Mi mujer follando y yo viendo

Lo que a continuación relato sucedió hace unos meses, recién había comenzado mis vacaciones y me encontraba descansando un miércoles por la tarde… de por cierto un día muy caluroso, mi mujer yamileth estaba muy inquieta, aunque me la había cogido 3 veces la noche anterior. ella es una mujer sensual y hermosa a continuación la describo un poco… tiene 28 años de edad, 1,67 de estatura, delgada, cabello largo azabache, pechos redondos de buen tamaño y un culo paradito y firme que le pone la verga dura a cualquiera con solo verla… la condenada es una calienta pijas, le gusta vestirse muy provocativamente y que la piropeen y más de alguno le diga alguna obscenidad cuando va por la calle… en esa ocasión mi mujer llevaba puesta una minifalda de jean color negra y un top muy escotado sin sostén que denotaba sus ricos pezones, sandalias altas de tacón y el cabello suelto.
La tarde era muy calurosa y yo solo quería descansar, mi mujer estaba molesta y decidió desquitarse, resulta que tenemos un apartamento anexo a nuestra casa que recién habíamos remodelado y había algunas cosas de las cuales debíamos deshacernos como lámparas, cortinas y algunas alfombras, etc… así que acordamos dárselas a los que recogen la basura… casualmente esa tarde hacían ronda por la colonia, entre los hombres que recogen la basura había un tipo de nombre Flavio de 46 años, muy robusto y algo desaliñado… que desde hacia tiempo le traía ganas a yamileth, eran alrededor de las 3 de la tarde y el camión de la basura hacia su ronda habitual, mi mujer salió al jardín y le hizo señas a Flavio, el cual acudió rápidamente…
- Buenas tardes señora yamileth
- ¡Buenas tardes Flavio! Pero por favor no me digas señora, que apenas tengo 28 años y me haces sentir mayor– respondió mi mujer
- ¡Discúlpeme usted!
- Ese es otro detalle… ¡trátame de tu!
- Como tu desees yamileth – replico sonriendo Flavio
- ¡Así está mejor! – dijo mi mujer con un tono coqueto
- ¿En qué puedo ayudarte? – pregunto Flavio
- Hay unas cajas que contienen algunas cosas en muy buen estado…
- ¡Qué bien! No será problema… – respondió Flavio
Mientras iban por la cajas al apartamento, mi mujer yamileth… empezó a hacer uso de sus encantos al caminar, Flavio se la comía con los ojos la observaba de pies a cabeza y mi mujer descaradamente le coqueteaba… aquel tipo no sabía cómo disimular su excitación, finalmente cuando todas las cajas estaban listas, mi mujer le dijo – el calor es insoportable ¿te gustaría una cerveza fría? – y Flavio respondió que le encantaría, se dirigieron a la cocina… mi mujer tenía una sonrisa picara y una mirada coqueta cuando le sirvió la cerveza, ella sabía que Flavio la deseaba y también noto el bulto en los pantalones de aquel tipo… eso la puso muy húmeda, yo estaba descansando pero escuche voces que provenían de la cocina, me incorpore y me dirigí en sigilo a ver de quien se trataba…
Me oculte detrás de un armario y empecé a espiar, me sorprendió ver a Flavio el recolector de basura, el cual lucia nervioso… creo que pensaba en cómo actuar, tomaba sorbos de su cerveza y observaba detenidamente el cuerpo de mi mujer, la cual se hacia la desentendida – ¡te ofrecería otra cerveza… pero quizás no te quede tiempo! – dijo yamileth al tiempo que abrió la puerta del refrigerador y se agacho dándole un buen Angulo a Flavio al cual se le iban los ojos y no pudo mas, prácticamente se abalanzo contra ella y empezó a manosearla como loco, le metió las manos por debajo de la minifalda de jean y le apretaba bruscamente las nalgas ¡qué rica! ¡qué rica! Le susurraba Flavio al tiempo que mi mujer logro soltarse y ella misma se puso contra una mesa… se inclino y subió su minifalda, ofreciéndole el culo a Flavio el cual se agacho y le quito el panty… acto seguido comenzó a mordiscarle, chuparle las nalgas a mi mujer la cual gemía como toda una puta, pero aun mas cuando Flavio empezó a comerle la rajita y el ojete del culo ¡aaaaaaaaahhhhhh! ¡asi! ¡aaaaaaaaahhhhhh! ¡aaaaaaaaahhhhhh! ¡asi! ¡aaaaaaaaahhhhhh! Al ver aquella escena me excite, no podía creer que en la cocina de mi propia casa un tipo le estuviera comiendo el culo a mi mujer, Por la forma en que yamileth gemía… no me extraño, que Flavio le provocara el primer polvaso ¡aaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhhhhhh! – ¡qué rica y húmeda esta tu rajita! ¡Pero es hora que te meta mi pija! – le dijo aquel tipo, que se desabrocho el pantalón y saco su falo grande y venoso… se puso en posición y comenzó a penetrar a mi mujer… ¡aaaaaaaaahhhhhh! ¡aaaaaaaaahhhhhh!¡aaaaaaaaahhhhhh! gemía yamileth al sentir aquel tronco dentro de ella, Flavio sin dejar de empalarla… empezó a estrujarle las tetas con sus manos… hasta que las dejo al aire, aquel tipo jadeaba como un animal bombeaba y bombeaba a mi mujer la cual quedaba con sus sandalias de punta ante cada embestida que recibía… Flavio eufórico y extasiado dijo – ¡qué deliciosa rajita… pero ahora te voy a reventar ese hermoso culo! – Mi mujer mojada y excitada respondió – métemelo, gózame… ¡soy tu puta! – no daba crédito a lo que escuchaba pues según yo… a ella no le gustaba anal, aquel tipo no perdió tiempo y puso la cabeza de su verga en el esfínter de yamileth, el mismo flujo vaginal de ella sirvió de lubricante y empezó a empalarla – ¡pensé que este culo era virgen… pero ya está bien reventado! – exclamo Flavio que al principio la penetraba con delicadeza pero poco a poco aumento el ritmo, hasta que embestía frenéticamente, tanto así que podía escuchar claramente el sonido que hacían las nalgas de yamileth al chocar contra el libido de Flavio ¡aaaaaaaaahhhhhh!¡aaaaaaaaahhhhhh! gemía mi mujer… mientras aquel tipo la empalaba una y otra vez, finalmente yamileth se corrió y dio un alarido de placer ¡aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhhhhhhhh! mientras Flavio eyaculaba un chorro de semen dentro de ella.
Después de haberse follado a mi mujer, Flavio se marcho con una gran sonrisa en su rostro y en su bolsillo llevaba el panty de mi mujer como recuerdo… yo rápidamente regrese a la habitación y me hice el dormido, cuando de pronto mi mujer irrumpió y le dije – ¡descanse lo suficiente, haremos lo que tu quieras ahora! – ella respondió con una sonrisa irónica que ya había hecho lo que ella quería…