Como a una hijastra de 12 años le puede gustar tanto el morbo y el sexo.
Relato
Esto ocurrió cuando yo tenía 36 años, estaba divorciado y estaba en una relación con una chica divorciada de 34 años y que tenía una hija de 12 años.
Después de un año de relación, Andrea (nombre ficticio de mi pareja), me propuso que me fuera a vivir con ella y su hija Alba (nombre ficticio), a lo que accedí.
Al principio, la relación con Alba simplemente era cordial, por ser el hombre que había sustituido a su padre en su hogar, pero según pasaba el tiempo, la confianza entre nosotros iba en aumento y nuestra relación cada ver era más cercana y normal.
Alba, era una niña de 13 años, bajita, delgadita, con unos ojos marrones inmensos, unos labios gruesos y de color rosa, un pelo largo y ondulado y una cara de niña, que como su cuerpo no se habían empezado a desarrollar.
Un día, mientras Andrea preparaba la comida, Alba y yo estábamos en el salón viendo la tele, yo sentado en un sillón individual y justo a mi lado ella en el sofa, quedando los brazos de ambos muebles uno al lado de otro.
En un momento dado, Alba, se levantó y se sentó en los brazos de los muebles, poniendo una pierna a cada lado de uno de ellos y a mi derecha. Yó, no le dí mayor importancia y seguí mirando la tv, cuando me percaté que Alba separaba sus piernas y comenzaba un ligero movimiento con sus caderas sobre los brazos de los muebles.
No sabía que hacer, me quedé congelado, mientras de reojo, veía como ella se movía y con los ojos cerrados, habría su pequeña boca y soltaba pequeños gemidos. Estaba claro que se masturbaba con aquello y delante mio, mientras yo no reaccionaba a lo que estaba viendo, hasta que de repente, Alba abriendo sus ojos y mirándome sin decir nada, clavó su mirada en la mía por unos segundos, para acto seguido y para mi sorpresa, cogió mi mano derecha y guiándola la puso justo por debajo de su falda hasta que mis dedos tocaron sus braguitas y los apretó contra sus diminutos labios vaginales.
Mi mente se nubló sin saber como reaccionar. Sabía que aquello no estaba bien, pero no era capaz de resistirme en el momento que noté como sus braguitas estaban completamente empapadas. En ese momento, Alba, apartó sus braguitas y puso mis dedos justo contra su clítoris que noté abultado y caliente.
Estaba claro lo que quería, y sin saber como, comencé a hacer circulos con mis dedos sobre el, viendo como con cada roce de mis dedos, ella mirandome fijamente a los ojos con cara de exitación, lanzaba pequeños gemidos para que su madre no la escuchara.
Así estube como un par de minutos, cuando Alba empezó a cerrar sus ojos, a mover su pelvis como a latigazos, y con una respiración muy profunda, su pequeño cuerpo empezó a temblar y a convulsionar entre espasmos que duraron un buen rato, comprobando que estaba teniendo un orgasmo tremendo
Poco a poco se fué calmando, hasta que sin decir nada, apartó mi mano de su entrepierna, colocó bien sus braguitas, volvió al sofá y guiñándome un ojo , me dio las gracias en voz baja y me dijo "no digas nada esta tarde cuando mi madre esté trabajando hablamos".