Yo me consideraba una persona heterosexual, hasta que mi mejor amigo me hizo cambiar de opinión.
Relato
Yo solía quedarme a dormir en la casa de un compañero del secundario. En su habitación escuchábamos música y tomábamos algo hasta que finalmente nos tirábamos a dormir vestidos en su cama grande de dos plazas. Un día la madre comenzó a decirnos que nos desvistiéramos para dormir, y fue así como comenzamos a acostarnos en slip. Una noche en la cama hablando de minas y de coger nos calentamos tanto, que corrimos la sábana para masturbarnos. Allí pude ver mi amigo tenía una poronga enorme que sería como de 20 x 6 cm., y a pesar de que en slip tenía un bulto impresionante, nunca me imaginé que la podía tener tan grande. Hasta ese momento yo me consideraba una persona heterosexual, pero sinceramente me dieron ganas de chupársela y no sabía como decírselo. Finalmente al ver que cada tanto se la humedecía con salida, me animé a apoyar mi cabeza sobre su pecho para tomársela y preguntarle si no le molestaba que lo hiciera yo. Me dijo que no.
Comencé a tocar tímidamente con mi lengua la cabeza de su pene, para luego introducirlo
en mi boca la cuál tuve que abrir bastante por cierto. Al ver que le gustaba mucho (y a mi también) me arrodillé en la cama para chupársela mejor incluso los testículos, que por cierto los tenía muy grandes también. De pronto comencé a morirme de ganas de que me cogiera, y como si nuestra calentura se hubiese fundido en un solo pensamiento, él me introdujo un dedo en la cola para comenzar a dilatármela.. Entonces comprendí que mi deseo estaba a punto de cumplirse. Efectivamente unos segundos mas tarde, mi amigo me dice que le entregara el orto. En ese momento traté de explicarle (contra mi voluntad) que no iba a poder penetrarme porque la tenía muy grande... que nunca nadie me había cogido, etc.., pero haciendo caso omiso a mis argumentos, cuando él me preguntó si yo quería que se pusiese crema, indefectiblemente le dije que si.
Cuando regresó del baño con la crema, me dediqué a embadurnarle el pedazo hasta la base de su tronco. Acto seguido me di vuelta y me abrí bien de piernas. Una sensación de ansiedad y deseo me hizo estremecer cuando él colocó un poco de crema en el orificio de mi cola aún virgen, para luego comenzar a sentir un dolor indescriptible. Yo le preguntaba a cada instante si ya había entrado lo suficiente, y él me decía que no. Apoyando mi mano sobre uno de sus muslos traté de impedir lo inevitable pero ya era demasiado tarde... estaba a punto de renunciar cuando de repente su poronga se abrió paso bruscamente para penetrarme hasta lo más profundo ... y eso cambió mi vida.
Comenzó a cogerme lentamente pero sin tomarse pausa. Yo creí que no lo iba a soportar, pero ya no había vuelta atrás. Mi amigo estaba demasiado caliente como para detenerse. Cada movimiento suyo era un tramo de su poronga entrando gradualmente hasta que definitivamente pude sentir el golpeteo de sus testículos contra los míos... entonces comencé a llorar. Hoy no recuerdo si fue por causa del dolor, la excitación, o ambas cosas, lo cierto es que esto pareció incentivarlo más aún. De a poco fui sintiendo como el dolor se iba convirtiéndose en placer, lo cual me permitió relajarme para comenzar a gozar, mientras él me decía que mi cola parecía una conchita.
Finalmente me rompió bien el orto. Tomándome de las caderas me cogió hasta hacerme acabar sin tocarme siquiera (algo que luego descubrí que podía pasarme ocasionalmente) aunque lo ideal hubiese sido acabar juntos, porque él siguió cogiéndome con todas sus ganas hasta acabar. Al día siguiente, me fui a mi casa pensando que todo había sido una locura del momento, producto de la calentura y del alcohol que habíamos tomado.
La siguiente vez que fui a su casa, tuvimos una charla con respecto a lo que había sucedido aquella noche, y ambos coincidíamos en que el sexo debía disfrutarse sin remordimientos ni culpas, pero a pesar de la confianza y madurez con la que estábamos encarando el asunto, yo no podía evitar sentirme avergonzado ante el hecho de que él, siendo mi amigo de tanto tiempo, había logrado con creces poner en manifiesto lo mucho que yo había disfrutado que me rompiera el orto en forma tan categórica. Yo no sabía como esto podía influir en nuestra amistad, pero lo cierto es que la experiencia me había gustado demasiado como para no seguir explorando ese lado femenino que él mismo había puesto al descubierto.
Tenía la suficiente confianza como decirle lo que me estaba pasando, así que cuando le confesé mis deseos de que él me ayudara a definirme sexualmente, supo comprenderme y me alentó a que me asumiera sin culpas, ofreciéndose incluso a enseñarme a ser nena en la cama si eso era lo que yo deseaba. Luego hablamos de otros asuntos y escuchamos música como siempre. Pero a partir de momento, hubo un acuerdo implícito entre nosotros, en el cual él me ayudaría a asumirme sexualmente sin privaciones ni culpas. Esa noche cuando su madre se fue a dormir, nos fuimos a su habitación y nos desvestimos sin decirnos una sola palabra, quitándonos incluso el slip para meternos en la cama. El encendió el velador, y se acostó con sus manos detrás de la nuca como esperando lo predecible, por lo que directamente comencé a chuparle la pija con toda la confianza que me había otorgado su consentimiento, luego de haberle confesado mis deseos de ser su putita. Sentía su poronga crecer en mi boca hasta alcanzar su colosal tamaño que sobrepasaba la altura de su ombligo, obligándome prácticamente a recorrerla solo con mi lengua.
Luego me ordenó que me pusiera en cuatro, y haciéndome bajar el torso hasta apoyar mi cara sobre la almohada, me abrió bien de piernas para lubricarme la cola con su lengua. Seguidamente sacó un potecito de vaselina que había en el cajón de la mesita de luz y se embadurnó la pija para comenzar a penetrarme de a poco, mientras yo ahogaba mis súplicas abrazado a la almohada. El rigor con el que me hacía sentir el tamaño de su miembro, obligaba a mi pene a gotear su lubricación mojando la sábana manteniéndose fláccido. Realmente nunca había experimentado tantas ganas de ser mujer como esa noche. Dándose cuenta de esto, mi amigo luego de cogerme hasta desflorarme bien la cola, me hizo ir arriba suyo para enseñarme a moverme como una hembra. Tomándome firmemente de la cintura, me obligaba a usar solo las caderas para realizar movimientos verticales y circulares característicos de mujer, para sincronizarlos con los suyos que eran bien de hombre. Cuando él advirtió que de esa manera casi no podía evitar emitir un alarido, me dijo que me sintiera libre de expresarme, por lo que comencé a gemir desahogadamente, permitiéndome disfrutar de su pene a voluntad, cogíendolo con todas mis ganas hasta hacerlo acabar.
A partir de ese momento, él me hizo su mujer por algún tiempo frecuentándome en su cama para enseñarme a brindarme como tal, y ese fue nuestro secreto en el colegio. Un día se puso de novio con una chica y se cortó la relación.. Pero hoy le agradezco por esos momentos que pasamos juntos, porque todo lo hicimos con ánimo de pasarla bien y nada más. El me inició y me ayudó a redescubrirme sexualmente. Hoy me gusta ser solo pasivo pero a pesar de esto, siento haberme quedado en camino de realizarme completamente por las pocas veces que tuvimos sexo, por eso quisiera encontrar un señor comprensivo 100% activo y bien dotado, que sea mi amante y/o amigo íntimo sin compromiso, para que pueda realizarme definitivamente y consumarme en aquello que mi amigo comenzó hace ya bastante tiempo.
Ángel. 16/7/08 Ciudad autónoma de Buenos Aires. Argentina.
http://perfiles.contactossex.com/angel02
Mail: lopezangel2@hotmail.com
Gretel entretenida mirando una película de dibujitos animados porno, aceptó que le hiciera el culito, al principio costó bastante, pero al final pude meterle mi badajo hasta los huevos. Fue el comienzo de una maravillosa relación, que hoy, ocho meses después está en todo su esplendor.
Relato erótico enviado por crayzzygary1 el 19 de September de 2018 a las 00:00:01 - Relato porno leído 262645 veces
Las cosas no siempre salen como uno las planifica, fue culeda de manera salvaje por nuestro joven invitado quien le dio con todo por donde ella no lo esperaba,
Relato erótico enviado por Anonymous el 10 de August de 2007 a las 09:27:54 - Relato porno leído 227738 veces
Uno de los momentos mas deliciosos de mi vida y tambien el mas pecaminoso porque sin importar que estoy casada le fui infiel a mi esposo con un albañil. Espero disfruten esta historia tal y como yo disfrute como me hizo el amor, espero sus opiniones.
Relato erótico enviado por Anonymous el 19 de December de 2011 a las 00:16:04 - Relato porno leído 217670 veces
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Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 20:24) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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