mi hermano Dario

Mi nombre es Natalia, soy argentina, con actuales 23 años, rubia con pelo largo a la cintura, soltera y con medidas de 100-60-98, con lo que se podrá comprobar que mis curvas me ayudan a manejarme en la vida porque me gusta ser admirada tanto por hombres como por mujeres; actualmente trabajo como profesora de música en un colegio secundario cercano a mi domicilio, teniendo horas de clase con los últimos años de secundario o sea que mis alumnos son en su mayoría de 16 o 17 años, sin contar algunos repetidores que suelen tener algunos años más.-
Por algunos problemas que tuvo mi madre en mi parto, quedó imposibilitada de tener más hijos, por lo que durante muchos años fui hija única, teniendo todos los caprichitos de hija única, pero cuando yo tenía alrededor de 13 años, mis padres lograron adoptar a Darío, un morochito de ocho años que llegó para alegrar un poco más nuestro hogar.-
Darío era una chico introvertido y muy tímido por lo que yo lo tomé como si fuera mi verdadero hermano y a él me dediqué durante mucho tiempo hasta lograr hacer de él un chico alegre y vivaz, siempre dispuesto a intervenir en cualquier juego como así tambien dispuesto a participar en cualquier acción solidaria que se le requiriera.-
Darío fue creciendo y haciéndose un hombrecito, iba mucho al gimnasio y su cuerpo empezó a muscularse llegando a llamar la atención entre las chicas de su edad, que veían en él a un hombrecito de verdad.- Cuando cumplió los quince años yo ya tenía 19 y noté que Darío había momentos que clavaba sus ojos en mi figura y me miraba parecía que con pasión.-
Al notar eso le pregunté porque me miraba tan atentamente y me contestó porque veía en mi a una hermosa mujer que con solo verme despertaba sus sentidos; ante esa afirmación le dije que yo era su hermana y no podía tener esos sentimientos para conmigo, pero el inteligentemente me dijo que aparte de ser su hermana tambien era una mujer muy bonita y el creía que se estaba enamorando de mi.- Al escuchar estas palabras dichas por mi hermanito la verdad que me excite y a pesar que ya no soy virgen, me sentí mojada como fruto de sus palabras; así que me quedé con esa idea en la cabeza y cuando estaba dando mis clases, a cualquier alumno que interrogara se me presentaba Darío con ganas de cogerme.-
Pero no podía entregarme tan fácil; por lo demás el era todavía muy chico y yo no podía pensar en tener relaciones sexuales con él; fue pasando el tiempo y seguían sus miradas sobre mi cuerpo hasta que a veces me sonrojaba al sentirme mirada y admirada por mi hermano.-
Por uno de mis alumnos amigo de Darío, me enteré que él andaba comentando con sus amigos los buena que estaba yo y las ganas que tenía de cogerme; sin decirle quien me lo había dicho le hice saber que había escuchado lo que había dicho de mi y le pedí que dejara de molestarme en ese sentido y que siguiéramos nuestro trato como hermanos; me prometió formalmente que no iba a seguir en sus requerimientos, pero al poco tiempo el volvía a insistir con sus miradas lujuriosas; quizá yo estaba colaborando a ello porque me vestía siempre llamativa con buenos escotes donde dejaba ver el inicio de mis tetas, con minifalda ajustada, luciendo mis piernas y moviendo acompasadamente mi culito apretado por la minifalda.-
Eso hacía que los ojos de Darío se dirigieran fatalmente a mis tetas que es ñp que más llamaba su atención; tuve alguna novia de su edad, pero posiblemente no lo dejara satisfecho, porque siempre volvía a fijar sus ojos en mí.-
Yo ya tenía una obsesión con Darío que había cumplido hacia varios meses sus 17 años, entonces traté de tener una idea para acercarnos sexualmente; una noche que salíamos con nuestra barra de amigos, primero le pregunté a los chicos si lo podríamos llevar con nosotros; cuando recibí la conformidad de todos lo llamé y le dije si quería ir con nosotros a una discoteca donde podría bailar con mis amigas; inmediatamente me dijo que si, pero que además de con mis amigas, iba a tratar de bailar conmigo.-
Ese fin de semana era especial tanto para Darío como para mí, ya que íbamos a estar en una discoteca los dos juntos e íbamos a poder dar satisfacción a nuestros deseos; durante el trayecto hasta la discoteca se hizo muy compinche tanto de los chicos como de las chicas que formaban la pandilla y en cuanto llegamos a la discoteca, mis amigas lo sacaron a bailar, acariciándolo y besándolo, lo que parecía ser muy del agrado de Darío, pero no en mi caso porque sentía rabia de verlo con otras mujeres; pensé que podrían ser celos porque lo quería solo para mí, pero enseguida deseché la idea porque se trataba de mi hermano y no podía estar celosa.-
Pero mi mal ánimo cambio cuando Darío se alejó de mis amigas y me vino a buscar para sacarme a bailar; empezamos a bailar y enseguida me dijo que había esperado que hubiera esta música melódica para poder abrazarme bien fuerte ya que con la otra música que había habido hasta ahora, era para bailar sueltos.-
Me sentí muy halagada por sus palabras y tambien me apreté contra el, notando que mis tetas se apoyaban en su pecho y yo las movía suavemente para su disfrute; enseguida empecé a un bulto que se apoyaba en mis piernas que iba creciendo sin pausa; al notar semejante bulto, supe que esa sería la noche indicada, porque mi hermanito Darío sería mío y yo sería de él.- Cuando la música lo ameritaba, me di la vuelta y quedamos bailando pegados mientras yo con mi culo lo apoyaba en su hermoso bulto y me movía sensualmente; el me llevaba abrazada, me daba besitos en el cuello que me hacían excitar cada vez más; mis pezones ya se encontraban duros como piedras; entonces Darío, hablándome al oído me dijo que me quería coger; esa fue la gota que rebalsó el vaso porque me sentí desfallecer y le dije que esa noche iba a ser suya, que antes de volver a casa iríamos a algún lugar donde podamos disfrutarnos mutuamente.- Renovó sus besos en mi cuello y ahora empezó a dármelos detrás de mis orejitas lo que me puso aun más caliente; Darío quería irse ya para que fuéramos a un hotel, le dije que llamaríamos mucho la atención de esa forma, entonces idee lo que pensé que sería la mejor forma de irnos sin llamar la atención, diríamos que Darío no estaba acostumbrado a salir a bailar y se sentía muy cansado, así que yo lo acompañaría; alguno de nuestros amigos nos quiso acompañar pero yo les dije que no quería amargarle la reunión y que yo me haría cargo de mi hermanito.- Salimos los dos entre los saludos de la pandilla y cuando todos volvieron a entrar, enseguida tomamos un taxi para que nos trasladara a un hotel; mientras íbamos en el taxi, a Darío no le alcanzaban las manos para tocarme, pero yo iba pensando que él aun no tenía la edad necesaria para entrar a un hotel y eso podía ser un problema; al llegar, le hice colocar mis anteojos oscuros para disimular en poco su rostro, yo hice los trámites para solicitar la pieza, el conserje lo miró un poco intrigado pero por suerte no le pidió documentos pudiendo entrar sin inconvenientes.-
Entramos a la pieza y con suma rapidez se desnudó, haciendo yo lo mismo, mis pezones seguían bien duros y Darío los empezó a chupar como un poseso; yo me iba calentando más y más.- Me recosté y Darío tambien lo hizo, apurándose en poner su pija en la entrada de mi concha; fui yo misma quien tras dirigir mi mano hacia mi entrepierna separé bien mis labios vaginales sintiendo como su hermosa pija me iba entrando hasta golpear mi útero.- Una vez que la tuve toda adentro, comencé a ,overme yo misma muy despacio, llegando a arquear m,i cuerpo hacia atrás hasta apoyar mis manos sobre sus rodillas, porque así sentí toda su virilidad y su pija bien dura dentro mío, obteniendo tanto placer como satisfacción, lo que se tradujo en un increíble y maravilloso orgasmo.-
Tras levantarme, su pija fue saliendo de mi sin perder ni un minuto y tumbándome sobre la cama tome la mano de Darío para que se echara sobre mi y comenzara a clavarme.- En vez de embestirme como haría cualquier joven inexperto, me agarró suavemente las tetas haciéndome estremecer.-
Entonces me volvió a penetrar, era una sensación hermosa, estaba siendo cogida por mi querido hermanito Darío, el que agarró mis piernas, las puso sobre sus hombros y de esa forma siguió penetrándome un buen rato hasta que acabó dentro mío llenando mi concha con su caliente leche.- Sin salirse de adentro mío y sin perder consistencia su pija, mientras se sacudía arriba mío largando rodita su leche; me dijo amorosamente que ahora quería cogerme por el culo, su forma de pedírmelo me causó tanta ternura que no pude negárselo; fui notando la dureza de su pija rozar mis nalgas, sintiendo su cabecita mojada restregarse por mis glúteos haciéndome estremecer; dejó caer su cuerpo arriba mío, metiéndose por mi culito hasta el fondo sintiéndolo llegar a mi garganta, se movió rápido adentro mío y otra vez me dejó su leche caliente, esta vez dentro de mi culo; me abrazó y nos dimos muchos besos de felicidad, el muy feliz de haber podido cogerme y yo tambien feliz de haber sentido su deseada pija meterse en mis agujeros y permitiendo a Darío gozar de mi cuerpo; yo chorreaba por mis agujeros su leche, pero aparentemente a Darío todavía le quedaba resto, porque me pidió que le chupara la pija; no lo hice esperar y me dediqué a hacerle la mejor mamada que había realizado en mi vida hasta que esta vez acabó dentro de mi boca, agradándome su sabor agridulce.-
Luego de eso nos fuimos a bañar los dos, donde no pudimos estar quietos y nos manoseamos por todos lados, hasta que por fin terminamos, nos secamos, nos vestimos y nos fuimos para casa donde llegamos cuando ya estaba casi por amanecer.-
Nos levantamos los dos cerca de la hora del almuerzo; la cara de Darío irradiaba felicidad, la mía tambien pero yo lo podía disimular mejor; durante el almuerzo mis padres preguntaron que tal nos había ido anoche; enseguida Darío le dijo que la había pasado de lo mejor, mientras yo temblaba pensando que podría contar algo de lo nuestro; mis padres quisieron saber algo más y entonces el, muy astutamente les dijo que se había integrado con nuestra pandilla, que le había parecido una reunión hermosa de chicos y chicas, que lo habían aceptado como uno más del grupo, y que me agradecía a mi por haberlo hecho integrar a ese grupo; con esa confesión mis padres quedaron muy conformes y yo respiré tranquila porque mi hermanito había sabido salir del paso sin ningún problema.-
Terminamos de almorzar y nos fuimos con Darío a caminar por el parque, enseguida me preguntó cuando repetiríamos lo de anoche y solamente se quedó tranquilo cuando le dije que eso pasará muchas veces que podamos, pero que debíamos cuidarnos para no causar ningún tipo de problemas.-
Aceptó mi contestación, ahora han pasado ya casi dos años y seguimos cogiendo con las mismas ganas de la primera vez y esperamos seguir de esa forma mucho tiempo mas.