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Mi madrastra

Relato enviado por : learcu el 04/07/2017. Lecturas: 10259

etiquetas relato Mi madrastra   Amor filial .
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Resumen
A mi edad me alteraba cualquier insinuación de una mujer y esta distraída mujer me estaba volviendo loco, salía del baño apenas cubierta por una toalla mostrándose a mi vista a veces hasta grosera, pero ella era así. Era la figura femenina de mis duros y agotadoras faenas de masturbación en las noches a veces me llevaba uno de sus calzones que dejaba en la ropa sucia de baño y empapaba con mis líquidos seminales que borboteaban de mis maniobras de placer solitario, salían como ríos de mi maltratado pene.


Relato

Mi padre contrae por segunda vez nupcias con una hermosa mujer, a mis hermanos mayores no le gusto la idea, pero la aceptaron…, total ellos tenían una vida fuera de esta casa por estar casados, solo quedaba yo que era un joven de 16 años el rezagado de la familia por estar distanciados por 8 años de los otros hermanos.
Elcira es una mujer de 30 años bonito cuerpo sus senos, prominentes…, su trasero admirable…, sus piernas satisfacer a quien as mira…, su pelo castaño sobre sus hombros embelesan. Esta mujer era mi madrastra.
Mi padre casado por segunda vez a sus 55 años no era para nada despreciable con unos hermosos ojos claros y su cabello matizado con sus canas atraía a las mujeres y sobre todo a las mujeres jóvenes, sobretodo a las empleadas de su negocio donde ambas mujeres habían experimentado el placer de su compañía y ahora había una nueva cajera de 25 años que lo prendaba y ella no se hacía de rogar, creo que eran amante y por estar prendado olvidaba de su mujer a quien tenía abandonada de sus disfrute carnales.
Después de estar olvidada por un par de meses de las caricias de mi padre, esta mujer comenzó a tratar de atraerlo vistiendo prendas que destacaban sus curvas, vestimentas cortas y algunas transparencias sobre todo en sus ropas nocturnas…, yo me levantaba lo mas temprano posible para verla cuando iba al baño con esos negligé que poco dejaban de pensar a la mente de quien la observaba.
En las noches se ponía a ver la televisión del recibidor a la espera de mi padre y vestía de diosa y además distraída al sentarse mostraba más de lo que debía.
A mi edad me alteraba cualquier insinuación de una mujer y esta distraída mujer me estaba volviendo loco, salía del baño apenas cubierta por una toalla mostrándose a mi vista a veces hasta grosera, pero ella era así. Era la figura femenina de mis duros y agotadoras faenas de masturbación en las noches a veces me llevaba uno de sus calzones que dejaba en la ropa sucia de baño y empapaba con mis líquidos seminales que borboteaban de mis maniobras de placer solitario, salían como ríos de mi maltratado pene.
Ella prontamente se da cuenta de mis locuras por su cuerpo y comienza a jugar conmigo mostrándose cada vez mas intrépidamente y se deleitaba habiendo sufrir en mis deseos de poseerla, era mi madrastra, pero eso a mí no me importaba estaba apasionado y exaltado por ella, una noche entra a mi pieza cuando estaba acostándome y me ve desnudo en maniobras de manoseo de masturbación, mi pene dilatado desarrollado, grueso con mi glande hinchado por las venas y músculos que lo deformaban.., lo queda mirando y me dice es grande si me lo encajaras me desgarrarías mis entrañas y lo soba entre sus manos, mi pobre pene no aguanto ese manoseo y descarga chorros de semen en sus manos empapándola en sus senos en la indomable descarga de mis líquidos, ella se saca su mojada prenda de dormir quedando en unas diminutas tangas y se limpia sus senos, le ayudo manoseando y apresando sus senos con pasión, me mira suspirando ardiente de deseos de ser poseída y mi pene no se contrae sino que engruesa mas entre sus manos, me atrae hacia su cuerpo y la abrazo, esta tan ardiente como yo, mi padre hace tiempo que no la satisface y ella esta incitada y estimulada, no soy caballeroso en sacar sus calzones y los desgarro recostándonos en mi cama tratando de penetrarla a lo misionero, me faltan conocimiento, estoy tan ardiente por ella que no razono y ella debe colaborar llevándolo hasta su vagina , una vez en ella trato de penetrarla, pero su vagina es estrecha y debo suavemente empotrarla durante unos 5 minutos hasta acomodar mi pene en ella mientras mi madrastra gemía y retorcía su cuerpo apasionado y suspiraba en mis oídos, la escuchaba decirme así, sigue así dame duro lo que no me a tu padre, gózame que yo te estoy gozando, gimoteaba y meneaba su cuerpo, su trasero se movía alborotadoramente, era escandaloso en sus movimientos de apareamiento, como nos satisfacíamos el uno al otro de todos nuestros deseos de placer y gozo…, mi dormitorio se llena de ruidos alborotados por la pasión del momento, ardientemente nos prodigábamos apasionados y fogosos besos y caricias en revolcándonos mutuamente en la entrega amorosa, gemía y llorisqueaba esperanzada en el placer del orgasmo. Este pronto llega y menea inmoralmente su trasero ante los gozos del orgasmo, como gritaba apasionada en la entrega de sus fluidos vaginales, mi pene era amasado por sus carnes ardiente de la vagina y luego soltado lo que me lleva a una entrega grandiosa de mis chorros de leche en sus entrañas…, gemía rica tu tibia leche dame más…, quiero más…cae luego en un sopor a mi lado y agotado caigo a mi colchón agarrado a su cuerpo, estamos unos diez minutos en esa posición cuando sentimos el auto de la casa que llega…, ella rápidamente desnuda escapa a su dormitorio dejándome su negligé.
Con la llegada de mi padre y ya calmadas mis pasiones me duermo, despertando al día siguiente cuando ambos están desayunando, entro en la cocina y mi padre anuncia que no estará este fin de semana en casa por viaje de negocio y volverá el lunes o martes. Me mira Elcira y la miro esta vestida con una bata transparente de levantar y nada debajo de esta prenda, que belleza de cuerpo se veía mi pene despertó y creció hasta los 18 centímetros y engruesa hasta tomar el grosor de mi antebrazo. Se despide mi padre y ella lo acompaña hasta la puerta vuelve, espero sentir el coche de mi padre partir y me apego a ella manoseándola, oye déjame me dice soy tu madrastra…, anoche no me dijiste eso contesto y beso sus labios trata de apartarme y finalmente me permite acariciarla entregándose a mis caricias y ahora es ella la que lleva sus ansias de placer manoseándome mi pene y este tan duro estaba que me dolía, la tomo y llevo a su cama donde había dormido con mi padre y ahora estaba encantada con mis agasajos, acostada permite que le saque su bata y me desnudo acomodándome sobre ella, pero ella me llevaba de cabeza a su vagina deseaba ser excitada… mi lengua lamió sus labios vaginales y luego se introdujo hasta encontrar su clítoris como gimió, berreó cuando este fue acariciado por mi lengua y luego mis dientes mordieron suavemente a este, gran griterío y ella se entrega abriéndose de piernas y llegándole su primer orgasmo sin ser penetrada, su cabeza locamente era movida de un lado al otro estaba en embelesamiento sensual, necesitaba un macho para calmarse y Leo este juvenil macho, su hijastro, sería el favorecido.
Como mujer podía aguantar a mi marido, le perdonaba que no me hiciera el amor, pero lo que no tiene perdón es su infidelidad. Prácticamente desde que abrió la nueva sucursal del negocio, marcó el momento en el que él se olvidó de mí en la cama. También le perdonaba que no apareciera por la casa hasta altas horas de la noche, alegando que la carga de trabajo en el despacho era agobiante. También perdonaba que nunca fuéramos de vacaciones fuera de la ciudad, pues él viajaba solo y siempre por cuestiones de negocios y yo en casa, pero ahora necesitaba un macho para desahogarme carnalmente, mis apetitos voluptuosos eran ya insoportables… y se me cruza en mi camino mi hijastro Leo un chico de 16 años hambriento como yo de sus anhelos carnales.
Si este chico como me satisfacía y como me llenaba de gozo y placeres, me hacia gritar en la cama y era capaz de extraerme orgasmos sin penetrarme…, hora tendríamos viernes, sábado, domingo para nosotros, mi marido según él en tramites de negocios, bien sabía que no era así, pero no me importa hoya mañana y quizás cuantas veces más seré la amante de mi hijastro…, no bien salió en su auto el padre este semental me lleva a la cama donde había dormido con él y me encajaba su pene con energías de su juventud inundándome mis entrañas con sus ríos de semen tibio y agradable a mi placer…, ese viernes no fue a clases y a media mañana nuevamente calmamos nuestras pasiones en la cama.
Mi propio hijastro me estaba penetrando, el mismo lugar por donde había entrado algunas veces su padre, ahora lo recibía a él y yo dejé de llorar, dejé de dudar y me entregué por completo a la lujuria incestuosa y prohibida que me poseía como un demonio. Fue un acto de resistencia increíble, gemir como loca mientras él me penetraba de esa forma. Yo brincaba sobre el miembro de mi hijastro, y cada estocada me producía un placer que crecía exponencialmente. Me mordía los labios para no gritar de placer, me dolía todo el cuerpo al tener que resistir esas ganas de aullar como loba en celo al sentir como la enorme verga de mi hijastro me destrozaba por dentro. Pero valía la pena gozar así ese momento de amor y lujuria sin igual. Mi único hijastro me estaba haciendo su mujer, provocándome un orgasmo tras otro y no sentía el más mínimo rastro de arrepentimiento, solo felicidad. Mi hijastro explotó dentro de mí con más fuerza que las dos veces anteriores, no podía creer la cantidad de leche que emanaba de este juvenil macho, incluso después de haberlo ordeñado dos veces antes en la tarde. Al sacar su miembro de mí un buen chorro de su leche escurrió entre mis piernas cayendo sobre el miembro de mi hijastro que comenzaba a disminuir. Me acerqué y lo limpie por completo de todo rastro de leche, en cuanto terminé mi hijastro me tomó a mí y me recostó boca arriba en su cama, metió su cara entre mis piernas y me comenzó a limpiar mi vagina repleto de su leche con su boca. Tras unos segundos se acercó a besarme con su boca llena de su leche y mis jugos y nos fundimos en un beso apasionado.
Ese fin de semana fue glorioso y hemos tenido varios fines de semanas más iguales, solo debo cuidarme de que no me embarace.


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Comentarios enviados para este relato
katebrown (18 de October de 2022 a las 22:18) dice: SEX? GOODGIRLS.CF

katebrown (18 de October de 2022 a las 19:50) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


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