No es que sea la cosa más rara del mundo, que haya hecho con José, mi esposo. Pero creo que si fue una de las más excitantes…
Relato
Fue en las recientes fiestas de la fiesta de acción de gracias, cosa que a pesar de que no vivimos en los Estados Unidos, celebramos. Bueno en ese día desde bien temprano, comenzaron a llegar todos nuestros familiares, tan temprano que nos sacaron de la cama, antes de nuestra acostumbrada ración de sexo matutina.
Por lo que el resto del día, tanto José como yo nos la pasamos, con unas ganas locas de tener sexo, solo que cada vez que al parecer habíamos encontrado el momento, y el lugar apropiado, aparecía su madre, o la mía, haciéndonos preguntas inoportunas, sobre quien se iba a sentar al lado de quien, que si ya la comida estaba lista, en fin como que no tenían nada que hacer y se pusieron a joder con eso.
Yo en cierto momento, estaba a punto de estallar, cuando José me pidió que fuera al súper, a buscar la bebida que ya había encargado, ya que él se estaba haciendo cargo de prender los carbones para terminar de cocinar la carne a la parrilla en el patio de la casa. Yo que estaba que echaba chispas, por no hacerle una mala cara ni a mi madre, ni a la de mi esposo, respiré profundamente, y tomando mi cartera, en nuestro auto me dirigí al súper a buscar las bebidas.
Apenas llegué al súper y vi a Edwin el dueño, le dije que venía por la bebida que ya había pagado mi esposo. Él cortésmente me pidió que lo acompañase al almacén, y fue cuando me mostró la caja llena de botellas que José había adquirido. Pero justo sobre la condenada caja, había un gran afiche con una chica completamente desnuda, con sus piernas bien abiertas, mostrando descaradamente todo su depilado coño, que por casualidades de la vida, se parecía mucho a mí.
Yo al ver el afiche me quedé boquiabierta, fue cuando de reojo vi a Edwin, y noté que aun por debajo de la tela de su pantalón, se notaba de manera bien clara, que su miembro se encontraba bien erecto. Quizás fue eso, o el que nos hubieran interrumpido temprano en la mañana, o que simplemente me llamó la atención ver el aun por debajo de la tela del pantalón de ese tipo, como su miembro se encontraba. Que de inmediato, me visualicé a mí y a él teniendo sexo, dentro del almacén.
Quizás en otra ocasión ni le hubiera hecho el menor de los casos, pero en ese instante yo estaba tan y tan deseosa de tener sexo, que simplemente lo vi a los ojos, y como que él se dio cuenta de inmediato de cuál era mi necesidad. Yo comencé a levantar mi falda, con una mano mientras que con la otra me bajé las pantis. Edwin se me acercó, me tomó entre sus gruesos y velludos brazos, y plantándome un tremendo beso de lengua dentro d mi boca, ya a los pocos segundos, estaba disfrutando de cómo su verga entraba y salía de mi depilado coño.
Yo se que fue toda una locura, que bien me pude haber esperado un rato, pero la verdad es que no pude aguantarme más. Así que a medida que él me seguía clavando toda su sabrosa verga, yo movía mis caderas como una desesperada. Así estuvimos por un buen rato, hasta el momento en que él estaba a punto de venirse. Fue cuando yo, después de disfrutar de un sabroso y loco orgasmo, me arrodillé frente a él, y agarrando su verga entre mis manos, la llevé hasta mi boca, y se la seguí chupando, hasta hacerlo venir.
Apenas terminamos, me subí mis pantis, me tragué lo que me había dejado en mi boca y garganta, y como si no hubiera sucedido nada entre nosotros le pregunté si podía hacerme el favor de llevar la caja a mi auto. Lo que él cortésmente hizo. Ya de camino de regreso a casa, me puse a pensar en la locura que había hecho. Pero ya me encontraba mucho más tranquila, cuando llegué de inmediato José que me conoce muy bien, se me quedó viendo, y con una picara sonrisa, me dijo. Así que me hiciste trampa, y ya te satisficiste.
Yo algo avergonzada, moví mi cabeza de manera afirmativa, diciéndole que si. A lo que José me respondió, bueno cuando yo te agarré descuidada, no va haber madre, que me detenga. Al escucharlo decir eso, supuse que lo decía por su madre y la mía, que eran las que más nos habían fastidiado. Bueno comida se llevó a cabo en el patio, ya todos estaban disfrutando de la cena, de acción de gracias, cuando José me pidió que lo ayudase a buscar no se que en la cocina.
Apenas entramos, José cerró la puerta tras nosotros, le pasó llave, y de inmediato, sin pérdida de tiempo me puso a mamar su verga, al tiempo que se las arregló para magrearme las tetas. Yo no sé como lo hizo, pero lo hizo, en un abrir y cerrar de ojos me quitó casi toda la ropa, y sobre la mesa de la cocina me enterró toda su verga, mientras que yo chillaba de placer. Sabrosamente me hizo de todo, en cierto momento escuché a mi madre tocando la puerta, pero José y yo estábamos tan y tan concentrados en lo que hacíamos, que ni caso le hicimos. Luego antes de venirse, hasta por el culo me dio. Yo quedé hecha toda una piltrafa, pero bien feliz. José se vistió, y salió de la cocina dejándome tal y como yo me encontraba. Fue cuando su madre y la mía me encontraron con mis piernas bien abiertas, tirada en el piso de la cocina. Las dos se quedaron boquiabiertas, y antes de que no fueran a decirme algo les dije, a las dos. Para la próxima llamen antes de llegar a la casa. Yo me puse de pie, me vestí, y seguí atendiendo al resto de los invitados, como si nada hubiera sucedido.
Hola soy Silvana, tengo 22 años y esta es una historia real.
Todo empezó el día en que mis padres decidieron hacer algunas reparaciones en la casa.
Para esto se contrató a un maestro albañil de unos 50 años y cuatro ayudantes, uno de ellos carpintero, hijo del maestro albañil, de 17 años.
Esto de los arreglos de la casa me ayudo pues mis padres decidieron irse de viaje con mi hermana y mi hermano por lo que yo aproveché para decirles que me quedaría en Buenos Aires por razones de estudio, y así los mantendría al tanto de los trabajos en casa.
Relato erótico enviado por thevintage el 14 de February de 2011 a las 22:49:24 - Relato porno leído 90952 veces
A continuación aprovechando la admisión de estas historias en esta web, yo les relatare este caliente relato, la cual trata de una aventura con un profesor de mi hijo. ¡Espero les guste!
Relato erótico enviado por putita golosa el 16 de March de 2011 a las 00:31:26 - Relato porno leído 55646 veces
Una noche del verano pasado mi hermana de 15 hermosos años trajo a dormir a dos amigas suyas , Julia y Sandra ambas tambien de 15 años yo las conocia del colegio pero nunca pense que estuvieran tan buenas y fueran tan guarras
Relato erótico enviado por Anonymous el 21 de August de 2006 a las 17:36:42 - Relato porno leído 37798 veces
Si te ha gustado Mi marido y yo tuvimos sexo en la cocina… ( CON fotos) vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.
Por eso dedica 30 segundos a valorar Mi marido y yo tuvimos sexo en la cocina… ( CON fotos).
narrador
te lo agradecerá.
Comentarios enviados para este relato
legionotaku
(29 de December de 2014 a las 21:25) dice:
imagine que seria algo mas romantico y no un engaño, pero en esta pagina ya no me sorprende katebrown
(18 de October de 2022 a las 22:32) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF katebrown
(18 de October de 2022 a las 20:03) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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