Mi madre es mi obsesión desde que logré masturbarla, SEGUNDA PARTE

Luego de una 1 semana del incidente en el cual masturbé a mi madre, como lo narré en mi relato anterior, ella seguía en mis pensamientos, y cada vez que lo recordaba tenía una gran erección, empecé a desearla cada vez más hasta el punto de oler su ropa interior y descargar mi leche en sus calzones sucios.

Ella se debió haber dado cuenta pues de manera inesperada, dejó de poner sus calzones en la ropa sucia y yo ya no sabía donde los guardaba. Así que me quedé con las ganas de masturbarme con sus ropa interior durante un buen tiempo. Me sentía frustrado y esperé hasta la noche para llevar a cabo un plan que me había propuesto, tenía que penetrarla, tenía que hacerla mi mujer, tenía que poseer esa vagina que no había sentido una verga desde hace aproximadamente 2 décadas. Se me hacía extraño que mi madre nunca tuvo una pareja, para ella era inconcebible unirse a alguien; se me hacía extraño pero al mismo tiempo me excitaba, pues ella es delgada y esbelta, tiene buen cuerpo y sé que muchos del barrio le tienen ganas por la forma en que la miran.

En fin, tuve mi oportunidad cuando fui a ver una película en su habitación, le dije que quería usar su televisor porque era más grande, ella aceptó sin problema, incluso la vimos juntos hasta que le dio sueño y me dijo que ella iba a dormir pero que podía seguir viendo la película. Esperé a que termine la película y me acosté junto a ella, vi que estaba dormida y la abracé, llevé mi mano hasta su seno apretándolo un poco, hice que el pezón de su seno derecho se ponga duro, para ese momento yo sabia que se iba a despertar pero también sé que se hace la dormida cuando la toco, como ella mismo me lo había dicho cuando me reprochó lo que le hice la vez pasada, así que no me importó, me arriesgué y levanté la parte de arriba de su pijama sexy, dejándole los senos fuera y nuevamente bajé mi mano izquierda hasta su vagina, la toqué por segunda vez en mi vida y me parecía el cielo, hice a un lado su calzón y empecé a dedearla,  esta vez le metí dos dedos, en eso mi madre se desperró y nuevamente se quedó inmóvil, vi como abrió sus ojos y luego los cerró rápidamente apretándolos, era mi oportunidad, me atreví a más, la estaba dedeando cada vez más profundo, sin contemplaciones, pues si se hace la dormida nuevamente debe ser porque de algún modo le gustó lo que le hice aquella vez y claramente también le gustaba lo que le estaba haciendo en ese momento; la masturbé muy rápido insertando dos dedos y al mismo tiempo frotaba mi pulgar contra su clítoris, mi madre no aguantó y de su boca salió un gran: ahhhhh.

Mientra ella gritaba su cuepo convulsionaba con mis dos dedos dentro de ella, nunca dejé que sus movimientos alejen mis dedos de su vagina, mis dedos permanecían dentro de ella y esta veź sabía que mi madre me iba a confrotar luego de su orgasmo, pero yo ya lo había pensado, si me iba a botar del cuarto y no iba a hacerlo nunca más, tenía que valer la pena lo que estaba haciendo, no podía irme de la habitación sin por lo menos haber tenido el sabor de su concha en mi boca; en sus últimos contracciones, fui directo a su vagina y sin darle tiempo a que reaccione le abrí las piernas, me ubiqué entre ellas, le hice a un lado el calzón y me puse a lamer su concha como un desesperado, escuché por segunda vez un: ahhhhh, por parte ella, e hizo un movimiento violento y se sentó, nos quedamos mirando directo a los ojos, pensé que me iba a dar una cachetada, pero lo que voy a narrar a continuación me dejó desconcertado, su actitud cambió, se acostó de lado en posición fetal cruzando sus brazos a la altura de su pecho de manera que cubría sus senos y me dijo suzurrando: sigue.

No sé que ocurrió en ese momento, pero esa palabra me estaba dando luz verde para que la haga mía.

No lo pensé ni un segundo, me lancé sobre ella abriéndole las piernas, lo cual se me hizo un poco difícil pues aunque tenía su consentimiento, por alguna razón ella trataba de cerrarlas haciendo fuerza; ella es delgada y no me causó mayor problema así que no me detuve en contemplaciones y fui directo a lamerle su clítoris, le inserté dos dedos, los cuales metía y sacaba de manera rápida,  las masturbaba mientras le succionaba su clítoris.

Me comí su conchita y saboreé hasta el último de sus jugos mientras mi madre miraba el techo de la habitación con sus dos brazos cruzados cubriendo sus senos; entonces mi madre tuvo su segundo orgasmo de la noche, pero cuando sucedió, empezó a llorar de manera desconsolada golpeando el colchón, mi madre estaba temblando mientras sus contracciones se desvanecían en mi boca, hasta ese punto lo sentí normal; sin embargo cuando me arrodillé para penetrarla con mi verga dura, mi madre puso distancia con sus brazos tratando de alejarme mientras temblaba, puso su pierna a la altura de mi pecho para alejarme, pensé que le había hecho daño de algún modo y me empecé a alejar asustado pero por segunda vez me dijo: sigue.

La tomé de la piernas con fuerza haciendo que sea imposible que se pueda alejar, y la penetré de una sola, empecé a bombear lento, pues sentí como su vagina me apretaba la verga, esa vagina que no había sido penetrada durante años ahora era mía. Froté su clítoris con mi pulgar mientras la penetraba, de pronto ella empezó a llorar, en ese momento de excitación no le di mucha importancia y le di más duro, toda la cama se movía, le estaba dando una tremenda culeada a mi madre; a pesar de que sus quejidos eran de placer, ella lloraba y gritaba gimiendo como si la estuviera forzando, no lo sé pero eso me excitó más y me puse sobre ella y le besé su oreja mientras me la follaba; de pronto empezó a tratar de sacarme, forcejeaba y pataleaba, me golpeó los hombros y el pecho con sus puños cerrados mientras estaba encima de ella, eso me dejó fuera de lugar, entonces mi primera reacción fue salirme y preguntar qué le pasaba. Mientras me estaba alejando y saliendo de su concha apretada, me agarró del brazo y me dijo: sigue.

No lo sé, tal vez su actitud no concordaba con su voluntad de que siguiera, pero como buen hijo le hice caso y seguí.

Le seguí el juego y esta vez me excitó más como ella lo estaba tomando, pues si ella quería no importaba el cómo.

Crucé y encongí sus piernas a la altura de mi ombligo y me la follé de esa forma mientras ella lloraba y temblaba, le di nalgadas, la traté como una puta, puse mi pulgar en su boca e hice que lo chupe como si se tratara de otra verga mientras me la estaba follando, pues su actitud hizo que me excitara más; levanté su culito ensartando mis dedos en su concha, y la puse en cuatro, la penetré por su concha salvajemente una y otra vez mientras ella gritaba y lloraba.

Sabía que mi madre sentía placer porque cada vez que me quería alejar cuando me rechazaba físicamente, me miraba y me decía: sigue.

Tuve sexo con ella tratándola como una perra en toda la extención de la palabra; ella se corrió muchas veces, la verdad no sé cuántas, creo que es multiorgásmica.

Yo me corrí tres veces, dos veces dentro de ella y la tercera vez hice que me la chupara, le dije que se lo trague todo y para mi sorpresa me hizo caso.

Luego del acto, nos acostamos exhaustos, se acomodó en mi hombro, besó mi pecho y me abrazó como aceptando que ahora yo era su macho. Ella se durmió, pero yo no pude dormir esa noche, la verdad tenía muchas preguntas que rondaban en mi cabeza luego de lo sucedido.

¿Por qué ella actuaba así?

Una vez mi tío habló un poco demás mientras estaba pasado de tragos e insinuó que mi madre tenía una especie de trauma por un incidente que le ocurrió y que por eso mi padre se fue de la casa; cuando le pregunté sobre eso, me dijo que había hablado demás y que mi madre me lo contaría algún día si ella quisiera. ¿Será que mi padre no soportó la situación de aquel incidente y por eso la abandonó? Mi madre nunca pudo estar con otros hombres luego de que se separaron, tal vez la sexualidad de pareja fue nula luego de haber sufrido aquello y por eso se fue; si es así tal vez debería parar todo y alejarme tal como mi padre lo hizo pues podría agregarle un trauma más; o tal vez todo lo contrario, pues si ella me aceptó y quizo tener sexo conmigo puede ser la oportunidad para que se libere de algún trauma del pasado y viva su sexualidad plenamente como nunca antes lo había hecho, pues si ella quiere no importa el cómo, tal como lo dije en líneas anteriores. Una parte de mi quiere alejarse y otra parte quiere hacerla sentir una hembra, satisfaciendo sus más íntimos deseos.

Tal vez no es nada de lo anterior y actuó así porque fue la única forma de concebir que su único hijo se la estaba follando, engañándose a ella misma, como una especie de mecanismo de defensa, pues mi madre es muy religiosa. O quizás estoy sobredimensionando todo y simplemente es su única forma de excitarse a manera de roleplay.

Nunca me imaginé que todo esto iba a desencadenarse luego de haberla masturbado aquella primera vez, tal como lo conté en mi primer relato. El haber tenido sexo con ella me deja muchas interrogantes y conflictos, por lo que voy a tener que preguntarle directamente por qué actuó de ese modo.

De la única cosa que estoy seguro es que tengo la verga muy dura al recordar su suzurro: sigue.