Hola, soy una chica de 18 años y me encanta el sexo, pero no os creais que desde hace mucho.
Relato
Hola, soy una chica de 18 años y me encanta el sexo, pero no os creais que desde hace mucho. Yo era la típica chica buenecita del barrio, la formalita, la que no había roto un plato, y era verdad, estudiaba mucho, me iba a casa pronto, mientras mis amigas y amigos se lo pasaban de puta madre hasta la mañana siguiente. La verdad es que hasta los 17 años casi no había estado con ningún chico haciendo nada, bueno, unos besos y tal pero poca cosa. Estar desnuda con un chico en la cama y hacer más cositas, ya me entendéis, casi al cumplir los diecisiete cuando alguna de mis amigas ya follaban de lo lindo con 14 o 15, más vale tarde que nunca jajajaaEi¿?
Pero no os voy a contar quién, cuándo y cómo me desvirgó sino lo que pasó más adelante, algo que todavía estoy alucinada y que por supuesto no he contado ni creo que contaré nunca a nadie, pero que me apetece muchísimo escribirlo, lo necesito y creo que me va a excitar también, y claro, lo que quiero también es que os excitéis vosotros y vosotras, chicas, sobre todo, y si tenéis historias así que contar que lo hagáis, me encantaría leeros.
Antes de nada deciros que vivo en casa de mis padres y tengo un hermano mayor que yo, de 23 años, que está muy bien, jajajaa, a mí siempre me decía cuando era más pequeña que era muy menudita y muy poca cosa, que tenía que engordar y eso, pero ahora ya no me dice eso, me dice otras cosas peores jajaa, que ya os iré contando poco a poco, ah!!! Y quien le hace engordar soy yo a él, pero ya sabéis a qué parte de su cuerpo me refiero cuando la engordo bien gorda!!! La verdad es que sí, soy menudita, mido 1.50 y peso 40 kilitos de nada, pero estoy bien buena!!! Si no me lo digo yo quién me lo va a decir!!! Tengo un cuerpecito muy bien hecho, un culito respingón, unas tetitas pequeñitas pero jugosas y firmes y duras y apetecibles y hmmmm, me encanta tocarme los pezones mientras me masturbo en mi cama.
Cuando conocí a Ana, mi mejor amiga ahora, cambió mi vida. Dejé de ser la niña buena y dulce para conocer un mundo desconocido para mí hasta ese momento. Empecé a salir por la noche, a beber alcohol, a fumar, a ir con chicos...y esto es lo que más me gustó. Descubrí el placer de que me mirasen, de que se fijaran en mí, me tocaran, me acariciaran, me besaran con lengua, me pusieran sus manos por encima de mis tetas, metieran sus dedos bajo mis braguitas...me ponía a mil cada vez que pasaba y me gustaba cada vez más y más...Y claro, no lo podía disimular porque empecé a cambiar de aspecto exterior. Me maquillaba más, me ponía ropa más sexy, tallas cada vez más pequeñas para marcar todo mi cuerpecito, me encantaba provocar a los tíos del barrio que antes ni sabían que existía, me tomaba venganza calentándoles y eligiendo solo a los que me gustaran a mí, hmmmmm. En mi casa comenzaron a mosquearse con mi nuevo aspecto, sobre todo mi padre, que es un poco facha, me regañaba y me decía que me iba a encerrar en casa y no me iba a dejar salir pero todo era de boquilla, luego nunca hacía nada, siempre estaba viendo el fútbol o follando con mi madre, que no nos dejaban dormir a mi hermano ni a mí los gritos que pegaban desde su cuarto. Yo creo que cuando más enfadado estaba conmigo por la ropa que llevaba y las malas notas que traía a casa más y mejor se follaba a mi madre, jajaa...por los gritos que pegaba ella!!
Pero qué mala y qué puta soy!!!
Bueno, pues que una tarde cualquiera, una más, estaba arreglándome para salir de fiesta un sábado. Me había comprado un vestidito blanco que sabía que iba a causar furor esa noche, quería ligarme a un amigo de mi hermano que me ponía muchísimo el muy cabrón y había ido de compras con mi amiga Ana y ella también quería comprárselo porque era una pasada pero le dije que me lo quedaba yo, que ella mirase otra cosa, que no íbamos a ir las dos con el mismo vestido. Me pegué una buena ducha, me puse un tanguita blanquito también muy chiquitito y muy cómodo que me dejaba al aire mi culito travieso, un sujetador suave y delicado que me tapaba mis deliciosas tetitas, también blanco, iba toda de blanco, pura y virgen jajajaaEi¿?que nadie se lo crea!!! Y encima el vestidito ceñido, bien ajustado a mi cuerpecito, haciéndome una silueta casi perfecta, hmmm...me miraba y me ponía cachonda!! El pesado de mi padre estaba dándome la murga toda la tarde para que saliera del baño, pero yo me tomo mi tiempo para estas cosas, y se ve que eso le puso muy nervioso, que salga ya, que ya salgo, pesado!! Cuando salí del baño quería pasar por mi cuarto a recoger el dinero y otras cosas, así que tuve que pasar por el salón donde estaba mi padre y lo que pasó ahí todavía es algo que no me puedo creer, por más que lo piense, fue algo alucinante, increíble y la verdad, muy morboso, aunque al principio me acojoné un poco.
Llego al salón y mi padre que se levanta del sofá y me empieza a gritar qué ropa llevo, que parezco una fulana, que no tengo vergúenza, vamos, unas barbaridades que yo alucinaba. En realidad ya en otras ocasiones me había dicho más o menos lo mismo pero en otro tono, pero esta vez eran a gritos y muy cabreado, pero lo que no había hecho nunca es que me coge del brazo y me empuja para un lado y otro y me sigue gritando que si puta que si la ropa que llevo de mierda. Yo le respondo, todo hay que decirlo, le digo también que no es más que un cabrón y se lo digo porque cuando le oigo follar me lo imagino a lo bestia, y aunque no se lo digo, pienso que sí, que yo puedo ir con esa ropa provocativa pero a él también le gusta el sexo y folla en casa a gritos y no le digo nada, pero no se lo quiero decir y solo le respondo que me deje, que es un cabrón y un cerdo. Se ve que todo esto le hace enfadarse más y más y de repente me doy cuenta de que está empalmado el muy cabrón, ¡joder!!! ¡y menuda minga se gasta el tío!!! El chándal parece que se le vaya a romper!! Y entonces el no va más, se baja el chándal y me saca un pollón que no había visto en mi vida (y no he visto otro igual todavía).
Ahí es cuando me acojoné de verdad porque creía que me iba a violar y si me la mete a lo bestia con esa tranca me destroza (ahora comprendo porqué mi madre grita tanto, jajaja). Lo miro y me dice con voz de loco "Chúpame la polla, zorra". Sin pensar en lo que estaba haciendo, sin pensar si era mi padre o un desconocido, en una escena inimaginable para mí, me arrodillé y me puse a la altura de su gran polla, se la cogí con mis dos manos porque con una sola no podía y empecé a pajearlo mientras le decía "cabrón, cabrón, más que cabrón" y él no paraba de insistirme "puta, chupamela, chupame la polla, venga vamos, cometela zorrita". Me la metí en mi boca, casi me ahogo, menuda tranca se gasta mi papi, empecé a moverme como una loca, nunca había chupado una polla de ese tamaño ni de esa manera, estaba enloquecida, no acierto a saber si estaba caliente, o asustada o qué, pero conforme iba tranquilizándome me iba gustando, y acabé por disfrutar de comerme una polla como esa, no sé cuánto tiempo estuve tragando, creo que no mucho, porque con lo cachondo que iba él, se debió correr pronto. La corrida fue de locos, llenó el mobiliario del salon de leche, aquello parecía una manguera a presión, salía leche hacia todos los lados, menos mal que a mí apenas me cayó nada porque no me gustaba (todavía) que se corrieran en mi cara, aunque unas gotitas sí me llegaron a mis labios y a mi lengua...hmmm...no estaba tan mal como yo pensaba, calentita y jugosa. Todavía sin ser muy consciente de lo que había pasado y como queriendo salir corriendo de allí, me levanté y le dije para que me dejara en paz de una vez que ahora ya sabía que su hijita buena se había convertido en una buena putita.
Fui a mi habitación, cogí mis cosas y salí disparada a la calle.
Me encontré a mi amiga Ana enseguida y empezamos a beber, por supuesto que no le conté nada pero algo raro me veía porque no hacía más que prenguntarme qué me pasaba. Si yo te contara, pensaba yo!!! Bebimos y nos fuimos a la disco, ya más tranquila y dispuesta a ver al chico que quería ver, con mi vestidito blanco que ¡vaya!! ya había causado furor como yo pensaba pero no como yo quería, jaja
Estaba bastante borracha cuando nos subimos a bailar en plan gogós mi amiga y yo a la plataforma de la disco, tocándonos un poco y provocando a todos los tíos que había abajoaEi¿?a todos, incluso a mi hermano, porque cuando bajé...hmmmm...por lo que parece, aquella noche todo iba a quedar en familia, jaja...Hasta la próxima!!!