Mi Lacayo

- ¡Hazlo como me gusta, gritando como puto, pero quiero que grites fuerte!
Se nota claramente de nuevo tu excitación, vuelve a empezar a besar mis pies, jala su verga, y comienza a gritar como un puto de mierda. Soy tu jefa y estoy en mi oficina y te mandé llamar.
- ¡Vamos quiero que revises mi computadora! Se colgó, y no puedo continuar, lo reinicie y no funciona. Lo revisas cuidadosamente.
El estaba sentado en mi lugar y yo de pie a un lado, después de varios minutos.
- Es… el… hardware, -Dijo asustado.
- ¡Aja! ¡Y lo puedes arreglar, o ni eso sabes hacer, maldito!
- ¡Si… lo puedo reparar sólo que me tardaré un poco!
- ¿Y qué tanto es un poco para ti?
- ¡Una tarde!
- ¿Qué, eso es demasiado tiempo para mí, más en estas fechas de cierres fiscales e inventarios!
- ¡Perdone reina, pero eso es lo que cualquiera se tardaría!
- ¡No te creo, eso es lo que cualquier imbécil como tú se tardaría! ¡Dime, qué necesitas para agilizar y termines lo más pronto posible la reparación de mi equipo? ¿Qué quieres que me siente en el escritorio a un costado y que me veas los pies, calzados con sandalias de tacón alto, sé que te llama mucho la atención los pies femeninos? y lo sabes.
- ¡No…no sé!
- ¡Cómo qué no sé, estúpido, entonces quién sabe!, ¿A quién le pregunto?
Mientras digo esto poso uno de mis pies en su pierna y hago que gire la silla quedando de frente a mí y poso el otro pie en la otra pierna.
- ¡No reina…disculpe tal vez si me trajeran los repuestos que necesito, mientras yo desarmo el equipo!
Le doy una sonora bofetada, que hace girar un poco la silla, la cual detengo haciendo presión con mis tacones en sus piernas.
- ¡Cómo te atreves, idiota, a decirme lo que yo tengo que hacer! ¿Desde cuándo tienes cerebro?, ¡Estúpido!
- ¡Oh, no…no reina, malinterpretaste!
Le doy otra bofetada igual que la anterior sólo que ahora arqueo mis dedos y le rasguño la cara, dejo su cara marcada, y me traigo pedazos de piel en mis uñas.
- ¡Ahora también malinterpreto yo!, ¡Cómo se nota que eres un idiota! ¡Mejor ya cállate, que sólo dices estupideces! ¡Quiero que me digas que necesitas, voy a mandar a alguien!
- ¡Si…si mi reina!
- Necesito un disco duro de dos gigas y memoria!
Me pongo de pie y salgo, por el cristal de enfrente, veo su mirada clavada en mis piernas y en mis pies. Regreso a los diez minutos.
- ¡Vamos ya fueron por el pedido, date prisa y empieza a desarmar mi equipo!
Lo comienza a hacer demasiado lento, me acerco, lo tomo por los cabellos, lo jalo hacia atrás.
- Date prisa puto, no tengo tu tiempo.
Y suelto su cabeza hacia delante. Al rato viene con unas herramientas en la mano. El rostro esta colorado.
- Terminé de desarmar su equipo diosa, como me lo pidió, sólo me falta que me traigan las piezas para terminar de repararlo.
- ¡Aja!, que bien putito, creo que empiezas a entender cómo me gustan las cosas.
Se sienta y yo me vuelvo a sentar en el escritorio, vuelvo a posar mi pie en su pierna. Lo giro de nuevo frente a mi, y pongo el otro pie en la otra pierna, hago presión en los talones y le encajo de nuevo los tacones.
-¡Sabes, me gusta mucho y disfruto cómo no tienes idea el usarte, puto de mierda! ¡Ya que sólo sirves para ser usado como lo que eres, ya que ni a hombre llegas, imbécil!
Sigo haciendo presión con los tacones en sus piernas, puede sentir dónde se encaja el tacón en tu pierna, ya pasó de ser un leve cosquilleo a un dolor algo intenso, de pronto sientes que aumento la presión y lo muevo a la vez.
- ¿Te duele perrito?
- ¡Si, mucho!
- ¡Qué bueno…eso es lo que quiero… que te duela!, ¡vamos quítame los zapatos!
Levanto un poco una de mis piernas para que me quite el primero, siento el calor de sus manos al desabrocharlo, siento como roza mi piel al ir quitándolo, va deslizando una de sus manos por todo mi pie. Levanto el otro para que repita exactamente la misma operación. Pongo mi pie desnudo en su entrepierna. La excitación es notoria, pero quiero sentirla en mi pie, al sentirla me río.
- ¡Lo sabía, eres un ramero fácil y corriente!
Hago, mas y mas, presión con mi pie en su entrepierna.
- ¡Besa mi pie, todo!, me causa tremenda gracia verte besando mi pie.
Mientras incremento la presión con el otro pie, veo su gesto de dolor, como ciñe el entrecejo por el dolor, veo su mejilla marcada por cuatro rasguños.
- ¿Sabes por qué te marqué, con esos rasguños? Sigue besando mi pie sin contestar.
- ¡Te pregunté algo, hijo de puta, contesta cuando se te pregunta algo!
Mientras le rasguño con más fuerza el otro lado de la cara y le quito mi pie.
- Perdón diosa no la escuche.
- ¡Aparte de idiota, descerebrado, virgo eres sordo! ¡Coño! ¡Mejor dime si tienes alguna otra cualidad que no sepa!
- No diosa, no es eso, simplemente estaba disfrutando su pie –contestó temeroso.
- ¡Esta bien, ahora quiero que te pongas de pie, desabotones tu pantalón, lo abras, te lo bajes hasta la mitad de tu pierna y te vuelvas a sentar en mi silla!
- ¡Pero…pero, aquí, ahora!
- ¡Si…si, aquí y ahora, o qué, no puedes!
- Lo que pasa es que… estamos en su oficina y ya va a ser la hora de la comida, van a venir por usted, como lo hacen siempre las amigas con las que se reúne!
- ¡Y…! ¿Eso…a ti qué te importa?
- ¡No me gustaría que me vieran en esa situación!
- ¿Por qué, te avergüenza acaso que sea tu diosa?
- ¡No… de ninguna manera, es solo que me da algo de pena… pero si es lo que quieres!
- Pues si, es eso lo que quiero, quiero que todas sepan que eres mi putico y de nadie más, que te puedo usar cuando quiera, y que te marqué como mi perrito en celo.
Se pone de pie y hace lo que le pedí, vuelve a tomar asiento.
- ¡No cabe duda putito, estás bien dotado, pero de qué te sirve si no lo sabes usar, virgo de mierda! ¡Vamos haz lo único que sabes hacer, masturbarte, jalarte la verga!
Lo empieza a hacer para mi, veo su expresión en la cara, pero no hace ni un solo ruido.
- Así no idiota.
Lo abofeteo fuerte.
- ¡Quiero qué grites como puto, hazlo!
- ¡Pero… me van a escuchar!
- ¡Y que te importa… quién manda aquí… acaso se te olvido!
- ¡No reina… claro que no!
- Entonces… ¡hazlo!
Lo empieza a hacer, escucho sus gritos de perrito en celo, de putico, veo su cara, su excitación, como se jala, ensaliva y soba la verga…lo veo…solo me río.
- ¡Lo haces como un virgo!
Veo su mirada dirigirla a la puerta de mi oficina, y se detiene, giro mi cabeza y reconozco a las dos amigas que siempre vienen para reunirnos y comer.
Abren, entran y se sorprenden al ver la escena, casi al unísono dicen:
- ¿Pero… qué haces…es él… del que nos has hablado?
Volteo a verle, veo su mirada en mí, tal vez con un dejo de decepción.
- ¡Así es, éste es el maldito virgo que no sirve para nada, mas que para jalarse la verga!
Lo digo de frente a él, viéndole a los ojos.
- ¡Qué esperabas, qué fuera algo íntimo, qué te amara!, no putito estás muy lejos de eso, estás para ser utilizado solamente, y te puedo usar cómo quiera y dónde quiera, más vale que no lo olvides.
- ¡No, diosa, no lo olvido!
- ¡Pues entonces quiero que beses mis pies y sigas jalándote la verga para mi y para mis amigas! Y ustedes pasen a mi oficina y siéntense donde quieran, que aquí este virgo imbécil nos va a deleitar a las tres, ¿o no es así zorrillo?
- ¡Claro que si diosa!
Toma mi pie con una mano, lo acaricia, lo besa… mientras sigue masturbándose pero ha perdido envergadura y excitación, una amiga me dice que primera vez que ve un miembro grande y unos testículos pequeñitos. Tiene razón.
- ¡Hazlo como me gusta, gritando como putito, pero quiero que grites fuerte!
Se nota claramente de nuevo su excitación, vuelve a empezar a besar mis pies, jala su verga, y comienza a gritar como un puto de mierda. Oye las risas de las tres y abrimos las piernas para que vea nuestras bragas. Fija su mirada en aquellos triángulos multicolores. Ve nuestras caras mirándole y riéndonos de él.
- ¡Coño, pero si gime como una puta de mierda, y mira como se excita, como le crece más la verga y lo disfruta, la verdad nunca te creí todo lo que nos decías, éste si que es un hijo de puta! ¡Vamos sóbate mas rápido…jálatelo con las dos manos… más, quiero verlo acabar y gritar como zorrilla… es un gran espectáculo que no podemos perder!
- ¡Ya oíste lo que quieren, así que hazlo!
Aumenta la velocidad de sus manos para masturbarse, le quito mis pies, me inclino sobre él. Le cacheteo nuevamente…varias veces, de manera fuerte.
-¡Qué esperas hazlo, grita, grita como puta, gime y grita fuerte como zorra!¡Virgo hijo de puta hazlo!, ¡No te voy a dejar tranquilo mientras no lo hagas!
Le sigo jodiendo la cara duramente, siente el ardor en su cara, los rasguños sangran…un poco, la cara se torna de color rojo, te sigo dando durísimo, me duelen las manos de lo fuerte que le doy.
- ¡Grita como puta, queremos oírte gritar como puta!
Sigue gritando fuerte, cada vez mas fuerte, entre sus gritos, y las bofetadas escucha las risas de las tres, abre sus ojos y mira cómo nos burlamos de él, cómo lo usamos las tres, cómo eres solo un espectáculo para las tres.
Sientes el cosquilleo que le anuncia que se avecina la eyaculación, cierra y aprieta tus ojos, aumentas la intensidad de tus gritos, de tu masturbación, sé qué vas a vomitar tu leche, así que te jodo por última vez pero mas fuerte que cualquiera de las otras, vemos como empiezas a eyacular, sabes que estamos mirándote las tres, escuchas los comentarios.
- ¡Lástima que sea un vil virgo bueno para nada!¡Así es, que pena da que solo sirva como putito para ser utilizado! pero así te quiero seguir utilizando, por eso estás marcado, para que todos y todas se den cuenta que tiene dueña! ¡ponme mis sandalias!
Tomo algo del escritorio y se lo lanzo.
- ¡Ahí tienes lo que me pediste, así que repara mi equipo, quiero que esté reparado al volver de la comida y limpia tu mugre de la oficina, si te alcanza el tiempo vas a comer, si no esperas hasta la cena, y date prisa!
¡Nos vemos a las tres, querido!
Humillado comenzó a limpiarse su fláccido miembro pero manteniendo la largura. Ellas se asombraron y
Salieron de la oficina riéndose todavía, al grado de limpiar alguna que otra lágrima.