Mi novia y yo somos fanáticos del tenis…. ( CON fotos)

Apenas llegamos a la cancha, me dijo. Si yo gano ten por seguro que te voy a dar por el culo. Yo la verdad es que me sorprendieron sus palabras, porque hasta donde yo sabía, y estaba bien seguro de eso, es que ella no tiene verga. Y cuando se lo dije, riéndose me respondió. Es que no sabes que ahora las venden de goma, en las tiendas de sexo.

Eso me puso algo nervioso, pero finalmente acepté el reto, y al inicio del partido, quizás por lo nervioso que me encontraba, mi novia se apuntó varios tantos, a favor de ella. Pero el solo pensar que ella me fuera a dar por el culo, como que me hizo centrarme más en el juego, por lo que finalmente terminé ganado. Fue cuando le dije, bueno lo que es igual no es trampa. Rosa como que no comprendió lo que yo le quise decir con esas palabras, hasta que de manera más vulgar, le dije. Ahora como tú perdiste quiero que me des el culo.

Rosa comenzó por decirme que su culito era muy cerrado, que mejor lo dejábamos para otra ocasión, yo por mi parte continué insistiendo, e insistiendo, hasta que finalmente la convencí de que pagase la apuesta. Pero la verdad es que no me fue fácil convencerla, ya que con el cuento de que mi verga era demasiado gruesa, lo único que se me ocurrió decirle, mientras sostenía mi raqueta de tenis en la mano. Bueno primero te comienzo a dilatar tu hueco, con algo como esto, al tiempo que le mostraba el mango de la raqueta, y luego vemos si puedes o no recibir mi verga. Rosa a regaña dientes aceptó. Y como después de que termináramos de jugar, debíamos cerrar la cancha, ya que no había más personas dispuestas a jugar. Al decirle que lo haríamos en la misma cancha, eso le provocó a mi novia tal excitación, que de inmediato aceptó. Yo desconocía esa faceta de Rosa, pero al darme cuenta de lo mucho que la excitaba el que llegásemos a tener sexo en la cancha, me aproveché de eso. Así que no tuve que insistir mucho para que ella finalmente accediera darme el culo. Solo que al principio tuve que realmente dilatárselo un poco, introduciéndole en mango de una raqueta de principiantes.

El apretado esfínter de Rosa, realmente no era chiquito, ni muy apretado, ya que apenas ella se quitó sus bragas, y puso sus nalgas a mi disposición, con suma facilidad le fui introduciendo el mango de la raqueta, a medida que mi novia gemía, y me decía que le diera más y más duro. Por un buen rato le estuve dilatando el culo a Rosa, gasta que pensé que ya estaba lo suficientemente abierto como para enterrarle toda mi verga.

Al principio la puse en cuatro patas, tal como si estuviera gateando, y lubricando mi verga con mi propia saliva, se la fui introduciendo, hasta bien adentro de su culo. Rosa casi de inmediato, comenzó a mover sus nalgas y caderas, al tiempo que nuevamente me pedía que le diera más y más duro por el culo. Luego sin sacar mi verga de entre sus nalgas, me recosté boca arriba sobre la cancha, justo al lado de la red, por lo que mi novia quedó con sus nalgas sobre mi cuerpo. Yo continué enterrando mi verga una y otra vez entre sus blancas nalgas, mientras que Rosa las movía como si fuera una puta profesional. Chillando y gimiendo de placer, a medida que yo le apretaba con fuerza su coño con una de mis manos.

Bueno desde ese día, a Rosa se le quitaron las ganas de hacer apestas, pero le encanta que cada vez que tenemos sexo, de una forma u otra le dé por el culo….