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Mi marido me atrapó, con las manos en la masa…

Relato enviado por : narrador el 05/03/2011. Lecturas: 14337

etiquetas relato Mi marido me atrapó, con las manos en la masa…   Confesiones .
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Resumen
Me supongo que conocen ese dicho, o refrán. En mí caso, la verdad es que me atrapó, pero con mucho más que eso.



Relato

Eladio y yo recién habíamos celebrado nuestro primer aniversario de boda, cuando el viernes por la tarde, me llamó a la oficina para decirme que me iba a dar una sorpresa, y que lo único que me diría es, que se había encontrado a un viejo compañero de clases, al cual había invitado a casa para cenar. Cosa que a mí no me molestó, en lo más mínimo, ya que eso significaba que él pasaría a comprar la cena y la traería a casa.


Pero cuál no sería mi sorpresa, cuando llegó el invitado, se trataba de Raúl mi primer novio. Nada más de verlo me recordé del sin número de ocasiones que mantuvimos relaciones, en el asiento trasero de su auto, como en un sinfín de otros lugares incluso hasta dentro de un confesionario en una iglesia. Eso sin contar la cantidad de veces que de noche que a escondidas lo metía en mi habitación sin que mis padres se enterasen.


Contrario a mí Raúl no parecía para nada sorprendido, se veía prospero, seguro de sí mismo, como siempre bien jovial y extrovertido, contrario a Eladio que es un poco tímido. Al principio, ellos dos nada más nos dedicamos a recordar a otros compañeros de clase, mientras que yo no podía quitar de mi mente la infinidad de ocasiones que Raúl hizo conmigo lo que le dio la gana, pero ya en la mesa a la hora de cenar, repentinamente comencé a imaginarme que sentía una de las manos de mi ex novio acariciándome descaradamente el muslo. Yo me quedé ensimismada, soñando despierta, mientras mi esposo y Raúl continuaban charlando animadamente.


A medida que cenábamos, continúe imaginándome que la mano de Raúl fue avanzando bajo la mesa en dirección a mi coño, sin que yo hiciera realmente nada por evitarlo, es más hasta pensé que si eso fuera cierto, abriría un poco más mis piernas. Aunque Raúl realmente permaneció todo el tiempo en silencio saboreando la comida, yo en mi imaginación sentía sus cálidos dedos, introduciéndose bajo mi falda y pantaletas, para que finalmente apretase mi clítoris, en ese instante por poco se me escapa un profundo gemido de placer. Pero al levantarse mi marido de la mesa, con el motivo de buscar otra botella de vino. Yo regresé a la realidad, Raúl y Eladio continuaban hablando mientras mi esposo servía el vino, mientras que yo sentí todas mis entrepiernas mojadas.


Ya habíamos terminado de cenar, y nos dirigimos a la sala, cuando me di cuenta por un comentario jocoso de mi marido, que yo estaba caminando de manera sumamente seductora, de inmediato lo único que se me ocurrió fue responsabilizar a mis nuevos zapatos, cuyo taco era extremadamente alto y puntiagudo. Pero desde ese mismo instante sentí en cada mirada que me dirigía Raúl, como si me desnudase con la vista.

Ya al finalizar la visita de Raúl, se me ocurrió justo en el momento en que me despedía de él en la puerta de casa, decirle al oído, sin que mi esposo se diera cuenta, que esperaba su llamada para vernos. Una vez que Raúl se marchó, rápidamente me encaminé al baño con el fin de darme un sabroso baño de tina caliente, mientras que Eladio se encargaba de cerrar la casa.

Ya completamente desnuda dentro de la bañera, a medida que me fui enjabonando, continué recordando las locuras que hacíamos Raúl y yo, como la vez que ambos nos metimos en una poza, y como no había nadie cerca, él me desprendió la panti del biquini, y dentro de esas frescas aguas, cara a cara mientras nos besábamos intensamente, Raúl me introdujo su miembro divinamente. En esos instantes, dentro de la bañera, no dejaba de introducir y toquetear todo mi coño, mí mano y mis dedos se encontraban completamente dentro de mi vulva. Hasta que sentí que la puerta del cuarto se cerró, de inmediato salí del agua, y tal y como me encontraba me encontré a mi esposo que comenzaba a desabotonarse su camisa.

Eladio nada más de verme como que supo lo que yo deseaba, y sin miramiento alguno, nos tiramos sobre la cama, donde apenas y pudo sacar su miembro del pantalón me lo introdujo divinamente dentro de mi mojado coño.
Al día siguiente, el sábado apenas Eladio salió a realizar unas compras, yo sin pensarlo demasiado llamé a Raúl, y tras un corto saludo le dije que me interesaba verlo nuevamente, por lo que lo invitaba a tomarnos un café, pero con la condición de que mi esposo no se enterase.


Raúl aceptó de inmediato, por lo que quedamos en vernos esa tarde en el centro comercial cercano a casa, apenas nos vimos a diferencia de cuando lo recibí en casa, nos dimos un fuerte abrazo y un largo beso. Tras lo cual casi ni siquiera hablamos. Era como si nos comunicásemos mentalmente, Raúl me tomó de la mano y me condujo a su auto, en el cual rápidamente nos fuimos a un cercano motel.

No bien habíamos atravesado la puerta de la habitación, como una desesperada me quité toda la poca ropa que llevaba puesta. De inmediato Raúl y yo volvimos a besarnos salvajemente, mientras que con sus dedos exploraba completamente todo mi coño, apretándome el clítoris, y arrancándome profundos gemidos de placer.

No sé que me sucedió, pero me sentí como cuando estaba en la universidad y Raúl hacía con mi cuerpo lo que le venía en gana, tan es así que de momento dejó de besarme, colocó sus manos sobre mis hombros, y yo sumisamente me arrodillé ante él, agarrando su erecto miembro entre mis dedos y llevándomelo directamente a mi boca, cosa que en el tiempo que llevaba de casada con Eladio, nunca ni tan siquiera había pensado en que lo pudiéramos hacer.

Levanté la mirada y vi el rostro de Raúl, como de costumbre, disfrutando profundamente de lo que yo le estaba haciendo con mi boca, mientras que él se encontraba completamente vestido, yo totalmente desnuda arrodillada a sus pies, mamando su verga intensamente.

Ya había dejado de estar mamando, y me encontraba acostada sobre mi amante, su verga entraba y salía una y otra vez, divinamente de mi caliente y mojado coño. No creo que haya escuchado la puerta de la habitación abrirse y mucho menos cerrarse, lo que si sentí fue una ardiente nalgada, que me arrancó un fuerte grito de placentero dolor, pensé que había sido el mismo Raúl, quien me había nalgueado, pero repentinamente me di cuenta que sus manos me tenían bien sujeta por mis caderas. Fue cuando asustada voltee a mirar y me llevé la sorpresa de mi vida, Eladio mi esposo, se encontraba tras de mí, con su miembro fuera del pantalón completamente parado y apuntando al centro de mis nalgas.

Yo me quedé tiesa sin saber qué hacer, creo que hasta me mee del susto, casi de inmediato sentí la dura y caliente verga de mi marido, como me dolorosamente me la empujaba entre mis nalgas. Yo estaba en shock, ya que al mismo tiempo que lloraba del dolor, y de la vergüenza de haber sido descubierta con las manos en la masa, por no decir, con la verga de Raúl dentro de mi coño, no deje de mover mis caderas, y a medida que Eladio continuaba clavándome su miembro, yo no sabía qué hacer, aparte de seguir moviendo mis caderas como si fuera una loca.

Fue la voz de Raúl, quien me hizo volver en mi al decirme, Sonia debiste sospechar algo, acuérdate quien te presentó a Eladio, y no sé si te distes cuenta en esos tiempos, pero mi mejor amigo y yo nunca guardamos secretos entre nosotros. Él estuvo siempre al tanto del sin fin de ocasiones en que estando en la universidad tu y yo nos acostamos.

Eladio continuó diciéndome, de igual manera desde que nos casamos yo le he contado todo a Raúl, y como tú nunca me habías querido dar el culo y ni tan siquiera me lo has querido mamar, te pusimos esta pequeña trampa, para que entiendas.

A medida que él hablaba continuaba dándome sabrosamente por el culo al tiempo que Raúl, no dejaba de continuar metiendo y sacando su verga de mi coño. Esa tarde no sé cuantos orgasmos alcancé, ni conté las veces que a los dos les mamé sus vergas, ni el sin número de ocasiones que me dejaron todo mi culo bien abierto. Lo que si se es que después del gran susto que me llevé, disfruté como nunca.

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Si te ha gustado Mi marido me atrapó, con las manos en la masa… vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.

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Comentarios enviados para este relato
carmelo (8 de April de 2011 a las 01:23) dice: comparto plenamente la opinion de ymmy y tambien pienso que en estos dias la pareja debe desenvolverse asi , abiertamente y ser muy transparente , disfrutar las fantasias y experiencias de la pareja ,bajar los niveles de celos y machismo a CERO . personalmente pienso que la actividad sexual plena fortalece a la pareja .Sonia estas en el camino mas directo a la felicidad , los felicito a los dos .mi pareja y yo somos muy felices y ya se imaginaran por que lo digo

renzo69 (7 de March de 2011 a las 05:19) dice: que buena puta eres sonia

bors (19 de June de 2011 a las 17:57) dice: Si lo mejor para la pareja es hacer todo realidad siempre esten de acuerdo la pareja y todo lo que se hace en cama en cama se queda yo deseo cojer com mi esposa y un amigo pero solo hemos klegado en fantasia pero siempre en el paso final se hecha para atras

katebrown (18 de October de 2022 a las 20:09) dice: SEX? GOODGIRLS.CF

yimmy (16 de March de 2011 a las 12:19) dice: hola, me encanta las parejas del siglo XXI, abiertas, sin falsas hipocrecias... con esposas que aprendieron a continuar siendo coquetas despues de casadas con los amigos de su marido y que no renuncian a sentirse vivas agasajando de vez en cuando otras herramientas para placer mutuo y admiro a los maridos que consienten eso de sus esposas y al mismo tiem disfrutan de otras mujeres dentro de la discrecion...Le felicito a sonia... ya le disfruto al amigo y ahora queria reavivar el fugo y vaya si lo consiguio y a su marido que la compartio con el amigo... mis respetos y admiracio para ella..


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