…Llegado el dia de la fiesta me escapé de mi trabajo pues esa oportunidad no la dejaría pasar. La esperé en el sitio acordado cerca de la escuela y la llamé por celular. Al poco rato aparece ella y se monta, nos besamos y nos fuimos…
Relato
En mi anterior relato describí la aventura que tuvimos Lisi de 17 años y yo de 58. Luego de esa experiencia nos mantuvimos en contacto. La invitaba a salir pero por su edad no le resultaba muy fácil ya que sus padres son muy protectores y la cuidan con mucho celo. Un dia se presentó esa oportunidad ya que las clases terminaban y harían una fiesta en su escuela. Nos pusimos de acuerdo para que ella se escapara de la fiesta y nos fuéramos y así mientras todos pensaban que estaba en la fiesta, realmente estaba conmigo.
Llegado el dia de la fiesta me escapé de mi trabajo pues esa oportunidad no la dejaría pasar. La esperé en el sitio acordado cerca de la escuela y la llamé por celular. Al poco rato aparece ella y se monta, nos besamos y nos fuimos. Estaba preciosa. Tenía mahones azules y una blusa muy sensual amarrada detrás de su cuello. Olía a gloria y a juventud. Su excepcional cuerpo me traía loco. Ella sabía que iríamos a un Motel y ésta vez teníamos mucho mas tiempo. Estaba tranquila, sensual y sonriente. Varios minutos y llegamos al Motel que no estaba muy lejos.
No hicimos mas que entrar y nos envolvimos en un apasionado beso que encendía nuestros motores, con mis brazos alrededor de su cintura y los suyos alrededor de mi cuello. Acariciaba su espalda y aquellas nalgas que despertaban mi instinto animal. Entonces caminamos hacia la cama ya arregladita y dispuesta para nuestra fiesta de sexo. Mientras yo prendía el aire y ponía música, ella se desvestía y luego yo hice lo mismo. Me quedé en calsoncillos y ella en un moderno y diminuto gistro azul con un hilito que se perdía entre sus nalgas. La putita sabía como enloquecerme. Nos besamos y nos dejamos caer en la cama.
Comenzé a pasar mi mano por todo su cuerpo. Tocaba su barriguita, sus muslos, sus tetas, jugaba con sus pezones y ella simplemente se dejaba hacer. Bajé mi mano hasta su entrepierna y ella instintivamente las abrió un poco, lo que aproveché para meter mi mano dentro de su gistro y agarrársela y meter mi dedo en su rajita ya mojadita. Comenzó a gemir y yo mamaba sus tetas y mordisqueaba sus pezones mientras seguía con mi dedo en su rajita. Metió su mano en mi calsoncillo y me lo agarró y comenzó a estimularme. Entonces me quité mis calsoncillos y a ella le quité los panties y quedó aquel hermoso cuerpo juvenil completamente desnudo frente a mis ojos lujuriosos.
Volví a mamar sus tetas con mucho deseo mientras ella me masturbaba. Yo lo tenía a mil, esa chica realmente me gustaba. Me acosté boca arriba y le hize señas de que me lo mamara y lo hizo. Me lo mamaba bien. No era una experta pero sabía bastante. Mientras tanto yo tocaba sus nalgas y metía mi dedo en su rajita y su culo. Volví a acostarla boca arriba y metí mi cara entre sus piernas que ella abrió completamente. Comenzé a mamarle esa “chocha” afeitadita y rosadita que me sabía a gloria. Comenzó a gemir mas alto y su rostro reflejaba el placer. Sus movimientos, su ritmo y mi “maceta” que estallaba, me indicaban que era tiempo de penetrarla.
Se lo puse y estaba tan lubricada que con par de embestidas ya estaba todo adentro. Comenzé el mete y saca mientras mamaba sus tetas. Ella levantó sus piernas en el aire abierta completamente. Estaba entregada al placer y yo la “chingaba” como un loco. Cambiamos de posición, ella arriba de frente a mí y yo abajo. Se movía super rico, agarré sus tetas que se movían y empezé a jugar con sus pezones. Hacía movimientos hacia arriba y hacia abajo, hacia el frente y hacia atrás. Yo miraba y veía como mi “bicho” entraba y salía de su cueva según subía y bajaba. Luego sin sacarlo, se giró de espaldas a mí. En esa posición yo podía ver su culito como se abría y cerraba según la postura que asumiera. La vista era de ensueño.
Comenzó a gemir mas alto y aceleró sus movimientos, era obvio que el orgasmo se acercaba. Entonces soltó un gemido profundo y su cuerpo se estremeció cayendo hacia atrás sobre mí aún clavada. Quedamos yo debajo y ella sobre mi, ambos boca arriba con su cabeza hacia atrás colgando por mi hombro y sus piernas abiertas con mi “maceta” adentro. La abrazé mientras ella bajaba sus revoluciones. Ella se vino, pero aún faltaba yo.
En unos minutos ya ella estaba otra vez lista para la batalla. La puse en cuatro en el borde de la cama y le mamaba su “chocha” y su culo. Ya en el centro de la cama, la penetré desde atrás pero por su agujero del frente. Me ponía a mil ver sus piernas abiertas y su culito apuntando hacia mi con su espalda arqueada hacia abajo para que su culo quedara paradito. Con ese panorama yo la cojía entregado al placer. Acariciaba sus nalgas, su culo, su espalda y sus tetas.
Entonces sin sacárselo, la acosté completa en la cama boca abajo con las piernas estiradas y abiertas. Se lo saqué del frente y se lo puse en su culo ya mojadito por sus propios flujos vaginales. Ella supo lo que venía y levantó su culito para recibir la embestida. Empujé y me sorprendió lo fácil que le entró. Ella no se quejó en ningún momento. Me acosté sobre su espalda y la besaba, le decía cosas al oído que la hacían reir. Ella hacía ciertos movimientos discretos, pero mas bien me dejaba a mí el hacerle, mientras yo le daba por ese culo que encendía mi lujuria. La cojía sin prisa, prolongando el orgasmo, en pleno disfrute de esa chica que tanto me gustaba.
Luego de aguantar mi leche por un rato decidí dejarla salir la próxima vez. Entonces sentí cerca el orgasmo y mi respiración y movimientos se alteraron. Ella lo notó y entonces se levantó un poco, se apoyó sobre sus codos y bajó su cabeza hasta sus manos. Abrió más las piernas doblándolas un poco y apoyándose sobre sus rodillas. Arqueó su espalda hacia abajo y empinó su culo hacia arriba. Esa postura me encantó. La putita, o tenía instinto natural, o de algo o alguien estaba aprendiendo muy bien, la cosa es que estaba lista para recibir el lechaso. Mi “maceta” estaba que ardía y aceleré la clavada como un poseído. Me salió un gemido profundo mientras inundaba de leche el precioso culo de mi niña amante. Luego de varias sacudidas quedé tendido sobre ella aún clavada mientras ella acariciaba mi cabeza recostada en su espalda.
Ya consumada nuestra aventura sexual, nos vestimos y nos fuimos. La dejé nuevamente cerca de su escuela y volvió a su fiesta de fin de clases, donde mas tarde sus protectores padres recogerían a su "inocente" niña.
Una quinceañera caliente, logra lo que tanto ansía: descubrir que el sexo va mas allá de meterse tímidamente un dedito. Su portero le dará una dulce lección.
Relato erótico enviado por euterpe el 11 de October de 2004 a las 10:03:00 - Relato porno leído 196021 veces
Esta historia ocurrió en Arequipa y es totalmente cierta. Mi sobrina era tímida pero terminó gustándole el sexo.
Relato erótico enviado por blackcat el 21 de January de 2005 a las 16:37:46 - Relato porno leído 143642 veces
Si te ha gustado Mi jovencita amante II vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.
Por eso dedica 30 segundos a valorar Mi jovencita amante II.
te lo agradecerá.
Comentarios enviados para este relato
noelita24_casada
(30 de January de 2013 a las 03:22) dice:
a mi quisiera que me lo revientes todo Mmmmm me moje que rico
pumita0387
(3 de August de 2010 a las 20:34) dice:
bastante bueno el relato, deberias de contar mas... katebrown
(18 de October de 2022 a las 21:16) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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