Mi hermanastra me forzo

Mi mujer se llama Mari, es médica, una rubia treintañera que no me merezco, es dos años mayor que yo y la relación nos va muy bien.

Todo surgió porque mi padre, perdón ,padrastro, tuvo un accidente y permanece ingresado en el Hospital, pues bien, él tiene una hija, la pervertida de Yasmina, una morena azabache con buenas curvas, poco sentido del ridículo y un temperamento visceral. Se estuvo quedando unos días en nuestra casa mientras que él permanecía en la clínica.

Yo tengo una hermana Lucía, que es cinco años menor, se fue a terminar los estudios a Italia, y me parece que se quedará mucho tiempo allí. De jóvenes, creo que Yasmina se enamoró de mí, quería salir con mi cuadrilla de amigos, y nunca la acepté como hermanastra. Ella tenía permiso para, casi todo, su padre tenía una buena posición social, al contrario que mi madre, que modestamente nos educó con mucho esfuerzo.
Lucía me contó un día, que al llegar un sábado Yasmina borracha, se metió en su cama, tendría unos quince o dieciséis años, e intentó acariciarla lujuriosamente. Al oír ruido, y algún grito me acerque y saque por la fuerza a la desmelenada borracha.

Fue el martes por la noche, tuvimos fiesta en la cama y dormí como un lirón, de madrugada, mi mujer se me acercó con las tetas a aire me tocó con sus pezones, yo siempre duermo con slips, que los note duros y me agarro la polla, serían las 4 de la madrugada, me cogió un brazo y lo esposó, lo mismo hizo con las otras tres extremidades, no, sin antes quitarme la poca ropa que llevaba, es que a los dos nos gusta el bondage, pero puede que en otra ocasión os lo cuente. Estaba oscuro y su cuerpo se abalanzo sobre mí, se sentó sobre mi barriga y encendió la luz, era la puta de Yasmina que me había inmovilizado y me tenía a su merced.
-Cabrona, suéltame inmediatamente o no te lo perdonaré. Pero ella me contesto, cuando haya terminado.

A media noche, mi mujer fue requerida para una urgencia y yo no me enteré, pero mi hermanastra sí, y al salir Mari, esta pervertida ocupo su lugar.
Me la chupó y yo intente detenerla pero en esas condiciones lo que me hacía era daño, y ella me dijo, espera que quiero un recuerdo de esta noche y me fotografió encima de la cama y empalmado, con el automático, los dos juntos acariciándome y lamiéndome. Se fue a su cuarto estuvo un ratito y salió sin la cámara.
-Quieres un polvo sin condón o tres con el puesto , me preguntó la guarra y yo no le conteste, no iba a ceder y fue cuando ella me explicó que no le importaría ser madre, y menos con un chico como yo .

Se puso de rodillas encima de mí y a pelo, me montó hasta que toda la leche le llenó su delicado coñito, al terminar fue al baño a por una toalla y me limpió un poco.
-Te ha gustado, me preguntó, yo no sabía ni lo que hacía, me moví compulsivamente durante unos segundos. Ella se sentó encima de mis pierna mirándome y me masajeó el pecho.

-Mira cariño ahora te voy aponer un preservativo, cuando la tengas dura coge una goma del pelo y la pondré en la base para que no se te ponga picha corta y te montaré de mil maneras hasta que me corra tez veces, capullo, no me contestaste e iba en serio. Dijo ella

Eso hizo, casi me destroza la polla, note el peso de su cuerpo de cara , de lado, me hizo olerle los pies…

Pasado mucho tiempo, ella se acostó boca arriba, me libero del látex y de la goma y con la toalla me limpió y masajeó el miembro, que había cambiado a un color rojo amoratado por la falta drenaje. Ella aún estaba desnuda.
-Mira Yasmina sabes que te has pasado un huevo, por favor desátame ya que no aguanto más y me voy a lastimar. Le dije, y eso fue lo que hizo; al desatarme, y verme libre le arreé un puñetazo en la cara, que la hizo caer encima dela cama. Le pellizque fuertemente los pezones y dio un grito de la leche, me la senté boca abajo, encima de mis rodillas y con la mano azoté más de veinte veces sus nalgas, ella con los puños me golpeaba las piernas, la levanté por los aires y la arrojé encima de du cama y cerré la puerta.
A medio día llamó mi esposa, preguntando como estábamos y todo eso, yo me iba a trabajar esa tarde, al llegar a casa se extrañó mucho del moratón de su cuñada, dijo ella, que había sido de un golpe en la ducha , cosa que no se terminó de creer Mari.

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