Cuando regresé a casa, mucho antes de lo que esperaba, mi madre se sorprendió al verme, ya que supuestamente, yo iba a tener una cita con mi novia. Pero no sé en qué momento, Elisa mi novia se molestó tanto conmigo, que se puso de pie, y sencillamente se marchó.
Relato
Yo estaba súper confundido, ni idea tenía de que yo había dicho, para que ella actuara de esa manera. Mi madre al verme tan acongojado, tomó asiento y abriendo una botella, sirvió dos tragos y comenzó a preguntarme que me pasaba. Yo rápidamente me tragué todo, y de inmediato ella me volvió a servir, volviendo a preguntarme que me sucedía. Al principio no quise decirle nada, pero comenzó a insistir tanto, que le comencé a contar todo lo sucedido, mientras seguimos bebiendo. En una de esas se me escapo decirle a mi madre, que desde hace varias semanas trataba de convencer a mi novia, para que se acostase conmigo. Fue cuando ella me preguntó cuándo fue que tuve sexo, con Elisa. Y algo avergonzado le respondí, que hasta ahora lo más que habíamos hecho, era besarnos. Mi mamá de inmediato me preguntó ¿pero ya tú te has acostado con alguna mujer? Y cayéndoseme la cara de vergüenza, le respondí que no. Mi madre se quedó boquiabierta, sin creer lo que yo le decía, me dijo, mientras volvía a llenar los vasos. Probablemente tú novia, se ha dado cuenta de eso, y quizás no quiere correr el riesgo de pasarla mal. Yo mientras bebía, me quedé más confundido, y ella al ver mi cara, continuó diciéndome. Ya sabes, Elisa no es una Santa precisamente, acuérdate de aquella vez en los San Fermines, que desapareció por dos días, y cuando regresó a su casa estaba prácticamente desnuda, y bien borracha. Pero eso fue antes de que fuera novia mía, le respondí. Mi madre me volvió a servir, diciéndome. A ti lo que te hace falta es un poco de experiencia, porque de esa manera, no vas a conseguir, que ninguna chica se acueste contigo. No podía creer lo que mi madre, me estaba diciendo, y ya le iba a decir, que eso de andar buscando una puta, no era lo que yo deseaba. Pero mi mamá siguió diciéndome, no es que te busques una puta, no que va, esas pueden tener cualquier enfermedad, y pegártela. Tú lo que necesitas es alguien así como yo, que te quiera tanto, que sea capaz de hacerte el favor. Yo entre lo mucho ya que había bebido, y las palabras de mi madre, estaba que no entendía nada. Mi mamá continuó diciéndome, mientras me servía otra copa, y yo me la tomaba. Vente colócate tras de mí, y actúa como si yo fuera Elisa. Tímidamente coloqué mis manos sobre su espalda, y ella de inmediato me dijo. Así no, con más fuerza, con decisión, agárrale las tetas a tu novia. Yo seguí al pie de la letra, lo que mi madre me decía, sin atreverme a contradecirla. Y a medida que seguí apretando las tetas de mi madre, ella me fue diciendo, lo que debía, y lo que no debía hacer. Hasta que poniéndose de pie, me dijo. A ver, querido comienza a quitarle la ropa a tu novia, y a medida que lo vayas haciendo, le vas a ir diciendo, que hermoso cuerpo tiene. Y de esa misma manera lo hice. Luego mi madre, me comenzó a desnudar sin que yo diera o hiciera nada por detenerla, y cuando me vine a dar cuenta, se encontraba mamando mi verga. Mientras que yo seguía bebiendo. Ya en esos momentos, lo único que se me ocurrió decirle fue. Mami que rico, tú si sabes lo que yo necesito. Y así seguimos, yo acariciando su desnudo cuerpo, mientras me recosté sobre el piso, y ella tras agarrar mi parada verga la dirigió directo a su peludo coño. Yo comencé a sentir como la fui penetrando, mientras que ella daba saltos, como si estuviera cabalgando, moviendo sus firmes caderas de un lado a otro. Y diciéndome en varias ocasiones. Elisa, no sabe lo que se perdió. Yo ya en cierto momento, me vine, a medida que mi mamá continuaba restregando su coño contra mí. Por un rato, los dos nos quedamos tendidos sobre el piso, sin dejar de beber. Cuando mi madre, me pidió que le mamase el coño. Cosa que yo hice de inmediato, sin importarme que momentos antes yo hubiera acabado dentro de ella. Y mientras yo seguía mama que mama, el coño de mi mamá, ella se dedicó a mamar mi verga, hasta que nuevamente me la puso como un hierro, tras lo cual la volví a penetrar, después de que ella me terminase de quitar toda la ropa. Al día siguiente, me sentía avergonzado, pero al ver a mi mamá lo feliz que estaba, mientras me servía el desayuno. Decidí no hacer ningún comentario, sobre lo sucedido. Ahora en algunas ocasiones, apenas llego de la calle, mi mamá abre una botella, y nos ponemos a conversar, de todo un poco, y cuando me vengo a dar cuenta, ya nos encontramos los dos metidos en su cama.
Relato erótico enviado por Anonymous el 14 de December de 2007 a las 13:35:08 - Relato porno leído 783538 veces
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narrador
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Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 19:26) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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