Después de comer, Andrea se encargó de llevar a Alba al cole, ya que le cogía de paso a su trabajo (trabajaba hasta las 11 de la noche).
Dado a que yo estaba de vacaciones, yo me encargaba de recoger a Alba a las 17h y llevarla a casa, darle la merienda, ayudarla con los deberes, hacer que se duchara, darle la cena y mandarla a la cama, mientras yo me quedaba esperando a su madre.
Esa tarde, mientras esperaba a que saliera del colegio, no podía quitarme de la cabeza lo que había pasado a medio día, y estaba nervioso pensando en como reaccionaría Alba al saber que estaríamos solos hasta las 23h de la noche.
De repente, la veo venir, y como siempre, me dió su mochila y se dirigió hacia el coche, se montó y arrancando yo, nos dirigimos para casa. En el viaje, no cruzamos palabra alguna, y la verguenza que yo sentíap or lo ocurrido me martilleaba la cabeza, pensando en que ella pudiera contarselo a su madre.
Llegamos al apartamento, y mientras Alba ponía en marcha la tv y se sentaba en el sofá, yo dejaba su mochila colgada en una silla y le pregunté: "Que quieres merendar?". Alba me miró y sonriendo me dijo "ven un momento que tengo que decirte una cosa".
Yo, casi temblando, me senté a su lado en el sofá y le dije: "que me quieres decir". Ella mirandome fijamente a los ojos, me dijo: "no digas nada, si no se lo cuento a mi madre". Me parecía increible como una niña como ella me quería chantajear de esa manera, y sin saber como reaccionar, Alba me empujó con sus manos para que mi espalda quedara apoyada completamente en el sofá.
Me miraba intensamente sin apartar sus ojos de los mios, cuando coge mi mano derecha, y hacercandola a su boca coge mi dedo indice y lo empieza a meter entre sus labios. Sentía sus pequeños y carnosos labios muy calientes, mientras ella iba metiendo poco a poco mi dedo cada vez más adentro hasta tenerlo todo en su interior.
Acto seguido, comenzó a mover su cabeza sobre mi dedo sacándolo y metiendolo imitando una felación, notando como su lengua se movía sobre mi dedo y viendo como cuando este salía estaba completamente chorreando de su saliva.
Fué inevitable, que con lo que estaba viendo y sintiendo, mi verga se pusiera como un mastil en segundos, marcando en mi pantalón una tremenda erección. En ese momento, Alba que miraba mi bulto con ojos muy brillantes, sacó mi dedo de su boca y sin decir nada, empezó a desabrochar mi pantalón y a bajar mi cremallera.
Yo estaba rendido a lo que me estaba pasando, cuando me dice: "bajate el pantalón si no, no puedo". Instintivamente me los bajé hasta las rodillas quedando mi boxer que mostraba mi erección. Para mi sorpresa, mirando mi bulto me dice: nunca he visto una de verdad, pero en las revistas que tiene una amiga mia he visto lo que hacen y quiero probar".
Sin más, con sus manos bajó mi boxer dejando a la vista mi dura y empinada verga y mirándola con ojos de sorpresa, la cogió con su mano por la mitad del tronco y la levantó apuntandola hacía el techo. Empezó a apretarla , acariciarla y observarla cuando me dice: joder que grande y gorda que es, además está como una piedra".
Alba no apartaba sus ojos de mi verga, mientras decía "ahora me toca a mi". Con su mano derecha que no abarcaba toda mi verga, comenzó a moverla de arriba a abajo por toda su extensión, comenzado a hacerme una paja torpemente. De repente, acerca su boca a mi capullo y suelta sobre el una gran cantidad de saliva que reparte por toda mi verga, haciendo que los movimientos de su mano sobre mi verga produjeran un ruidito muy morboso.
No me lo podía creer, como era posible que me estuviera pasando esto con ella?. Poco a poco, Alba comenzó a acelerar el ritmo de su mano apretando mi verga con cada movimiento, cosa que hizo que mi placer comenzara a indicar que me iba a correr, diciendole "creo que me voy a correr y te voy a manchar", a lo que ella sin dejar de pajearme, me dice "quiero ver como sale tu semen y cuanto sale, venga hechalo". Esto hizo que no me pudiera contener y gritándole "ME CORROOOOO!!!", Alba apretó con fuerza mi verga mientras entre convulsiones, empezé a soltar un latigazo tras otro de semen que salieron con mucha fuerza impactando con su pelo, su cuello, su pecho y dejándole la mano chorreando, soltando como seis o siete chorros.
Yo empecé a relajarme, mientras Alba ahora más despacio seguia meneandomela, para acto seguido soltar mi verga y mirando el semen que tenía en su mano, la acercó a su nariz para olerlo y decirme "pues me gusta como huele". Estaba rendido después de semejante corrida, mientras ella, levantandose me dice "me voy a duchar, ahora vengo". Me limpié los restos de mi verga, me subí el pantalón y me quedé en el sofá con la mirada perdida.