho sentir tan plena sexualmente como el.
Al dia siguiente mi esposo y yo regresamos a nuestra ciudad, pero parte de mi mente y corazon quedaban atras y no veia la hora de regresar, esta ansiedad me preocupaba porque amo a mi esposo, pero lo que sexualmente me habia hecho sentir Rafael aun permanece en mi, haciendo latir mi rajita de pura lujuria, para mi es una necesidad apremiante siempre de nuevo tener su verga dentro de mi una y otra vez, lo cual como entenderan ya ha ocurrido en innumerables ocasiones.
Ambos iniciamos a besarnos con toda pasión, con aun más pasión que la primera vez, mientras nos besamos Armando comenzó a tocarme mi zona intima debajo la falda de mi vestido y como consecuencia a esto de inmediato me moje toda, ¡Quiero hacerte el amor! Me dijo suavemente al oído, -Lo sé y también quiero- le conteste.
Relato erótico enviado por putita golosa el 29 de August de 2010 a las 23:31:22 - Relato porno leído 513557 veces
Relato casi en su totalidad real que demuestra que toda mujer casada es una puta sumisa en potencia
Relato erótico enviado por morboso sadico el 29 de July de 2009 a las 18:09:16 - Relato porno leído 299796 veces
Si te ha gustado Mi gran secreto. vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.
Por eso dedica 30 segundos a valorar Mi gran secreto..
ricardosky
te lo agradecerá.
Comentarios enviados para este relato
Juan Cacho
(22 de June de 2010 a las 00:42) dice:
Excelente histoia mamacita, al finalizar de leerlo quedé tan caliente que me híce una paja en tu honor. Sigue escribiendo por favor, considérame un fan tuyo. CIROJVR
(2 de April de 2010 a las 05:33) dice:
Muy bueno y que mas historias asi de calientes tienes? katebrown
(18 de October de 2022 a las 19:50) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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