En el verano en mi ciudad hace un calor infernal, la gente emigra hacia las playas y los que desgraciadamente nos quedamos buscamos cualquier pretexto para enfriarnos, porque el calor
Relato
En el verano en mi ciudad hace un calor infernal, la gente emigra hacia las playas y los que desgraciadamente nos quedamos buscamos cualquier pretexto para enfriarnos, porque el calor es insufrible y desde muy temprano hace un bochorno horrible.
Soy Luis, tengo 19 años y acabo de salir de la secundaria, vivo solo en un apartamento de estudiantes, pero en el verano voy a casa de mi hermana quien vive en la misma ciudad pero sola, en un apartamento de lujo que paga gracias a su trabajo de ejecutiva de ventas de una compañía telefónica móvil. Se llama Brenda, tiene 25 años, trabaja 10 horas diarias y cuida de mi como su único familiar. No tiene una pareja estable, me ha contado que de vez en cuando sale con compañeros de trabajo a tomar un par de tragos para aliviar el calor del atardecer, pero que no hay ninguno que llene sus expectativas, en fin es una tanto solitaria.
Sin embargo tiene un gran cuerpo gracias a la genética, cuando estaba mas joven estaba en la escuela de ballet y gracias a ello desarrollo y conserva un fisico muy sexy. Es ligeramente delgada, con unas pierna blancas y con gemelos algo desarrollados, un trasero espectacular y bueno a pesar de que es mi hermana confieso que me encanta, creo que por el hecho de que nunca vivimos juntos, yo desde pequeño viví con mis tíos y ella desde los quince abandono a mis padres para estudiar y luego independizarse.
Ese fin de semana largo, me invito a pasarlo en su lujoso apartamento en el norte de la ciudad. Es un pequeño museo déjenme decirles, da miedo tocar algunas esculturas que ha conseguido en subasta y tiendas raras, adora la lectura de los clásicos griegos, tiene un librero lleno de obras maestras y en una gabeta bajo llave (me di cuenta mas adelante) guarda algunas obras del Marques de Sades.
Llegue el viernes por la noche, en el momento en que puse un pie dentro del apartamento me di cuenta que era especial. Me dio un gran abrazo pues hacia mucho que no nos mirábamos, me pareció espectacular, solamente vestía un pequeño short para dormir y una camisa de botones, muy parecido a las guayabera cubanas para hombres, la tela era tan delicada de la camisa que el sudor la habia humedecido y se comenzaba a notar unos pezones rosados muy rosados. Cenamos en un restaurante italiano, ella ravioli y yo una ensalada de alcachofas. Durante toda la cena me percate de que en los intervalos de silencio ella me veía y sus ojos color miel destellaban una malicia sexualmente atractiva, su sonrisa completaba lo que su mirada no decía. "Que" dije sin más preámbulo, "¿Tienes novia?" pregunta. "Claro" dije contrario a la verdad, soy un poco tímido confieso y todavía temo hablar muy directo con las nenas del cole. "¿Cómo se llama?", como tarde en contestar se dio cuenta que mentía, pero no dijo nada, el resto de la noche se fue entre vanidades y nos fuimos a casa.
Eran aproximadamente las once de la noche cuando escuche algo en el cuarto de mi hermana. Creo que deliberadamente habia dejada una ventana abierta, asi que fui al lugar de donde provenía el ruido y pude ver como hojeaba rápidamente una revista con la mano derecha, mientras con la otra se acariciaba el clítoris por encima del pijama, estaba deliciosa, pensé, inmediatamente mi pija se paro y amenazo con salirse fuera de mi pantalón de dormir, el corazón me latía a mil yo de pie viendo a mi hermana fantasear con una revista que luego distinguí como "People en español". Me fije de que se estaba masturbando con una vieja foto en la cual John John Kennedy salía en un Kayak, remando sin camisa en el río Hudson de NY. Solo esa foto miraba porque no habia otra en la página, asi que la seguí viendo, creo que le daba placer masturbarse con alguien que ya no esta entre nosotros.
No aguantaba las ganas de tocarme, empezaba a sudar a chorros y decidí hablarle, la llame "Brenda", ella se sonrió y dijo "pensé que estabas muerto, hace 15 minutos que me masturbo y no venias" cerro la revista de pronto y se quedo viéndome desde su cama "¿Quieres que entre?" le pregunte, "Es tu decisión" me contesto. Entre en su cuarto, toda la estancia olía a su sexo, vi mas revistas en el suelo y en su TV con el mute puesto dos lesbianas embarradas en aceite se estaban comiendo entre ellas. Apenas podía caminar de la erección que tenia, me lance encima como perro y comencé a besarla, la sensación de pecado era irresistible y necesitaba más manos para comerme a mi hermana.
"Tranquilo, tranquilo no voy a ir a ningún lado, quiero que lo hagas como si trataras de violarme", entonces fui a su mesita de noche y encontré un abre cartas y la amenacé, "Quiero que te quites la ropa puta de mierda y nada de llantos porque te voy a dejar irreconocible esa vagina, te voy a coger como se cogen a las putas de la calle y te voy a lastimar como perra, como a un animal" Brenda estaba a mil con mis palabras y estaba repentinamente asustada, se quito toda su ropa y se sentó con las piernas cerradas, entonces, reconocí un lunar de familia a un costado de su sexo pero suficientemente cerca de la pierna para reconocerlo, me di cuenta de que iba a coger con mi hermana, asi que trate de desistir de la idea, cuando se dio cuenta de que titubeaba se me abalanzó y me dijo "Quiero que me cojas como a una perra porque me encanta el pecado, y quiero que me llenes de semen el estomago y luego los intestinos, quiero chuparte los huevos y tu ano y que vos me hagas lo mismo".
La tire sobre la cama y comencé a chupar su vagina, metí la lengua dentro y se retorcía en la cama, el calor era insoportable, que rico le olía el coño, entonces dijo "Yo estoy todavía virgen y quiero que me revientes la concha y el ano, no tengas compasión, va a costar que entre tu verga en mi, pero incluso voy apretar mi vagina para que te cueste más, vas a reventar a tu hermana, asi que hazlo bien". La bese como animal, le lamía incluso el sudor que chorreaba por sus axilas, le lamía las axilas bien rasuradas, su concha raspaba porque tambien estaba recién rasurada, mi verga estaba súper parada, asi que me dispuse a penetrarla, debido a mi inexperiencia no encontraba su vagina y le dije luego de un par de intentos de metérsela "No encuentro el agujero" ella dijo: "Ahí esta, solo métela de una vez" por arte de magia cuando acabo de hablar lo encontré y sentí en mi cabeza del glande la presión de su orificio, solo metí la cabeza y no cabía mas, le dije "Cuesta mucho" a lo que contesto "Métela toda de un solo empujón" asi lo hice y el gemido que dio despertó a medio vecindario, gritó como perra, la perra de mi hermana.