Hola mi nombre es Alberto, pero todos me dicen Berto. Vivo en una familia acomodada, y tenemos una casita en el campo. Vivo junto con mis padres y mi hermana Lucia. Cuando llegan días de vacaciones nuestra prima Cintia suele venirse con nosotros allí. Llegaba semana santa y nuestra familia tenia pensado ir a pasar unos días a la casita del campo, y por supuesto Cintia vendría. Desde siempre ella me había gustado mucho, era una muchacha preciosa, alta, morena de piel, ojos verdes y pelo largo y negro, un culo firme, y unas tetas de infarto.
Me encantaba mi prima, siempre había querido follarmela, pero eso estaría mal visto por mi familia, pero no por eso se me quitaban las ganas. Semana santa llegó y a primera hora de la mañana preparemos las maletas y salimos, pasemos primero a recoger a Cintia, la cual estaba mas buena que de costumbre, pantalones muy cortos y un descotazo increíble, nada mas verla mi verga se endureció y tuve que taparme para que los demás no se percataran del asunto, ella se sentó a mi lado, la muy guarra, como si supiera que me ponía a 100.
A medio día lleguemos al campo, mientras las mujeres preparaban la casa, mi padre y yo fuimos a recoger leña para preparar el fuego para la comida. Después de almorzar, fui a limpiar la piscina y llenarla de agua, Lucía me hecho una mano, mientras Cintia se iba a ponerse un justísimo bikini blanco semi translúcido. Como en el mismo dia, llené la piscina, el agua estaba helada, cosa que hice casi intencionadamente, y ahora veréis el porque.
La primera en tirarse fue Cintia, y al salir un poco pude notar como se le endurecieron los pezones jejeje, en ese momento disfruté a mas no poder, y tuve una erección, mi prima que no era tonta se dio cuenta, y como es tan zorra, se contorneaba sin parar delante de mí, dejándome casi ver su hermoso coño, que se medio trasparentaba por el minúsculo bikini. No podía mas quería tener sexo con ella fuera como fuera, y ese dia lo tenia que conseguir.
Desde ese dia en el que Cintia vio mi bulto bajo el pantalón, no hacia mas que provocarme, como si quisiera follarme en cualquier momento, y yo me dejaba. Esa misma noche intentaría follarmela, lo tenia dedicido, era ahora o nunca, lo que no sabia es que mi primita intentaba lo mismo conmigo. Esperaría hasta la noche, donde atacaría en su habitación, pero mientras, como faltaba tanto necesitaba descargar un poco, y como estaba en el cuarto de baño, y todos habían salido a dar una vuelta, decidí cascármela en el lavabo, eche un vistazo al cesto de la ropa sucia, y había varias bragas, no sabia cual serian de mi hermana y cuales de mi prima, o por el contrario eran de mi madre, como estaba tan cachondo me daba igual y cogí unas de la hello kity, olian divinamente, nada mas olerlas me puse a 100 pensando que eran de Cintia, y empecé a machacármela.
Mientras tanto Cintia dijo que se sentía cansada y que iba para la casa, porque sabia que yo estaba allí solo, diciendo a los demás que los vería en la cena, sabia que desde la tarde hasta la cena íbamos a estar solos, cosa que a mi ni se me pasaba por la cabeza. Yo mientras tanto estaba haciéndome la paja, cuando de pronto,,,, entró Cintia al baño, y me vio cascándomela:
Cintia: Berto, que haces haciéndote una paja, oliendo las braguitas de tu hermana?
Berto: yo.. es que…
No sabia que decir, no eran sus bragas si no las de mi hermana, estaba entre medio avergonzado y muy caliente a la vez.
Cintia: si querías unas bragas para pajearte, haber cogido unas mias, o directamente haberme llamado y yo te habría hecho algo mejor
Berto: prima, pero que estas diciendo….
Cintia: primito no te hagas el tonto que se que te pongo cachondo, que quieres follarme, si estas todo el dia con el pene en forma, mientras me miras las tetas, el culo y hasta el coño
Berto: yo… no se…
Cintia: anda cállate y ven aquí
Mi prima se agachó y empezó a mamarmela, estaba en el mismo cielo, se veía que tenia experiencia. Por fín estaba con mi prima, eso que siempre soñé, lo que deseaba desde que tengo uso de razón, estaba sucediendo, me estaba comiendo la polla, y estaba disfrutando.
Después se levantó y se quito los pantalones y el tanga que llevaba, estaba depilada entera, tenia unos labios gruesos y jugosos, y un clítoris bien puesto. Me miró y me dijo:
Cintia: coño Berto, es que hay que decírtelo todo, me quieres comer el coño ya?
A lo que yo hice caso y empecé a comerle el coño salvajemente, de ella solo se escuchaban gemidos de plazar, la estaba volviendo loca, ella no podía mas y me pedía a gritos que me la follara, la cogí en brazos y me la llevé a mi habitación, la puse a cuatro patas y se la metí entera, a ella se le escapó un gran gemido seguido de un primer orgasmo, me la follé sin parar durante media hora.
Ella también quería mandar en aquello que estábamos haciendo, asi que se saco mi polla, me tumbó boca arriba en la cama, y empezó a cabalgarme, yo desde esa posición podía ver como botaban sus precioso pechos, (calculo que sobre la 100), cuando estábamos casi terminando los dos, escuchemos la puerta de mi habitación abrirse………