Mi nueva vecina me sorprendió… ( CON fotos)

Yo que ocasionalmente me dedico a vivir la vida loca, en una noche que regresaba de estar celebrando, que había pasado todos los exámenes, me la encontré subiendo en el ascensor. Yo no soy lesbiana, pero la verdad es que ocasionalmente no me molesta el acostarme con otra mujer. Y bueno como estaba sola, y con muchas ganas de celebrar, a medida que el ascensor fue subiendo, le busqué conversación.

Al principio apenas, y le pude escuchar que se llama Samanta, pero justo antes de que yo cerrase la puerta de mi apartamento, le dije que si gustaba pasar, a charlar un rato. Samanta, al parecer la idea no le desagradó, ya que sonriéndome de manera algo especial, aceptó. Yo como buena anfitriona, le invité algo de beber, pero solo me aceptó agua, aunque yo si aproveché, y me di un buen trago de vodka muestras estuve, sirviéndole el agua a Samanta en la cocina.

Yo la verdad es que no esperaba, que me sucediera lo que me sucedió. Ya que apenas San se terminó de tomar el agua, se me quedó viendo fijamente a los ojos, y al tiempo que me pegó contra la pared de mi apartamento, me dijo. Deseo besarte, y acto seguido colocó sus manos sobre mi cuerpo, y acercando su boca a la mía, comenzó a besarme.

Yo la verdad sea dicha, la dejé que me besara, al tiempo que con mis manos comencé acariciar sus parados y bien formados senos. Para mí era algo increíble, cosa que nunca antes me había sucedido, digo si me he besado con otras chicas, y hasta hemos llegado a tener nuestro buen encuentro, pero algo así tan de improviso nunca.

Samanta y yo seguimos besándonos, y acariciándonos mutuamente, al pie de la escalera, cuando ella pegó su cuerpo al mío, y me llevé la sorpresa de mi vida. Aun sin llegar a verlo, pude darme cuenta que contra mi vientre, sentía un tremendo miembro de hombre. Yo algo quizás más desconcertada que asustada, vi a los ojos nuevamente a Samanta, y fue cuando caí en cuenta que mi vecina a pesar de tener unas hermosas y bien paradas tetas, y de ser tremendamente femenina, en realidad era un trasvertí, transexual, o como quieran llamarle.

Samanta no dejó de besarme, mientras que en mi mente, la morbosa idea de llegar a tener sexo, con una persona como ella, lejos de quitarme las ganas, como que me excité muchísimo más. Por lo que cuando guió mi rostro hasta su miembro, y lo dejó al descubierto, sacándolo por un lado, yo sin detenerme a pensar nada, me lo llevé a la boca. Por espacio de un buen rato, Samanta me puso a mamar su parada verga, en diferentes posiciones, sobre la escalera, y hasta tirada en el piso.

Hasta que llegó el momento en que yo le pedí que me lo metiera, y fue algo tan especial, el que alguien con senos como los míos, me enterrase su buen pedazo de carne dentro de mi coño, que lo disfruté tanto y tanto, que no se lo pueden llegar a imaginar. El sentir que aquella simpática chica rubia, me estuviera enterrando toda su verga, como que era una especie de locura, yo por mi parte no dejé de mover mis caderas, buscando sentir más, y más a dentro de mí su erecta y bien formada verga.

Por un largo rato, Samanta me estuvo enterrando y sacando su sabroso miembro de mi coño, cuando en cierto momento, y quizá en un descuido mío, se colocó tras de mí, y sin aviso previo, ni consideración alguna, me enterró su verga en el culo, al tiempo que con sus largos y finos dedos me apretó mi coño. Yo que estaba algo bebida, creo que del tiro, hasta la borrachera que cargaba se me esfumó. El grito que di, seguramente lo escucharon por todo el edificio.

Pero la verdad es que a medida que continuó metiendo y sacando toda su verga de entre mis nalgas, y apretando mi coño con su mano, yo del inesperado dolor, pasé a disfrutar de algo que jamás me habían hecho. Hoy en día, Samanta y yo prácticamente somos pareja, salimos juntas, de compras, a bailar, y en ocasiones invitamos a algún chico para que nos complazca a las dos. Aunque recientemente me dijo que me va a regalar algo, para que yo se lo entierre a ella….