Mi jovencita amante I

Esto ocurió hace dos años en Puerto Rico. Tenía 58 años pero según muchos aparentaba 45. Soy blanco, 5’-8” (172 cm), ojos verdes, pelo canoso y buena presencia. Soy lo que las chicas llaman “un viejito interesante”.

A veces entro al chat y siempre en mi “nick” escribo “maduro” y “45” indicando mi edad, que aunque no es la real, es la que aparento. Así que la que lee sabe que soy “maduro” para que luego no hayan sorpresas. Un dia me aborda una chica llamada Lisi. Su “nick” tenía un “17” por lo que deduje era su edad, cosa que luego confirmó. Le pregunté si le gustaban los “maduros” y dijo que sí. Nos describimos físicamente y según su descripción entendí que era una chica preciosa. Pensé que su descripción y su edad eran mentiras y que sólo era un “gancho” para atraerme a su trampa y sacarme dinero o quién sabe qué. O tal vez era una chica fea buscando quién la atendiera, sabiendo que a nosotros los maduros nos encantan las jovencitas. Pero cualquiera que fuere el caso, decidí correr el riesgo y seguir adelante con cautela.

Resultó que vivíamos cerca y acordamos encontrarnos en hora y media en cierto estacionamiento comercial. Era domingo y no había mucha congestión de autos, por lo que llegué antes que ella y esperé. Pasaron varias chicas hermosas que seguí con mi vista, seguro y resignado de que la mia no sería así de atractiva. Entonces aparece una chica buscando algo con su vista. Reconoció mi auto que ya le había descrito y se acercó. Era una chica preciosa con un cuerpo de infarto, blanca latina, de unos 5’4” (163 cm), pelo largo negro semi rizo y vestida moderna. Mahones, blusa de barriguita por fuera y unas nalgas que encendieron mi lujuria. Aparentaba mas edad. Subió al auto dándome un beso en la mejilla y me dijo que sólo tenía cinco minutos pues se estaba quedando en la casa de su abuela y andaba “fugada”. No podía creer que a mi edad y con tanta facilidad hubiera yo “tumbado” esa preciosidad y por desgracia sólo tenía ¡cinco minutos! para estar con ella.

Como teníamos poco tiempo, buscaba aprisa un lugar para estacionarme, pero era de dia y en todos lados se veía ya que mis cristales no tienen tintes. Entonces “me la jugué fria” y entré a un “Fast food” y me estacioné lo mas apartado que pude, pero aún así habían autos cerca. Dejé el aire acond. encendido y rápido comenzamos a besarnos. No sabiendo hasta que punto estaría ella dispuesta a llegar, me preocupaba que alguien pudiera vernos. Su pelo semi húmedo olía a gloria y ella recién bañada olía aún mas rico. Acaricié su barriguita y su ombliguito. Me lo saqué y ella lo agarró y me masturbaba. Le agarré las tetas por dentro de la blusa pero no se la quité porque alguien podría ver sus tetas y avisar a alguien. Bajé su espaldar para que se acostara y así lo hizo.

Yo sabía que nos excederíamos de cinco minutos, pero si ella no decía nada pues yo tampoco. Temeroso de que por falta de tiempo ella de pronto quisiera irse, dejé sus tetas y fui bajando mi boca por su barriguita hacia aquello mas preciado entre sus piernas. Su perfume era embriagador. Le agarré su “chocha” por encima de los pantalones y se la estimulaba. Comenzó a gemir mas fuerte. Comenzé a desabrochar su correa pero me detuve por temor a que reaccionara negativamente y todo se echara a perder. Pero dándose cuenta, ella misma se la desabrochó, bajó su zipper y se abrió el pantalón mostrándome unos pantisitos bikinis blancos, limpios y preciosos.

Olí sus panties y pasaba mi lengua por sus contornos, por el frente que ya se empezaba a mojar y por su piel suave y sin imperfecciones. Sus gemidos y su olor, mezcla de perfume y sexo me extasiaban. Entonces bajé sus panties y apareció en todo su esplendor una “chochita” afeitadita y preciosa. Comenzé a meter mi lengua por su rajita y chupar su clítoris y ella dejó escapar un suspiro de placer y de entrega. Sus pantalones aunque abiertos, aún los tenía puestos. Entonces movida por el deseo se los bajó hasta los tobillos quedando completamente desnuda de la barriga hacia abajo, sólo sus tetas estaban cubiertas. A ella parecía no importarle que alguien pudiera vernos. Abrió sus piernas y me miró como diciéndome, “clávame ya”.

Me puse encima de ella para clavarla de una vez. Cuando se lo estaba acomodando y ella ver que no me puse condón, de pronto me dice, ¡espera!... ¿tú estás operado? (vasectomía)… le dije “sí”, entonces se relajó sin decir nada y abrió sus piernas completamente. Para acomodárselo abrí un poco su “chocha” y pude ver aquellos labios vaginales rosaditos como una fruta jugosa y apetecible a punto de ser comida. La penetré y estaba tan lubricada que se le fue suave y completo. Noté que no era virgen. Comenzé a meter y sacar y ella comenzó a menearse. No era una experta pero para su edad lo hacía muy bien. Ambos estábamos super calientes. Nos besábamos y acariciaba sus tetas mientras se lo metía en una de las cojidas mas ricas de mi vida.

En ese momento no me importó dónde estábamos ni si alguien nos veía, sólo deseaba inundar de leche aquella belleza desnuda debajo de mi. Y como el momento no era para extenderse demasiado no intenté prolongar la eyaculación y cuando la sentí venir se lo dije al oído. Ella entonces arreció sus movimientos y en cada embestida se lo metía completo y su pubis chocaba contra el mio. Sus gemidos aumentaron y en esa excitación mi cuerpo se estremeció cuando solté aquel chorro de leche caliente en el interior de mi niña amante. Quedamos los dos extenuados y sudados. Se subió sus panties y pantalones y nos fuimos. Nos tardamos mucho mas de cinco minutos pero no dijo nada.

De camino a regresarla pensaba en que aún no había visto sus tetas pues nunca le quité la blusa. Entonces le dije… “mamita, déjame ver tus pezoncitos”. Ella metió su mano por encima de su blusa y se sacó una teta preciosa con un pezoncito pequeño y rosadito, toda una maravilla. Jugué con su pezón brevemente y ella sonrió. La dejé donde mismo la recogí y nunca me preguntó absolutamente nada de mí, ni me pidió dinero ni ninguna otra cosa. Esa relación que comenzó ese dia aún continúa.