Recuerda que soy tu madrina respétame, se sorprende de mi glande no me cabe en su mano, me dice… esta cosa es inmensa, me destrozarás es inmenso, mientras meneaba sus caderas
Relato
Mi madrina me encuentra en la feria y me saluda muy cariñosa con un fuerte abrazo y besos, en el abrazo noto que a pesar de ser una mujer madura, tiene 38 años, se notan sus pechos duros, su cuerpo bien formado y su delicioso trasero al apretarme contra su cuerpo, a su vez su perfume es delicioso lo que me vigoriza mis hormonas reaccionando mi miembro sexual rápidamente fortificándose hasta notarse en mi pantalón.
Ella lo mira y me dice… vamos que soy tu madrina y parece que te tiene tu novia en receso, no tengo novia le contesto y me gustan las mujeres maduras con bonito cuerpo…, me mira sonriéndome y comenta tu me encuentras con bonito cuerpo y el estúpido de mi marido mirando otras mujeres ni me besa en las noches al dormirse y de esto hace como mas de tres meses…, ya comprenderás como mujer lo perturbada que estoy por negarme sus favores. Y tú me halagos con arrumacos de que soy de bonito cuerpo, si fuera así los hombres me acosarían y podría elegir con quien descargaría mi enojo con este estúpido marido.
Yo soy hombre le digo en broma y te estoy acosando…, oye bebe me dice recuerda que te tuve en mis brazos y te recorrí tu cuerpo con mis manos…, eso mismo quisiera hacer yo contesto, tenerte en mis brazos y recorrerte tu cuerpo con mis manos.
Esta conversación esta derivando en contenidos peligrosos, estoy enardecida y caliente por la falta de desvelo de mi marido y tu mi ahijado me galanterías con halagos y arrumacos que quieres que me entregue a ti descargando contigo mis enojos con mi marido y luego irías por ahí comentando tus conquistas…, haz de saber que mi padre me ha enseñado que a las mujeres se les respeta y un hombre debe saber guardar los secretos de alcobas que ha tenido con estas damas y soy un cumplidor de estas enseñanzas. Gira y vuelve apretarse a mi cuerpo al tiempo que baja su mano y por sobre el pantalón manosea mi pene tieso, duro, dilatado en su extensión y a su máximo grosor. Sorprendida me mira diciéndome es fantástico y terrorífico al tenerlo en mis manos como será verlo al aire. Te lo muestro, pero no aquí vamos al vehículo y te lo muestro en un motel, ella se deja arrastrar a mi camioneta y no se opone al subirse en ella sabiendo del peligro que corre al acompañarme de ser penetrada por su ahijado en un camastro.
Entramos a una de las cabañas y al entrar me dice recuerdo que tenias una mancha en tu espalda…, si le digo es la marca de mi familia…, bien ahora conversaremos y luego nos vamos recuerda que debes respetarme por ser tu madrina, pero quiero verte esa mancha me dice sacándome mi camisa y levantándola para abrazarme por la espalda al tiempo que me soba donde tengo la marca, caliente no soporto mas sus caricias y dándome vuelta la atrapo entre mis brazos al tiempo que inclinándome recojo su falda acariciándole sus muslos, ella me dice recuerda que soy tu madrina respétame, pero no se opone a que la arroje a la cama y me acomode sobre su cuerpo…, eres muy joven crees ser capaz de consolarme mis anhelos y saciar mis ímpetus carnales, estoy excitada de lujuria y turbada de pasión… no la dejo hablar mas la beso y saco sus calzones acomodándole su falda de cinturón en sus caderas, desgarro su blusa al sacarle un seno que beso y succiono como un bebé, hasta aquí dura su serenidad y sus potestades de los placeres al sentirse acariciada y sentir ese miembro que la clavaba en su pelvis se entrega con un gemido y moviendo su cuerpo con desesperación baja mis pantalones y atrapa entre sus manos mi miembro lo acaricia. . Lo siente duro y golosamente patalea y chilla… soy tu madrina, dice... no, trataba de penetrarla sacándole gemidos de placer y gozo. Siento mis palpitaciones en su mano seguía sobando mi paquete, ahora lo introduce entre sus piernas y al tocarlo se sorprende de mi glande no me cabe en mi mano, me dice… no esa cosa es inmensa…, no…, si me lo metes me destrozas..., sale …, y saca fuera mi miembro, me abraza diciéndome despacio que con este me partes, lento…, despacio…, ubicando mi pene en sus pliegues vaginales, ante la humedad de este por lo excitada que estaba mi madrina mi miembro resbala poco a poco hacia su interior …, despacio así…, lento ¡ah! Que placer… lento que me partes… ¡oh…, ah! Estoy siendo tuya…, ah… ah…, que gozo es inmenso, esto no me lo da mi marido…, hmm rico… tuya…. Oh aquí viene ¿ah… ah…. Ah!, y se menea desesperadamente, su cuerpo arqueado busca el mío, luego se relaja diciéndome oh… fui tu mujer…te entregue mis orgasmos, ya para por favor… duele, descárgate… riégame con tus emisiones de semen…., sigo meneándome sobre ella clavándola hasta el fondo para luego extraer mi pene y volver a insértalo en su vientre inundándole con mi leche su matriz… ah por fin rico… oh, me dice., cuanta cantidad de semen si me inundaste mi marido apenas me riega.
Ella se deja caer a un lado me palpa la verga y le dice que venida que tuviste tan rica, ella estaba mirando al cielo con los ojos emblanquecidos y como convulsionando luego que se calmo, la gira hacia su derecha y el de espaldas a ella en posición de perrito le tomo de su pierna se la alzo y vuelve a ensartarla y no puedo ver todo ese espectáculo como se la clava toda y sin asco la estuve taladrando un buen rato el gemía y ella también de vez en cuando ponía una de sus manos en la ingle del hombre con el fin de que no se la metiera toda y en ocasiones le decía despacito mas despacio que me arde me duele así bajaba el ritmo ella le pregunto ya te vas a venir el le dice si no me ayudas me demoro mas apúrate vente que ya estoy cansada, agarro un ritmo rápido y duro, la envestía con fuerza le solté la pierna y ella se giro levemente hacia adelante y yo aun podía ver todo el espectáculo como le entraba sin lastima la giro, le apretaba las tetas le agarro la cara y la beso con fuerza rudeza y la seguía clavando duro ella gemía y el también ella volvió a venirse nuevamente y gritaba de gusto en un momento de la velocidad y fuerza la verga se le salio y de la fuerza de la embestidas casi se la mete en el culo cosa que le asusto mucho despacio mas de un minuto creo y le eché toda mi leche en su vientre.
Sentí como me venia, como mi leche fluía salvaje desde mis pelotas a mi pene y explotaba en el delirio, llenando su entrañas a borbotones mientras ella gemía de gusto, parecía que podía sentir las sensaciones que ella sentía, que su sexo era mío, que estábamos fundidos, estábamos sudado y ella roja y su vagina mojada brotando líquido como si se hubiera orinado.
A lo menos estuvimos abrazados regaloneándonos unos diez minutos luego sin decir palabras ella se dirige a la ducha y cuando ambos estamos duchados listos a reanudar nuestro día me dice en verdad fuiste un semental brioso, casi destrozas mi vagina, pero me compensaste vengándote de mi marido como pocos machos lo saben hacer… y ahora… que haremos, y se queda mirándome con curiosidad, mi bebé creció, me ensarto golosamente y trastorno a su madrina como su… y calla, le concluyo su frase diciéndole…,su adorada y excitada mujer, desde hoy mi mujer. Sonríe y dice eso trasmíteselo al estúpido de mi marido… Leo en verdad amo a mi marido, pero tu estuviste fenomenal en este coito y no deseo perderte…, sigue amando a tu marido, pero sigue dándome tu cuerpo para satisfacerlo y así todos felices.
Realizamos las compras y la voy a dejar a su domicilio donde su suegra le dice estaba preocupada no llegabas nunca…, ella me presenta este es mi ahijado mi adorado ahijado con quien felizmente me encontré y ofreció traerme a casa, claro que tuve que acompañarlo en todas sus entregas de mercaderías por eso llego a esta hora, miente.
Han transcurrido mas de seis meses de nuestro primer encuentro y cada quince días voy a buscarla compramos, nos refugiamos en un motel una hora a lo menos sintiendo como mi leche mana salvaje desde mis pelotas de mi pene y explotamos en un alucinante apareamiento, llenando su entrañas a borbotones mientras ella gemía de gusto y satisfacción. Luego a su casa donde reanuda su vida unida a su esposo y suegra.
Diez años de matrimonio sin hijos y hoy está preñada, ella sabe quien la preñó, pero debe callar y asegura que por fin su marido atinó embarazándola. Por mi parte sigo cada quince días en ir en su busca, andar de compras, satisfacernos mutuamente en el motel y a casa.