Mi mamá y mi amigo Francisco – Regreso 4

Y continuando con las siguientes conversaciones que se dieron cuando mi padre llamaba y encontraba a mi madre y Francisco teniendo sexo. Recuerdo cuando mi madre descansaba con mi amigo después de su primer polvo y sonó el teléfono, sin mucha demora ella lo cogió y saludo cortés y dulcemente poniendo el altoparlante.

Hola amor, ya estaba esperando tu llamada.
Hola mi amor, espero que siga todo bien y ya queda un día más para que regrese. – contestó mi papá.
¡Qué tal señor Roberto! – saludó Francisco con buen talante.
Un gusto saludarte muchacho y la habrás pasado muy bien estos días. – dijo mi padre.
Por supuesto señor, como le dije estos días han sido muy entretenidos. – contestó mi amigo mientras se masturbaba.
Me alegro que así sea y que esté todo bien por casa. – dijo mi papá sin sospechar que hablaba con el amante de su esposa.
Así es amor, eso es lo bueno de que venga Francisco y nos haga compañía. – contestó mi mamá mal tiempo que obedecía a su joven amante quien le indicaba su negro pene erecto y ella no demoró en acomodárselo en la vagina y sentarse encima completando la penetración. Y así no estar aburrida en las noches.
Pues por lo que comentan ambos fue muy buena idea. – dijo mi padre.
Amor y ya que se viene la semana de vacaciones de David ¿por qué no vamos de nuevo de paseo al club? Ya quiero pasear otra vez en los caballos. – mencionó mi mamá sin dejar de moverse encima de mi amigo quien la sostenía de las caderas.
Esa es una buena idea, ya ha pasado un buen tiempo que no vamos allí. – respondió papá.
Ah vaya qué bueno por ustedes que van a ir y poder pasear en los caballos. – agregó Francisco. – Yo no sé nada de eso.
Qué mal por ti muchacho pues es una experiencia muy interesante y divertida. – contestó mi padre agregando. Si supieras que mi esposa es muy buena cabalgando pues hay que tener dominio sobre el caballo.
Mire pues señor yo ni idea que fuera tan buena su esposa en eso. – respondió mi amigo sonriendo burlonamente y con mi madre que le demostraba su pericia al “cabalgarlo”.
Así es Francisco, tal cual te ha dicho mi esposo… soy como una amazona cabalgando. – dijo riendo mi madre sin detenerse en la cópula.
Ya sabes muchacho si quieres aprender en mi esposa tienes a una maestra. – agregó mi padre sin imaginar que mi amigo ya conocía muy bien las técnicas de ella.
Le tomaré la palabra señor Roberto y espero pueda tener la oportunidad de saber que tan buena es su esposa cabalgando.
No te preocupes Francisco, yo te voy a enseñar muy bien pues no es tan difícil aprender lo básico. – dijo mamá. Solo tienes que posar bien los pies en los estribos, acomodarte bien y sujetar bien la rienda para guiar al caballo.
Parece más sencillo de lo que pensaba señora Norma. – contestó Francisco mientras sentía los movimientos de mi madre que lo llenaban de placer.
Ay amor, pero de esa forma no le vas a enseñar pues necesitas un caballo y pueda practicar como se debe. – dijo mi padre.
Jajaja lo sé, lo sé, pero acá no tenemos caballo así que quizá pueda improvisar con Francisco y sea él el caballo. – contestó mi madre riendo jocosamente.
¡Qué ocurrencias tienes! Pobre del muchacho jajajaja. – dijo riendo mi padre sin pensar siquiera que con quienes hablaba se encontraban entregados al sexo en sus mismas narices.
Claro, así va a ser mi caballito y se va a dejar cabalgar todo lo que yo quiera. – contestó mamá siguiendo con sus movimientos y sintiendo las manos de mi amigo acariciando sus senos. ¡Arre, arre, arre caballito!
Pobre de mí señor Roberto solo me queda obedecer a su esposa. – dijo Francisco disfrutando de ingenuidad de mi padre.
Y a pesar que fueran muy descarados para hacer eso, tenían razón en arriesgarse pues mi padre no desconfiaba de ellos, quizá por la diferencia de edades, quizá porque Francisco siempre se mostró educado o quizá porque era negro y no imaginaba que mi mamá se fuera a sentir atraída por una experiencia interracial… craso error pues la realidad era otra. La cama donde descansaba después del trabajo en su ausencia se convertía en el campo de batalla de mi madre y mi amigo que se habían convertido en muy buenos compañeros sexuales.

Luego de un momento mi papá les dijo que ya se iba a descansar y mientras aún se reía de lo acontecido y que él tomaba como un simple juego. Al otro lado de la línea telefónica, esos dos cuerpos seguían inmersos en su placer sin nadie que los pudiera interrumpir.

Uffff ufffff así te gusta Francisco, así te gusta que te cabalgue tu amazona. – gimió mi madre moviéndose más rápido al sentir la virilidad de mi amigo.
Me vuelve loco señora, por mí la tendría cabalgándome por siempre. – gruñó agregando. Su concha siempre será la más rica que probaré.
Mi madre se agitaba y revolvía sus cabellos rubios mientras gemía descontrolada víctima de sus orgasmos pues Francisco siempre era muy grande para ella, pero aun así continuaba sin detenerse sumergida en esa mezcla de dolor y placer. Y después de un buen rato su cuerpo se entumecía al sentir el semen caliente de su amante que invadía su útero mientras mi amigo temblaba y gruñía como un animal salvaje al descargar por completo sus huevos. Luego ella se levantaba y se limpiaba con el papel higiénico y Francisco se quedaba echado hasta que mi madre regresa de limpiarse y se acostaba al lado de él y descansaban después del polvo que habían compartido. Y en ese caso pues conversaban y se reían al recordar lo ocurrido con mi padre y que de todas maneras volverían a repetir otro día pues sin querer ese juego los excitaba muchísimo.

También algunas veces conversaba con mi amigo sobre el sexo y normalmente me explicaba sobre qué se siente al tener sexo y que era lo más rico del mundo que ni comer un dulce que te guste mucho se compara con eso y más aún cuando tenías tu orgasmo y soltabas toda la leche y le decía que de razón le gusta hacerlo todos los días con mi mamá y me dijo pues claro que sí y que eso también sentía ella. Y también que él se daba cuenta de eso porque la vagina de mi mamá se mojaba y eso es una señal que le gusta mucho, también los gemidos y los gestos de su rostro que yo al inicio pensaba que eran de dolor solamente y eso le pregunté y me dijo que eran una mezcla del placer y dolor y desesperación por la excitación de alcanzar el orgasmo y porque como su pene es más grande que el de mi papá, él sentía como chocaba con el fondo de la vagina de mi mamá y pues eso le dolía pero luego se fue acostumbrando y sentía placer. Y le dije y qué siente tu pene cuando está dentro de la vagina, y Francisco me decía que se siente que le aprieta el pene y eso le gusta bastante, también cuando se moja porque así puede meter y sacar su pene más rápido y se siente más placer y la vagina además se siente caliente. Y algunas veces cuando mi mamá estaba muy excitada sentía que la vagina se ponía como un chupón que succionaba muy delicioso su verga. Así es como aprendía algunas cosas referentes al sexo y entendía muchas de las cosas que veía.

Eso es todo por esta vez y ya seguiré con más relatos como he prometido.