Mi marido lo ignora, pero quien me ha preñado es mi suegro, su padre… con foto

El caso es que mi esposo, no. Sergio es lo que llaman un adicto al trabajo, y aunque en la cama digamos por no entrar en detalles, que me hace feliz. Después de ver, yo no sé cuantos urólogos, sin que ellos me dijeran nada, comprendí que el problema era Sergio.

Por lo que quizás como escape, como excusa, o simplemente venganza, comencé a beber. Haciendo que Sergio, pasara un sin fin de vergüenzas, por causa de mi mala bebida. Pero como él no me decía nada ni se quejaba de mi manera de beber, yo continúe bebe que bebe, cada vez que se me presentaba una ocasión. Entonces fue cuando mi suegro, que se encuentra viudo desde hace varios años, llegó a pasar unos días a casa. Gracias a eso fue que me enteré que el muy desgraciado de Sergio, le estaba diciendo a todo el mundo, incluso a su padre, que él no me embarazaba porque con lo borrachona que yo era, seguramente el niño saldría también borrachón. 

Y esa fue la gota que colmó la copa, cuando una noche, Sergio llamó diciéndome, que se encontraba fuera de la ciudad, yo abrí un par de cervezas, e invité a mi suegro a beber. Hablamos, y continuamos tomando cerveza, cuando poco a poco, me fui enterando lo que mi esposo decía de mí, cuando mi suegro, comenzó a decirme a manera de consejo que dejase de beber.

A medida que continuamos bebiendo, si me di cuenta de que Don Feliz, el padre de Sergio, como que me miraba de manera algo extraña, y no precisamente como entiendo debe mirarse a la  esposa de su hijo. Aunque no pudo decir que el papá de Sergio me llegó a faltar el respeto, no por lo menos mientras que yo no le di espacio para eso. Así que con la excusa de que deseaba probarme unos vestidos nuevos que había comprado, le pedí a mi suegro que por favor fuera sincero conmigo, y me dijera que tal me quedaban. Realmente no sé de donde se me ocurrió pedirle eso a Don Feliz,  la cosa es que el viejo, de muy buena gana aceptó.  

Quizás fue a consecuencia de las varias cervezas que ya me había tomado, pero mientras me cambiaba de ropa, de momento mientras me terminaba de poner un vestido largo, me di cuenta de que se me marcaban las pantis, así que simplemente me las quité, estuve a punto de ponerme otra, pero al imaginarme la cara de sorpresa que pondría mi suegro, si se llegaba a dar cuenta de que no las tenía puesta, decidí no ponerme nada abajo. Así que comencé con un vestido largo, bien encubridor, y tras mostrárselo a mi suegro, de manera digamos que inocente, di un par de giros, por lo que la falda se levantó. Y estaba más que segura, de que mi suegro se debió dar cuenta, de que no cargaba nada puesto bajo el largo vestido.

El siguiente vestido fue una de falda media, y si note que el viejo Feliz, no apartaba su mirada de entre mis piernas, por lo que accidentalmente dejé caer algo al piso, y agachándome de frente a él, separé mis rodillas, y mientras las doblaba, y también estaba más que segura, porque vi, como sus ojos se clavaron en mi destapado coño. Aunque sin hacer comentario alguno de su parte, limitándose a decirme, que todo me quedaba muy bien.

El tercer vestido que me puse fue una de esas nuevas micro faldas, que nada más de caminar ya se suben solas. Así que me senté a su lado colocando una de mis piernas sobre la pequeña mesa de centro, por lo que mi coño nuevamente quedó completamente descubierto, y al darme cuenta, de que tenía captada toda la atención de mi suegro, le dije. Volviendo al tema, te diré que lamentablemente Feliz, no vas a poder conocer a ningún nieto, por lo menos por parte de Sergio. Ya que a diferencia suya, Sergio es estéril, aunque él no lo quiera aceptar.

Don Feliz se me quedó viendo, con sus ojos clavados en mi prácticamente desnudo coño, lentamente vi como su mano la fue estirando en dirección a mí, al principio pensé que deseaba agarrarme por el brazo, pero acercó más su cuerpo al mío, y de inmediato vi con cierta sorpresa de mi parte, como Don Feliz, de la manera más desvergonzada, metiendo su mano entre mis piernas, agarró tiernamente mi coño, diciéndome. Si bien Sergio no te ha podido cumplir, ten por seguro que yo sí, puedo cumplirte a nombre de él. De inmediato retiró sus dedos de mi coño, y llevándoselos a su nariz me dijo, huele lindo, eso, y sus palabras, aunque no lo crean me causó, mucha gracia.

Yo me puse de pie, y retirándome de su lado, en dirección a mí dormitorio, de la manera más seductora que pude, moviendo mis caderas de lado a lado, me le quedé viendo. De inmediato Don Feliz, se puso de pie, con firmes y decididos pasos, me fue siguiendo hasta la habitación. Ya dentro, no hizo falta que nos diéramos más nada, él me comenzó a besar, y acariciar todo mi cuerpo, introduciendo sus hábiles manos, por debajo de la micro falda que llevaba puesta, en esos momentos.

En poco tiempo, él me fue despojando de todas mis prendas de vestir, hasta que me dejó completamente desnuda. Mientras que yo apenas y le bajé la cremallera de su pantalón, y extraje su miembro. De inmediato, me arrodillé frente a mi suegro, diciéndole. Si me llegas a embarazar, solo te pido que no le digas nada a tu hijo. No esperé su respuesta, ya que agarrando su verga entre mis dedos, me la llevé a la boca y comencé a mamársela, en cosa de pocos segundos, la verga de mi suegro la tenía bien dura y erecta.

Yo simplemente dejé de mamar su verga, y recostándome boca arriba sobre mi cama, separé las piernas. Don Feliz se me fue acercando, y suavemente fui sintiendo como su duro y caliente miembro, fue penetrando mi coño. Mientras que el viejo no dejaba de seguir besándome, y acariciando mi desnudo cuerpo. Sentí sabrosamente, como su verga entraba y prácticamente salía de mi cuerpo, una y otra vez, al tiempo que yo movía mis caderas, restregando mi coño contra su cuerpo, él sin dejar de besarme, y de decirme lo rica y sabrosa que yo estaba.

Esa primera noche, disfruté de múltiples orgasmos, y ya por la madrugada, dejé que el viejo me diera hasta por el culo. Al siguiente día apenas nos levantamos, él se dio una buena ducha, y al terminar de vestirnos, que llegó Sergio. Desde luego que no se dio cuenta de nada de lo que entre su padre, y yo había sucedido.

Durante las dos semanas restantes, que Don Feliz pasó en la casa, no volví a beber nada que no fuera solamente agua. Aprovechando  la más mínima oportunidad de revolcarnos juntos en la cama. Justo el día en que se fue, como Sergio había salido bien temprano a trabajar, Feliz al yo salir de la ducha, me sorprendió en mi cuarto, dándome una tremenda mamada de coño, como nunca antes, nadie incluyendo a mi esposo, o sea su hijo me la hubiera dado.

A la semana siguiente, me hice un examen casero de embarazo, y salió positivo. Por aquello de no dar falsas esperanzas visité a mi ginecóloga, y tras realizarme otros exámenes, confirmó que ya tenía menos de un mes de embarazo. Desde luego el primero en saberlo fue mi suegro, al que llamé por teléfono, para contarle la buena nueva.

Claro que Sergio asumió que el niño era de él mismo, como a la semana, mi suegro volvió a visitarnos, y durante el tiempo que estuvo de visita, continuamos manteniendo relaciones, sin que mi esposo tan siquiera lo llegase a sospechar. Así que durante todo el embarazo, mi suegro y yo, constantemente nos revolcavamos en la cama, y ya durante las semanas previas al parto, en un sin fin de ocasiones me dio por el culo. Cuando finalmente nació mi hijo, mi suegro trajo unas fotos de cuando mi esposo había nacido, y era como ver dos gotas de agua. Claro que Sergio ignora, todo. Pero ahora que Feliz mi hijo, ya que le pusimos el nombre de su abuelo, ya tiene par de años, su padre o sea mi suegro, y yo estamos pensando en encargar una nena.