Mi prima Karla, 3a parte ( CON fotos)

Después de nuestra primera experiencia sexual. Karla y yo nos unimos más y tratábamos de estar siempre cerca, ella me había pedido prestado el libro que había visto en mi casa, el cual lo tuvo por algunos días. Platicando una tarde en mi casa me dijo que le había gustado mucho el que lo hubiéramos hecho, que le había encantado como la había tocado y que no fui brusco en su primera vez y que lo recordaría por siempre.
Les detallo un poco de ella, era la segunda después de su hermana mayor, ella era la única de tez morena de cuerpo estilizado y bellas facciones. A sus recién cumplidos 18 años era una chica que llamaba la atención de varios vecinos. Poseedora de una piernas bonitas y un pecho de buen tamaño, llamaba la atención de muchos por la calle. De hecho uno que otro osado vecino me confesaba las intenciones con Karla, sin imaginar que yo era el ganon que se andaba cogiendo a tan dulce y tierna flor, misma que ya había probado su dulce néctar.

Estábamos esa tarde intercambiando nuestras experiencias y lo que más le había gustado de mis caricias, como encuestador para perfeccionar mis caricias en las chicas. Ella me preguntaba si había sido ella la primera o si ya había tenido experiencia o donde aprendía a besarla y tocarla. Cosa que para mi era agradable saber su interés comentándole que algunas cosas salían del libro que ella había leído, así como de revistas y películas pornos que mi padre escondía en algunos sitios que ya había descubierto.

Su interés creció más y me pidió le mostrara alguna revista o video, mientras me hacía el duro ella empezó a ser Sexi conmigo para doblegarme a su petición y empezaba a besarme y palmaba mi verga que para ese momento ya estaba excitada por la plática que teníamos. Fui hasta el escondite de mi padre y saque unas revistas y una cinta en formato BETA que recién había conseguido en el videoclub del pueblo una película porno de la época.

Era mediodía y casi toda la familia estaba en sus actividades de la escuela y trabajo. Por lo que esa tarde nos habíamos quedado prácticamente solos, así que no me hice rogar más y se me hacía un tanto erótico el ver algo de una película porno junto a Karla. Mientras ella ojeaba con gran interés algunas de las revistas yo me fui con la cinta al reproductor de la sala, ella miraba muy interesada las revistas que no era una típica revista del conejito, esta contenía fotos de sexo explicito donde los actores copulaban con acercamientos o zoom a los sexos de la pareja hasta llegar al clímax y se mostraban como salia el semen de la pinga del actor para escupir en alguna parte del cuerpo de la protagonista de esa revista, ver eso me puso muy caliente y supongo que a ella también.

Karla fue junto a mi para ver aquella película desde el mismo , teníamos el volumen del televisor bajo para no delatarnos mirábamos dichas escenas que para nuestra poca experiencia era lo máximo, ella tenían hirviendo su panochita, lo cual comprobé su estado de humedad al meter mi mano dentro de su ropa interior hasta sentir los pocos pelitos que de su panochita nacían, mi dedo índice exploraba entre sus labios y se sentía la humedad que ella iba segregando al ver las escenas y sentir mis caricias.


Yo ya había visto la película por lo que me dedique a acariciar el cuerpo de mi prima mientras ella veía con gran interés como esa actriz porno era desnudada y se daban sexo oral al actor y luego cuando ella recibió una mamada de papaya muy rica, abría los labios de esa blanca panocha y con un poco de pelos pelirojos muy al estilo vintage de la época, estaba haciendo un 69, tan erótica posición la termino de calentar y saco mi verga que ya estaba mas que caliente. Hizo unos movimientos para acomodarnos y quedar de una forma en que ella podía mirar la película recostada en el gran sofá de la sala probando mi verga erecta que ya estaba embarrada de sus saliva y de mis jugos preseminales. Ella tenía las piernas abiertas con su falda levantada hasta su plano vientre y ya le había bajado su calzón para emular la caricia sexual de la película que estaba mirando, así supimos lo que era hacer un 69 mutuamente complaciendo nuestros bajos instintos.

Mientras recorría los pliegues de la puchita de mi prima, metía y sacaba mi lengua chupando y succionando todos sus jugos sexuales, mientras ella me pajeaba y chupaba muy rico mi pene, viendo la película miro como la actriz estimulaba el glande del actor con su boca y su mano hasta que lo hizo venirse en su boca, abriéndose para captar el torrente del actor porno que se vaciaba como manguera de bombero con un espeso y blanco fluido que muchas veces es truqueada ese tipo de escenas pero muy impactante para mi prima que era la primera vez que veía algo semejante.

Por mi parte y para no quedarme atrás, apresure mis caricias sobre su botoncito y ella hacía lo propio de acuerdo con lo que había visto en la TV y me hizo una rica paja con su boca hasta que llegamos al clímax ambos, ella me untaba tu panocha en la cara para que hiciera más fricción en su clítoris y me daba una rica succionada de verga que sentía sensaciones indescriptibles hasta ese momento. No me quedó de otra y arrojé mi blanca leche en la garganta de Karla, la cual un poco sacada de onda se atragantó con aquella leche espesa. Al principio dio unas arqueadas y sus ojos parecían llorosos, pero terminó saboreando mis fluidos y tragándolos como había visto en la película a aquella chica pelirroja que ya la tenía ensartada el actor dando unos gemidos impresionantes al ser ensartada por tremenda verga.

Aun con mi venida mi verga estaba erecta mientras Karla la mantenía jugando con ella y mirando la película. Nos acomodamos de tal manera que ahora ella quedara sobre mi regazo con mi verga de fuera, miramos ambos la película que se encargaba de enseñar a mi prima lo que yo ya mas o menos sabia, como dos tortolitos en una sala de cine así admiramos la película acariciando su cuerpo por las parte que podía tocar.

Esa tarde fuimos interrumpidos debido a que mi tía la llamó, creo que ya sospechaba que pasaba algo entre Karla y yo. A ella le llamaron la atención por perder el tiempo y de castigo la mandaron al negocio de la familia, el cual quedaba como a 20 calles de la casa, el negocio realmente solo tenía que estar al pendiente de que llegaran los trabajadores ya que era el cambio de turno y en el transcurso de tiempo no había realmente nada que hacer solo atender a una que otra persona que llegará por algún pedido ya que los trabajadores tardaban aproximadamente 2 horas en llegar entre turno y turno.
El negocio era una pequeña fábrica la cual tenía un pasillo de acceso un poco largo con materia prima y al fondo del pasillo el área principal de trabajo había unas mesas grandes como bancos de trabajo con maquinaria y cosas para la elaboración de productos.

Después de que la mandaron a Karla, yo busqué la forma de salirme de mi casa inventando algún pretexto, llegando hasta la pequeña fábrica pase el pasillo y la encontré a ella sola al final del banco de trabajo entre maquinarias, estaba organizando algunas cosas. Como si ya me estuviera esperando llegue hasta su lugar y preguntando si no había moros en la costa, inmediatamente nos empezamos a besar como si fuéramos novios de la escuela.

En algún momento llegaba alguien por alguno de sus pedidos lo cual parábamos nuestros faje para continuarlo en cuanto se iba la gente. Esos besos que nos dábamos interminables yo quisiera creer que fueron fundamentales para poder dominar o perfeccionar este arte.

Ya llevábamos bastante tiempo en ese “aprendizaje de besos”, ella traía el uniforme de la escuela ya que terminando de ahí ella debía ir a la escuela que era en la tarde, por lo que su colita levantada hacía verla con su falda plegada del uniforme muy bella. Estaba con la calentura a tope por lo que me puse abajo de la mesa de trabajo que ya como les platicaba era muy grande podría decir que de unos 8 metros de largo por 3 mts de ancho y aparte de que debajo de la mesa había también materiales que ocultaban la presencia de cualquier cosa, por lo que si alguien llegaba por el único pasillo de entrada, no podía ver nada debajo de la mesa, eso lo aproveche a mi favor para agacharse mientras ella hacía como estaba atenta a la llegada de alguien mientras yo me metía bajo su falda. Le acariciaba sus bonitas nalgas y me entretenía pasando mis dedos por los pliegues de su panocha como si nunca hubiera tocado una (realmente no habían pasado tantas panochas por mi, la de Karla había sido la primera y única) recorría cada uno de sus rincones mientras ella se recargaba en la mesa de trabajo y yo esculcaba desde sus piernas hasta su panocha, la cual me acercaba a oler, besar y lamer. Eran mis primeros inicios en el sexo oral, sus pocos pelos púbicos uno que otro quedaban atrapados en mi boca y garganta al pasar mi lengua por aquella vagina tan limpia, casi se acercaba la hora de que llegaran los trabajadores fui hasta la entrada para verificar si no venia alguno o alguien por pedido, puse la puerta a medio cerrar con una trampa de ruido que nos alertara la llegada de alguien.

De nuevo en nuestro rincón me abrí el pantalón para dejar fuera mi pene bien erecto y embarrado de líquido, ella seguía en la misma posición como si no le diera importancia a todo lo que hacía yo, así que le levante la falda y su calzón seguía igual que como la había dejado a media piernas, acerqué mi glande y ahí mismo copule con Karla. Como les comente, ella había sido mi primer encuentro sexual, por lo que no puedo decir que fue la mas chingona cogida con posiciones varias o lo que quizá podría inventar, pero no fue así, lo que sí fue maravillosa al ser de mis contadas experiencias y con la única mujer hasta el momento. Pero eso para mi y ella fue muy especial creo que al menos yo logré llegar al éxtasis, a esas alturas yo no sabía ni que pedo, lo único que mi mente y cuerpo sabía era que necesitaba satisfacer mis más bajos instintos.

El ruido de la entrada nos hizo que nos separarnos rápidamente con el suficiente tiempo para acomodarnos las ropas. Había llegado ya uno de los trabajadores lo cual ya no nos permitiría seguir con nuestro “juego sexual”. Ella se fue para la escuela y yo a la casa con la satisfacción dentro de mí por esos ricos encuentros.

Karla después de unos meses salió que se casaba con un vecino, se casó muy joven y ahí digamos que nos alejamos. Se embarazo y aunque nos saludábamos como normalmente lo hace la familia, es que nunca hablamos del tema. Ella siguió con su cuerpo esbelto aún a pesar de haber sido madre por dos ocasiones. Tomó algunas malas decisiones, se divorcio y se volvió a casar y a la fecha no nos frecuentamos pero ella sigue bella con el paso de los años.

Para mi es grato el recordar mi primer “amor” con quien perdí la virginidad y con quien aprendí muchas cosas que después pude poner en práctica con las chicas que tuve la fortuna de compartir buenos momentos y grandes lecciones de vida. Apenas iba iniciando mi vida sexual y no tuve mejor maestra-alumna que Karla. Ambos aprendimos y yo creo que muy bien.